Los amores despiadados

Aquellos de ustedes que leyeron mi ultimo post ya habrán comprendido que el amor requiere de una plataforma especial donde poder escribir, reescribir e individualizar los gustos de cada cual y sabemos que esa plataforma es el amor parental que sirve de guía. Dicho de otra forma: amamos a nuestra pareja -pues estamos hablando del amor romántico- de una manera muy parecida a como amamos a nuestros padres y/o fuimos amados por ellos. Amor que contiene expectativas, gustos, preferencias y como no: fetiches.

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Hetairas y vestales

Este post está elaborado con comentarios diversos de mis lectores, así como algunas de mis respuestas en relación con la distinta respuesta sexual de las mujeres.

Asi como los hombres somos bastante uniformes en nuestra sexualidad debido a que la nuestra es una sexualidad hidráulica (el orgasmo sucede en la eyaculación) la sexualidad de las mujeres es muy diversa, lo que significa que es una adaptación que ha tenido lugar según grupos humanos muy diferenciados.

Probablemente la sexualidad de los homínidos primitivos fuera muy parecida a la animal, un estro de una vez al año, con señalización de fecundidad y coitos más a o menos forzados como sucede en el reino animal. El primer hito adaptativo fue el paso de una regla solar a una regla lunar (28 días) y una ovulación silenciosa. Es muy probable que esta adaptación tuviera como consecuencia fortalecer los vínculos entre hombres y mujeres, al ser la mujer accesible todos los días. es también muy probable que este acceso favorecido por la ovulación silenciosa tuviera también consecuencias en la alimentación femenina y un acceso a las proteínas animales prestadas por los cazadores encaprichados por una u otra. Sexo a cambio de proteinas parece -segun helen Fisher- que fue el primer contrato sexual.

Sin embargo el sexo no cesó de ser forzado a pesar de que en su parte más domestica fuera pactado, es por eso que se considera que la lubrificación es una prueba de que se trató de un mecanismo defensivo para eludir los daños de un acceso involuntario. 

De manera que al principio el sexo fue casi forzado y de ordalía o promiscuo, todos son todos, hasta que apareció un embrion de monogamia: un macho encaprichado con una hembra que dormía junto a su fuego. Naturalmente este hecho no pudo darse antes de que los machos supieran que el parto de crias era consecuencia de los coitos y que esos hijos eran seguramente suyos. Aqui aparecen los celos y el sentido de propiedad de las hembras e hijos.

En resumen este es el escenario pre-monogámico que debió durar eones de tiempo ancestral. la monogamia era una buena opción, beneficiosa para todos, y sobre todo para los niños. Dos cuidadores siempre son mejor que uno.

Este escenario puede explicar la respuesta femenina tipo H, que es cómo yo llamo a las hetairas, mujeres con mucho deseo sexual, con orgasmo facil, que lubrican bien y que se vinculan a un macho de por vida. Si bien hay que contar con los embarazos y sus riesgos para la salud de la madre. es muy probable que los sucesivos embarazos y enfermedades tuvieran algún efecto posterior pero estas hembras pasarian sus genes a las generaciones posteriores y generarían otras hembras H. Si embargo no puede explicar la existencia de otro grupo de hembras que llamo V de Vestales. Hembras castas, con poco o nulo interés por el sexo, que tienen un orgasmo difícil, lubrican poco y muchas veces son autosuficientes, para alimentarse a si mismas o a sus hijos si quedaban viudas, algo muy frecuente durante la ultima glaciación (hace 30.0000 años)

¿Qué pasó durante ese invierno glacial que duró tantos años?

No cabe duda que lo que sucedió es una alteración de la ratio sexual. Había muchas mujeres y pocos hombres que morían en accidentes de caza. Las mujeres hicieron otra adaptación a fin de atraer machos a su hoguera. Se hicieron neoténicas y rubias, al menos en Europa, los ojos azules también formaron parte de esa adaptación. Y no cabe duda de que incluso hoy podemos observar ese fenomeno en Rusia y en ciertos países eslavos. La escasez de hombres mueve a las mujeres a competir entre sí generando respuestas sexuales que agraden a los hombres junto con cambios morfológicos que las hagan aparecer más jóvenes de lo que son. Pues el atractivo sexual tiene que ver con la juventud en la mujer como saben todas las mujeres incluso hoy.

Así fueron las cosas hasta la llegada del Neolítico. Muchos autores suponen que esa época donde los hombres lograron domesticar la tierra y extraer de ella los alimentos fue una verdadera desgracia para la humanidad. Se dieron cambios muy importantes en la vida humana y en su civilización. Recordemos que para empezar los judios prohibieron la poligamia, lo que significa que el sexo y la reproducción comenzaron a ser reglamentados y aunque se permitía al hombre copular con esclavas lo cierto es que esta situación cambió para siempre las relaciones entre hombres y mujeres que dejaron de ser protocolizadas por contratos evolutivos y pasaron a disposición de castas sacerdotales o gubernamentales. Es decir la sexualidad pasó a ser controlada por razones artificiales teñidas de religión. Lo primero que prohibieron los judios fue la sodomía y la eyaculacion fuera de la vagina, querian hijos a la fuerza.

El neolitico es el tiempo de la concentración de excedentes, sirvió para alimentar a más gente y a concentrarla pasivamente en ciudades y territorios. La especie dejó de ser errática y se convirtió en sedentaria. Las mujeres tuvieron que inventar otras estrategias para protegerse a sí mismas y a sus hijos de esposos holgazanes que ya no cazaban sino que vivían de los excedentes e instalados en el ocio. Paradójicamente los hombres invierten menos en sus hijos y los ejércitos vinieron a sustituir a la caza  cooperativa. ¿Si los hombres vivían de la rapiña de sus enemigos de qué viven las mujeres? De la tierra, se hicieron agricultoras como antes habían sido recolectoras, podían así alimentar a sus hijos pero ya no necesitaban retener a sus esposos. Así los genes «frígidos» se instalaron en la población femenina del creciente fértil. https://carmesi.wordpress.com/2013/08/18/el-creciente-fertil/ con lo que se eludieron los problemas de la multiparidad.

Dicho de otra manera: los cambios que propició el neolítico en la vida sexual de hombres y mujeres seleccionaron positivamente aquellas mujeres desinteresadas en la vida conyugal que estaba severamente controlada por el Estado, los hombres podían encontrar nuevas escapadas en sus correrias. Y no cabe duda de que estas mujeres que podian cuidar de sí mismas y su prole disponian de genes que pasaron selectivamente a la generación posterior. Daban premio evolutivo en forma de laboriosidad y buen cuidado de los niños a los que abuelas y tias solteras ayudaban en la crianza.

Ya tenemos pues dos grandes grupos de población femenina: las mujeres H (hetairas) y las mujeres V (vestales), ambas tienen una consagración, las primeras al sexo y al marido (Hera), las segundas a los hijos (Demeter).

No quiero dar porcentajes pero mi opinión es que ambas franjas de funcionalidades sexuales son minoritarias. La mayor parte de las mujeres actuales son las que mezclan ambas tendencias, lo que nos llevará a observar cómo los mandatos sociales interfieren en la sexualidad femenina mientras que la masculina es muy parecida hoy como en el paleolítico.

