Dicen que lo mejor para prevenir el envejecimiento cerebral es aprender algo nuevo como por ejemplo un nuevo idioma. Es por eso que este verano me he dedicado a intentar comprender a Jacques Lacan que es algo así como aprender un nuevo idioma.
Lo cierto es que yo ya había hecho algunos «pinitos» lacanianos hace tiempo y no partía de cero pero también es cierto que comprender a Lacan no es tarea fácil, tanto que hasta aquellos que dicen comprenderlo mienten. Más bien es imposible como verá el lector más abajo.
También es cierto que tengo algunos compañeros y amigos lacanianos, incluso trabajando en la publica. A algunos de ellos les promocioné adrede para romper con la hegemonía biológica mientras fui Jefe de servicio de Psiquiatría del Hospital Provincial de Castellón, es decir mientras pude. Ya se sabe que quien hace lo que puede no está obligado a más.
Estos amigos y compañeros mantuvieron encendida la llama de mi curiosidad sobre Lacan hasta que me di cuenta de que más allá del lenguaje -la jerga- que utilizaban no podían hacerme entender mucho más de lo que yo era capaz de intuir por mis propios medios. Fue este verano cuando caí en la cuenta de que youtube está llena de videos sobre el tema, algunos de ellos fáciles de seguir, otros soporíferos, los más inescrutables. En eso he pasado el verano y por eso no he aportado a este blog ninguna entrada en casi tres meses. Lo que escribí sobre Maria de Castilla era un compromiso.
Yo no soy lacaniano, en realidad yo soy un ecléctico es decir no soy nada aunque mi formación es diversa pero me inicié de forma freudiana, aunque clandestina. Quiero decir que no seguí una «carrera» psicoanalítica con un analista reconocido por ninguna asociación, tampoco me busqué a nadie que me legitimara institucionalmente y me he movido siempre como un paria, un outsider. haciendo buena aquella profecía que me hizo ya no se quién: «serás demasiado analista para los psiquiatras y demasiado psiquiatra para los analistas». Acertó plenamente pero soy un baby boomer es decir un disidente emancipado y he seguido los dicterios de mi generación, poco interesada en la autopromoción.
Nunca me ha gustado la forma en que los lacanianos se organizan y se relacionan entre sí, más bien parecen una secta con una estructura parecida a la masonería, con sus grados, veneración a las escrituras, simbología y ceremonias de iniciación. Parecen hermeneutas de un solo libro, «Les écrits» de Lacan. Claro que eso también pasa con el psicoanálisis de la IPA, es decir el tradicional y porque no decirlo en muchas otras escuelas de psicoterapia. ¿Saben ustedes que hasta la DBT (terapia dialéctico- comportamental) de Marsha Lineham tiene patente? Significa que uno no puede practicar la técnica sin haber pasado por determinados filtros académicos no reglados, cosa que tiene cierto sentido si uno de olvida de que esos filtros vienen con peajes económicos y dependencias emocionales de los líderes de turno.
El lector familiarizado con mi estilo ya habrá comprendido que yo encajo mal en ese sistema. A mi me recomendó ya no recuerdo quién, que leyera todo lo que cayera en mi mano para comprender al humano que tenia delante y eso hice y sigo haciendo. Ser un ecléctico supone admitir que una sola teoría no puede dar cuenta de toda la complejidad de los humanos. Es por eso que mientras tuve fuerzas me formé en terapia sistémica, terapia psicoanalítica breve, terapia existencial, psicoanálisis clásico, al tiempo que ejercía como psiquiatra convencional en multitud de entornos y lugares, el ultimo de los cuales era un dispositivo ambulatorio para trastornos alimentarios. En definitiva he tocado demasiados «palos», para ser considerado un «creyente» o un «acólito» de este o de aquel autor, aunque me tengo por freudiano y he seguido muy de cerca los desarrollos teóricos que el psicoanálisis ha logrado en las ultimas décadas.
Ahora bien, una vez dicho esto añadiré que Jacques Lacan no era un impresentable sino un tipo muy preparado, un intelectual de alto rango que construyó una teoría (que en realidad es una prolongación de Freud) con los materiales que su época puso en sus manos: Levi-Strauss como antropólogo, Saussure y Jacobson como lingüistas, y Hegel como maestro de ceremonias y su concepto de deseo:
«El deseo es el deseo del deseo»
Y nada menos que Clérambault como mentor psiquiátrico. «El único maestro que tuve» según sus propias palabras. Y por supuesto todas las noches en vela que pasó en St Anne mientras estaba de guardia, su experiencia clínica y su lectura incansable de Freud.
Fue así que poco a poco y después de escribir su tesis doctoral comenzó su carrera propiamente analítica, una carrera truncada por su expulsión de la IPA. una especie de castigo que aplican a los herejes esas instituciones monolíticas que gobiernan el mundo de las ideas. Gracias Internet!
