¿Qué queda de la envidia del pene?

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Uno de los errores mas graves que tuvo el maestro Sigmund Freud, fue la observación de que las mujeres tenían la secreta ambición de ser hombres y que desarrollaban a lo largo de su infancia una fantasía muy especial: la de haber sido desprovistas de tan preciado órgano. En realidad la observación de Freud no era del todo descabellada si tenemos en cuenta a las mujeres que estudió sobre todo en su época de Viena.

Mujeres burguesas sacrificadas por sus padres a ser las cuidadoras de padres enfermos y de madres al borde del ataque de nervios. Todas las histéricas que Freud nos relata en su ya celebre ensayo «Estudios sobre la histeria» eran mujeres espabiladas y ambiciosas que habían sido designadas por el dedo parental como solteronas al servicio de padres tuberculosos cuando no sifilíticos.

En estas circunstancias enfermaban y no deja de ser curioso que un genio como Freud no advirtiera que esa era la verdadera causa de sus malestares nerviosos. Hasta ese punto estamos ciegos a la evidencia cuando la evidencia viene empaquetada por los usos y costumbres de la cultura. Lo políticamente correcto.

En aquella época y en esta clase social, las niñas tenían una educación similar a la de los niños, pero al llegar a la pubertad los padres las retiraban de la educación reglada y las enclaustraban en el hogar a ejercer «las labores propias de su sexo», a unas (las menos inteligentes) las casaban y a las más inteligentes las dejaban para «vestir santos». Es lógico que esas mujeres y en esa clase social  desarrollaran una envidia natural hacia sus hermanos que eran libres para ejercer sus profesiones, seguir con los negocios de la familia o instituir una familia por su cuenta.

Desde entonces generaciones enteras de psicólogos y psiquiatras imbuidos en la idea de Freud, creímos a pies juntillas en esa versión de los hechos: las mujeres tenían envidia de los hombres. Nos tenían envidia porque les faltaba algo y ese algo no podía ser otra cosa que el pene, un órgano que remitía a un símbolo (el Falo).

Y lo cierto es que las mujeres pueden tener envidia de sus hermanos cuando ambos se educan en estereotipos bien distintos. Es hasta lógico que Anna O. o Dora o Elisabeth R, tuvieran envidia de los hombres o de las hermanas peor dotadas que ellas y que conseguían un marido.

Pero este hecho intuitivo ha tenido que rivalizar con otros hechos que han pasado inadvertidos para legiones de investigadores y terapeutas. Estos hechos son los siguientes:

1.- La homosexualidad masculina es sensiblemente más frecuente a la femenina, algo que en principio parece ir en contra del argumento freudiano. Lo lógico en este contexto seria encontrar un numero mayor de lesbianas que de gays. Si tomamos en cuenta el argumento de que ser hombre es mas deseable que ser mujer.

2.- Lo cierto es que «ser mujer» tiene algo de atractivo para los hombres, no solo en relación con la orientación sexual sino que es uno de los cementos de las fantasias sexuales masculinas: el travestismo, el fetichismo, y el transexualismo son más frecuentes de hombre a mujer que de mujer a hombre.

3.- Hombres que se visten (en la intimidad o en publico) como mujeres, que hablan como mujeres, que andan como mujeres, que se ponen zapatos de tacón o medias, que fantasean con ser sumisas, dominadas, sojuzgadas, violadas o vendidas como rameras forman parte del imaginario masculino y son las fantasías que con más frecuencia atienden las profesionales por parte de los hombres.

4.- Todas las parafilias son más frecuentes en hombres que en mujeres, del mismo modo sucede con los pares sadismo/masoquismo. tanto los sádicos como los masoquistas son en su mayor proporción, hombres a pesar de que Freud pensaba que el masoquismo en la mujeres es constitucional.

Los hechos desmienten pues la idea de que las mujeres envidian la posición masculina «per se» aunque es posible que en algunos entornos puedan envidiar su posición en la sociedad sobre todo en las sociedades preindustriales. En ciertos casos esta envidia pueda estar justificada sobre todo en ciertos en entornos -como los agrícolas- donde hay muchas diferencias en las oportunidades de ser, lo cual tiene una explicación antropológica: casar a un muchacho es siempre más caro (consume más recursos) que casar a una muchacha dado que a un muchacho es necesario dotarle de ciertos atributos (oficio, ganado, tierras) para que pueda disponer de esposa y casa propia.

