La chinificación del mundo

Recientemente he leído en twitter un hilo sobre política y China escrito por un tuitero que vive alli y que nos habla e interpreta esta política según su punto de vista que me parece interesante reseñar aunque tenga mis discrepancias con algunas de sus aseveraciones que mas abajo aclararé. El nombre del tuitero está en chino por lo tanto no le citaré sino con esa ideografía.

马悟空, lo único que sabemos de él es que es un gallego residente en China, pero dejaré aqui su pagina de perfil en twitter por citarle de alguna manera.

El hilo.-

Más allá de la batalla del relato, en la que China aparece como enemigo de occidente, se obvia un hecho irrefutable que perjudica a todos en caso de ser ocultado: el Partido Comunista Chino ha triunfado porque se ha adaptado a China, y no al revés.

La descripción simplona y que muchos buscan vender para los cortos de espíritu es que China es un país «autoritario», sugiriendo que el PCCh, de algún modo, «oprime» a sus ciudadanos, que no tienen «libertades». Que dicho partido sea «comunista» pone las cosas más sencillas.

Entiendo que los que no tienen relación con China, e incluso los que viven aquí y no pasan del analfabetismo, compren dicha teoría. Un análisis a pie de campo de cualquier occidental (como yo) que intente ir un poco más allá se dará cuenta de cómo funcionan las cosas realmente.

Las relaciones en China se basan en claras, clarísimas, estructuras de poder. Dichas relaciones no son horizontales, son verticales. Estas ocurren a lo largo y ancho de toda la sociedad en China, no solo a nivel político.

Ocurren a nivel educativo, donde el profesor es una figura referencial al que el alumno venera; ocurren a nivel familiar, donde los mayores deciden todo; ocurren a nivel laboral, donde el jefe no aconseja o guía, simplemente decide.

En China no se valora el diálogo como algo absolutamente necesario para alcanzar un acuerdo; la experiencia del que ocupa el poder es una forma más factible de ver cómo se van a tomar las decisiones.

Estas posiciones de poder se articulan en torno al mérito. China es una meritocracia factual. Ejemplo claro, el ‘Gaokao’: un examen que, literalmente, puede determinar tu posición social hasta que te mueras.

En China, cada vez más, se ríen de la «libertad de expresión» en occidente, del hecho de que cualquiera pueda expresar su opinión y que cualquier opinión tenga el mismo valor. Esto aquí no ocurre.

Tu opinión no es valorada por ser una opinión en sí, es valorada por quién eres, desde dónde hablas, qué has hecho para llegar al lugar que ocupas. Tienes que ganarte el respeto para que tu opinión sea tenida en cuenta.

Esto descoloca a cualquier occidental que venga, por ejemplo, a trabajar a China. Sin embargo, muchos notarán que tienen un trato preferencial. Su opinión cuenta más. ¿Por qué? Porque vienes de un país desarrollado y es eso, y no tu opinión en sí, lo que te da poder.

Como foráneo, veo cómo los chinos se mueven a lo largo y ancho de estas estructuras de poder. Moldean su comportamiento en función de con quién estén. He visto a compañeros tratar a inferiores como seres inmorales, pero, a los 5 min., ser terriblemente dóciles con un superior.

El ideólogo.-

Muy poca gente conoce a este señor, pero se puede decir que Wang Huning (王沪宁) es el principal ideólogo chino de las últimas 3 décadas.

Es miembro del Politburó solo desde 2017, pero sus ideas son centrales en la República Popular China actual y ocupan un papel crucial en el marco discursivo usado por Xi Jinping. Repasemos algunos puntos clave de su posicionamiento ideológico a través de sus primeros años.

Wang desarrolló sus primeros trabajos acerca de la idea occidental de soberanía nacional, desde la Antigua Grecia hasta la modernidad, contrastada con la historia tradicional política china. Estos estudios comparativos serían la base para desarrollar su posterior pensamiento.

En 1988 escribiría «La estructura de la cultura política cambiante de China». Texto fundamental en la China moderna. Os dejo aquí el enlace al texto como introducción, en inglés: https://readingthechinadream.com/wang-huning-ldquothe-structure-of-chinarsquos-changing-political-culturerdquo.html

Aclarar que Wang evolucionó ideológicamente, aunque siempre anclado en la necesidad de atenerse a las particularidades de China, desde unas posturas aperturistas y liberales a unas claramente nacionalistas y proteccionistas. Expliquemos qué pasó

En dicho texto, Wang expone que la «consciencia colectiva» en los sistemas occidentales se centra en la regulación externa, esto es, regula la acción humana a través de sistemas legales, sistemas políticos, relaciones de poder, etc. para alcanzar objetivos políticos y sociales.

Sin embargo, la «consciencia colectiva» en China enfatiza valores como la sabiduría, la lealtad, la piedad filial, el perdón… la unión del cielo y el hombre con el objetivo de convertirse en un sabio por dentro y un rey por fuera (格物致知诚意正心修身齐家治国平天下).

Esta idea hace que, en China, exista una distinción muy clara entre el líder y el pueblo. Wang argumenta que dichos valores no han mutado y afirma que el confucianismo ejecuta su influencia culturalmente, anclado en la naturaleza humana y su idea pacífica del mundo.

Wang concluye que las ideas tradicionales de la cultura democrática occidental (derecho natural, soberanía popular, contratos sociales, separación de poderes) son contrarias al espíritu de las estructuras clásicas de China.

El problema de la nueva China (contexto: finales de los años 80), por tanto, puede reducirse a crear una cultura social que pueda generar nuevos comportamientos y cambiar las condiciones psicológicas de los gobernantes y los gobernados y su relación entre los mismos.