Por una parte hay una tendencia en todas las mujeres a buscar machos proveedores, más altos, más inteligentes, más sabios, más ricos, con más estatus y por otra hay una tendencia a ser independientes, a ganarse el sustento, a sacrificarse por los hijos, a quedar solteras o a hacerse feministas y a competir con los hombres en su terreno.

Pero lo que nos interesa es observar las diferentes respuestas sexuales de las mujeres que son las más plásticas de los dos sexos.

Respuesta sexual femenina.-

Un comentario dejado en mi blog

El porcentaje de mujeres que llegan solo al orgasmo mediante estimulación directa del clítoris es mayor, pero te diría que también son las que tienen una sexualidad más restringida, tabúes y cierto grado de insatisfacción. 

Las digamos vaginales, yo las comparo con un hombre, ya que su comportamiento sexual es muy masculino. Les gusta tener una mayor frecuencia sexual y son más perversas polimorfas. Yo he encontrado dos tipos, unas que tanto pueden tener orgasmos vaginales como clitorianos y otras que no, que sólo vaginales, ya que la estimulación directa del clítoris les resulta incómoda por exceso de sensibilidad. En ambos caso,.pero especialmente en el último tienden a ser multiorgasmicas o conseguir el orgasmo con mucha facilidad y varias veces en cada relación sexual, se podría decir que una vez en marcha no tienen freno. Eso sí, es cierto que también tienden a ser más pasivas y ser objeto o buscar que su pareja de juegos les «regule» el placer, a menos orgasmos pero más excitación, más intensos, así que les gusta mucho los preliminares sin culminar o prácticas en las que no consiguen el orgasmo pero si las mantiene excitadas cómo el sexo anal. Curiosamente este tipo de mujer rompe con esa idea del feminismo, que pone al cunnilingus como práctica estrella, no les gusta, les gusta sentirse llenas, da igual si usas manos, el sexo o algún objeto o juguete. 

Luego también suelen tener el cuerpo más reactivo, todo el cuerpo no sólo zonas propiamente erógenas y en muchos casos tienen una alta capacidad para interpretar los estímulos ligados al contexto y en el caso sexual por ejemplo, el dolor en determinadas dosis puede ser un estímulo erótico y que además consigue retrasar…

Este tipo de mujer se masturba más y con más frecuencia, necesita invertir muy poco tiempo para conseguir el resultado.

Y finalmente algo que creo que para la sensación de satisfacción de la mujer es muy importante. Al poder conseguir el orgasmo al unísono que sus parejas, se sienten más satisfechas, hay algo en la psique de la mujer, que la lleva a disfrutar casi más de complacer que de ser complacida, esto es algo que el feminismo quiere borrar, pero en realidad las están castrando a todas ya que les niegan la raíz de la sexualidad femenina.

Una pequeña encuesta personal de otro lector de mi blog.-

He tenido relaciones sexuales completas con 12 mujeres a lo largo de mi vida, no se si son muchas o pocas, aunque muchas para un hombre de mis características seguro que lo son y no intentando extrapolar mis conclusiones al resto de mujeres, creo que son suficientes como para hacerme una idea mínima de como funciona la cosa y poder hacer un aporte.

De las 12 y su manera de vivir la genitalidad podría decir que:

3 alcanzaban el orgasmo con penetración sin necesidad alguna de estímulo directo del clítoris.

6 alcanzaban el orgasmo principalmente mediante el estímulo directo del clítoris.

3 nunca llegaban al orgasmo y nunca lo tuvieron, ni solas ni acompañadas.

Normalmente se hablaba de mujeres vaginales, clitorianas y anorgásmicas, parece que esto está variando puesto que hay opiniones, por ejemplo, de que no existe el orgasmo vaginal, al ser también clitoriano, pero, vía estimulación interna, ya que parece que el clítoris llega hasta la vagina.

Esto lo desconozco, puesto que de lo único que puedo hablar es de lo que me han contado las mujeres y de mis propias observaciones.

– Características de las mujeres que pueden llegar al orgasmo mediante el estímulo único de la penetración.

Lo primero que habría que decir es que estas mujeres llegaban al orgasmo más fácilmente que las demás, pudiendo también tenerlo de manera satisfactoria vía clitoriana, pero, nunca se dio el caso de que esta fuera su preferencia.

Son mujeres sin dificultad para excitarse y que llegado el momento, cuando la excitación es fuerte, demandan muy explícitamente la penetración. El orgasmo lo alcanzaban prácticamente en el 100% de las ocasiones siendo casi siempre un orgasmo intenso y liberador.

En mi caso, no hablaré en nombre de todos los hombres, tener relaciones con una mujer “vaginal” aporta un extra de satisfacción sexual y emocional, ya que el disfrute mutuo se está produciendo en el mismo momento y está partiendo del mismo lugar, del contacto entre pene y vagina, incluso la experiencia de orgasmo simultáneo es bastante frecuente.

Por otro lado, cuando la mujer “vaginal” toma el rol activo, en su propia búsqueda de placer, da un plus de placer al varón porque está utilizando el pene como “instrumento” para su satisfacción y por lo tanto en sus movimientos y cadencias lo estimula sin buscarlo expresamente, sino, de forma secundaria y natural, de una manera que la mujer “no vaginal” generalmente no puede lograr, ya que prácticamente es como si lo estuviese haciendo “a ciegas”.

Hay mujeres que durante la penetración frotan su clítoris contra el pubis del hombre, no es el caso al que me estoy refiriendo, las mujeres “vaginales” que he conocido, se “olvidan” completamente de su clítoris y no lo tienen presente para nada, ni en el momento de la penetración ni tampoco en el momento del orgasmo.

-Características de las mujeres que no pueden acceder al orgasmo sin estimulación del clítoris.

Este es el grupo más variado ya que varían mucho desde las que les gusta la penetración, a las que les da igual, desde las que tienen habitualmente un orgasmo intenso a las que no lo tienen, desde las que lo tienen en muchas ocasiones a las que lo tienen en menos o en pocas ocasiones, desde las que alcanzan un alto grado de excitación a las que no lo alcanzan etc etc

Incluso puede darse el caso de que una “clitoriana” alcance el orgasmo con la penetración, aunque menos veces. Recuerdo ya hace muchos años, que una chica me contaba que en el fondo de la vagina tenía una especie de “lentejita”, lo describía así, y que los orgasmos mas intensos los conseguía cuando el pene llegaba hasta el final y estimulaba esa pequeña zona.

El caso es que esto no le pasaba en muchas ocasiones, no sabía porqué, comentaba que a veces tenía esa zona muy sensible y otras no. Incluso me decía que desde el principio de un encuentro sexual, sabía perfectamente si iba tener un orgasmo de ese tipo o lo podría tener con estimulación directa del clítoris, o incluso, sabía igualmente que en esa ocasión no alcanzaría el orgasmo por mucho que se intentara.
En esa época ninguno de los dos sabía que esa “lentejita” era su forma de describir la parte proximal del cuello uterino.

Con la mujer “clitoriana” se da la circunstancia de que llegado el momento del orgasmo, nos convertimos en espectadores el uno del otro. Normalmente se empezaría estimulando a la mujer y una vez alcanzada su satisfacción, le tocaría al hombre, cosa que usualmente no ocurre con la mujer “vaginal” que la cosa es mucho mas conjunta, al menos en lo que a mi experiencia se refiere.

