La realidad aumentada y los sueños

Realidad aumentada y realidad virtual son dos de esas palabras que ya forman parte del vocabulario común, al menos de los que están un poco al tanto de por donde anda la investigación tecnológica. Existe entre ellas una diferencia sutil, mientras la realidad virtual supone la creación de escenarios absolutamente imaginarios que requieren la inmersión total del ejecutante en el entorno -casi siempre a través de cascos y sensores que permitan moverse por el espacio virtual- la realidad aumentada no precisa de una inmersión total puesto que lo que hace es añadir elementos virtuales a una realidad dada. De este modo se consigue mediante recomposiciones virtuales conocer como era un edificio ahora en ruinas, un paisaje en otro tiempo, o una cara antes de envejecer.

Lo que hace la realidad aumentada es utilizar elementos disponibles en la realidad para a partir de ella generar otra realidad superpuesta sobre la anterior, una realidad que en este caso es virtual, pero tan cercana a ese «como son las cosas en la realidad» que la discriminación es practicamente indistinguible. Estas tecnologías ya están implementándose en arquitectura, en las ciencias forenses, en medicina, en los juegos para ordenador, en el automovilismo y como no en las interacciones entre usuarios a través del ordenador.

En su acepción más débil ya conocemos esos entornos virtuales como «Second life» que añaden a la interacción entre usuarios reales nuevas identidades o aspectos superpuestos (avatares) a la propia personalidad de cada cual, también conocemos entornos como éste donde es posible ejercer todas las perversiones sexuales conocidas y otras que aún están por inventar. Tambien conocemos y se ha popularizado la palabra «cibersexo» sobre todo desde la aparición de la webcam –una oportunidad para los exhibicionistas o las ciberamistades o cibernoviazgos que seguramente tambien operan a través de la superposición de elementos virtuales que se añaden al «contacto» real entre usuarios; en su vertiente dura la realidad aumentada nos retrotrae al mundo de los sueños, a escenarios surealistas o a puntos de vista imposibles para la mirada de un observador, piensese en la amplitud o el alcance de la mirada de un cirujano a través de unas gafas de realidad aumentada: seguramente él podrá acceder a rincones donde la simple vista no llegaría jamás.

En realidad la realidad aumentada está emparentada con la anamorfosis, los efectos especiales en el cine (quizá su aplicación más precoz) y tambien con la tecnologia GPS y los mapeos a través de satélite.

Para entender mejor el uso futuro de la realidad aumentada pueden ver este reportaje en youtube (la traducción del alemán no es demasiado buena, pero da para hacerse una idea):

A pesar de la búsqueda que he realizado para documentarme para escribir este post, no he encontrado nada acerca de la realidad aumentada en relación con el cerebro, aunque si algunas tecnologías psicológicas conocidas con el nombre de telepsicología que defienden que las psicoterapias por ordenador sustituirán en el futuro a las psicoterapias cara a cara.

Y de eso va pues este post, de las relaciones entre nuestro cerebro y eso que ahora se llama «realidad aumentada». Aqui encontré un buen blog sobre realidad aumentada casi todo él dedicado a los juegos.

Me ha llamado la atención que nadie haya escrito ni una sola palabra de las relaciones de vecindad o al menos de analogía que existen entre la realidad aumentada y la construcción de sueños o de imaginaciones y fantasias.

La pregunta sería ésta ¿es nuestro cerebro un generador de realidad aumentada?

Algunos investigadores como Foley ya señalaron en su momento que el cerebro es en realidad un simulador intencional de realidades, otros como Varela y a través de su concepto de enacción ya hablaban de que lo que entendemos como realidad es un acoplamiento entre el individuo y su medio ambiente, otros han hablado de la construcción social de la realidad a través de eso que se ha venido en llamar «consenso», pero el plato fuerte neurobiológico de estas consideraciones se las debemos a Rodolfo Llinás que fue el que lo dijo de un modo más claro:

La percepción no es un mecanismo pasivo sino que el sujeto adelanta una hipótesis acerca de lo que va a percibir, para después contrastarlo con lo que percibió. De esta manera cuando vemos una cara por ejemplo, transcurren unos segundos entre la percepción de esa cara y la identificación del rostro (en caso de sernos conocido), este mecanismo ya fue explicado en el post que titulé «Atrapando lo insólito:ver, reconocer y mirar».

Significa que nuestro cerebro poseee una actividad intrínseca que no depende directamente de la realidad pero que se acopla con la realidad percibida, adelanta una hipótesis sobre lo que va a percibir y segundos más tarde comprueba que esa predicción se ha cumplido: hemos reconocido ese rostro que nos era familiar.

Pero la manera más objetiva de percibir esa actividad intrínseca de nuestro cerebro es a través de los sueños, es entonces -cuando soñamos- cuando nuestro cerebro opera totalmente desconectado de la realidad y sigue siendo un misterio el por qué durante el sueño REM nuestro cerebro sigue operando «como si» estuviera despierto, es decir a unos 40 Hz. Un post interesante sobre el sueño es éste.

