No escape from reality

El titulo de este post remite a una canción de Queen, cuyo autor Freddy Mercury escribió quizá una de las canciones más celebradas del siglo pasado, me refiero a Bohemian rhapsody, que es efectivamente una rapsodia escrita con fragmentos de otros estilos musicales distintos al rock progresivo y que incluye algunos guiños a la opera. Eso es una rapsodia un ejercicio de mezcla de fragmentos que dan como resultado una obra unitaria, que no pierde en la suma de sus partes la esencia de su unidad.

En ella el cantante acompañándose del piano le cuenta a su madre que acaba de matar a un hombre y es de ese pasaje donde sale el titulo de este post, pues el criminal sabe que no puede escapar de la realidad pero en este caso se trata de una realidad sin marcha atrás. es como aquel que ha cruzado un limite y ya no puede retroceder, o puede hacer otra cosa sino intentar escapar de la angustia de haber perpetrado un crimen. Haga lo que haga no se puede volver atrás y recomponer aquella escena, no hay salida, solo queda purgar por esa culpa, podrá ser perdonado pero no puede ser absuelto moralmente de su decisión.

En eso andaba yo pensando mientras leía este libro de Deaton que habla de salud, progreso y desigualdad.

Un experimento mental.-

Imagínese que usted es un soldado y que ha sido hecho prisionero y ubicado en un campo de concentración enemigo. Vamos a suponer que ese campo tiene 100 cautivos y que usted como casi todos los que allí se dan cita lo que quieren es escapar. Hay varios compañeros que hacen planes para construir un túnel que comunique el campo con el exterior. de manera que usted y digamos 20 más de su barracón comienzan a excavar un túnel. La marcha de las obras ha de ser necesariamente lenta para pasar desapercibidos para los guardianes, y ustedes tienen una idea: no construiran solo un tunel sino dos de manera que si uno quedara descubierto e inutilizado siempre quedaria el otro. Para ello necesitan más manos, de modo que el plan ya no se limita a su propio barracón sino que se lleva la noticia más allá a otros barracones siempre a través del secreto de estas comunicaciones.

Llega el día en el que el plan parece haber llegado a un consenso entre los lideres de la fuga: unos 20 saldrán por el primer túnel y otros 20 saldrán por el otro después de dejar pasar una hora más a o menos para dar tiempo al primer grupo a que se aleje lo suficiente y dispersar a los soldados perseguidores en el caso de ser detectados.

Lo interesante de esta fuga es que -después de la construcción del túnel- no todos los cautivos parecen dispuestos a abandonar el campo, donde al menos tienen comida y pueden guarecerse de los elementos climáticos., incluyendo a aquellos que colaboraron en su construcción. Al final solo 20 son los decididos a escapar y se dividen en dos grupos. El resto (80) prefieren no correr ese riesgo, que no es otro sino perder la vida y en el caso de volver a ser capturados perder todas las prebendas que ahora disfrutan pues pasarían a otro campo con condiciones de vida mucho más duras.

De manera que tenemos un grupo (1) de 20 escapistas y un grupo (2) de 80 conformistas.

Podrá preguntarse porqué esas 80 personas rechazan la aventura de escapar. Bueno, unos por miedo, otros por alguna enfermedad, herida o incapacidad para sobrevivir en la escapada, otros por su edad. Pero hay una segunda lectura que procede de los escapistas. Estos lo hacen porque prefieren la libertad a la seguridad y porqué no decirlo, de llegar a las posiciones amigas serian inmediatamente devueltos al frente. Para algunos es mejor permanecer en el campo que volver a la trinchera.

Pero hay más: los delatores. Basta con que en esos 80 haya un delator para que el plan se venga abajo, al menos en parte. Esto es lo que sucedió: 2 delatores de dos pabellones adyacentes dieron parte a los guardianes de que se acercaba el momento de la fuga y aunque no podían saber a ciencia cierta por donde discurrían los túneles, lo cierto es que avisaron a tiempo suficiente para impedir la segunda fuga. De manera que solo 10 escapistas lograron su propósito. Inmediatamente se dio la voz de alarma y fueron perseguidos no sin antes comprobar qué dirección habían tomado los escapistas.

