El amor postconvencional

De Lawrence Kohlberg ya hable aqui en este post a propósito del sentido evolutivo de la moral. Es a él a quien atribuimos el concepto de postconvencional, un concepto que hasta tiene web y todo.

Una web que se dedica a indagar sobre todo en la moral, el civismo, la ética, la democracia y sobre todo sobre la toma de decisiones morales, fácticas o politicas desde un planteamiento evolucionista. Decía alli que la moral no evoluciona sino que más bien es la tecnologia la que nos cambia la vida y que al cambiar nuestro entorno, a posteriori cambiamos nuestro modo de percibir el mundo, en este caso lo tolerable de lo intolerable.

Por ejemplo, la contracepción ha cambiado el mundo, no en el sentido que nos hubiera gustado a los que vivimos en los sesenta, pero es indudable que la posibilidad de disociar coitos y embarazos ha creado no sólo nuevos dilemas morales, bioéticos y  religiosos sino también nuevos modos de vida y de relación entre los sexos. Ciertos autores han investigado la colisión de estas variables y han llegado a la conclusión de que la anticoncepción al dejar en manos de la mujer la posibilidad de quedar o no embarazada, ha cambiado la relación, la contractualidad sexual. ¿De qué manera?

El principal efecto secundario es que los hombres, al quedar aislados de la reproducción de sus parejas tampoco se sienten en la obligación de casarse si ella queda embarazada. Dicho de otra forma: la anticoncepción ha liberado a los hombres de las consecuencias maritales obligadas antes de los 60, lo que ha aumentado en ellos la irresponsabilidad. La segunda consecuencia es paradójica: después de la contracepción vino el debate sobre el aborto que hoy ya es prácticamente libre en toda Europa. ¿No es paradójico que en una sociedad con libertad contraceptiva aumenten los abortos?

Estos temas ya los abordé en sucesivos post, de modo que no voy a volverme a referir a ellos sino para señalar los problemas endemoniados y los nuevos dilemas morales que plantea la teconología. Antes de la pildora antibaby, era el hombre  a través de los preservativos el responsable de la contracepción, después de la pildora el mundo ha cambiado. El sexo como precursor de bodas y bebés ha pasado a ser una diversión, el sexo ahora es más divertido que antes, si,  pero con ciertas consecuencias que no preveíamos.

El dilema de Heinz.-

Cuando se nos plantea un problema moral tenemos ante nosotros una paleta de recursos que podemos elegir a la carta, siempre y cuando tengamos representación mental de estos recursos. O también: que respondan a la evolución de nuestra conciencia personal, asi podemos hablar de toma de decisiones preconvencionales, convencionales o postconvencionales. En esta web hay una buena explicación del conocido dilema de Heinz y su interés psicológico donde puedes explorar cual es tu grado de identifcación con ciertos paradigmas morales.

Cuando tenemos que encontrar una solución a un dilema escogemos sobre una heterogénea paleta de opciones, algunas de las cuales son adecuadas y otras francamente inadecuadas, entendiendo como adecuadas aquellas que no generan demasiado gasto en recursos y no expolian a nadie, este tipo de dilemas se disuelven aunque no se resuelvan. Es curioso como las personas somos capaces de insistir en una solución o decisión errónea con cierta candidez repetitiva. Probablemente nos equivocamos más cuando nuestra decisión apunta directamente al beneficio propio, debe ser por eso que la mayor parte de las personas son bastante desconfiados de los riesgos y suelen apuntar en la dirección de no correrlos gratuitamente, usualmente se nos plantean en la vida dilemas del tipo: ¿que ganó/pierdo yo y que ganan/pierden los otros?

Lo predecible -en terminos económicos- sería suponer que la mayor parte de la gente optaría por apuntarse al beneficio rápido e individual. Pero en la práctica está demostrado que esto no suele ser así. El beneficio personal es complicado, caro de mantener y peligroso porque ha de competir con los beneficios ajenos, es por eso que existe una cierta tensión entre lo individual y lo colectivo. Lo que es bueno para un individuo puede ser letal para la comunidad. Para usted puede ser bueno ir en coche al trabajo pero si todo el mundo fuera en coche, nadie podria circular, y por tanto ir en coche ya no seria tan buena decisión.

Es por eso que esta tensión precisa de un equilibrio, que se conoce con el nombre de equilibrio de Nash.

Algo que nos viene bien para hablar del amor, aqui en este video os pongo la opinión de la antropóloga Helen Fisher -evidentemente enamorada de nuevo- y la ciencia evolutiva sobre el amor, distinguen ellos tres tipos de amor, el amor-apego de las madres y padres por sus hijos, el amor romántico y el deseo sexual.