¿Como se construye un ensueño?

Un ensueño se construye en un ambiente de realismo intenso, en este sentido la pesadilla estaría mas cerca de la realidad virtual que de la aumentada, -con inmersión total del soñante- sin embargo la mayor parte de sueños no traumáticos no discurren en este ambiente de realismo sino que hay un segmento de autoobservación que se conoce con el nombre de sueños lúcidos. Un ensueño vulgar se construye con elementos o restos diurnos que se enlazan con recuerdos, fantasias, juicios e imágenes que se encuentran arrinconados en nuestra memoria. El asunto es que durante estos ensueños nos encontramos desconectados de la realidad y por lo tanto los ensueños representan la actividad intrinseca del cerebro en estado puro. Aqui escribí un post sobre el significado de los sueños que conviene leer.

Todo lo cual nos lleva a la idea de que la realidad sólo modula esta actividad intrínseca del cerebro y no es su causa, ni su principal soporte, la realidad opera sobre esta actividad intrínseca obligándola a acoplarse con ella y en ningún caso se trata de algo objetivo que preexiste a la propia percepción.

¿No es esto precisamente la realidad aumentada?

En efecto. Los ensueños se construyen sobre una matriz de impresiones sensoriales que han sucedido en la realidad, algunas de estas impresiones pertenecen a la actividad vigil diurna y se enlazan a recuerdos que están relacionados con ella y que están «archivados» en nuestra memoria. Pero en el ensueño hay algo más, algo que va más allá de la realidad vivída y que le da al sueño ese contenido o atmósfera de absurdo o de realidad fantástica:

En la realidad no se puede ser al mismo tiempo pescado y mujer, no se puede volar, ni se puede viajar a través del tiempo-espacio, no es posible eludir las leyes de la fisica, ni la gravedad, los muertos ya están muertos y no pueden volver a la vida, sin embargo en el ensueño a partir del modo en que se trata el espacio-tiempo todo es posible ¿qué sentido tiene que los hombres y algunos animales sean capaces de tener ensueños?

Todo parece indicar que los sueños representan la actividad autónoma del cerebro mientras dormimos en ese estado tan vulnerable que es la inmovilidad desconectada del medio ambiente y todo parece señalar en la dirección de que la evolución diseñó esta actividad autónoma para preservar el deseo como algo independiente de las coerciones que impone la realidad. El sueño en este sentido es el deseo desaferentizado de las condiciones que marca la realidad y su función estaría relacionada con el relleno de huecos que la realidad dejaría vacíos por un déficit en su internalización.

En este sentido el propósito del sueño no sería simple el cumplimiento de un deseo que quedó sin satisfacer sino de una guía que trata de recorrer el camino que cualquier estimulo externo dejó sin rellenar, sin dejar huella. El sueño, así como la fantasía, la creatividad o la imaginación serían mecanismos reparadores que la evolución preservó para internalizar o lograr un mejor acoplamiento con la realidad, una especie de póliza de seguros para nuestra memoria. Por ejemplo si soñamos con un familiar que murió hace algun tiempo será el sueño recordado después en estado de vigilia el que nos hará meditar acerca de la muerte real de aquél, es como un recordatorio que se nos impone para adaptarnos a esa pérdida que si bien reconocemos como real no hemos llegado a internalizar adecuadamente.

¿Qué significa internalizar adecuadamente una pérdida,? ¿Es que no basta con saberla real?

Para que una pérdida sea internalizada no basta con saberla real sino que ese hueco debe subsumirse en una red o guia de significados. No basta con saber que se perdió algo, es necesario además que esa pérdida se enlace con los significados de otras pérdidas evitando que se enquiste como una pérdida sin significado. Es por eso que los sueños traumáticos se repiten constantemente, dado que la experiencia traumática con frecuencia carece de sentido y no puede recontextualizarse. Los sueños intentan que hagamos el trabajo de colocarlos en esas guías de sentido, intentan recordarnos que no hemos hecho los deberes.

Eso hace el sueño y eso es lo que nos traerá la realidad aumentada, un universo sensible que podrá yuxtaponerse a esa actividad autónoma del cerebro y complementarla al menos en cuanto a la dirección del deseo o del relleno de huecos.

El problema será que está misma realidad aumentada generará cambios en nuestros cerebros en el mismo sentido que la televisión y la plétora de imagenes que nos consumen han conseguido ya. Si la realidad aumentada saldrá al paso de nuestros sufrimientos o será una nueva teconología que por si misma generará más confusión entre los planos de la realidad y de la imaginación es algo que aun no estamos en condiciones de saber.

Aunque lo más probable es que lacras y avances vayan de la mano. Algunos enloquecerán con la realidad aumentada y otros la usarán para alcanzar potencialidades que solo en los sueños podemos intuir.