-Características de las mujeres que no alcanzan nunca el orgasmo.

La cuestión es que en estos 3 tipos que estoy describiendo de manera tan general, porque, también pueden haber híbridos, por ejemplo, no descubro ninguna razón ni psicológica ni de personalidad que explique tanta diversidad de respuesta sexual.

Desconozco el como es posible que un 25% de las mujeres tengan tanta facilidad para el orgasmo y que además este sea altamente satisfactorio, mientras que haya otro 25% que nunca lo haya experimentado y también otro alto porcentaje que los tenga, pero, de baja intensidad.

No se las razones. En lo que yo haya podido conocer, este 25% que desconoce la experiencia, alcanzaban una buena excitación y lubricación, además de que su vagina llegaba a adaptarse bastante bien al pene haciendo el necesario vacío para formar un molde perfecto.

Referente a eso, según había leído anteriormente, la equivalencia femenina a la erección del hombre, era la lubricación, pero, me he dado cuenta de que eso no es así. La equivalencia femenina es el “atrapar el pene con la vagina”, descripción que una mujer me hizo al respecto de rodearlo y hacer un molde, cosa que, como también pasa con la erección, no es un acto voluntario.

Esto que me ocurrió con todas las “vaginales” sorpresivamente también me ocurrió con las “anorgásmicas” , en cambio con las clitorianas con algunas no ocurría. Las consecuencias de esto último, no solamente se reflejan en un evidente menos placer, se refleja en que, por lo que me ha pasado a mi, no solamente en que el estímulo es de menor calidad, sino, a que también aparecen molestias incluso mutuas durante la penetración, es como si el pene “bailara” dentro de la vagina y no estuviera conducido ni bien acogido dentro de la misma, no estoy hablando de lubricación, sino, exclusivamente de cuando la vagina no «hace el molde»

Desde luego que si existiera la reencarnación, me reencarnara en mujer y se pudiese elegir, siempre escogería sin duda alguna ser una mujer “vaginal”, al menos por lo que ellas me han contado y por lo que yo he observado, su sexualidad es bastante mas variada y satisfactoria.

Este ha sido mi análisis y opinión basada en mi experiencia, por lo tanto hablo exclusivamente por mi. Creo que he conseguido hacerlo de forma bastante explícita y natural, no podría ni convendría hacerlo de otra manera. A propósito me he centrado en la sexualidad genital puesto que el problema inventado sacado a la palestra se centra en ese área. La sexualidad en su conjunto es más rica, por supuesto.

Parece que por motivos ideológicos las feministas totalitarias rechazan la realidad diversa de la sexualidad femenina heterosexual y por lo tanto toca reprimir y condicionar a las mujeres que no se ajusten a esa visión.

Harto estoy de todas estas ideologías importadas directamente de USA, la sociedad mas enferma del planeta, es insoportable la convivencia con toda esta peña, cansinos a más no poder.

Otro comentario que incide en una critica al feminismo.-

A propósito del tema de ayer, he escrito esto, que toca varias vertientes, ya me dirás qué te parece y si estás de acuerdo.

Clitorianas, vaginales y anales. 

El feminismo actual, es ante todo anti feminidad. En el occidente actual, no existe pensamiento más misógino y represor para con la feminidad en todas sus vertientes que el feminismo.

Para empezar lo dirigen mujeres, a las que en realidad les hubiera gustado ser hombres, por lo tanto odian a la mayoría de mujeres: las heterosexuales. Que por naturaleza están fuera de su alcance. De ahí que el objetivo principal del feminismo actual, no sea la deconstrucción del hombre, es la deconstrucción de la mujer heterosexual. 

De ahí nacen muchas de las neuras actuales y esa confusión a veces rozando lo esquizoide de la mujer. Los pilares de acción de esta desfeminización son los siguientes.

1. La maternidad es un tara. La maternidad es siempre presentada cómo una carga a todos los niveles, social, laboral e incluso físico. Achacando a la maternidad por ejemplo el afeamiento del cuerpo, no sé tiene nunca en cuenta, los efectos beneficiosos tanto para la salud física cómo mental de la mujer, la experiencia de la maternidad. Cada vez son más las mujeres que llegan a los 40 sin ser madres, suelen tener éxito laboral y social, pero se sienten tremendamente incompletas y suelen entrar en el bucle de la soledad. Incapaces de mantener vínculos afectivos duraderos, y luchando por no caer del mercado sexual con el paso del tiempo, comportándose cómo adolescentes casi en edad de ser abuelas. 

2. Al éxito vital sólo se llega a través del laboral. Janis Joplin poco antes de morir de sobredosis dijo: » cada noche hago el amor con 30 mil personas y me voy sola a la cama». Joplin con esta frase, dejaba muy claro cuál es el concepto de éxito en la mujer y este tiene poco o nada que ver con el concepto de éxito vital masculino, que es precisamente el que las femenistas están importando a la feminidad. Si nos fijamos en los trabajos elegidos que suelen copar las mujeres (enseñanza, sanidad) son trabajos enos cuales hay un desfase importante entre éxito económico y éxito personal. Lo que lleva a concluir que mientras el hombre sigue teniendo en su ADN la necesidad de sentirse proveedor, la mujer no siente esa necesidad y si la de sentirse cuidadora. Dos conceptos de éxito totalmente contrapuestos, y más si pensamos que hasta no hace tanto, muchas mujeres cumplían con ese rol sin remuneración económica alguna.

3. Hay que liberarse de la sexualidad «patriarcal».

De un tiempo hacia aquí, podríamos decir que desde los 90 del siglo pasado, estamos en una era, que podríamos llamar la era del clítoris. Ese órgano cuya parte visible es del tamaño de un guisante, ha llenado páginas y páginas de lectura, desde revistas femeninas a ensayos feministas. La fijación por el clítoris viene dada cómo una estrategia con mensaje sibilino: no necesitas a un hombre para tener placer. Si tenemos en cuenta que el movimiento feminista está copado por lesbianas, podríamos decir que están arrimando el ascua a su sardina. Bajo la excusa de romper el tabú de la masturbación (se han llegado a hacer auténticas campañas de marketing gratuito a un determinado juguete sexual femenino) en realidad se está intentando vender que nadie conoce mejor los secretos del placer de una mujer que otra mujer, con quien comparte genitales. 

Por fortuna y a diferencia del hombre la sexualidad femenina está mucho menos más fijada a los genital, es más plástica y elástica y perversa. La mayoría de chicas perfectamente heterosexuales han tenido algún escarceo homosexual si que eso comprometa su orientación o genere dudas sobre ella. Y la satisfacción sexual en la mujer tiene muchas más ramificaciones que el placer sexual puro y duro, hay muchos matices y experiencias que sin ser finalistas en el placer, si tienen una capacidad de satisfacer de otras maneras y la penetración es una de ellas «sentirse llenas» me decía alguien. Por lo cual aún para las mujeres heterosexuales más clitorianas, una relación sexual sin penetración, es una relación sexual incompleta.

Dicho esto voy a dividir las mujeres en tres tipos según forma de obtención del placer y circunstancias o contextos vitales que las llevan ahí y lo voy a hacer en tres grupos: clitorianas, vaginales y anales.