Lo que observó Freud (por el sesgo de su clientela) es que las muchachas envidiaban a los hombres, en palabras del maestro «por estar completos» mientras que el propio cuerpo se sentía como incompleto y que sólo podia ser llenado a través de la maternidad, algo en lo que ya nadie cree. Por otra parte puede ser verdad que las mujeres envidian ciertas características de lo que ellas pueden entender como ventajas masculinas (quedando ciegas a las desventajas) pero en cualquier caso esta envidia no es una envidia por el pene que para Freud era algo literal.

Hay algo en la mujer, más allá de su funcionamiento como objeto de goce -en el mismo hecho de ser mujer- que atrae a los hombres. Algo que Lacan llamó el empuje hacia la mujer. Algo que ha sido muy estudiado por los psicoanalistas postfreudianos a raíz del caso Schreber, aquel juez que se transformó delirantemente en la esposa de Dios .

Lo cierto es que en toda mi vida de psiquiatra no he visto nunca ningún caso de transformación delirante de una mujer en hombre y he visto algunos casos de sentido contrario.

Warren Farrell no es un musico de jazz como su nombre podría darnos a entender sino un psicólogo americano que ha dedicado su vida al estudio del poder masculino y del poder femenino y a redefinir ciertos mitos que hacen recaer una y otra vez sobre un supuesto poder masculino que ha resultado históricamente opresor para las mujeres. Asi dice Farrell que:

Farrell definió poder como «control sobre la propia vida», diciendo que «el hombre aprende a definir poder como ligado a una obligación de ganar dinero que otra persona gasta mientras ellos mueren temprano». De esta forma, éste se convirtió en uno de sus más controvertidos libros y se lo considera de importancia en los estudios masculinos.

En suma, Farrell es un luchador por los derechos de los hombres, un ilustrado oscuro (según la definición que proponen aqui) y en particular de los hombres divorciados que son probablemente el segmento de la población masculina mas olvidado por el derecho y el sentido común. Sin olvidar las falsas denuncias con los que algunas mujeres consiguen prebendas en sus separaciones, divorcios y escarceos poligínicos.

En realidad el libro de Farrell es superponible en su argumentación a uno de Baumeister del que ya escribí aquí, de modo que les dejo el vinculo por si alguien quiere recordar los argumentos de Baumeister en este debate.

Lo que sabemos hoy a propósito de este debate sobre deseabilidad social es lo siguiente:

  • Hay mas viudas que viudos, algo que podemos ver en cualquier estadística de supervivencia en cualquier país que tenga estadísticas. Las mujeres tienen una mejor calidad de vida y salud que los hombres.
  • Los hombres son en su mayor parte (reproductivamente) prescindibles, es por ello que los trabajos mas arriesgados y las guerras nutren sus bajas de hombres que no regresan a su hogar. La mujer es un valor social, ninguna mujer pagaría por un hombre.
  • Los hombres tienen menos éxito reproductivo que las mujeres que al menos nos doblan en predecesores.
  • Menos oportunidades sexuales para los hombres que para las mujeres y más competencia por los recursos sexuales.
  • Vivimos en una cultura ginecocéntrica que favorece a las mujeres imbuidos por el mito progresista de que el patriarcado (algo que no deja de ser una abstracción) es el culpable de las desigualdades sexuales y que deja vacia a la biología y a los gustos concretos de cada sexo, tal y como ya conté, en la paradoja noruega. Una cultura que se concreta en nuestro país con leyes injustas y discriminatorias como la ley de la violencia de género y bien vista costumbre de la «paridad».
  • Las mujeres controlan la reproducción de los hombres, no sólo a través de los anticonceptivos sino a través del aborto electivo.

En definitiva ser hombre no es nada deseable y aunque cada sexo tiene ciertos segmentos de desventaja en relación con el otro, lo cierto es que la evolución nos diseñó para complementarnos y no para hacer la guerra unos contra otros. Son ciertas ideologías y ciertos discursos del siglo pasado conocidos como «síntesis progresista» los responsables de haber ignorado tanto lo biológico como de haber construido una narrativa coherente, persuasiva y sencilla para convencer a las mujeres que tienen pene y a los hombres que carecen de él.

