La sumisión voluntaria inducida

Nuestros mensajes culturales predominantes sobre el estado de ánimo, están empeorando la epidemia de depresión. (Rottemberg)

Qui no es conforma es perque no vol (dicho de mi abuela)

Las emociones evolucionaron para señalizar algo, bien como información propia como sucede con el miedo y las amenazas percibidas o bien como navegación interpersonal, Las emociones más interesantes son las que tienen que ver con lo social, esto es con las relaciones que mantenemos con los demás, por eso les llamamos interpersonales, como la rabia, la pena o la alegría o sociales como la vergüenza y la culpa. Aqui hay un buen post donde se repasa la evolución de las emociones.

Pero además de esta clasificación, existe otra: aquella que divide las emociones en emociones de escalada y emociones de desescalada. Las emociones de escalada están destinadas a aumentar nuestro rango social, nuestro estatus mientras que las emociones de desescalada disminuyen nuestro estatus. Aumentar o disminuir nuestro estatus es la forma en que regulamos nuestra afectividad, hay ocasiones en que hay que desescalar, sobre todo cuando no tenemos oportunidad de vencer en una confrontación cualquiera o bien cuando la lucha no es el mejor mecanismo (el más inteligente) para obtener algun fin perseguido.

De donde se deduce que esta clasificación de emociones en escaladas y desescaladas tiene como origen conflictos interpersonales donde la lucha, la huida, la seducción y el sometimiento ocupan cada una de ellas un cuadrante en un eje de abscisas y ordenadas de apego y rango.

Elogio de la rendición.-

Lo cierto es que «rendirse» se confunde con cierta frecuencia con el sometimiento (la esclavitud) o algo peor: con el masoquismo. Nuestras sociedades sobrevaloran la capacidad humana para enfrentarse a la desdicha sin valorar la cualidad de esta misma desdicha. Tener un cáncer (ser diagnosticado de cáncer) no es ya una sentencia de muerte segura y puede tener sentido favorecer el empoderamiento de los pacientes a fin de enfrentar, no ya la enfermedad sino los tratamientos consiguientes que por sí mismos pueden ser tan dolorosos como la enfermedad misma, pero no cabe ninguna duda de que siguen existiendo acontecimientos irremediables, por ejemplo la muerte de un ser querido, una perdida afectiva aniquiladora o la propia muerte, algo inexorable que tarde o temprano todos tendremos que afrontar con o sin buen ánimo.

«Rendirse» es una palabra que contiene cierto sesgo militar, del mismo modo que «retirada» (yielding) en el modelo de Price, pero en este caso no es necesario decir que «levantar una bandera blanca» no es el tipo de rendición del que estoy hablando. Más bien me refiero al concepto de John Price «sumisión voluntaria» del que hablé aqui.

price

Vale la pena recordar el esquema de Price, autor de la teoria interpersonal de la depresión, en dos dimensiones dónde pueden verse las estrategias interpersonales que se ponen en juego teniendo en cuenta dos ejes: el eje del apego y el eje del rango. Existen cuatro estrategias según el cuadrante que ocupemos en nuestras relaciones con los demás, así, la lucha es una manera de resolver las cuestiones agonísticas con un alto coste, pero también la seducción es una forma de obtener ventajas en nuestras relaciones si optamos por el apego en lugar de la confrontación. En los cuadrantes de la derecha podemos observar otras dos estrategias de aquellos que optan o bien por la huida o el aislamiento social o bien por la retirada (yielding).

Esta estrategia de retirada es lo que aquí llamamos rendirse (sumisión voluntaria inducida). Rendirse es pues una estrategia evolutivamente estable, muy adaptativa y que impide que la sangre llegue al rio en una competencia agonística. Lo saben bien los niños cuando juegan a pelearse, el perdedor ha de rendirse si quiere evitar la escalada de agresión en el vencedor. Rendirse, desactiva la agresión en el mejor de los casos. En toda la escala animal podemos observar esta estrategia, las peleas casi nunca terminan con la muerte de uno de los contendientes, al fin y al cabo una herida grave en la estepa es un signo de mal agüero. Más vale rendirse y no salir herido de una confrontación que apostarlo todo a la victoria.

Pero en los humanos rendirse no es fácil, sobre todo en una cultura que demoniza la debilidad y la subyugación de unos por los otros. Es por eso que la mayor parte de la gente no saben rendirse y es por eso que existe el masoquismo y la depresión.

El masoquismo, tanto el sexual como el caracterológico y también las depresiones de derrota, pueden definirse como la cara oculta de la rendición, su opuesto (Ghent, 2014). El equivalente inconsciente, concreto y fáctico del acto de rendirse. Y es por eso que ningún otro mamífero puede ser masoquista, es decir ningún otro mamífero puede obtener un goce añadido al hecho de sufrir.