Se supone que la mayoría de mujeres son clitorianas, si entendemos por clitorianas aquellas que sólo consiguen llegar al orgasmo a través de la estimulación directa del clítoris externo. Desde el femenismo se nos vende esto como la feminidad liberada de la carga del hombre. En realidad la mujer clitoriana, es la que tiene más arraigada la idea del sexo cómo pecado y la culpa asociada, de ahí que sean las grandes insatisfechas y no pocas veces se quejen de la falta de habilidad de los hombres, proyectando así la culpa de su insatisfacción y de no saber comunicar a sus parejas que les gusta y cómo les gusta. Esto a su vez es alimentado por el feminismo y su mensaje pro masturbación y pro lesbianismo.  Pero como decía más arriba, aún no logrando el orgasmo a través de la penetración, para la mayoría es impredecible sentirla y el sumun de sentirse deseadas culmina con la penetración no con el orgasmo. Lo cual genera una clara disonancia, entre que se dice en público y que se desea en privado. 

La mujer vaginal, vendría a ser la versión actual de las brujas o la pelirrojas de la edad media, algo a perseguir, minorizar y esconder su existencia. Para empezar cuando hablamos de mujeres vaginales siempre alguien va a puntúalizar que en realidad son clitorianas internas. Y tienen razón, pero el 99% de la gente no es un experto en anatomía genital, por lo tanto lo visible, es lo que es. Yo no creo que la mujer vaginal nazca, se hace y la hacen las experiencias vitales desde niña. Si alguna vez se hiciera un estudio serio, veríamos como los datos nos dirían varias cosas. Muy probablemente nos darían una alta incidencia en pubertades precoces (antes de los 12 años) también una ausencia de la figura represora materna y a la vez un padre débil y sobreprotector y curiosamente una iniciación sexual tardía, que ha sido resuelta con una adolescencia sexualmente muy fantasiosa y curiosa con el propio cuerpo y las propias sensaciones. En algún caso, la explicación a ello que dan ellas mismas es un exceso de sensibilidad en el clítoris que hace que su estimulación directa sea incómoda y molesta. No creo que sea así, lo que suele pasar es que hay un exceso de lubricación previa, sólo con los preelimares o incluso sólo a nivel estimulación mental. Las mujeres vaginales son muy sensibles a la estimulación mental y adictas a la excitación. Este tipo de mujer suele llegar al orgasmo con suma facilidad, y de muchas maneras posibles, no sólo a través de la penetración, en muchos casos se declaran multiorgásmicas y esa facilidad a veces les resulta fastidiosa y más cuando tienen una pareja «lenta» y ellas han tenido ya varios orgasmos y su pareja no. Quizás esa facilidad hace que tiendan más a complacer, aunque la acción de complacer para sentirse bien está muy incrustada en la mujer heterosexual. Aquí también se da cierto sentimiento de culpa por exceso y aunque dentro del juego pierdan la noción, después del juego si expresan algo de culpa ¿Seré ninfómana? O creen que su excesiva fogosidad puede hacer que los hombres no las tomen en serio. Una estrategia común suele ser la pasividad «me dejo hacer» o mejor aún «no soy yo es el quien no me da opción» así que suelen preferir hombres dominantes y dejarse llevar por ellos, que les permita gozar todo su potencial sin sentir la culpa de ser tan fáciles o incluso a veces flirtear con juegos incómodos o con cierto componente de dolor, que retrasen el placer. Eso sí, no nos llevemos a engaño, suele ser un dominación desde abajo, es una forma de seducción que consiste en hacer creer que manda a quien en realidad complace.

Y finalmente tenemos la mujer anal, aquí estamos hablando de un simbolismo. Lo anal es simbólico. Yo lo llamaría una solución adaptativa muy eficaz para conseguir el éxito sexual desde la inferioridad de condiciones. Aquí estamos hablando de mujeres en las que la culpa recae o bien sobre el físico ( por la creencia de estar en un físico fuera de norma) o bien por competencia intrasexual. Estamos hablando de un tipo de mujer que desarrolla una sexualidad desaforada, en la cual el propio placer queda relegado o arrinconado y cuyo objetivo es dar placer aún cuando eso puede implicar sacrificios, el ir más lejos, el experimentar y sobre todo dejar que experimenten con sus cuerpos es la gasolina que hace funcionar su motor sexual. Y en este caso también puede aparecer la culpa en forma del miedo al estigma entre los hombres y las otras mujeres. 

Para terminar y no extenderme en exceso he de decir que muchas mujeres vaginales también presentan a veces actitudes anales como forma de ralentizar o atrasar el placer y que en algunas mujeres anales se da curiosamente la anorgasmia, están tan pendientes de complacer que se olvidan de su mismas. 

El feminismo actual es claramente represor y reprobador de los dos últimos tipos de experimentación sexual, las considera mujeres no liberadas del yugo del heteropatriarcado, pero en realidad lo que las considera es un peligro para sus postulados, ya que realmente disfrutan mucho más de sexualidad, que la norma que intenta imponer el feminismo. 

Conclusiones.-

Parece que la teoría de que la mujer tiene una sexualidad plástica está bastante bien establecida (Baumeister 2000). Mi aporte personal está relacionado con las causas remotas (psicoevolutivas) de esta diferenciación en al menos dos grupos bien definidos: las hetairas (interesadas sobre todo en complacer) a la vez que son fácilmente complacidas (orgasmo fácil) y las vestales (guardianas de la familia, el fuego del hogar y la emancipación propia). naturalmente esta división en dos grupos es sobre todo pedagógica puesto que la mayoría de mujeres son en este sentido, hibridas y participan de una u otra especialidad. Sólo en los extremos quedarían las anorgásmicas y las puramente hetairas.

Tal y como vimos en los párrafos anteriores la sexualidad femenina depende en gran parte de la inversión parental de los hombres y en definitiva podemos afirmar que tanto las hembras H como las hembras V son adaptaciones a distintas circunstancias de la vida en clave ancestral.

Vimos cómo la vida sexual pasó a ser regulada a partir del neolítico y no ha dejado de serlo hasta la llamada revolución sexual que se dió en Occidente a mitad del siglo pasado. Regular la vida sexual significa señalizar qué está prescrito y qué no está permitido: no lo está (son tabú) diferentes mujeres, la madre, las hermanas, los niños, las emparentadas de una u otra forma, las mujeres consagradas a un culto o las esposas de otro hombre. Esta regulación no solo lo ha sido por el Estado, los gobernantes o las religiones sino por las costumbres, esas que vienen reguladas por el «gossip», es decir por los chismes. Hasta hace bien poco, quedar embarazada estando soltera era una cuestión que merecía sanción social y que se saldaba con la separación del niño y su madre.

Lo importante es comprender que una adaptación no es algo que invente «ex novo» de nuevo cada persona, son los genes los que se adaptan y estos genes se transmiten por la vida generacional, asi es muy posible que una mujer sea muy poco responsiva al sexo (con anorgasmia por ejemplo) y que para ella, subjetivamente esto represente un problema y busque consejo profesional. A cada uno de nosotros nos toca un linaje de adaptaciones anteriores que heredamos queramos o no. No somos como quisiéramos sino cómo podemos. En el sexo tambien.