Pero yo no estoy de acuerdo con esta clasificación y no lo estoy por lo que a continuación contaré.

Amores preconvencionales, convencionales y postconvencionales.-

Mi opinión es que el amor -cualquiera que este sea, incluyendo  a nuestras mascotas o a nuestro trabajo- es placentero y es precisamente porque lo es, que lo repetimos en toda su paleta de colores, amar a alguien no solo es necesario para vivir, tan necesario como comer o beber, sino que seria imposible imaginarse un mundo sin amor del mismo modo en que seria imposible imaginarnos un mundo sin el placer de interactuar con otros, un mundo sin amigos seria del mismo modo inimaginable.

Y sin embargo el amor es un intangible que, precisamente por serlo puede modelarse socialmente; puede ser vínculo o lazo, un nudo difícil de desatar o una jaula donde la mayor parte se inmola en la pira del sacrificio o de la rutina. Si exceptuamos a estas mujeres americanas que se casan dos o tres veces (como la misma Fisher) comprenderemos porque sobrevive tanto a las circunstancias ese amor que llaman romántico. Sobrevive porque se puede repetir con distintos actores, algo que implica cierta ilusión de jamais vu y además porque es económicamente beneficioso para las divorciadas, y también -porque no decirlo- para los hombres que acceden a pagar cualquier suma por cambiar de pareja, usualmente por una más joven.

La monogamia sucesiva que practicamos en Occidente no es más que una forma hipócrita de llamar a la poligamia o poliandría (que está de hecho prohibida), es decir una forma de cambiar de pareja legalmente y seguramente eludiendo los controles morales y sociales. Hoy el divorcio está bien visto, pero el divorcio no ataca la base de sustentación del matrimonio que es la institución que desde mi punto de vista está en quiebra, desde el punto de vista postconvencional.

Ejemplos de amores preconvencionales son el amor que sentimos por nuestros hijos, nuestros padres, nuestros hermanos, nuestros parientes y tambien por nuestro lugar de nacimiento, nuetro pueblo, nuestra ciudad, nuestra patria. Apela a lo más bajo de nuestrop instinto gregario, algo casi simiesco, el nepotismo que compartimos todos  los humanos, apela a nuestros sentimientos provincianos, ¿quien no sentirá amor por sus hijos o simpatia por los que son de nuestro mismo equipo?

Digamoslo claramente, los amores preconvencionales son comprensibles pero antidemocráticos.

Todos amamos asi a algo, pero lo cierto es que este tipo de amores entran en conflicto con los amores de los demás y con nuestras propias elecciones. ¿A quién salvarías primero de un incendio, a un aula donde está tu hijo solo o un aula donde hay 50 muchachos que no están emparentados contigo? A la hora de dar un trabajo, ¿a quién se lo darias -en igualdad de condiciones- a un pariente tuyo o a un desconocido? Sólo hay que leer los informativos y los escándalos subsiguientes a este tipo de nepotismo familiar para contestarse esta pregunta.

Estos son los atascos que suceden con los amores preconvencionales por no hablar de conflictos entre religiones, modos de ver el mundo y la politica, maneras de representarse el culto a Dios o ser un forofo del Barcelona o del Madrid.

Venimos de serie diseñados con un zombie (un módulo cerebral) que conocemos con el nombre de «angustia ante el extraño», algo que está en nuestro origen y que es tan potente que puede sobrevivir en los adultos en forma de fobias o de rechazo de los estilos de vida de los otros. La xenofobia y la homofobia son buenos ejemplos de nuestra adherencia a lo conocido.

De no ser por un tabú cultural (el tabú del incesto) la socialización seria imposible y nadie buscaría pareja fuera de su entorno más o menos conocido y seguro. El amor convencional consiste precisamente en esta busqueda de pareja, un extraño, alguien que no pertenece a nuestro entorno, cuanto más alejado mejor. L0 que caracteriza a los amores preconvencionales es el nepotismo pero lo que caracteriza a los amores convencionales es la posesividad. Y sus derivados psicológicos: el desamparo y la culpabilidad.

Un lastre más o menos conocido por todos y que induce violencia, celos, infidelidades, matrimonios forzados, bebés no deseados, la burbuja de los bienes gananciales, la burbuja de las herencias, las luchas fratricidas por el beneficio de la filiación, etc.