Los antifreudianos de toda la vida.

21 comentarios en “¿Qué queda de la envidia del pene?

  1. La «síntesis progresista» se desarrolló en los Estados Unidos -no en Europa- en las últimas décadas del siglo pasado, pasando de ahí al viejo continente. Es paradójico (y hasta da risa) que buena parte de la izquierda de países como España, visceralmente norteamericana, sea la que se haya convertido en el adalid de esas ideas exportadas, que ha asumido como propias. Lo muy diversos exponentes que la componen -«Gay and Lesbian Studies», «Women Studies», «Gender Studies», «Cultural Studies», «Feminist Studies», etc.- son, a estas alturas, pedazos a la deriva del big bang del formalismo-estructuralismo, que trajo consigo la deconstrucción, la psicocrítica, la semiótica, etc. en los estudios socio-culturales, y de las teorías de la escuela de Frankfurt y su renovación hegeliana en clave marxista con las aportaciones de Freud que encajaban en su organigrama. El resultado ha sido este falso amasijo que ignora lo biológico, que ha sido vendido como mercancía cultural invocando un igualitarismo que en el fondo no es tal. Pero no hay que olvidar lo más importante: esta «síntesis progresista» ha obtenido muy buenos resultados de venta, pues si tal producto hubiese sido «no comercial» habría sucumbido. «Si tu producto no vende, es malo» reza el eslogan. En los Estados Unidos comenzó a declinar el omnipotente y ominipresente influjo de la «síntesis progresista» a principios del siglo XXI. En este presente el mito de la falocracia y del patriarcado no vende ya como debiera. Así que, como todo lo humano, tiene sus días contados. El término que designa allá lo que llamas «síntesis progresista» es ‘Cultural Marxism’.

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  2. Bueno, alguien tendrá que defender a Freud, no?, es curioso que normalmente oigo frases como: «Freud estaba equivocado», «los niños no pueden sentir sexualidad» o de una forma más refinada, frases como: «Freud ya está superado», etc.. Creo que si Freud viviera, diría y creo que en su época ya lo dijo, que esas frases o afirmaciones surgen precisamente de la resistencia interna de los que lo dicen, es decir, y por ejemplo, pensar que los niños no sienten sexualidad no surge desde una observación objetiva, sino desde un prejuicio originado en la propia represión del que lo dice, o sea, en el fondo negarlo es justificar en parte que existe represión y por tanto confirma parcialmente la teoría.

    Sí que es cierto que los enfermos que trató en su época, estaban dentro de un mismo círculo o entorno condicionados por los prejuicios de la época, pero que yo sepa Freud generalizó, su teoría empieza en los enfermos(por ejemplo neuróticos), pero acabó generalizándolo hacia la constitución humana.
    Freud no sólo trataba con enfermos, trataba con gente normal y veía que sus teorías se acoplaban a lo cotidiano también.

    Con respecto a que las mujeres sienten envidia por el pene, yo lo veo de esta forma: no es que la niña vea que hay una diferencia anatómica con respecto al niño, y entonces al ver que ella no tiene pene(y lo que representa) forje fantasías, que si está castrada o si es incompleta, etc.., si no que la niña, ya tiene ciertas fantasías instaladas en ella, desarrolladas mucho tiempo atrás, y que al ver que en el caso de su hermanito tiene pene, esas fantasías reprimidas adquieren un nuevo empuje, ver el pene y no tener, entiendo yo, que lo que sucede es que la niña da veracidad consciente a las fantasías inconscientes, y se forman un nuevo conjunto de fantasías más poderosas apoyadas por las antiguas y verificadas por la observación del pene que el tiene y ella no.
    Es decir ver que el niño tiene pene y ella no, ´confirmarían ante ella misma sus sospechas inconscientes que estaban en forma de fantasías.
    O dicho de otra forma, el «falo» sería un símbolo universal (poder activo) independientemente de que existiera pene o no.
    Entiendo yo, que aunque la niña nunca viera un «pene» en su vida, no significaría que no llegaría a tener envidia del pene, entiendo , que la tendría igualmente, pero al no ver visualmente nunca(no hacérsele evidente) el pene, no habrían fantasías tan poderosamente desarrolladas que en el caso de que si lo vea.