Lo que caracteriza nuestra época es que no tenemos más remedio que lidiar con lo que somos, es decir con esas adaptaciones heredadas, podemos ser H o V pero lo más probable es que seamos F, es decir una mezcla de ambas, una especie de híbrido entre una y otra adaptación, pues evidentemente los genes implicados en la respuesta sexual femenina son múltiples y no un único gen.

Las mujeres F, son, sin duda la mayoria, de jovenes se parecen a H, pero cuando alcanzan cierta estabilidad en la pareja se parecen más a V, muchas de ellas V vocacionales llegan al sexo como pretexto para ser madres y cuando lo consiguen dejan de tener interés en el sexo o disminuyen ese interés. Todas las mujeres parecen furcias de jóvenes mientras buscan pareja, es decir compromiso a largo plazo, al tiempo que evaluan su valor de pareja.Las mujeres detestan el sexo a corto plazo. Esto explica la poliginia, es decir ensayos y errores continuos en busca de esa pareja ideal, hasta que la encuentran o no.

Este tipo de mujeres F, pueden disfrutar del sexo, pero menos intensamente que las H y siempre en contextos muy definidos, por ejemplo pueden gozar con un amante pero no con un esposo, con un fontanero pero no con un ingeniero, con un gañan sudoroso pero no con un tipo guapo. Y además son mujeres que tienden al divorcio, esto es a la ruptura por decepción de sus relaciones. Siempre echan la culpa además a los hombres.

La desregulación de las relaciones sexuales ha tenido no poca influencia tanto en la sexualidad de las mujeres como en las patologías mentales y es debido a una incongruencia entre las demandas sociales y la genética de cada cual. Imagínate a una muchacha V viviendo en un entorno donde todas sus amigas a los 15-16 años ya tienen relaciones sexuales completas, pues a estas edades tener relaciones es un hecho que confiere estatus aunque ellas sean incapaces de lograr un orgasmo por falta de lubrificación o por falta de ganas. «Follar» se ha convertido en un intercambio mercantil y el pudor, la vergüenza o la castidad algo a desterrar. Es la consecuencia de la secularización y de la desaparición de todas las reglas que gobernaban los encuentros sexuales.

Sobre las consecuencias de esta desregulación escribi un par de post hace tiempo

Y otro problema derivado de la desregulación es la competencia desbocada intrasexual;

La búsqueda del atractivo en tiempos de precariedad.-

El atractivo es por subjetivo difícil de definir, pero se trata de un concepto muy intuitivo de tal modo que todos seríamos capaces de puntuarlos en una escala analógica con relación a esta variable interpersonal.

Lo que caracteriza al emparejamiento es el hallazgo de algún tipo de atractivo en el mercado de parejas. Y lo que caracteriza este mercado en los tiempos que corren es la precariedad.

La idea de Buss, es que gran parte de los conflictos sexuales que se plantean en las parejas, la violencia, los celos, el asesinato, el acoso, la infidelidad, pero también la soledad, el celibato no-electivo, la deprivación sexual o el divorcio proceden de la escasez. O dicho de otra manera el conflicto procede de la escasez de oportunidades sexuales y reproductivas, de la inadecuación de las parejas o por decirlo en sus propias palabras: la escasez de compañeros deseables y valiosos.

Paradójicamente la precariedad, es decir la baja probabilidad de encontrar compañeros deseables y valiosos perjudica a las mujeres en el sentido de que maximiza la rivalidad mientras que en los hombres maximiza la deprivación sexual y reproductiva. Y las perjudica precisamente porque la contracepción y el levantamiento de los tabúes sexuales favorecen a las mujeres que los hombres consideran más atractivas y también a las mujeres que no se oponen a los escarceos sexuales pero perjudican a todas las demás. Perjudican definitivamente a las mujeres hombrunas, las feas y las que carecen de atractivo.

Lo cierto es que los hombres no consideramos atractivas a las gordas ni tampoco a las muy delgadas. La pregunta que cabría hacerse en este momento es ¿Si admitimos que las mujeres compiten entre sí por esos bienes precarios (los machos mejor posicionados), por qué lo hacen a través de la delgadez extrema?

Para responder esta pregunta es mejor que el lector vaya a este post, -para mi un articulo de culto- donde el lector podrá familiarizarse con la teoría que Abed (Abed 1998), llamó teoría de la rivalidad intrasexual femenina de los trastornos alimentarios y que viene a decir que la “competencia desbocada” (runaway) es clave para entender como los extremos de esta estrategia dan lugar a los trastornos alimentarios.

Y que nos permiten cerrar el círculo y llegar a entender cómo la liberalización de las costumbres sexuales y la anticoncepción cambiaron el mundo, si, pero no en la dirección que creíamos, dando lugar a nuevas lacras sanitarias y sufrimientos derivados de la escasez.

En resumen la sexualidad femenina es diversa y plástica debido a razones evolutivas relacionadas con la inversión parental de los machos.

Ahora bien, cabe recordar que la evolución no produce cambios a nivel individual sino a nivel de grupo. Significa que no es posible predecir qué comportamiento tendrá su pareja en función de la inversión parental que le preste. Estos conceptos funcionan a nivel de especie y de las vicisitudes que cada grupo social haya tenido que soportar en la evolución de su cultura particular.

El cuerpo de las mujeres

Recientemente y mientras veía el partido de champions entre el Barcelona FC femenino y el equipo alemán correspondiente y de nombre imposible me llamó mucho la atención lo bien que juegan esas jugadoras (lo cierto es que no había visto nunca un partido de futbol femenino). Tan bien juegan que parecen hombres, pensé y aunque es cierto que una confrontación futbolística entre mujeres y hombres (del mismo nivel) acabaría a favor de los hombres, lo cierto es que la pericia futbolística de ellas es muy parecida a la que tienen ellos.

Recordé como eran las niñas y las chicas en mi infancia y adolescencia y lo que recordé es que eran bastante torpes y con una psicomotricidad muy limitada, ni sabían correr, ni manejaban bien la pelota en cualquier deporte, ni jugaban al billar o al pin-pon, saltaban la comba, es cierto, y bailaban mejor que nosotros pero más allá de eso carecían de sabiduría muscular, eran -por así decir- bastante patosas para el deporte. De manera que lo primero que me vino a la mente viendo ese partido es que habían mejorado mucho en dos cuestiones: su condición atlética y su motricidad.

Cualquiera que ronde mi edad habrá notado que el cuerpo de la mujer media ha mejorado mucho y no estoy ahora pensando en las deportistas y aunque suelen haber mujeres obesas o en sobrepeso -dependiendo de la edad- lo cierto es que en mi época infanto-juvenil si descartabámos a las chicas de mi edad, todas las mujeres mayores eran gordas. De manera que ahora hay menos gordas que entonces digan lo que digan las estadísticas. Es más: el peso era un indicador de la edad. después de parir dos hijos las mujeres engordaban para siempre, kilos que no podrían ya nunca más quitarse de encima. Hoy nos resulta difícil discriminar mamás de hijas, todas parecen por eso más jóvenes de lo que son, hasta que se empeñan en retocarse la cara y las arrugas del cuello y se convierten en momias.