Diferencias entre rendición y sumisión.-

Voy a utilizar las ideas de Ghent para alumbrar ests diferentes fenómenos, unas ideas que proceden de este articulo titulado, «Masoquismo, sumisión, rendición».

Las caracteristicas diferenciales entre rendición y sumisión en humanos son las siguientes:

1.- La rendición puede llevarse a cabo a solas, no necesita ningun otro (salvo a veces un testigo), la sumisión sin embargo siempre supone la existencia de un otro, de alguien a cuya voluntad doblegarse.

2.- La rendición es frecuentemente inducida, la sumisión voluntaria.

3.- La rendición puede estar acompañada de un sentimiento de catástrofe o muerte pero tambien de alivio, claridad y éxtasis.

4.- En la rendición no hay dominación, ni control, ni coerción. Elementos que forman parte de la sumisión.

5.- La sumisión es pesada y lugubre, la rendición es jubilosa y si es exitosa provoca autoconocimiento y favorece el sentimiento de identidad.

En este sentido podemos ya entender como la sumisión es la forma neurótica de la rendición, el resultado de ciertas operaciones defensivas que relegan al inconsciente la actitud de rendirse haciendola equivaler a una «derrota». Una equivalencia tipicamente occidental puesto que para un oriental, rendirse es equivalente a trascender.

No es de extrañar que una sociedad que pone el enfásis en la libertad individual, la subjetividad o la autonomía personales propicie el rechazo del acto de rendirse. Lo cual señala en la dirección de que en nuestras sociedades la sumisión estará bien disfrazada para no hacerse reconocible. Nuestra principal sumisión está relacionada con ese otro que llamamos «capital», es decir con el consumo, la acaparación de bienes materiales. Aquel que no sabe rendirse está condenado a someterse al mercado, al menos por el mercado, pero tambien por las ideas «politicamente correctas» que comparten nuestros conciudadanos y que se transforman en verdades aceptadas sin critica o por aquiescencia.

La rendición no necesita un gurú, pero si la sumisión.

Pues lo que queda reprimido o silenciado en el inconsciente es ese anhelo de rendición.

La sumisión es el aspecto de apego seductor que se pone en juego en lugar de la rendición, uno se convierte en esclavo de otro y de su poder emana su voluntad simbiótica que ofrece a cambio la seguridad del cautiverio. En este sentido la sumisión es el falso semblante del apego, su mascarada, su teatralización.

Para que el lector comprenda las similitudes entre el concepto de «retirada» que es un concepto evolucionista y el concepto de rendición-masoquismo que es psicoanalítico es bueno que lea este post que escribí a propósito de un caso clinico del propio John Price, el de la Sra Turvey cuya depresión explicíta precisamente como el masoquismo, en este caso moral es la otra cara de la rendición.

Las emociones y sus derivadas.-

Otra de las características que tienen las emociones es que contienen matices según el cerebro que las lea. Siguiendo a Mc Lean, nuestro cerebro tiene una parte reptiliana (paleocerebro), un cerebro medio, límbico o mamifero y la corteza cerebral egoico.racional. cada uno de estos cerebros computa las emociones de una manera bien distinta, aqui pongo una tabla de ciertas emociones donde el lector podrá captar losmatices entre distintos modos de procesamiento.

EmocionReptilianoMamiferoCortical
AlegriaSexo, desinhibiciónBanquete, celebraciónExpansión
PenaAsfixiaPerdidaPesimismo
MiedoPanicoTemor Aprensión
RabiaMatarMaltratarExcluir
SorpresaSusto o estuporsobresaltoAsombro
Las emociones y sus derivadas según el cerebro trino de Mc Lean.

Cómo podemos ver hay emociones de escalada como la alegría, o la rabia y otras emociones de desescalada, como la pena o el miedo. Existen situaciones que nos activan dos o más emociones que son en realidad opuestas como la rabia y la pena, la primera es de escalada y la segunda de desescalada. Esta activación provoca una disonancia conductual que es letal para nuestra prueba de la realidad, podríamos decir que la rabia se opone a la pena y no es raro que muchas veces suceda que la rabia esté obstruyendo la gestión de la pena. Lo importante es que en esta activación exista una sincronía o sinergia de emociones similares.

El problema es que preferimos sin duda las emociones que nos promueven la autoestima, no queremos saber si nos sentimos humillados, vencidos o minusvalorados o maltratados. Preferimos sin duda las emociones de escalada, aquellas que nos proporcionan una buena imagen de nosotros mismos. Por eso es inevitable que la sumisión voluntaria inducida esté siempre desacoplada y obstruida por ciertos relés como el orgullo, la perdida percibida de poder, la envidia o la codicia. Rendirse inteligentemente no es fácil.