El amor no es un órgano del cerebro sino la forma que tenemos de saltar desde lo conocido y familiar hacia lo desconocido y ajeno. El amor es un psicopompo pero lo vestimos con los ropajes de lo políticamente correcto según la época y el despliegue de tecnologías de la misma, el amor en cierto modo es un constructo social pues no hay modelo de amor que resista 3 generaciones, nos enamoramos por cuestiones bien distintas y con personas poco convenientes para el orden social. El amor es subversivo.

El amor es subversivo precisamente porque el matrimonio es prescriptivo e injusto pues condena a hombres y mujeres a una vida sin variedad erótica, una vida donde el placer va siendo sustituido por la seguridad de los apegos familiares preconvencionales.

Pero lo que no cambia es el placer que viene adosado al sexo, una pulsión biológica fundamental que sirve de soporte a una amplia gama de placeres, que conocemos con el nombre de erotismo, una sofistificación del amor y que no cuenta con demasiadas simpatías entre los amores convencionales, es más son sentidos como una amenaza, pues lo que caracteriza las relaciones convencionales es precisamente la reproducción y las servidumbres económicas ligadas con ella. Los matrimonios convencionales se parecen más a un negocio inmobiliario que a una pasión trascendente.

engels

¿A quien se le ocurrió esta idea del matrimonio?

Los que hayan leido a Engels ya sabrán a estas horas que el matrimonio comenzó con la acumulación de excedentes y la propiedad privada. Las comunidades primitivas tuvieron que legislar para filiar los linajes, de quién eran los hijos. Dicho de otra manera es posible afirmar que la propiedad privada, la moral matrimonial, la prohibicion del adulterio, la vigilancia sobre la sexualidad de la mujer y las coerciones sobre la sexualidad están vinculadas con la propiedad y la trasmisión de esta propiedad a la descendencia.

Pero lo cierto es que estas coerciones nacieron en un momento donde no había pildoras antibaby, ni antibióticos para tratar las infecciones venéreas, ni análisis de ADN para verificar la paternidad, ni embarazos in vitro con esperma de un hombre anónimo , ni la posibilidad de renunciar al matrimonio descontando aquellas personas que optaban por el celibato por un motivo u otro. Dicho de otra forma: la moral surgida alrededor de este estado de cosas era necesariamente coercitiva pues no habia tecnologías que pudieran controlar los embarazos, ni conocer la filiación de los hijos. El sexo era un riesgo.

Hoy el sexo sólo es un riesgo por ciertas enfermedades venéreas relacionadas con la promiscuidad, el cáncer de cuello de útero, el SIDA, y aunque periódicamente existen repuntes de la gonorrea o la sífilis, lo cierto es que estas enfermedades están en retroceso.

Todo lo cual nos permite especular sobre la dirección del contrato sexual en los proximos años:

El amor postconvencional.-

Los cambios relativos a la anticoncepción han cambiado el mundo y han cambiado el contrato sexual. El matrimonio aunque mayoritariamente preferido por las parejas como vínculo a largo plazo, es ampliamente compensado por los divorcios que en nuestro país casi se asemejan en número al de los matrimonios. Las parejas que conviven juntas -sin vínculo matrimonial- son cada vez más frecuentes y la «separación de bienes» es por defecto la opción juridica que ha venido a sustituir a la antigua concepción de «gananciales».

Mi pregunta en estos momentos sería la siguiente ¿Qué sentido tiene el matrimonio en un mundo donde la expectativa es la de un emparejamiento incierto, donde no hay ganancia económica (y perdida consiguiente) por una parte, donde los controles sexuales han desaparecido prácticamente y la mujer controla su reproducción, incluyendo la opción de no reproducirse?

¿Como será el amor en tiempos de lo postconvencional?

Pues será igual que ha sido siempre, sólo que el amor podrá descolgar los lastres que le mantienen pegado a la costumbre o al interés. Hay muchas razones para estar/vivir juntos y no necesariamente sexuales, y del mismo modo hay muchas razones para perseguir placeres que se situen más allá de la rutina de una pareja. Pero tampoco es necesario destruir un comodo emparejamiento porque o bien no se acopla a nuestros ideales románticos o porque ya la hemos amortizado. Hay muchas razones para amar que están más allá del sexo o la pasión. La pareja suficientemente buena vale la pena conservarse por muchas razones pre y convencionales.

Intuyo que el amor postconvencional podrá librarse del peso de los celos y los engaños, de la violencia posesiva y del peso de hijos no deseados.

Nos espera y ya se adivina una generación de hombres y mujeres nuevos que aun siendo minoria son portadores de una moral renovada, de una moral nueva.