Es interesante este experimento mental para que cada uno de nosotros piense en qué haría en esa situación, veamos el resultado de la fuga:

  • Diez fueron los fugados por el primer tunel. De esos 10, 5 fueron ejecutados durante la persecución, los otros 5 consiguieron llegar a las lineas amigas.
  • Los delatores ganaron prestigio y prebendas entre sus guardianes y consiguieron beneficios por su «soplo», mejores raciones de comida y eludir los trabajos más penosos. Naturalmente sus compañeros ignoraban quien eran los delatores aunque habian ciertas sospechas bien fundadas.
  • Las condiciones del campo empeoraron con la fuga y el régimen disciplinario se endureció. Las raciones fueron más cortas, el tabaco escaseaba y los trabajos y los registros fueron mas duros y frecuentes.

En resumen: de esos 100 solo lograron su objetivo 5, lo que representa un 5% de la población total. 5 murieron en la intentona. El resto de internos acabó perdiendo en ese juego donde pocos ganaron. Los únicos que se beneficiaron de la situación fueron esos dos delatores.

Sin embargo hay un matiz que creo importante señalar. Los 80 que quedaron en el campo de manera voluntaria sostuvieron un moral muy alta y dirigieron sus oraciones y deseos al éxito de la empresa de sus compañeros, aunque perdieran comodidades llegaron a suplirlas con algo más: un criterio moral de resistencia. Los delatores por su parte no terminaban de estar bien a pesar de haber ganado bienestar en el campo, pues lo hicieron a costa de traicionar a sus propios compañeros.

El bienestar no siempre coincide con la felicidad, pues el bienestar es la valoración que hacemos de nuestros actos y de nuestro modo de vida, mientras que la felicidad es un estado fisiológico, una emoción que va y viene pero que casi nunca persiste.

Si a mí me preguntaran de qué va este libro de Deaton, no contestaría sino que pondría este experimento mental para que el lector se haga esa pregunta que más arriba me hacía. ¿En qué grupo se situaría? Naturalmente nadie se pondría en el papel del delator, pero es necesario que aquel que se traza un mapa del mundo sepa que los delatores o traidores existen en una proporción al menos similar a ese 2%. El libro de Deaton nos da ciertas claves para disminuir la desigualdad y parece que se alinea con la idea de: más capitalismo, más democracia, más seguridad y más libertad. Pero no termina de resolver el dilema de la desigualdad pues el hecho de no aprobar las ayudas a los más necesitados de ella no parece que resuelva nada, si bien es cierto que las ayudas acaban siempre corrompiendo instituciones y promoviendo dictaduras en los países a los que se destina. Los poderes extractivos funcionan como los delatores, impidiendo u obstaculizando el progreso.

En suma alcanzar un buen nivel de bienestar está relacionado con el dinero (renta per capita) pero no solo con el dinero. ¿De qué sirve tener bienestar material en un país como Bulgaria o Togo donde la realización personal es de las mas bajas del mundo? ¿De qué sirve ser rico en un país lleno de delincuentes o de inseguridad para la vida o la propiedad? Ese algo más que se añade al dinero es precisamente la seguridad pero sobre todo la libertad. Encontrar un equlibrio entre ambas es la tarea que nos corresponde a los ciudadanos del siglo XXI pues es muy posible que hayamos tocado fondo en expectativa de vida y en opulencia material sin olvidar que el progreso por si mismo lleva aparejadas bolsas de desigualdad, de alienación y de patologías mentales. No hay que olvidar que la opulencia sienta muy mal a nuestro cerebro. Y más.

La idea fundamental es que se puede escapar de la pobreza, de la muerte precoz y de la miseria moral.

Sin olvidarnos de la suerte.

Aqui hay una buena critica del libro.