Suponga que usted ha sido víctima de una injusticia, que le han despedido del trabajo por email, sin darle ninguna justificación de un trabajo en el que usted estaba cumpliendo una labor más que decente y con un jefe con el que mantenía una buena relación. Su primera reacción será de rabia, evidentemente y de sorpresa, ha sucedido algo inesperado. Su primer propósito será entrevistarse con su jefe para pedirle explicaciones, pero cuando va a visitarle le recibe su secretaria y le da el finiquito. Su jefe no quiere recibirle y usted acumula todavía más rabia e incomprensión. No sabe porqué le han despedido y además de eso nadie le da una explicación. De modo que la siguiente fase de su estrategia es recabar información a través de sus compañeros. Nota que algunos le evitan y que nadie se ha puesto de su lado, todos tienen miedo a seguir su misma suerte, aunque algunos se muestran comprensivos y le ofrecen explicaciones supuestas sobre la reducción de la plantilla y de su sueldo uno de los más altos de la empresa. Que la empresa va mal, que habrá mas despidos, etc. Naturalmente a usted le importan muy poco los planes de la empresa, usted lo que quiere saber porqué le han despedido a usted y comienza a pensar si no será que su jefe le vive como una amenaza para su posición. De manera que el próximo paso es consultar un abogado laboralista.

Mientras tanto, usted ha perdido su humor habitual, ha perdido sueño e incluso apetito, discute con su esposa por nimiedades y se siente como un inútil, una sensación que nunca había tenido. Pero lo cierto es que ahora ha perdido dinero (cobra una cifra irrisoria del paro), contractualidad social y poder. De modo que ha habido una perdida, es así como su cerebro límbico interpreta su pena. Pero usted ya ha tomado una decisión. Ha decidido luchar.

Meses mas tarde su pleito sale para sentencia y usted ha ganado, pero se trata de una victoria pírrica, que solo le mantendrá unos meses más en función de una indemnización escasa. Usted sigue empeorando de salud y sigue sin poderse quitar de la cabeza la injusticia que ha sufrido y las razones para su despido, incluso llega a tejer una teoría conspirativa en la que habría al menos otros dos cómplices. No tiene más posibilidades y solo le queda buscarse otro trabajo, difícil de conseguir debido a la crisis económica que ha caído sobre el sector. No tiene más remedio que replantearse su vida y sus gastos.

Pero usted no se rinde, al menos conscientemente, sigue pensado que ha sido víctima de una injusticia y es así que llega a la visita de un psicólogo o psiquiatra, que le aconseja no seguir con los pleitos y que probablemente definan su situación como un trastorno adaptativo y le receten algunos antidepresivos y algo para dormir mejor. Lo peor sería caer en una querulancia eterna.

En realidad lo que a usted le sucede es que prefiere ser un paciente depresivo que aceptar que ha sido vencido. Es verdad que usted sufre una depresión de derrota (según la terminología de Price y Sloman) pero realmente lo que le sucede es que su sumisión voluntaria inducida ha sido bloqueada, es decir usted es incapaz de pensarlo de este modo: «bueno en realidad ellos se lo pierden, me iré a la competencia o me lo montaré por mi cuenta». Esta es la solución inteligente: desescalar y solo podrá desescalar, es decir elaborar la perdida cuando abandone la rabia, el rencor y los deseos de venganza. En cualquier caso usted sabe que no va a matar a su jefe, es por eso que la rabia no hace sino molestar.

Es interesante señalar que la sumisión voluntaria inducida (yielding) es la mejor solución cuando existe un conflicto agonístico en el que has salido derrotado y cuando no hay ninguna probabilidad de revertir la situación. Sin embargo todo en la sociedad actual conspira para desactivar este mecanismo universal que la evolución dispuso para resolver problemas más allá de la sangre o el odio eterno.

Bibliografia.-

D. Winnicot. (1963) El miedo al derrumbe

Sloman, L. & Price, JS (1987) Desescalar (subrutina rendimiento) y depresión humana: mecanismos próximos, contextuales y Etología. Sociobiología, 8, 99 (S) -109 (S).

Watt DF, Panksepp J. Depression: An Evolutionarily Conserved Mechanism to Terminate Separation Distress? A Review of Aminergic, Peptidergic, and Neural Network Perspectives. Neuropsychoanalysis 2009; 11:7-51.

Price JS, Sloman L, Gardner R, Gilbert P, Rohde P (1994). The social competition hypothesis of depression. Br J Psychiatry; 164: 309–15.

4 comentarios en “La sumisión voluntaria inducida

  1. Hola, Paco: Me gustaría saber si el dicho qus mencionas al principio de tu post es de tu abuela paterna o de la materna. Las conocí a las dos, pero me pega más que sea de tu abuela paterna. No sé. Gracias y un saludo.

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  2. Mi abuela también me lo decía! En mi caso la materna y en castellano que ella era muy de Soria. Siempre pensé que ese significado que me quería transmitir venía de sus raíces austeras y de una vida plagada de infortunios. Le salí rebelde, así que a pesar de hacer míos muchos de sus refranes, a ese no le dí mucho valor y mira por dónde…

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