Después de esta reflexión, me quedaba dar una explicación a las razones por las que el cuerpo de las mujeres había mejorado tanto en apenas 50 años y este post trata precisamente de eso. ¿Cómo consiguieron las mujeres cambiar su aspecto y funcionalidad en tiempo histórico, sin dar tiempo a las adaptaciones que en tiempo evolutivo tardan muchos años?

Sí, ya sé que Pilar Rubio no representa a la mujer media, pero si la pongo aquí es para que el lector la compare con otro sex symbol anterior, por ejemplo con Marilyn Monroe con su barriguita y su escasa forma física. Y eso después de tener 4 embarazos y cuatro partos. Marilyn Monroe no tuvo hijos. ¿Cómo es esto posible?

Primero preguntaré a alguna feminista.

Ya sé lo que me dirá. Las mujeres estuvieron apartadas del deporte durante mucho tiempo porque los hombres (el patriarcado) las relegó al hogar y no estaba bien visto que las mujeres compitieran en ningún deporte. Otra razón es que o se cuidaban durante los embarazos que les daban doble ración de alimento mientras andaban preñadas. Al dar a luz se quedaban con esos kilos de más y no hacían dietas coherentes hasta que llegaba otro embarazo y así.

Otras sacaran el album de los recuerdos para anotar que siempre hubo mujeres deportistas solo que fueron silenciadas por los hombres.

Si, ya sé que hubo algunas pioneras atléticas, pero qué quieren que les diga, en mi pueblo no había ninguna y muchas que iban al campo como jornaleras por cuenta ajena o autónomas como se dice ahora tampoco lucían un cuerpo deportivo sino más bien desmadejado. Lo cierto es que las mujeres deportistas y las mujeres con cuerpos atléticos eran una minoría.

Mi teoría se apoya en tres hitos importantes:

1.- La inclusión de la mujer en el mundo del trabajo, a partir de la segunda guerra mundial fue paulatina pero decidida. Los 80 millones de europeos que habían muerto durante la gran guerra y la enorme cantidad de viudas con o sin hijos a su cargo precisó de un cambio radical en esa movilización, fuera en fabricas, talleres, tiendas o en el campo se precisaba de una enorme mano de obra para sustituir a los hombres fallecidos en combate a fin de reflotar la economía. De manera que la incorporación de la mujer al mundo del trabajo no fue una conquista del feminismo sino una necesidad del capitalismo. A cambio de ello se las favoreció con el voto universal. De hecho las mujeres de clases acomodadas tardaron un poco más en incorporarse ese mundo. El trabajo terminó con el hastío o spleen burgués, con los dulces y con las siestas. Pero sin duda el trabajo fuera de casa necesitaba una apoyatura fundamental:

2.- La ropa de la mujer de principios de siglo era muy incomoda y cara, llevaba demasiados refajos e impedía no solo la respiración y ventilación adecuadas sino incluso la movilidad. La ropa femenina parecía diseñada más para lucir un extraño desvalimiento y asfixia que una ropa para moverse con comodidad.

Aun recuerdo que durante mi infancia y adolescencia la ropa se hacia a mano, camisas, pantalones. chaquetas y abrigos necesitaban comprar la tela, llevarla a modistas o sastres que eran carísimos y además precisaban de cierto tiempo para la confección, no era raro que cuando terminaban con aquellas pruebas interminables ya hubiera pasado el frío. Teníamos quita y pon, un pantalón para los domingos y una camisa para el día a día. Lo mismo sucedía con los zapatos, disponíamos de dos pares para todo el invierno. Las chicas, por lo que se, tenían el mismo problema y resultaban todavía más caras de vestir cuando llegaban a la edad de merecer.

Y entonces llegó Cocó Chanel que inventó el prét-a-porter.

La idea era quitarle a la mujer los refajos manteniendo la elegancia y sobre todo abaratar la vestimenta gracias a una producción fabril en serie y por tallas estandard. Desde entonces la ropa es asequible para casi todo el mundo, vale la pena que el lector visite su armario y cuente el numero de zapatos de los que dispone. Abaratar la ropa significa democratizarla (algo que consiguió el capitalismo y la revolución industrial) y ponerla a disposición de todas las clases sociales. Hoy la ropa a medida solo existe para ciertas clases sociales (las elites) y para ciertas ceremonias. El resto se ha conseguido distribuir vistiendo a clases medias, urbanas y suburbanas, obreras y abogadas. Todas ellas visten más o menos igual.

Pero la idea que quiero transmitir ahora, es que alcanzar un cuerpo atlético era imposible para aquellas mujeres de antes enjauladas en ropas vistosas pero ciertamente incomodas. Recuerde el lector cuando el pantalón se erigió como una prenda unisex. Aun lo recuerdo.

3.- La coeducación es el ultimo hito. Cuando yo era niño había segregación, los chicos con los chicos y las chicas con las chicas. Esta segregación tuvo claras consecuencias en los rendimientos, los niños que éramos educados para sostener a la familia teníamos una educación muy rígida, con castigos físicos frecuentes, y un nivel de exigencia muy alto tanto en el seno de la familia como en la escuela. Las chicas segregadas en sus propias aulas vivían una vida más indulgente y rutinaria. Hasta que vino la coeducación la educación que recibían las niñas era bastante mala sí la comparamos con los de los chicos, pero no sólo era la baja calidad lo que relucía sino el bajo nivel de exigencia. Recuerdo que a las niñas se las trataba como retrasadas con actitudes indulgentes, sobreprotectoras y paternalistas. Bastaba que se echaran a llorar para que los maestros se apiadaran de ellas y les perdonaran la vida mientras a nosotros nos zurraban (si, me refiero a castigos físicos) o nos llevaban rectos como un hilo. ¿Qué importa que suspenda si cuando se case ya no necesitara estudiar nada?» era la opinión generalizada de los profesores.

De manera que es verdad que las niñas han mejorado mucho pero no por la coeducación  sino por la mejoria del sistema educativo en sí mismo que es ciertamente igualitario en calidades y exigencias para niños y niñas. Para los que quieran saber más sobre el estado de la cuestión pueden consultar el informe PISA aqui en la wiki.

Lo cierto es que la coeducación ha beneficiado a las niñas pero hay datos para sospechar que puede haber perjudicado a los niños. Pero eso es otro post.

Lo que me interesa resaltar ahora es que sin coeducación las niñas no hubieran mejorado su condición física, pues los chicos son para ellas referentes en lo que toca al tema deporte. Las chicas juegan bien al futbol pero en realidad fueron los hombres quien lo inventaron y fue cuando ellas se integraron en su liga dónde aprendieron a darle al balón como Alexia Putellas que parece haber nacido para combatir los estreotipos sexuales. Y ella mejor que nadie.

Las cuatro fuerzas y el amor

Este post contiene spoilers, es decir revela datos de la trama de la pelicula «Las leyes de la termodinámica», el lector no deberá seguir adelante con la lectura del mismo si planea visionarla

¿Qué entendemos como «fuerza»?

Decimos, por ejemplo, que los planetas se mantienen en órbita debido a la fuerza de gravedad o que dos imanes se atraen por la fuerza magnética. Sin embargo, ¿qué es exactamente una fuerza y qué tipos de fuerza existen? 