Una moral que se situa más allá del desamparo y de la culpabilidad.

9 comentarios en “El amor postconvencional

  1. T. «¿No es paradójico que en una sociedad con libertad contraceptiva aumenten lo abortos?»

    Lo es. Se producen porque el «genio de la especie» no se resigna a perder, siendo capaz, como es, de engendrar vida en un pedazo de piedra. Pero el ‘sapiens’ que habita en los países que hacen al caso es, técnicamente, muy superior al poder de la Naturaleza. De ahí el resultado y la paradoja. Soy de los que creen que la fuerza vital del planeta acabará por ajustarle las cuentas. Sonriamos mientras, pues muy probablemente no lo veremos nosotros «con estos ojos que ha de comerse la tierra». Por otra parte, ¡qué gozada leerte!

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  2. «La pareja suficientemente buena vale la pena conservarse por muchas razones pre y convencionales».

    Coño! ¡me has puesto el «dedo en la llaga»! He perdido 3 mujeres sobresalientes (en muchas esferas), sí yo creyera en el «karma» quizá jamás volvería a amarme otra mujer sobresaliente…=D Yo tengo la experiencia de querer más a un amigo que a un familiar. Hay esposas que logran enemistar al esposo con su madre y, al final mandan a la «merde» el amor pre-convencional.Quizá el problema radica en que hay muchas mujeres hermosas/sensuales e inteligentes, y eso hace que todo tipo de amor esté en constantes fracasos. Habrá hombres/mujeres evolucionados emocionalmente el cual vivan en pareja o se casen, sin embargo serán minoría… «Intuyo que el amor postconvencional podrá librarse del peso de los celos y los engaños, de la violencia posesiva y del peso de hijos no deseados.

    Nos espera y ya se adivina una generación de hombres y mujeres nuevos que aun siendo minoria son portadores de una moral renovada, de una moral nueva.

    Una moral que se situa más allá del desamparo y de la culpabilidad». Mi olfato para augurar esos fenómenos es de sapiens y el del REY CARMESI es de perro…=D Quizá yo no sepa amar y la última novia me dedicó éste poema:

    TE SOBRÓ MUJER

    Cuando decidas irte
    vete todo no dejes nada a porque regresar
    ni dejes flores en el buró
    llévate tu tristeza masculina disfrazada de impotencia por lograr.

    Cuando ya de veras te vayas
    no me observes, ni llames, ni intentes
    «encontrarme» en el mercado
    porque he cambiado de dieta, de frutos y berrinches
    que deseas arreglar
    vete todito porque lo que dejes lo incendiarè
    junto a tus lamentos de falta de oportunidades
    junto a tu pereza por traer leche a la mesa, a la cama
    vete, todo, desaparece.

    Te sobrò mujer y ya no hay a quien echarle la culpa
    secuèstrate tù solito
    ahora que le de un paro a tu hermano y no a los mìos
    que tus padres paguen el rescate
    y te lo gastes en tangas y viajes al inframundo.
    Allà vete tù solito…

    De veras, vete todo
    no hay porquè disculparse
    si me has pegado es porque estaba muy cerca
    y a penas tuve tiempo de darme cuenta.

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  3. ¿Y en que cambia eso la definicion del amor como alteracion de la personalidad de tipo obsesivo compulsivo con rituales?

    A veces, como buen humano que eres, te contradices.

    No es la socializacion, sino el sentimiento, la construccion de un yo extensivo a otra persona, eso es el amor ,no esas zarandajas sociales, sexuales y/o economicas de organizacion social.

    Con todo el respeto y amor postconvencional, claro está

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  4. Platón, en su tratado de política, achaca a aquélla la solución de muchos casos importantes; quiere, en otras cosas, que los matrimonios se hagan echando la suerte entre los buenos, y da tanta importancia a esta elección fortuita, que ordena que los hijos nacidos de matrimonios honrados sean educados en el país y los nacidos de matrimonios malos sean conducidos fuera. Si alguno de éstos mejora de condición puede reintegrarse al país, y si los buenos empeoran de naturaleza, puede desterrárselos.. ¿Forjando la quimera? ¿ Ficción? ¿usted qué opina ?

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  5. Algunas de esas «ingenierías sociales» fracasadas se han transformado. «En la naturaleza nada se crea ni se destruye, sólo se tranforma». ¡Cuánta felicidad produjo aquella frase en la mente de los hombres de ciencia del siglo XVIII, poco antes de Robespierre entrar en escena! Y la cabeza de Lavoisier, tras rodar guillotinada, se tranformó luego en desechos de materia orgánica…

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