La cultura, los valores y las actitudes del pueblo son tan importantes como la economía, las instituciones y el sistema en sí. Este es un punto fundamental que rompe con el materialismo ortodoxo marxista.

Como ya hemos apuntado en esta cuenta en muchas ocasiones, el éxito absoluto actual del PCCh, y su apoyo y legitimidad masiva, real, genuina, por parte de los chinos, se debe a que ha sabido incorporarse a la civilización china y no imponerse sobre ella.

Wang creía que la modernidad y el desarrollo materialista que estaba imponiendo Deng Xiaoping deslocalizaba a los chinos y los dejaba sin ninguna referencia cultural autóctona. Sin valores, ni dirección. Esto, según él, acabaría provocando rechazo masivo a las instituciones.

Es así como Wang regenera el «Socialismo con Características Chinas»: podemos aceptar ideas marxistas o extranjeras, pero todas han de anclarse y reflejarse en la flexibilidad que permitan los valores tradicionales chinos.

Tras este texto y convertirse en el profesor más joven de la Uni. de Fudan, Wang viajó a EEUU

Antes de dicho viaje, repetimos: Wang sostenía ideas ciertamente liberales, rechazada la «ideología de izquierdas» y creía en la ulterior democratización (a la occidental) de China.

Con «ideología de izquierdas» parece claro que Wang no sostiene una opinión muy favorable de lo que fue la Revolución Cultural, que para él fue consecuencia de la incapacidad del marxismo de adaptarse a la China de la época. Para él, un mal necesario, aunque ese es otro tema.

Todo cambió una vez vio Estados Unidos de primera mano. Su pensamiento sobre Occidente ya no sería el mismo. Reflejó dichas ideas en ‘Estados Unidos contra Estados Unidos’, en 1991. El libro es una auténtica profecía sobre el Estados Unidos de 2023, por cierto.

Wang había dedicado sus trabajos a encontrar unos valores fundacionales sobre los que asentar al PCCh en China, pero se dio cuenta que la principal fuerza de Estados Unidos era el nihilismo. Rechazó el extremo individualismo del país y que absolutamente todo se mercantilizase.

Argumentó que la mercantilización de todo lo material y espiritual corrompía a la sociedad y que el sistema económico de «conducía a la extrema soledad humana» y «a una extrema desigualdad». Vaticinaba que dicha sociedad acabaría explotando tarde o temprano.

Le alertó la extrema desconexión entre las generaciones más jóvenes y los valores ilustrados. Se dio cuenta de que todo lo que admiraba desde China no existía. Así, al volver a China, se convirtió en un firme opositor a la liberalización del país.

Wang, entonces, empezó a abogar por una civilización china orgullosa, unificada culturalmente, que fuese gobernada por un potente Partido único, que abarcase a todos los chinos. Wang fundó el llamado «neo-conservadurismo» chino, movimiento y corriente líder de la China actual.

Puntos clave: 1) Socialismo marxista. 2) Legalismo, filosofía china. 3) Valores tradicionales confucianos. 4) Ideas maximalistas occidentales sobre control y poder del Estado. 5) NACIONALISMO CHINO.

Lo demás, es historia. Tras una década de los 80 tumultuosa, donde Deng Xiaoping empezó la transformación de China enfocándose solo en lo material, el PCCh necesitaba un anclaje ideológico y un modelo de Estado para legitimarse. Y ahí apareció Wang Huning.

En 1993, Wang llamó la atención de Jiang Zemin ganando un debate en Singapur acerca del modelo de Estado liberal occidental: «El modelo civilizatorio occidental puede que traiga la prosperidad material, pero no mejora necesariamente a la naturaleza humana.»

Se sabe muy poco de Wang Huning. Los que lo conocen dicen que es arisco, que trabaja enfermizamente y que es receloso hasta lo patológico. La verdad es que sobre su batuta se mueve la arquitectura de la China contemporánea: el maestro en la sombra.

Contraargumentos.-

En el mundo han existido y existen 4 ideologías: el liberalismo, el fascismo, el comunismo y las teocracias. siendo el socialismo una evolución europea del comunismo. Pero incluso podemos decir que aun existe otra ideología: el globalismo.

De todas ellas el liberalismo es la que ha tenido históricamente un mayor éxito en cuanto a bienestar y libertades, o sea lo que nosotros entendemos como democracias liberales: estado de derecho, elecciones, prensa libre, etc.

También la historia nos ha demostrado que ciertas culturas son impermeables a esta ideología. Así los países árabes, China, Rusia o Corea del norte rechazan el liberalismo no tanto por su vertiente económica sino por el efecto de arrastre de su decadencia moral. No es posible decir que China es en lo económico comunista ni socialista, es fundamentalmente un mercado casi libre con algunas condiciones. Una de ellas para quien quiera hacer negocios allí, es tener un chino de socio con otras condiciones que no vienen al caso. Lo cierto es que algunos países son comunistas aun manteniendo la fachada de las elecciones como es el caso de Venezuela o Rusia que es un país monárquico (zarista) con la misma fachada de democracias que celebran elecciones, mientras otros como Cuba ni siquiera tienen esa fachada. Dicho de otra forma: mantener esa fachada de democracia parece que interesa mucho a ciertos países aunque no sean en absoluto democráticos y mantengan un control férreo de sus instituciones, de la disidencia política, sus minorías étnicas y de la prensa.