Al menos cuatro, aunque se postula una quinta fuerza. El lector interesado en las fuerzas y las partículas que intervienen en cada una de estas fuerzas puede viajar hasta esta web que lo explica muy bien. Yo voy a utilizar esta misma información pero en un sentido literario, como más abajo tendremos ocasión de ver.

-La gravedad, hace que los cuerpos se atraigan y lo hagan en función directa a su masa e inversa a su distancia. Newton dixit.

-La fuerza electromagnética. A diferencia de la anterior es la que hace que surjan fenómenos al operar sobre electrones (carga negativa) y protones (carga positiva) no solo hace que las partículas se atraigan o se repelan según su carga.

-La fuerza nuclear débil. Es también una fuerza que ora atrae y ora repele, pero opera dentro del propio núcleo permutando unas partículas por otras, por ejemplo cuando un neutrino se acerca a un neutrón, este puede transformar al neutrón en un protón, mientras que el neutrino se convertirá en un electrón.  es una fuerza algo trasvestista como puede observarse.

-La fuerza nuclear fuerte, es la que mantiene el núcleo del átomo como algo muy duro de roer. Romper un átomo es bastante complicado (fusión nuclear). Lo interesante es que es la fuerza que mantiene a los protones y neutrones del núcleo de los átomos juntos. Pero, además, también mantiene unidas a las partículas que componen los protones y los neutrones: los quarks. Si quieres saber más sobre cómo sucede esto, te dejamos este video que lo explica. Las partículas que hacen posible la fuerza nuclear fuerte son los gluones. De hecho, se llaman gluones porque en inglés «glue» significa pegamento. Un pegamento que además no tiene nada que ver con la distancia como sucede con la gravedad. Cuanto más se alejan ciertas partículas más fuerte es esta fuerza.

«Las leyes de la termodinámica» es una película de Mateo Gil muy original, divertida y muy ingeniosa que intercala fragmentos de documentales donde los físicos nos cuentan particularidades de estas fuerzas mientras se va desarrollando un relato con tintes de comedia donde Manel, físico prometedor y algo neurótico (neurótico del orden), se propone demostrarse cómo su relación con Elena, cotizada modelo y actriz en ciernes, no ha sido un completo desastre por su culpa, sino porque estaba determinada desde un principio por las mismísimas leyes de la física, aquellas que descubrieron genios como Newton, Einstein o los padres de la mecánica cuántica. Y especialmente por las tres leyes de la termodinámica.

La película no está bien resuelta porque -efectivamente- no puede estarlo pero contiene trazas de verosimilitud al menos durante la primera parte. Es cierto que los cuerpos se atraen, lo que es lo mismo que decir que la atracción sexual es algo muy parecido a la gravedad y algo que además desprende calor. Aunque también es la gravedad lo que nos hace caer cuando tropezamos o cuando un vaso se hace añicos en el suelo. Lo interesante es que este vaso se hace con facilidad pedazos y no es posible que los pedazos hagan un vaso. Lo que es lo mismo que decir que existe una flecha (la del tiempo) que siempre señala hacia delante del mismo modo que señala la entropía, es decir la tendencia al desorden, al declive, al envejecimiento y a la muerte que es el supremo orden. Todo lo vivo está sometido a ese declive, no podemos volver atrás, no es posible volver a las condiciones iniciales. Solo podemos retrasar esta tendencia o volverla a reproducir a través de otra partícula que entre en el juego de la repetición.

Debe ser por eso que nosotros los sapiens tenemos esa tendencia al divorcio, a volvernos a casar y a reproducir las mismas querencias que no funcionaron en el primer caso, pero mantenemos la ilusión de que quizá podamos cambiando de pareja. Eso le sucede a Manel y así termina la película, un poco para dejarnos buen sabor de boca (AQUI HAY UN SPOILER). Lo cierto es que somos bastante conscientes de nuestra muerte, todos sabemos que vamos a morir y sin embargo no vivimos preparándonos, sino negando a esa vieja bruja armada de guadaña que es la muerte. La negación constante de la misma es necesaria para vivir de un modo optimista pero poco realista. Lo cierto es que hagamos lo que hagamos nos moriremos y desapareceremos tanto de la memoria de los pocos que guardaron recuerdos nuestros, como de la Historia, todos somos en este caso medianías.

La atracción sexual hace saltar chispazos, electricidad, calor, auroras boreales que no vemos pero que nuestro corazón siente pues el corazón es un órgano muy electromagnético, el nos dice quien nos atrae y quien nos repele, pero no nos dice quien nos conviene, puesto que cada persona tiene un predominio de fuerza. Así hay amores cósmicos y amores terrestres. Elena es un amor terrestre, tan terrestre como el de Manel sumido en una atracción fatal muy fisiológica que le convierte en esclavo de una estrella (nunca mejor dicho) sobre la que gravitan toda clase de planetas enamorados. Al final se va con un guaperas de película que para mi más que un planeta es otra estrella, en este caso del cine.

¿Se puede cambiar de amor? Claro, algunas personas tienen un predominio de fuerza nuclear débil y pueden convertir un neutrón en un protón y ellos mismos convertirse en electrones y gravitar alrededor de una estrella magna como si de un planeta se tratara. Ambos dos, Manel y Elena parece tener fuerzas nucleares débiles muy activas puesto que cambian de amor y vuelven atrás donde dejaron novias despechadas, igual que ellos mismos fueron despechados en la relación con la estrella. Al final el despechado y la despechada vuelven sobre sus pasos: ambos sintieron lo mismo y eso les transformó, pero aquí interviene lo cuántico. Y es ahí en lo cuántico cuando la película empieza a hacer aguas pues no consigue combinar lo acontecido con el relato del propio Manel.

Podemos cambiar de amor, pero el amor no cambia. El amor es un equivalente de la fuerza nuclear fuerte, el pegamento gluónico que mantiene unido el universo entero y le hace impenetrable a maniobras para su eliminación. Para mí el amor es un universal antropológico, lo que le pervierte son las otras tres fuerzas que la naturaleza ha desplegado para según qué cosas. No importa si Manel y Elena no forman pareja aunque la mejor forma de regenerarse es tener hijos como ese amigo argentino mujeriego y fotógrafo, que al final cambia de opinión cuando al fin consigue reencarnarse -a través de una ecografía- en otro. esta vez de su propia carne. Si no es con ella será con otra pues la reproducción es a fin de cuentas lo que explica y dota de sentido a la gravedad, la fuerza nuclear débil y la fuerza electromagnética.

El machismo y la hipergamia

Lo más probable es que usted crea que lo contrario del machismo es el feminismo pero está usted equivocado, el feminismo -al menos el feminismo realmente existente- es una especie de machismo protagonizado por ciertas mujeres hembristas, como más adelante veremos. En realidad lo contrario, lo opuesto al machismo es la hipergamia.

Es también posible que usted crea que hipergamia es sinónimo de promiscuidad, pero siento decirle que está también equivocado. La hipergamia es un emparejamiento hacia arriba, el acto o práctica de buscar pareja o cónyuge de mejor nivel social y/o económico o de una casta más alta que uno mismo. distinto de la promiscuidad donde no se mira con quién se copula, lo importante es copular con muchos. Así descrita la hipergamia es la conducta sexual preferida por la mujer occidental, es decir de las mujeres que habitan el mundo opulento y liberal en el que vivimos en Europa, USA y Canadá y Australia-Nueva Zelanda.