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  3. sannio10:

    «Cultural Marxism is largely a synthesis of Marx✡ and Freud✡»

    Gracias al traductor he podido saber que eso que pone arriba es:

    «Marxismo cultural es en gran medida una síntesis de Marx✡ y Freud✡. »

    Supongo que como el Marxismo cultural hace uso de una parte o gran parte de la teoría freudiana, la conclusión es que la teoría freudiana es como mínimo incorrecta, no?, o que la teoría freudiana tiene una perspectiva como mínimo maliciosa, o lo que sea, pero vamos, cercano a lo negativo.

    Y digo yo, no es más fácil, si uno no está de acuerdo con un argumento, o tema o algo en particular, poner un ejemplo de cosecha propia, o argumentar de una manera más o menos clara, que utilizar links o frases prestadas, o buscar y buscar información por el google?

    O sea que si una persona mata a otra con un cuchillo, la conclusión será que el hombre es un asesino, y que el cuchillo ES ALGO MALO.
    Y digo yo, también se podrá utilizar un cuchillo para pelar una naranja, no?.

    PD: El ejemplo del cuchillo se me ha ocurrido a mi.

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  4. Yo he sido freudiano y tengo por tanto un segmento de mi formación que podríamos llamar filo freudiana. El problema no es que sea mala sino que es falsa, y cuando digo falsa no la estoy descontando en bloque sino en cuanto teoría.Faraday tu eres argentino?

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  5. Faraday, tú eres un excelente exponente del escolasticismo medieval, o sea, de las ciencias del ‘ergo’ y del silogismo. Se exponen ideas y se ilustran con textos, sin otra intención y sin ninguna filiación. ¿A qué vienen esas estrellas de David? Cada cual es libre de reflexionar sin entrar en cuestiones personales. Éste es un foro de neurociencias, no de discusiones estériles y de niñerías infantiles. Ahórrate responder porque no tengo más que decir; ya sé que lo que deseas es que se te haga caso. Los ‘trolls’, a enredar a otra parte.

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  6. No, paco soy español, Barcelona.

    Entiendo que lo correcto, o lo certero, o realmente desde donde se tiene que partir, son de las observaciones objetivas, supongo que uno acumula observaciones sobre el tema de interés y en base a eso se construye una teoría acorde con las observaciones y que la teoría no sólo tenga como fruto la explicación coherente del tema sino que además prediga hechos nuevos acordes con el tema.

    Ahora bien también hay que decir que ninguna observación es objetiva, ya que uno «observa» en base a un conocimiento anterior, ese conocimiento anterior lo condiciona y su observación queda polarizada, manchada.
    Yo no creo que existan teorías incorrectas sino con más o con menos coherencia interna, es por eso que las teorías tardo o temprano siempre «cambian».
    La observación de los hechos cambia, porque el entorno(cultural) cambia y por tanto las teorías cambian.

    La teoría freudiana puede ser falsa desde otra perspectiva, pero claro, no sólo la freudiana sino cualquiera, cualquier teoría puede ser falsa comparada con.
    Para mi las matemáticas es una estructura lógica con un rigor excelente, pero sólo es válida en un contexto de «mediciones o cantidades», fuera de ese hecho es una herramienta inservible, aunque hay que reconocer que pocas cosas están fuera de las mediciones.

    Entonces tengo la sensación en base a como veo las cosas que la teoría freudiana en esencia es bastante correcta, que parte de hechos generales y sencillos y los ramifica a toda conducta o pensamiento etc..
    El entorno cultural ha cambiado, y cada vez priman más las categorías, cada vez se clasifica más, y más, y eso creo que tiene un problema, uno se olvida de la causa y sólo se queda con la clasificación.
    O sea uno se acostumbra a pensar, no desde la causa, sino desde la clasificación, y por inercia, ve la clasificación como causa.
    Por eso creo que la superclasificación o hiperclasificación ha hecho perder el hilo causal correcto, en el caso de la teoría freudiana, y por tanto «olvidar» que es una teoría excelente, muy, muy hilada.

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  7. Sannio10 en ningún caso quiero ofender.