Pero es cierto que la mentalidad de los pueblos hace que ciertas formas de gobierno sean más eficaces que otras en según dónde, estoy de acuerdo con el amigo tuitero en que la mentalidad china está mas relacionada -en función del confucionismo entre otras cosas- con la aceptación de liderazgos casi divinos o providenciales. Pero lo cierto es que mantener la cohesión de un país de la extensión y población de China que no permite ninguna disidencia solo puede conseguirse a través de una fuerte represión. Decir que tenemos una idea equivocada sobre esta cuestión me parece un broma, claro que China es un país autoritario y claro que existen redadas de ciudadanos díscolos o caídos en desgracia y campos de concentración donde se lleva a ciudadanos a «reeducarse» cuyo paradero es imposible de saber.

De manera que sin negar su éxito económico que procede de un sistema hibrido que combina aspectos neo-liberales en lo económico con comunistas en lo social y lo político, he de admitir que a mi personalmente no me gustaría vivir en ese país, donde la policía puede entrar en tu casa y detenerte sin que uno sepa bien y nunca llegará a saber porqué. Lo que sí me gusta es la idea de que, cualquier régimen ha de contar con la idiosincrasia de su población y que la democracia liberal no es buena para todo el mundo. Y lo peor: parece cada vez más que ya no es buena ni siquiera para nosotros los occidentales.

Algo que sucede porque el sistema democrático liberal se ha pervertido, de manera que también estoy de acuerdo en que:

La cultura, los valores y las actitudes del pueblo son tan importantes como la economía, las instituciones y el sistema en sí. Este es un punto fundamental que rompe con el materialismo ortodoxo marxista.

Efectivamente , esta idea se parece mucho más a lo que aquí llamamos ultraderecha que a una idea comunista. Una idea inseparable del nacionalismo. Eso es, los chinos son nacionalistas, es decir los verdaderos opositores al globalismo junto con Rusia y Polonia y Hungría entre nosotros.

Aunque la verdad es que al globalismo le encantaría implantar un régimen global a lo chino: una economía neo-liberal a lo bruto, sin restricciones éticas ni respeto por el medio ambiente (aunque digan lo contrario) y un control sobre la población y sus disidentes bien organizada.Pero los chinos, a su vez, no están nada interesados en una globalización a la occidental, teniendo en cuenta que la globalización es una uniformización de las mentalidades, sin tradición, cultura o religión. Los chinos saben que son ellos los que pueden llegar a ganar esta guerra cultural, económica, científica y militar. No necesitan a los liberales occidentales para ello.

Por otra parte es obvio que las democracias occidentales están pervertidas moralmente y que huelen a cadáver ideológico por sus errores conceptuales que se basan en una carrera de derechos cada vez más delirantes que paradójicamente se vuelven contra sus mayorías . Las democracias carecen de un sistema protector de la propia democracia, carecen de anticuerpos, lo que es lo mismo que admitir que no pueden defenderse de las amenazas que proceden de la inmigración ilegal, la violencia en las calles, los crímenes sexuales, las mafias organizadas, el narcotráfico o los terroristas radicales. Por otra parte su dependencia en su propia de la defensa de USA les situa en una posición de vasallaje que consiste sobre todo en el seguimiento de políticas globalistas poco congruentes con la mentalidad europea. Asi tenemos paises como Hungría o Polonia que se oponen a las directrices woke de las politicas europeas sin nombrar las diferencias entre los paises del Norete y del Sur que van agrandandose cada vez mas.

Mi conclusión es que necesitamos una nueva ideología que tome de cada una de las que ya se han inventado lo mejor de cada una de ellas, pero me temo que ni el globalismo ni los chinos nos dejarán y nos arrastrarán a una guerra de bloques similar a la que estamos viendo en Ucrania: una guerra proxy entre Rusia y USA.

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El machismo y la hipergamia

Lo más probable es que usted crea que lo contrario del machismo es el feminismo pero está usted equivocado, el feminismo -al menos el feminismo realmente existente- es una especie de machismo protagonizado por ciertas mujeres hembristas, como más adelante veremos. En realidad lo contrario, lo opuesto al machismo es la hipergamia.

Es también posible que usted crea que hipergamia es sinónimo de promiscuidad, pero siento decirle que está también equivocado. La hipergamia es un emparejamiento hacia arriba, el acto o práctica de buscar pareja o cónyuge de mejor nivel social y/o económico o de una casta más alta que uno mismo. distinto de la promiscuidad donde no se mira con quién se copula, lo importante es copular con muchos. Así descrita la hipergamia es la conducta sexual preferida por la mujer occidental, es decir de las mujeres que habitan el mundo opulento y liberal en el que vivimos en Europa, USA y Canadá y Australia-Nueva Zelanda.

Machismo e hipergamia representan pues opuestos o contrarios y mantienen entre si relaciones dialécticas. Para saber qué demonios es eso de las relaciones dialécticas lo mejor es que el lector lea antes este post que dediqué a la Aufheben hegeliana. Pero si usted cree que ese concepto es demasiado complicado puede conformarse con mi explicación para dummies.

Si existe Podemos ha de existir Vox, si existe derecha ha de haber izquierda, si existen partidarios de aborto ha de existir detractores, si existe Dios ha de existir el diablo, si existe el bien ha de existir el mal etc. Esto es dialéctica.

Este mes de Diciembre ha sido un mes «horribilis» para el ministerio de Igualdad, pues 11 asesinatos de mujeres en un mes ha levantado todas las alarmas, máxime cuando estos asesinatos han sido terriblemente crueles llevándose la vida de una mujer embarazada a termino bien descrito por la prensa amarilla, o sea toda. Las declaraciones de nuestra adolescente ministra de Igualdad son más un berrinche pidiendo más policías, más protección y más recursos para las previsibles (solo ella sabe quienes son las beneficiarias de esa predictibilidad) víctimas de la violencia machista. Pero ningún intento de repensar las cosas, de modificar el hábito del pseudodiagnóstico y de ponerse a trabajar más allá de favorecer los chiringuitos de género que se llevan las inversiones de ese gran negocio que es la ideología de género.