Para mi los hallazgos fundamentales de su teoría son estos, sin ánimo de ser exhaustivo:
- El estadío del espejo
- La constitución del sujeto a partir de otro sujeto
- El Edipo en tres tiempos y la continuidad de Edipo.
- El inconsciente estructurado como un lenguaje.
Pero sobre todo lo más importante en Lacan y lo que hace que la gente no lo entienda es precisamente su intención de no ser comprensible. Me explicaré. Cuando profundizas un poco en su pensamiento y crees que has entendido algo entonces aparece otra cuestión que hace que te preguntes qué habías entendido. En realidad no habías entendido. Toda la enseñanza de Lacan es en realidad una continua vorágine de paradojas que nos lleva al discurso del zen: una superación del pensamiento categorial o dicotómico. Un discurrir constante de tesis y antítesis hegelianas que hace que apenas hemos sido capaces de resolver una contradicción aparezca algo nuevo que añade otra contradicción. En realidad Lacan nos prepara, nos entrena para que no caigamos en el trampa de la comprensión: ningún paciente va a curarse con comprensión, sino con la interpretación de lo que habla en él. Tampoco es necesario creer que la terapia existe mas allá de la escucha del inconsciente, todo funciona como un simulacro: el paciente busca ayuda en un otro que no sabe nada de él e ignora que sólo él mismo contiene toda la verdad sobre él mismo, la verdad subjetiva, la del sujeto. Un otro que podrá consolarle, hablarle o servirle de confidente, pero esto no es análisis, aunque sea terapia de apoyo. El análisis (lacaniano) no es una forma de terapia sino de paiedia. Si el analista comprende al paciente mal asunto pues se recrudecerá la idea (en el paciente) de que existe un saber (sujeto-supuesto- saber) en algún lugar fuera de él mismo.
Dicho de otra manera: si el analista se sitúa en el eje imaginario de un otro que «comprende» el paciente no dejará nunca de ser un esclavo. Lo mismo sucederá si se sitúa en el eje del sSs (sujeto que supuestamente sabe) pues eso convertirá al paciente en un interpretador, un adivinador (un hermeneuta) del analista, lo que oscurece el objeto del análisis: el esclavo querrá convertirse en Amo.
Son cosas que a veces suceden.
Para saber más de la dialectica hegeliana sobre el amo y el esclavo os citaré en mi proximo post en neurociencia-neurocultura.
Me parece un articulo muy jugado en interesante con el cual coincido bastante. Yo también soy médico psiquiatra y psicoterapeuta psicoanalítico. No me considero lacaniano porque me llegan y me sirven más otros autores (Winnicott, Kohut, Kernberg, Balint, Klein, Bion, etc) de las llamadas Escuela Inglesa y Americana. Y además me interesa el desarrollo de las Neurociencias en diálogo difícil pero no imposible con el Psicoanálisis (aunque esta corriente de la Psiquiatría se lleve epistemologicamente mejor con la Psicologia Cognitiva). Para finalizar creo que hay que resucitar a aquella «Psiquiatría Dinámica» influida por el Psicoanálisis pero integrada criticamente con las Neurociencias de hoy.
Cordialmente
Gerardo Spatola.
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Hola, bien muy bueno ya manejas el primer lacan , el tenia los mismos planteos y dudas que vos , y lo que escribe no lo escribe con la intención de provocarte alguna confusión , son las de el tratando de esclarecer su práctica con la teoría , por eso a partir del seminario 21 hay un nuevo Lacan que lo lleva a Joyce y al invento singular de cada uno con su cuerpo. Podrías llamarlo sublimación pero es un concepto nuevo del viejo sublimar .
Para aclarar el psa no intenta aclarar nada de lo universal y solo es una teoría de una experiencia singular la de la experiencia analítica , por lo que es muy difícil la lectura fuera de esa práctica , porque entonces uno busca algo que aclare lo universal del humano y nosotros nos dedicamos a lo singular de la experiencia
Guido Vernet
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Yo también me dedico a la subjetividad, que diferencia a un lacaniano de mi?
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Buenas, Paco. Muy interesante tu artículo. Creo que parte de la respuesta a tu pregunta te la ofrece Guido Vernet en su comentario.
No existe «un lacaniano». Son todos y todas profesionales que habrán tenido que realizar su propio recorrido analítico y desbrozar su síntoma. ¿Qué los diferencia de ti, de mí y entre ellos? Eso. Su síntoma, su relación con el goce.
No creas que el significante «ir por libre» o «ecléctico» te puede liberar de los efectos negativos cuando hablas de la escuela Lacaniana o la IPA.
«Los lacanianos» es una ilusión, no existe eso. Existe la Escuela (para bien y mal) y alrededor de ella los analistas, cada cual con lo suyo.
Como todos.
Un fuerte abrazo y ánimo con el blog.
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