    Es verdad que uno puede defender sus argumentos como quiera, pero pienso yo, que si pones ejemplos tuyos en tus argumentos expresarías con más claridad las ideas.
    No entiendo que quieres decir con lo de «trolls», yo hablo desde la pasión de clarificar una idea o debate, mi fin es ese, no es otro.
    Yo no deseo que se me haga caso por hacerme caso, lo que sucede es que si escribo una idea relativo al tema me gusta entrar en profundidad, más desde lo que entiendo, que desde lo que «se».
    Si no estás de acuerdo en algún punto de lo que digo utilizas una contra argumentación y ya está.

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  8. Antes de buscar la causa de un fenómeno hay que asegurarse de que el fenómeno existe. Es verdad que el psicoanálisis es muy bueno como narrativa y que Freud era un magnifico observador, tanto que terminó por inventarse una teoría que lo explicaba todo. Por ejemplo ,claro que las mujeres tienen envidia de los hombres (pero no por el pene), claro que padres e hijos rivalizan pero no por la madre, claro que hay malestares en la cultura pero no por la represión de lo instintivo sino por la opulencia misma, claro que hay represion porque estamos diseñados para el engaño y el autoengaño y la mejor forma de engañar a alguien es engañarse primero a si mismo.
    Freud señaló los grandes problemas del hombre y quizá porque no tenia una ciencia detrás que pudiera emplear como guía se inventó una.
    Y no estoy de acuerdo en que las teorías sean todas falsas, las teorías no son todas iguales, unas predicen y otras son incapaces de predecir nada, unas se basan en hechos y otras en ilusiones aunque resulten explicativas. Si Freud hubiera leido a Darwin, la historia hubiera sido bien distinta.

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  9. «Y digo yo, no es más fácil, si uno no está de acuerdo con un argumento, o tema o algo en particular, poner un ejemplo de cosecha propia, o argumentar de una manera más o menos clara, que utilizar links o frases prestadas, o buscar y buscar información por el google?»

    Para tener claras las raíces de la «síntesis progresista» no me es necesario consultar ningún google. Como el concepto, acuñado en Estados Unidos, de «Marxismo cultural» coincide muy estrechamente con lo que el dueño del ‘blog’ llama «síntesis progresista», me pareció oportuno añadir, luego de escribir, un ‘link’ que explicase claro qué se entiende por tal en aquel país. Cada cual es libre de abrirlo o no, según su curiosidad. ¿Te molestó su contenido? Quéjate a los autores y olvídate de mí. No has respondido a mi pregunta: ¿por qué añadiste estrellas de David junto a los nombres de Freud y Marx? Cualquier lector avisado ha captado tus maliciosas intenciones. Si no estoy equivocado, ya en una ocasión me tuviste por «protaurino» y por «barroco». Verdad que el papel es noble y admite todo lo que se le eche encima. En México -país por el que tengo un gran cariño- dice un refrán: «¡Botellita de jerez, que todo lo que diga sea al revés!». Y como cuanto escribo lo entiendes sesgado no tenemos nada que comentar. Gracias, repito, por olvidarte de mí.

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  10. Claro, no puedo estar de acuerdo.

    De todas formas me parece estimulante discrepar pues eso fuerza a buscar nuevos caminos, porque siempre los hay.

    Sólo quiero matizar: si estoy de acuerdo en que antes de buscar la causa del fenómeno hay que asegurarse que el fenómeno existe, claro, es que yo pienso que el fenómeno existe en función del tipo de observación que se haga.
    El empresario que observa el bosque, sólo verá, terreno para edificar y posibilidades económicas.
    Los naturalistas que observan el mismo bosque sólo verán armonía en la riqueza biológica.
    Claro, el bosque existe como hecho, pero su interpretación marcará la dirección de estudio de ese hecho.
    Como todo es relativo, el hecho es relativo, con lo cual creo que nunca se ve el hecho, sino la interpretación del hecho.
    Así pues no hay realmente una diferencia entre hecho y ilusión, pues la ilusión es una interpretación del hecho, y lo que se le llama propiamente «hecho» es una interpretación de convenio, si todos estamos de acuerdo en que no se puede cruzar en rojo(hecho), está claro que cuando veo el semáforo en rojo, veo prohibición.
    Si yo veo cuando voy por el desierto y tengo mucha sed, una fuente, eso es un «hecho», cuando me acerque veré que no hay «fuente», entiendo que sigue habiendo el mismo hecho pero la nueva perspectiva cambia, ya no es un hecho que en el desierto haya una fuente, sino que la fuente estaba bajo otro contexto, en este caso en mis ideas delirantes.