Para entender mejor las causas de este estropicio que ha generado la LVG y la ideología de género, es necesario recurrir al pensamiento dialéctico y plantearse algunas preguntas:

¿Qué quieren los hombres? ¿Y qué quieren las mujeres? Me refiero en general, no a las activistas de género o a los asesinos (hombres) y a las asesinas (mujeres) potenciales. Para ello es necesario plantearse una pregunta en clave evolucionista con la ayuda de Hegel.

El machismo existe realmente -es un extremo de la masculinidad- aunque no tiene nada que ver con el patriarcado, tiene que ver con la testosterona y la manera que entendemos cada uno de ser hombre, sin embargo es un estado mental y físico muy similar a la hipergamia. El hombre anhela fuerza, determinación, competencia, dominio y subordinación, mientras la mujer quiere estatus, coacción de la potencia masculina, y obediencia del hombre a la seducción a través de la exhibición de caracteres sexuales secundarios. Y sobre todo protección, una mujer aun la más empoderada y autónoma lo que busca en un hombre o en un gremio es protección para ella y sus hijos. Como puede verse machismo e hipergamia son cosas que parecen distintas e incluso incompatibles. Lo parecido y lo diferente sin embargo guardan ciertas similitudes: ambos persiguen un fin vinculado al sexo de cada uno de los contendientes. Dicho de otra forma: son fenómenos de distinta naturaleza pero enredados en un mismo caldo social e incluso en una misma matriz. Se refuerzan el uno al otro o por decirlo en términos cibernéticos: se retroalimentan.

Significa que en una sociedad donde haya muchos elementos hipergámicos habrá mucha rivalidad intrasexual femenina y es previsible que haya también muchos «incels» o MGTOW-likes, es decir hombres opuestos y combativos con el feminismo que acumulan grandes decepciones en su vida sentimental y que por supuesto acumulan rencor hacia las mujeres.

También es cierto que existen mujeres que acumulan rencor hacia los hombres, pues ¿cómo discriminar al protector del depredador? Muchas mujeres han tenido experiencias sentimentales muy frustrantes y/o se han sentido discriminadas o maltratadas por hombres concretos, por padres abusivos o ausentes, por humillaciones en el trabajo o por exclusiones sociales que por alguna razón u otra han sido adjudicadas a su género.

Los hombres tienen un miedo ancestral a la mujer, un miedo que procede de la posibilidad de que la mujer le engañe, Y terminar haciendo cuckoldry (cuernos), es decir cargar con los hijos de otro, es por eso que los celos masculinos y la vigilancia controladora de la mujer están bien definidos entre los jóvenes que aun no han tenido el suficiente aprendizaje social o bien madurez. Hay ciertas diferencias entre los celos de hombres y mujeres y lo que sabemos es que los celos son mucho más perturbadores psicológicamente en los hombres.

Podríamos decir entonces que el feminismo es en realidad un grupo de autoprotección que las mujeres adquieren para defenderse de este maltrato que o bien han sufrido o bien esperan en algún momento. Pero lo cierto es que al mismo tiempo que buscan protección en ese entorno niegan la mayor a los hombres. es decir niegan sus deseos de protección, lo de llegar a casa «sola y borracha» no es más que un deseo infantil. En realidad irse de noche a casa sola y borracha tiene muchos riesgos para las mujeres. Riesgos que niegan de forma «naif» como si la seguridad fuera un derecho que tenemos solo por el hecho de ser mujeres. En realidad los hombres también tenemos muchos riesgos, si volvemos solos a casa y borrachos, peleas, drogas y accidentes de tráfico son las penalidades nocturnas de los padres que tienen hijos varones. Existe mucho más riesgo cuando se niegan los peligros y la vulnerabilidad. Lo realmente sorprendente es que las mujeres en realidad lo que hacen es identificarse con lo peor de los hombres, así se muestran descaradas, desafiantes, obscenas o agresivas como si fueran machitos sin civilizar. Este es el modelo de mujer empoderada que vemos en las películas, en las series y que tanto éxito ha tenido en ciertos estratos sociales. ¿pero no habíamos quedado en que los hombres son detestables? ¿Por qué imitarles?

En realidad estas dos posturas de género, el macho que vigila el móvil de su novia o la chica que inmoviliza a su novio dejándole sin movimiento como la Gorgona, son dos posturas extremas de lo que estoy contando. Ninguna masculinidad podrá ser transformada a partir de los deseos de la mujer, ni ninguna femineidad podrá ser controlada a partir del deseo del hombre. Hay que dejar de contemplar la transformación de la masculinidad (las nuevas masculinidades) desde el punto de vista femenino., al servicio de la mujer. Y si eres hombre lo mejor es que busques una mujer que se situe bajo la campana de Gauss y no esté aun demasiado contaminada por ideas extremas.

Y esto es lo que puede resolver la dialéctica. De lo que se trata es de repensar conjuntamente, debatir sobre cómo queremos los hombres ser y cómo quieren las mujeres ser, pero a distancia de los maximalismos. No se trata de noquear al adversario, sino entenderle y sobre todo respetar la idiosincrasia del otro y lo que no interesa no interesa.

Insistir en la polarización de los sexos es favorecer la violencia sexual, no se trata de poner más policías, se trata de enseñar dónde están los riesgos de una manera realista. Y favorecer que se cumplan los deseos femeninos más profundos, la protección, que se deje de buscar en entornos feminizados que solo podrán ser sucedáneos de un padre, un hermano o de un marido.

