Neurotipicos y neurodiversos

Es usual que en las redes la gente eche mano de la Psiquiatria para insultar a unos y a otros. Los mas insultados son los políticos, con epítetos como «psicópatas» o «narcisistas», «anoréxicas» a las que están muy delgadas o «bolleras» a las que son masculinas en sus rasgos externos. A mi nunca me han gustado estas etiquetas no solo porque banalizan el concepto sino porque además son falsas.

En realidad la mayor parte de los políticos -salvo ciertas excepciones- son neurotípicos, es decir personas normales. Me refiero a los políticos del montón, a esos concejales, diputados o alcaldes de medio pelo.

¿Qué es una persona normal?

Una persona normal es aquella que no tiene diversidad neurológica alguna y además no sufre ninguna enfermedad mental. Se identifican muy facilmente: son:

  1. Miedosas. Temen las enfermedades, los riesgos, las situaciones de exclusión social.
  2. Son amables, educados y tolerantes en lo publico, aunque en lo privado pueden mantener otras opiniones sobre aquello que no identifican como perturbador en su vida.
  3. Son chantajeables, y por tanto susceptibles de ser comprados y de decir todo lo contrario de lo que piensan en publico sin experimentar contradicción o disonancia.
  4. Se acoplan y se adaptan a una multitud de circunstancias que otros identificarian como intolerables.
  5. Detestan los enfrentamientos, las broncas y las discusiones subidas de tono. Prefieren inhibirse o retirarse antes que pelear.
  6. Son capaces de tolerar y aun formar parte de pequeñas o medianas corruptelas si están bien vistas en su entorno.
  7. Dependen mucho de la opinión de los demás y es por eso que siguen las consignas politicas del espíritu de su tiempo.
  8. De llevar a cabo alguna transgresión, la llevan a cabo con sigilo o en secreto, ofreciendo siempre su mejor cara a las cirunstancias. Pocas personas normales se arrepienten de nada de lo que han hecho en la vida.

Por contra existen otras personas a las que llamaremos por el momento «perversos», que no siguen al abanderado.

  • Tienen pocos temores, son en este sentido hipofóbicos y a veces temerarios.
  • Saben lo que quieren y lo buscan como imbuidos por un cierto sentido de misión.
  • Transgreden constantemente las normas, no hasta el extremo de la antisocialidad, pero casi siempre destacan -si lo hacen por sus ideas- como personas insólitas, que presentan ideas al menos disruptivas con el orden político o social. Estas ideas pueden considerarse como delirantes en su tiempo y sin embargo a largo plazo parecen mejor aceptadas que cuando se plantearon, al menos abren debates necesarios.
  • No tienen ningún pudor de comentar sus ideas en entornos donde saben que van a ser rechazadas y no tienen miedo a enfrentarse al sistema o al espíritu de su época. Parecen concernidos por un sentido de misión. «Es esto lo que hay que hacer y lo voy a hacer yo». En un sentido más psiquiátrico: perversión es:

Aqui hay un buen post para conocer de qué hablamos cuando hablamos de perversión.

Aunque el diccionario de la real academia de la lengua relaciona la palabra «perversión» con la maldad, lo cierto es que no todos los perversos son iguales. Los hay que son crueles, antisociales, psicópatas o rufianes y otros presentan perversiones inocentes como los fetichistas del pie. Por contra existen otros perversos que causan graves daños a la sociedad o a individuos concretos (como los pederastas) cuando tienen en su poder herramientas de gobierno y pueden promulgar leyes.

Los perversos no tienen más ley que la de su deseo y son especialistas en saber lo que el otro desea. Sus relaciones están saturadas de saber, actúa allí donde otros pierden la cabeza, es preciso, estoico, frívolo, premeditado, maquiavélico, seductor, peleón o discreto según convenga. Una ley que incluye su propio goce, un tipo que sabe gozar y que sabe la manera de cómo hacerlo.

En suma en el lado más positivo de la palabra, un perverso puede no ser un innovador, pero cualquier innovación vendrá siempre del deseo de un perverso, tanto en la ciencia, como en el arte, la literatura, la religión o la politica.

Trump y Biden son seguramente perversos, pero cada uno de ellos buscan distintos objetivos, podríamos decir que uno es bueno y el otro malo en sus intenciones y propósitos, uno es globalista y el otro patriota, uno progre y el otro conservador y ambos con una sexualidad bastante atípica o insaciable. Y lo son la mayoría de los mandamases del mundo. Es asi porque nosotros los normotípicos carecemos de ese empuje, de esa motivación, a veces ni siquiera sabemos lo que queremos.Somos así de normales.

De manera que lo que es de esperar es que nuestros gobernantes cumplan criterios para la perversión, pero hay que entender que perversión no es una enfermedad sino una estructura (las otras dos son la neurosis y la psicosis) y nosotros los neurotípicos somos neuróticos y estamos neurotizados por una sociedad diseñada para la supervivencia de los perversos.

Es por eso que quien roba o mete la mano en la caja no es -por el hecho de haberlo hecho- un psicópata sino un ladrón, algo comprensible en un mundo diseñado para el latrocinio y la corrupción.

Corromperse es normal pero hay algunos que preferirían morir antes de meter la mano en la caja, por eso son perversos.

Nota liminar.-

Hasta hace unos meses no sabia quien era Milei, pero en las redes ya todo el mundo tiene una idea de-formada de su persona. Ayer leí que en Argentina dicen que es un autista (neurodivergente) o al menos un participe del espectro autista y creen que así le descalifican. En realidad me están dando la razón, pues ¿qué persona normal se enfrentará al Poder que nos vuelve locos?

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