Machismo e hipergamia representan pues opuestos o contrarios y mantienen entre si relaciones dialécticas. Para saber qué demonios es eso de las relaciones dialécticas lo mejor es que el lector lea antes este post que dediqué a la Aufheben hegeliana. Pero si usted cree que ese concepto es demasiado complicado puede conformarse con mi explicación para dummies.

Si existe Podemos ha de existir Vox, si existe derecha ha de haber izquierda, si existen partidarios de aborto ha de existir detractores, si existe Dios ha de existir el diablo, si existe el bien ha de existir el mal etc. Esto es dialéctica.

Este mes de Diciembre ha sido un mes «horribilis» para el ministerio de Igualdad, pues 11 asesinatos de mujeres en un mes ha levantado todas las alarmas, máxime cuando estos asesinatos han sido terriblemente crueles llevándose la vida de una mujer embarazada a termino bien descrito por la prensa amarilla, o sea toda. Las declaraciones de nuestra adolescente ministra de Igualdad son más un berrinche pidiendo más policías, más protección y más recursos para las previsibles (solo ella sabe quienes son las beneficiarias de esa predictibilidad) víctimas de la violencia machista. Pero ningún intento de repensar las cosas, de modificar el hábito del pseudodiagnóstico y de ponerse a trabajar más allá de favorecer los chiringuitos de género que se llevan las inversiones de ese gran negocio que es la ideología de género.

Para entender mejor las causas de este estropicio que ha generado la LVG y la ideología de género, es necesario recurrir al pensamiento dialéctico y plantearse algunas preguntas:

¿Qué quieren los hombres? ¿Y qué quieren las mujeres? Me refiero en general, no a las activistas de género o a los asesinos (hombres) y a las asesinas (mujeres) potenciales. Para ello es necesario plantearse una pregunta en clave evolucionista con la ayuda de Hegel.

El machismo existe realmente -es un extremo de la masculinidad- aunque no tiene nada que ver con el patriarcado, tiene que ver con la testosterona y la manera que entendemos cada uno de ser hombre, sin embargo es un estado mental y físico muy similar a la hipergamia. El hombre anhela fuerza, determinación, competencia, dominio y subordinación, mientras la mujer quiere estatus, coacción de la potencia masculina, y obediencia del hombre a la seducción a través de la exhibición de caracteres sexuales secundarios. Y sobre todo protección, una mujer aun la más empoderada y autónoma lo que busca en un hombre o en un gremio es protección para ella y sus hijos. Como puede verse machismo e hipergamia son cosas que parecen distintas e incluso incompatibles. Lo parecido y lo diferente sin embargo guardan ciertas similitudes: ambos persiguen un fin vinculado al sexo de cada uno de los contendientes. Dicho de otra forma: son fenómenos de distinta naturaleza pero enredados en un mismo caldo social e incluso en una misma matriz. Se refuerzan el uno al otro o por decirlo en términos cibernéticos: se retroalimentan.

Significa que en una sociedad donde haya muchos elementos hipergámicos habrá mucha rivalidad intrasexual femenina y es previsible que haya también muchos «incels» o MGTOW-likes, es decir hombres opuestos y combativos con el feminismo que acumulan grandes decepciones en su vida sentimental y que por supuesto acumulan rencor hacia las mujeres.

También es cierto que existen mujeres que acumulan rencor hacia los hombres, pues ¿cómo discriminar al protector del depredador? Muchas mujeres han tenido experiencias sentimentales muy frustrantes y/o se han sentido discriminadas o maltratadas por hombres concretos, por padres abusivos o ausentes, por humillaciones en el trabajo o por exclusiones sociales que por alguna razón u otra han sido adjudicadas a su género.

Los hombres tienen un miedo ancestral a la mujer, un miedo que procede de la posibilidad de que la mujer le engañe, Y terminar haciendo cuckoldry (cuernos), es decir cargar con los hijos de otro, es por eso que los celos masculinos y la vigilancia controladora de la mujer están bien definidos entre los jóvenes que aun no han tenido el suficiente aprendizaje social o bien madurez. Hay ciertas diferencias entre los celos de hombres y mujeres y lo que sabemos es que los celos son mucho más perturbadores psicológicamente en los hombres.

Podríamos decir entonces que el feminismo es en realidad un grupo de autoprotección que las mujeres adquieren para defenderse de este maltrato que o bien han sufrido o bien esperan en algún momento. Pero lo cierto es que al mismo tiempo que buscan protección en ese entorno niegan la mayor a los hombres. es decir niegan sus deseos de protección, lo de llegar a casa «sola y borracha» no es más que un deseo infantil. En realidad irse de noche a casa sola y borracha tiene muchos riesgos para las mujeres. Riesgos que niegan de forma «naif» como si la seguridad fuera un derecho que tenemos solo por el hecho de ser mujeres. En realidad los hombres también tenemos muchos riesgos, si volvemos solos a casa y borrachos, peleas, drogas y accidentes de tráfico son las penalidades nocturnas de los padres que tienen hijos varones. Existe mucho más riesgo cuando se niegan los peligros y la vulnerabilidad. Lo realmente sorprendente es que las mujeres en realidad lo que hacen es identificarse con lo peor de los hombres, así se muestran descaradas, desafiantes, obscenas o agresivas como si fueran machitos sin civilizar. Este es el modelo de mujer empoderada que vemos en las películas, en las series y que tanto éxito ha tenido en ciertos estratos sociales. ¿pero no habíamos quedado en que los hombres son detestables? ¿Por qué imitarles?

En realidad estas dos posturas de género, el macho que vigila el móvil de su novia o la chica que inmoviliza a su novio dejándole sin movimiento como la Gorgona, son dos posturas extremas de lo que estoy contando. Ninguna masculinidad podrá ser transformada a partir de los deseos de la mujer, ni ninguna femineidad podrá ser controlada a partir del deseo del hombre. Hay que dejar de contemplar la transformación de la masculinidad (las nuevas masculinidades) desde el punto de vista femenino., al servicio de la mujer. Y si eres hombre lo mejor es que busques una mujer que se situe bajo la campana de Gauss y no esté aun demasiado contaminada por ideas extremas.

Y esto es lo que puede resolver la dialéctica. De lo que se trata es de repensar conjuntamente, debatir sobre cómo queremos los hombres ser y cómo quieren las mujeres ser, pero a distancia de los maximalismos. No se trata de noquear al adversario, sino entenderle y sobre todo respetar la idiosincrasia del otro y lo que no interesa no interesa.

Insistir en la polarización de los sexos es favorecer la violencia sexual, no se trata de poner más policías, se trata de enseñar dónde están los riesgos de una manera realista. Y favorecer que se cumplan los deseos femeninos más profundos, la protección, que se deje de buscar en entornos feminizados que solo podrán ser sucedáneos de un padre, un hermano o de un marido.

La mala noticia es que la identidad y los mas importantes aprendizajes sociales se adquieren en la familia. Y en la medida en que esta se debilite habrá más anhelo por encontrar protección en otro lado. Y a más pánico moral más delitos sexuales.