La mala noticia es que la identidad y los mas importantes aprendizajes sociales se adquieren en la familia. Y en la medida en que esta se debilite habrá más anhelo por encontrar protección en otro lado. Y a más pánico moral más delitos sexuales.

El pánico moral y el terror politico

Pánico moral es un concepto sociológico que debemos a Stanley Cohen que en su libro de 1972 «Folk Devils and Moral Panics» aborda la reacción de un grupo de personas, basada en la percepción falsa o exagerada de algún comportamiento cultural o de grupo, frecuentemente de un grupo minoritario o de una subcultura, como peligrosamente desviado y que representa una amenaza para la sociedad.

Estas reacciones son a menudo, estimuladas por cobertura mediáticas o propaganda en torno a un asunto social, aunque algunos pánicos morales semi-espontáneos pueden ocurrir. La histeria colectiva puede ser un elemento en estos movimientos, pero el pánico moral se diferencia de la histeria en masa porque está específicamente enmarcado en términos de moralidad y es usualmente expresado más como un atentado que como un miedo. Es decir no se vivencia como una fobia o temor sino como un asunto moral que es necesario atajar de algún modo. Cohen estudia en su libro el pánico moral en la sociedad británica y USA contra el rock, los rockeros de los sesenta y posteriormente las drogas que se asociaban a estos movimientos.

En realidad hay pocos grupos o fenómenos sociales que hayan escapado a este escrutinio de modo que voy a citar a algunos para que el lector entienda que el término «caza de brujas» tiene mucho que ver con el pánico moral, pues efectivamente las llamadas «brujas», nombre mediante el que fueron perseguidas algunas personas en la Edad media y en la America puritana son buenos ejemplos de pánico moral, contra aquellos que en realidad eran disidentes, enfermos mentales, minusválidos o personas sospechosas de algún tipo de culto prohibido.

Efectivamente los enfermos mentales son uno de esos grupos secularmente perseguidos al entender que podían ser amenazantes para la mayoría, aun hoy lo son, si bien ahora se conoce este fenómeno como estigma, al haber perdido parte de su magia transformadora. La estigmatización es una consecuencia del pánico moral que otrora sufrieran, los cristianos en época romana, las prostitutas, los homosexuales, los leprosos, los albinos, los herejes, los portadores del virus del SIDA, los judíos en Rusia o en la Alemania del III Reich, los comunistas durante la presidencia de Mc Carthy, los negros en la USA sureña o los gitanos en casi toda Europa, las mujeres adulteras, el movimiento psicodélico en los sesenta (recordar que la prohibición y persecución de las drogas procede de ese movimiento llamado hippye) y vale la pena recordar que Timothy Leary abanderado en favor de las drogas fue catalogado como el hombre más peligroso de America.

Como el lector sagaz habrá ya observado parte de estos grupos estigmatizados lo son de modo semi-espontáneo, o por supersticiones, es decir lo son en cualquier sociedad y lo son por parte de las mayorías sociales pero están contaminados por la persecución de los poderes públicos, es decir es el Estado quien declara la guerra a las drogas, los que ejecutan homosexuales en ciertos países, o los que castigan a las mujeres díscolas, pero en otro orden de cosas es la sociedad civil la que persigue a los negros en Alabama a través de sociedades semisecretas racistas como el Ku Klux Clan, los que tienen cierta prevención con los gitanos o los inmigrantes y los que pretenden terminar con la prostitución.

Lo importante en este momento es retener que las sociedades humanas han evolucionado -cada una de ellas- en distintos entornos ambientales (las sociedades del desierto no tienen nada que ver con las sociedades fluviales), bajo el cobijo de distintas religiones y con distintos deseos de crecer, o de hacerse más potentes e importantes. Por ejemplo el pueblo hebreo se considera a sí mismo como el «pueblo elegido» por Dios, nada menos y sabemos por la Torah, el tipo de ley que acataron y acatan. De lo que se trataba era de construir un pueblo políticamente homogéneo, cohesionado en torno a la religión y a la raza. No es de extrañar que el principal mandato fuera reproducirse a la mayor velocidad posible y con la mayor intensidad. Para ello se favorecía que los hombres tuvieran cuantos más hijos mejor, la poligamia estuvo permitida hasta la llegada del cristianismo, esposas y esclavas podían ser madres de hijos del mismo patriarca y con los mismos derechos que se heredaban de forma patriarcal. Es fácil entender que en esa sociedad la homosexualidad estuviera estigmatizada, prohibida e incluso penada. Más aun: los judíos carecían de una palabra para estas prácticas homosexuales, le llamaban sodomía. La sodomía puede practicarse tanto con un hombre como con una mujer pero tiene un mismo resultado: no es una práctica reproductiva . De manera que la reproducción es el bien a proteger en la prohibición de la homosexualidad y no tanto el placer -como piensan algunos autores- que creen que el placer de los otros es amenazante para el estado de las cosas realmente existentes. La homosexualidad era en aquellas sociedades primitivas subversiva en tanto que no contribuía a sostener el valor social más importante en aquellas culturas, que no era otro sino la reproducción.