    Pienso que tanto el desierto que realmente se «ve»(interpretación visual) como la fuente que se «ve»(interpretación mental) son hechos bajo puntos de observación distintos.

    Claro, en el estado cultural en el que nos estamos ahora mismo nos da una forma de observar las cosas con menos narrativa y con más base matemática o despersonalizada, pero tarde o temprano los datos fríos que se obtienen tendrán que ser narrados de alguna forma, o sea, interpretados, estaremos entonces en las mismas de podernos equivocarnos.

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  11. Sannio10, yo no busco enfrentamientos personales, es más, dices que te olvide, pero si yo no te presto atención a «ti», presto atención a lo que escribes.

    » ¿por qué añadiste estrellas de David junto a los nombres de Freud y Marx? Cualquier lector avisado ha captado tus maliciosas intenciones.»

    Pero vamos a ver, no dices que me olvide de ti, pues no me reiteres la pregunta.
    Lo de las estrellas de David es copiado directamente del texto, copiar/pegar, ni siquiera se exactamente que significan las estrellas, lo único que creo que es bíblico, no se que deben de significar para ti, pero las estrellas iban dentro de la frase del texto que pegué en el blog, sin ninguna intención.

    De todas formas no te contestaré más en este debate que «tu» has metido, ni quiero enfrentamientos, ni usurparte protagonismo, no se , no se, pero no será que eres tu el «troll», que tampoco tendría nada de malo, mientras enriquecieras más que obstaculizaras.

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  12. ¡Venga, hombre, menos hipocresía, que se te ve el plumero! Justo acusas de lo que eres. Yo ni me he dirigido a ti ni he iniciado ningún debate. Eres mentiroso compulsivo, además de enredador. Y no es la primera vez que actúas. No tienes remedio. A mí no me engañas, hombre. Pero volverás a la carga, sin duda, con otro pseudónimo en cuanto se cansen de ti. Ya llevas varios.

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  13. La transformacion en lo contrario y en realidad todas las defensas son constructos hipoteticos para explicar algo que desde hace algun tiempo se ha demostrado ya: el engaño y el autoengaño (Trivers). La homofobia tiene hoy otras explicaciones, bien distintas a las que propone Freud.
    Pero tu cuantos nicks tienes Darza? Que mania de usar heteronimos, asi no hay quien se aclare.

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  14. El primer argumento de la homosexualidad no tiene sentido, empezando porque el ser homosexual no significa consecuentemente querer ser mujer, un homosexual es alguien que se siente atraído o atraída a una persona de su mismo género si rechazar su propio género, soy hombre, me gusta ser hombre y me gustan los hombres. Entonces saltamos a una consecuencia lógica que termina con el primer argumento, y es que, querer ser hombre no significa necesariamente querer ser un hombre heterosexual, y para comprobar esto solo falta con ver los grupos sociales de mujeres que se hacen llamar fujoshis, mujeres que quisieran ser hombres homosexuales.

    El segundo argumento, ‘“ser mujer” tiene algo de atractivo para los hombres’ es muy subjetivo, de hecho, para mal, en muchos círculos sociales cuando se quiere ridiculizar a un hombre, lo asocian o le hacen un comparativo con algo «femenino».

    El tercer argumento ‘Hombres que se visten (en la intimidad o en publico) como mujeres’ pierde validez porque un hombre nunca podrá saber exactamente que se siente ser una mujer, como para brindar una reflexión correcta de que lado prefirió, lo único que está haciendo, es ser un hombre vestido diferente.

    Para el cuarto argumento faltaría que pongas las referencias de la investigación para revisarla.

    Si entonces no existe la envidia del pene, podría proponer que el orgullo por el pene si existe, y es que al menos yo, siento un gran alivio de tenerlo, por todas las complicaciones que me evita.

    No importa la cantidad de terminaciones nerviosas que tenga un organo u otro, la verdad es que nunca un miembro del otro género va a conocer como se siente, y mientras eso no sea posible, cada uno va a tener una verdad válida de placer sexual máximo.

    Buen día.

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