El machismo y la hipergamia

Lo más probable es que usted crea que lo contrario del machismo es el feminismo pero está usted equivocado, el feminismo -al menos el feminismo realmente existente- es una especie de machismo protagonizado por ciertas mujeres hembristas, como más adelante veremos. En realidad lo contrario, lo opuesto al machismo es la hipergamia.

Es también posible que usted crea que hipergamia es sinónimo de promiscuidad, pero siento decirle que está también equivocado. La hipergamia es un emparejamiento hacia arriba, el acto o práctica de buscar pareja o cónyuge de mejor nivel social y/o económico o de una casta más alta que uno mismo. distinto de la promiscuidad donde no se mira con quién se copula, lo importante es copular con muchos. Así descrita la hipergamia es la conducta sexual preferida por la mujer occidental, es decir de las mujeres que habitan el mundo opulento y liberal en el que vivimos en Europa, USA y Canadá y Australia-Nueva Zelanda.

Machismo e hipergamia representan pues opuestos o contrarios y mantienen entre si relaciones dialécticas. Para saber qué demonios es eso de las relaciones dialécticas lo mejor es que el lector lea antes este post que dediqué a la Aufheben hegeliana. Pero si usted cree que ese concepto es demasiado complicado puede conformarse con mi explicación para dummies.

Si existe Podemos ha de existir Vox, si existe derecha ha de haber izquierda, si existen partidarios de aborto ha de existir detractores, si existe Dios ha de existir el diablo, si existe el bien ha de existir el mal etc. Esto es dialéctica.

Este mes de Diciembre ha sido un mes «horribilis» para el ministerio de Igualdad, pues 11 asesinatos de mujeres en un mes ha levantado todas las alarmas, máxime cuando estos asesinatos han sido terriblemente crueles llevándose la vida de una mujer embarazada a termino bien descrito por la prensa amarilla, o sea toda. Las declaraciones de nuestra adolescente ministra de Igualdad son más un berrinche pidiendo más policías, más protección y más recursos para las previsibles (solo ella sabe quienes son las beneficiarias de esa predictibilidad) víctimas de la violencia machista. Pero ningún intento de repensar las cosas, de modificar el hábito del pseudodiagnóstico y de ponerse a trabajar más allá de favorecer los chiringuitos de género que se llevan las inversiones de ese gran negocio que es la ideología de género.

Para entender mejor las causas de este estropicio que ha generado la LVG y la ideología de género, es necesario recurrir al pensamiento dialéctico y plantearse algunas preguntas:

¿Qué quieren los hombres? ¿Y qué quieren las mujeres? Me refiero en general, no a las activistas de género o a los asesinos (hombres) y a las asesinas (mujeres) potenciales. Para ello es necesario plantearse una pregunta en clave evolucionista con la ayuda de Hegel.

El machismo existe realmente -es un extremo de la masculinidad- aunque no tiene nada que ver con el patriarcado, tiene que ver con la testosterona y la manera que entendemos cada uno de ser hombre, sin embargo es un estado mental y físico muy similar a la hipergamia. El hombre anhela fuerza, determinación, competencia, dominio y subordinación, mientras la mujer quiere estatus, coacción de la potencia masculina, y obediencia del hombre a la seducción a través de la exhibición de caracteres sexuales secundarios. Y sobre todo protección, una mujer aun la más empoderada y autónoma lo que busca en un hombre o en un gremio es protección para ella y sus hijos. Como puede verse machismo e hipergamia son cosas que parecen distintas e incluso incompatibles. Lo parecido y lo diferente sin embargo guardan ciertas similitudes: ambos persiguen un fin vinculado al sexo de cada uno de los contendientes. Dicho de otra forma: son fenómenos de distinta naturaleza pero enredados en un mismo caldo social e incluso en una misma matriz. Se refuerzan el uno al otro o por decirlo en términos cibernéticos: se retroalimentan.

Significa que en una sociedad donde haya muchos elementos hipergámicos habrá mucha rivalidad intrasexual femenina y es previsible que haya también muchos «incels» o MGTOW-likes, es decir hombres opuestos y combativos con el feminismo que acumulan grandes decepciones en su vida sentimental y que por supuesto acumulan rencor hacia las mujeres.