Las religiones monoteístas han contribuido sin ninguna duda a prolongar esta estigmatización de ciertas conductas sexuales a pesar de que ya no son necesarias. Hoy ya no es necesario aumentar la población si atendemos al crecimiento de la población en el mundo, por tanto estas obligaciones han pasado a mejor vida y sin embargo ciertas conductas siguen estando estigmatizadas. No cabe duda de que los homosexuales están mal vistos si bien ya no es el Estado, ni la religión quién lo hace sino una especie de miedo o fobia que ha quedado como resto en la población heterosexual mayoritaria. Digo una especie de fobia porque ese resto ha de convivir con otra cuestión: la tolerancia. la mayor parte de nosotros ha de convivir con esos dos extremos que se manifiestan en lo siguiente: «Cada cual que se acueste con quien quiera» o «Yo no me meto ni me importa en lo que hacen en la cama» y al mismo tiempo una cierta incomodidad, un cierto desasosiego ante la idea obsesiva que tienen algunos con «¿Soy homosexual?» o dicho de otro modo: el miedo a serlo. Ser homosexual sigue estando estigmatizado a pesar de que el discurso oficial o particular lo niegue e imponga leyes para desfavorecer la homofobia.

La homofobia no es una incomodidad o un prejuicio sobre los homosexuales. se trata de algo más profundo: un odio. Un odio que tiene sus grados, algunos incluso matan homosexuales, otros les violan, les maltratan, les excluyen o les amenazan para que vuelvan a su armario. Pero no solo pasa con los homosexuales, sino que la fobia es el resultado final de un señalamiento que en algunas personas induce conductas muy agresivas, ataques de ferocidad histérica o incluso atentados terroristas. recordemos el atentado del noruego Breizic contra jóvenes socialdemócratas. Recordemos también a Unabomber que estaba convencido de que la tecnología era el problema que estaba llevando al mundo a un desastre apocalíptico y que por tanto estaba justificada su lucha, a bombazos, contra esos poderes.

La secuencia parece ser la siguiente: un grupo humano siente miedo por las razones que sea, proyecta ese miedo a una minoría que puede o no tener relación con ese miedo. Con el tiempo ese grupo es perseguido y señalado con la bandera del pánico moral y desde esa plataforma social emergerán odios feroces que sostendrán algunos de sus miembros, afortunadamente no todos, sino solo los más fanáticos de entre ellos, el resto se comporta con indiferencia. Hemos pasado del miedo informe o inespecífico al odio. Y de ahí al asesinato o al genocidio.

Ahora bien, los ingenieros sociales conocen muy bien estos mecanismos y han logrado darle la vuelta en una especie de inversión del pánico. Ahora ya no existe pánico moral hacia los homosexuales sino pánico a que te tachen de homofóbico si haces algunas critica al colectivo LGTBi lo mismo sucede con la ideología oficial como el feminismo, o la ideología de género (un nuevo dogma) intocable de palabra y actitudes y en general pánico a discrepar con eso que la izquierda considera fruto del progresismo y la globalización, como el «cambio climático» otro de de los dogmas del progresismo en la idea de que es generado por el hombre y por tanto puede ser atajado por el hombre, dejando de comer carne o de viajar en avión u olvidándose del automóvil familiar. Dicho de otro modo el Estado profundo a través de sus gobiernos sucedáneos son capaces de utilizar en su propio beneficio este principio del pánico moral subvirtiendo cualquier lógica y suplantándola por una doctrina a su medida. Aun recuerdo el llamamiento a la movilización general, -una alerta antifascista- ante el grito de Pablo Iglesias respecto a la victoria de Vox en ya no recuerdo qué elecciones. El pánico moral ahora está en el sitio de la derecha -una amenaza fascista- según el profesor Iglesias que es el peligro más importante que tiene la civilización occidental en este momento.

No es un error conceptual, es una estrategia tan burda que ni siquiera ha conseguido influir en esa España que se sitúa entre el PSOE y el OPUS Dei, y que representa a una mayoría que no tiene representación.

Pero soy muy optimista y aunque el 2023 se presenta con muy serias amenazas para el sentido común y la democracia, estoy seguro de que prevalecerán los valores que esa mayoría de españoles defendemos y que sin duda emergerá con mayor fuerza a medida de que seamos capaces de descifrar los trucos que nos prepara el Gobierno y que he llamado terror político, un derivado artefactado del pánico moral, un simulacro que con frecuencia se transforma en risa.

¿Putas o prostitutas?

Hoy he estado viendo un video en polímatas donde se hace una tertulia entre dos prostitutas y dos feministas sobre el tema de la prostitución. Las feministas declaran su ya conocido mantra de que la prostitución no es un trabajo, pues «los trabajos todos tienen una dignidad» (sic) y apelan al siniestro trato de mujeres por parte de mafias que se afanan en cubrir el mercado nunca satisfecho del todo con nuevas carnes venidas de no se dónde. Las prostitutas aclaran que ellas están en el oficio porque quieren y no porque nadie las obligue, que incluso les gusta «chupar pollas» pero las feministas insisten en que la prostitución voluntaria se nutre se la prostitución obligada o forzada y es por eso que ellas son abolicionistas. Y así.

Pero lo que más me ha sorprendido es el largo debate sobre qué es y qué no es un trabajo. Un debate algo metafísico que parece ignorar la idea de que ciertos trabajos son «work» y otros son «job» es decir ocupaciones. Yo no escribo este post porque sea mi work sino que es en cierto modo un job que hago además gratis. Soy una puta barata.

Lo cierto es que es imposible hablar de la prostitución sin hablar de otras cosas que me propongo escarbar en este post gratuito. Una de ellas es qué es prostituirse y otra cuestión importante es explorar las necesidades sexuales (y de otro tipo) que tiene la población masculina sobre todo.

¿Qué es prostituirse?

