En un post anterior que titulé «Las joyas de George Harrison» ya me ocupé de las canciones que George Harrison fue escribiendo en solitario durante su época de «Beatles». En este post me propongo añadir algunas otras joyas encuadradas en lo que entendenmos como baladas, la lírica de la música donde el autor se plantea -en clave de nostalgia- por aquello que perdió, aquello que hoy se añora con una nueva mirada, esos lugares, personas, o amores que no cuajaron por distintos motivos y sobre los que se vuelve una y otra vez, quizá para exorcizar el dolor que quedó prendido de ciertos recuerdos.
Y hablando de lugares les propongo escuchar esta balada, potente y amable al mismo tiempo, titulada «Someplaces else» que se encuentra en el álbum titulado «Cloud nine». De una belleza sublime. «En algún lugar está lo que quedó de mi».
Otra de las baladas que más me gustan de Harrison se encuentran en su album seminal «All things must pass», el primero que lanzó en solitario después de la separación de los Beatles. Esta «Beware of darkness», el temor a la oscuridad. «Cuídate del desamor».
Parece que a Harrison le dolió más que a nadie la separación de los Beatles y aunque creo que fue el más beneficiado de la misma – porque fue precisamente la separación la que dio a luz su talento- el mismo lo dice aquí: «Si, fue una lastima»:
«Alguna vez te tuve» es la canción que preside este álbum de «Todo ha de pasar», no sin pena ni decepción, claro. «Déjame entrar en tu corazón», un tema muy parecido a «Someplaces else», del que parece su clon, potente y magnifico. Lo que se perdió en el camino.
Y para terminar con mis recuerdos, este «La luz que iluminó el mundo» en clave metafísica y por ello profunda, más allá de la psicología de la perdida con la que parece vaya a emerger en la primera estrofa:
Un sonido que cambió el mundo.
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