El punto de vista de Dios

El Dios de los hebreos y el Dios de los musulmanes y los cristianos está en contra de que se le represente, de que se le nombre, de que se hagan iconos con su imagen: la idolatría es el pecado capital en las religiones monoteistas y fué en su momento motivo de fuertes enfrentamientos entre la Iglesia católica que tuvo que ceder ante la devoción popular a lugares e imagenes sobre todo devoción «mariana», devoción a las imagenes femeninas relacionadas con la fecundidad de la tierra y que ocupan el subtrato, el subsuelo de las religiones. La idolatría es tan pecado como la hybris para un griego, el pecado capital. El punto de vista de Dios es éste:

«Prohibí que hubiera imágenes en los templos porque la divinidad que anima la naturaleza no puede ser representada.» Precisamente sí puede serlo, pero ¿qué va a ser de ella si se la divulga en iconos, si se la disgrega en simulacros?

¿Continuará siendo la instancia suprema que sólo se encarna en las imágenes como representación de una teología visible? ¿O se volatilizará quizá en los simulacros, los cuales, por su cuenta, despliegan su fasto y su poder de fascinación, sustituyendo el aparato visible de los iconos a la Idea pura e inteligible de Dios?»

Dios quiere ser precisamente eso: una idea, una abstracción, es contrario al arte o al lenguaje sobre todo cuando le representan o le nombran a El, sabe que si el hombre construye un ídolo acabará adorándolo y con ellos la multiplicidad de cultos, la diversidad politica y la imposibilidad de la cohesión.

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Y El además todo lo ve.

El rey carmesí

El Rey Carmesí es el fruto de la colaboración de grandes músicos y un gran poeta Peter Sinfield, sus ambientes sonoros recrean escenarios antiguos mezclados con lo más moderno, la vanguardia musical que representó King Crimson en su época me parece un buen ejemplo para exponer este concepto de hiperrealidad.

Si bien la música: la más abstracta de las artes es dificil de encuadrar en una u otra tendencia genérica del arte en general, King Crimson por la sugerencia que hace de personajes miticos, oniricos y efectos sonoros me parece un magnifico ejemplo de música hiperreal.

Probablemente el efecto sonoro más interesante de King Crimson, que evoca tanto escenarios lugubres, majestuosos y a la vez liricos o elementales se debe al uso de un invento griego, la escala eólica: veo fuentes, cavernas, dragones, princesas, magos y flautistas color purpura. ¿Realismo fantástico o hiperrealidad?

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EN LA CORTE DEL REY CARMESÍ

Las cadenas de las prisiones lunares están destrozadas por el sol.
Doy un paseo y los horizontes cambian, el torneo ha comenzado.
El flautista púrpura toca su tonada, el coro canta dulcemente;
tres arrullos en una lengua antigua, para la corte del Rey Carmesí.

El guardián de las llaves de la ciudad pone cerrojos a los sueños.
Espero afuera de la puerta del peregrino con planos insuficientes.
La reina negra canta la marcha fúnebre.
Las rasgadas campanas de bronce tocarán para llamar a la bruja de fuego
en la corte del Rey Carmesí.

El jardinero planta una siempreverde mientras pisa una flor.
Persigo el viento de un barco de prisma para saborear lo dulce y lo amargo.
La modelo del prestidigitador levanta su mano; la orquesta empieza.
Mientras suavemente cambia la rueda de molar en la corte del Rey Carmesí.

Sobre las suaves montañas grises las viudas lloran, los sabios comparten una broma;
corro a empeñar signos divinos para satisfacer el fraude.
El bufón amarillo no juega pero gentilmente tira de las cuerdas
y sonríe mientras los títeres bailan en la corte del Rey Carmesí.

 

Escultura hiperreal

diapositiva1.jpgLas esculturas de Ron Mueck impactan por su enorme parecido con el cuerpo humano, una similitud que desciende al minimo detalle, su trabajo a medio camino entre la tecnica de momificación y la simple representación de la realidad nos produce un sentimiento de confusión y perplejidad. Ambas emociones proceden de la indistinción entre las propias esculturas y los espectadores ¿quién es quién?, aqui la realidad se encuentra oculta entre las sombras, son los espectadores quienes parecen «menos reales» que las perfectas criaturas de Mueck. Al mismo tiempo el tamaño o escala de las esculturas sobrecogen y nos provocan una cierta intimidación ante su enormidad, colosos que nos hacen vivir una experiencia gulliveriana.

Aqui hay una exposición sobre su obra:

La hiperrealidad está oculta en la precisión de los detalles y la «imperfección» de la realidad.

 

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