Hay dos acepciones sobre esta palabra, la primera y más conocida es intercambiar sexo por dinero. Las prostitutas cobran dinero por fornicar con sus clientes, pero esto no es la clave de la prostitución femenina -pues hay otros cobros de la misma actividad- sino el hecho de las prostitutas son mujeres publicas. ¿Qué significa ser una mujer publica? Cualquier bien publico como una playa o un bosque puede ser usado por cualquier ciudadano. No tiene titularidad privada, no pertenece a nadie. Significa que una mujer publica es aquella que al ser elegida no dice nunca no. Y una mujer que nunca dice no, en realidad hace lo contrario del resto de mujeres, es por eso que considero as prostitutas mujeres consagradas. Lo hacen por dinero si, pero no niega nunca sus servicios a quien puede pagarlos.

La segunda acepción de la palabra es de aquellos que hacen, piensan o sostienen ciertas opiniones por dinero, porque alguien les paga, así suele decirse que la prensa española está prostituida, porque los que mandan en las redacciones de nuestros medios más importantes son los que imponen su marchamo y su enfoque. En este sentido «prostituirse» seria obedecer al amo en lugar de la deontología de cualquier profesión incluso en contra de las propias opiniones.

Dicho de otra manera: las relaciones de poder influyen en la «prostitución» de determinadas profesiones, al menos de las que dependen de un comité de accionistas determinados. En este sentido metafórico las relaciones laborales suelen estar contaminadas de esta lacra, al menos las que más importancia tienen en la opinión publica.

¿Y qué sucede cuando los pagos no son en metálico? ¿Qué sucede cuando se intercambia sexo por favores, por promociones profesionales, por mentorías intelectuales, por recursos? Bueno, entonces no lo solemos catalogar como prostitución pero acabamos hablando de puterio. El mundo está lleno de puterio y no cobran como las otras. El puterio es el sindicato de las mujeres mientras son jóvenes. Lo hacen porque quieren, dicen, como las profesionales.

De manera que es momento es catalogar las estrategias que hasta ahora hemos sido capaces de inventar para resolver la asimetria en las necesidades sexuales. Como es sabido los hombres tienen más necesidades sexuales que las mujeres tanto en intensidad como en variedad. Los hombres nunca dicen no a una mujer, somos como las mujeres publicas, sin embargo las mujeres suelen ser muy selectivas en sus elecciones con la excepción del periodo hipergámico de la que hablaré mas abajo.

Las estrategias que se han inventado hasta ahora son tres: la monogamia, la poligamia y la promiscuidad.

La monogamia.-

La monogamia es probablemente la estrategia mas eficaz de las que hemos sido capaces de inventar hasta ahora, significa que «cada oveja con su pareja», es decir una pareja de por vida para cada cual. Resuelve el problema de los solteros y de los que quedan sin pareja pero tiene varios problemas. El principal es que restringe las posibilidades sexuales y es muy aburrida tanto para ellos como para ellas y otro: sin el apoyo de los dogmas religiosos es muy difícil de seguir y más desde que Enrique VIII inventó el divorcio obsesionado por Ana Bolena. Desde entonces un hombre y una mujer pueden divorciarse sin culpa y buscar otra pareja si no la tienen ya. Es por eso que la monogamia absoluta ya casi no existe en el mundo y ha sido sustituida por la monogamia sucesiva, una pareja detrás de otra y casi siempre ella más joven o él si es que es ella la que tiene el dinero o el estatus como cierta duquesa.

Otro problema que tiene la monogamia son las tentaciones que proceden de otros grupos dispuestos a cualquier cosa con tal de mejorar su estatus. La infidelidad -incluso la de Piqué con Shakira- es de esperar en todas las relaciones monógamas de alto standing, hay demasiada oferta. Y para los que no son futbolistas siempre les quedan las prostitutas, una especie de premio de consolación para los que no pueden cambiar de pareja cada 3 años o no tienen oferta suficiente como para fornicar cada día, en plan rotativo con unas y otras.

Las prostitutas, contrariamente a lo que la gente piensa no solamente ofrecen sexo a cambio de dinero sino muchas veces conversación y fantasía, algo que no poseen las mujeres del omegarcado, siempre demasiado cansadas o malhumoradas. Yo he conocido muchas prostitutas por mi profesión que eran verdaderos seres de luz, entrañables por así decir.

La poligamia.-

La poligamia es la estrategia de no pocas especies animales, desde el gorila entre los simios hasta el elefante. Tiene la ventaja de que no hay mujeres desemparejadas y por tanto sin seguridad social, pero la desventaja de que deja a muchos hombres sin pareja, pues los hombres más codiciados acaparan a todas las mujeres que pueden en harenes inaccesibles para otros hombres. La poligamia tiene otras ventajas para las mujeres: encuentran apoyos aloparentales en otras mujeres de la familia (eso que ahora se llama sororidad) que es imposible de encontrar en un mundo donde la competencia femenina es feroz. Sin embargo los celos y las intrigas entre ellas no desaparecen solo por la convivencia, incluso pueden llegar a ser más intensos que en las sociedades monógamas. Envejecer en un harén o dejar de ser la favorita no debe ser una experiencia agradable.

La promiscuidad.-

Es la estrategia de los simios con los que compartimos gran parte de nuestro genoma, los chimpancés y los bonobos, tambien la estrategia del gorrión. Aunque son equivalentes, usualmente llamamos promiscuidad a la estrategia de los hombres e hipergamia a la estrategia de las mujeres porque existen algunas diferencias entre la promiscuidad de unos y otras.