También es cierto que existen mujeres que acumulan rencor hacia los hombres, pues ¿cómo discriminar al protector del depredador? Muchas mujeres han tenido experiencias sentimentales muy frustrantes y/o se han sentido discriminadas o maltratadas por hombres concretos, por padres abusivos o ausentes, por humillaciones en el trabajo o por exclusiones sociales que por alguna razón u otra han sido adjudicadas a su género.

Los hombres tienen un miedo ancestral a la mujer, un miedo que procede de la posibilidad de que la mujer le engañe, Y terminar haciendo cuckoldry (cuernos), es decir cargar con los hijos de otro, es por eso que los celos masculinos y la vigilancia controladora de la mujer están bien definidos entre los jóvenes que aun no han tenido el suficiente aprendizaje social o bien madurez. Hay ciertas diferencias entre los celos de hombres y mujeres y lo que sabemos es que los celos son mucho más perturbadores psicológicamente en los hombres.

Podríamos decir entonces que el feminismo es en realidad un grupo de autoprotección que las mujeres adquieren para defenderse de este maltrato que o bien han sufrido o bien esperan en algún momento. Pero lo cierto es que al mismo tiempo que buscan protección en ese entorno niegan la mayor a los hombres. es decir niegan sus deseos de protección, lo de llegar a casa «sola y borracha» no es más que un deseo infantil. En realidad irse de noche a casa sola y borracha tiene muchos riesgos para las mujeres. Riesgos que niegan de forma «naif» como si la seguridad fuera un derecho que tenemos solo por el hecho de ser mujeres. En realidad los hombres también tenemos muchos riesgos, si volvemos solos a casa y borrachos, peleas, drogas y accidentes de tráfico son las penalidades nocturnas de los padres que tienen hijos varones. Existe mucho más riesgo cuando se niegan los peligros y la vulnerabilidad. Lo realmente sorprendente es que las mujeres en realidad lo que hacen es identificarse con lo peor de los hombres, así se muestran descaradas, desafiantes, obscenas o agresivas como si fueran machitos sin civilizar. Este es el modelo de mujer empoderada que vemos en las películas, en las series y que tanto éxito ha tenido en ciertos estratos sociales. ¿pero no habíamos quedado en que los hombres son detestables? ¿Por qué imitarles?

En realidad estas dos posturas de género, el macho que vigila el móvil de su novia o la chica que inmoviliza a su novio dejándole sin movimiento como la Gorgona, son dos posturas extremas de lo que estoy contando. Ninguna masculinidad podrá ser transformada a partir de los deseos de la mujer, ni ninguna femineidad podrá ser controlada a partir del deseo del hombre. Hay que dejar de contemplar la transformación de la masculinidad (las nuevas masculinidades) desde el punto de vista femenino., al servicio de la mujer. Y si eres hombre lo mejor es que busques una mujer que se situe bajo la campana de Gauss y no esté aun demasiado contaminada por ideas extremas.

Y esto es lo que puede resolver la dialéctica. De lo que se trata es de repensar conjuntamente, debatir sobre cómo queremos los hombres ser y cómo quieren las mujeres ser, pero a distancia de los maximalismos. No se trata de noquear al adversario, sino entenderle y sobre todo respetar la idiosincrasia del otro y lo que no interesa no interesa.

Insistir en la polarización de los sexos es favorecer la violencia sexual, no se trata de poner más policías, se trata de enseñar dónde están los riesgos de una manera realista. Y favorecer que se cumplan los deseos femeninos más profundos, la protección, que se deje de buscar en entornos feminizados que solo podrán ser sucedáneos de un padre, un hermano o de un marido.

La mala noticia es que la identidad y los mas importantes aprendizajes sociales se adquieren en la familia. Y en la medida en que esta se debilite habrá más anhelo por encontrar protección en otro lado. Y a más pánico moral más delitos sexuales.