La monogamia absoluta imponía la preservación de la virginidad hasta el matrimonio, la fidelidad de por vida y proscribía el divorcio (salvo en algunas culturas) pero una vez secularizadas las sociedades y liberalizadas las costumbres sexuales, eso que llamamos revolución sexual sucedieron algunas cosas con las que no contábamos: no hubo igualdad en el reparto. Lo que sucedió es que las mujeres comenzaron a competir entre ellas por los hombres más cotizados, los de más recursos, más sanos, más altos, mejor dotados genéticamente. Ese 10 % de machos alfa son los solicitados por ese 50% de mujeres que además han de evaluar su valor de pareja precisamente en estas lides. Las mejor posicionadas, las más guapas, con mejores cuerpos y más jóvenes se llevan el gato al agua y a veces consiguen emparejarse con un Piqué, pero tienen una amenaza continua: el divorcio electivo. Las otras han de conformarse con rebajar sus pretensiones, cosa que hacen cuando quieren tener hijos y ya conocen bien su lugar en la pirámide del valor de pareja. Pero mientras tanto han tenido que mantener relaciones sexuales con un sinfín de parejas provisionales quedando siempre un residuo de rencor por su perdida de valor objetivo en el mercado del sexo y sobre todo: un grueso grupo de hombres deprivados que hoy llamamos incels y que son también misóginos y rencorosos. Otras no tendrán hijos y mantendrán la hipergamia de por vida como estrategia sexual o de seducción lúdica y otras tendrán un solo hijo y formarán parte de un matrimonio sin amor o un hogar monoparental.

¿Y qué papel juega la prostitución en todo este galimatías?

Del mismo modo que el amor emergio como protector de la monogamia la prostitucion juega un papel de colchón de seguridad, de reostato que reduce las desigualdades sexuales, es por eso digo que nunca podrá ser abolida, pues ni la monogamia, ni la promiscuidad ni la poligamia aseguran un reparto equitativo de las mujeres tal y como asegura Bataille. Todo parece indicar que la monogamia es la estrategia más eficaz aunque necesite de infidelidades puntuales y de mujeres consagradas al placer de los hombres.

Para una mejor explicación de las estrategias culturales de emparejamiento recomiendo:

La vida cotidiana en la guerra civil: Torreblanca 1936-1939

Los momentos de mayor peligro en las guerras son cuando comienzan y cuando acaban. (Zacarias Ramo)

He leído muchos libros sobre la guerra civil pero siempre escritos desde las peripecias políticas o del frente de batalla, pero pocos textos he encontrado escritos desde la retaguardia, concretamente desde un pueblo de la provincia de Castellon, Torreblanca para más señas. Una novela que mezcla ficción, realidad y proyecciones de su autor, un medio primo mío que para más señas nació en 1935 y que vivió la guerra de lejos, en ese otro frente de batalla que se cierne sobre los ciudadanos que por edad no están en el frente y siguen como pueden las peripecias de la guerra, de otra manera.

Otra manera porque las guerras no terminan cuando un ejército logra imponerse a otro. Lo que sucede después- la postguerra- suele ser tanto o más doloroso que la guerra misma, por eso Aurelio Ríos vive dos guerras y siempre sale escaldado gane quien gane.

Zacarias Ramo ha escrito una trilogía: en esta entrega aborda los años de la guerra civil propiamente dicha, en su siguiente entrega «La pertinaz sequía» aborda los problemas de la postguerra, el hambre, el estraperlo, el maqui y el contrabando. He leído su trilogía entera pero creo que la primera entrega es la mejor literariamente hablando y lo es además por el testimonio de su autor que recrea de un modo excelente la vida cotidiana de un pueblo de secano a medio camino entre Oropesa y Alcala de Xivert de espaldas al mar y cuya economía es una economía de subsistencia basada en el autoaprovisionamiento minifundista y la providencial existencia de las «marjales» terrenos próximos al mar donde se podían recolectar frutas y verduras casi para cada casa. El resto, la carne, cerdos, gallinas y conejos formaban parte del mobiliario urbano junto a los inevitables animales de tiro necesarios para las tareas agrícolas.

Torreblanca era pues un pueblo pobre, alejado de la guerra hasta su final, con una economía de subsistencia y poco mas de 4000 habitantes, con su cura, medico, farmacéutico, veterinario, maestro, secretario del ayuntamiento por nombrar a los ilustrados y su cacique: el que mandaba en el pueblo, en la vida civil (el que repartía jornales y hacia favores) por así decir. El alcalde era naturalmente alguien de izquierdas, del PSOE para más señas, aunque durante la guerra se turnaron en este puesto varias personas.

Uno de los errores más graves que cometió la República después del alzamiento del 18 de Julio fue anular la autoridad municipal y sustituirla por algo llamado «comités antifascistas» a los que encomendó la retaguardia de pueblos y ciudades. En la práctica estos comités suplantaron a la autoridad democráticamente elegida y la sustituyeron por una pandilla de sujetos que mas bien parecían los matones de un patio de colegio animados por un odio visceral a lo que ellos llamaban «fascistas», en su mayor parte anarquistas, o comunistas, en suma los más izquierdistas del pueblo que se dedicaron a sembrar el terror hasta que desaparecieron reclamados a filas en distintos frentes. No volverían hasta 1939 cuando el frente avanzó Ebro abajo hasta llegar al río Segarra en Capicorp.

Lo primero que hicieron fue requisar los coches y camiones, que como puede suponerse eran bien pocos, luego los animales de tiro, y sobre todo las radios de galena que al parecer eran elementos perniciosos para la defensa de la República. De manera que oír la radio pasó a ser un deporte clandestino de aquellos que querían mantenerse al día del curso de la guerra, algo que hacían en la casa del médico que de alguna manera era una fortaleza donde los del comité no osaban entrometerse, al fin y al cabo todos necesitan al médico.

Aurelio Rios era el electricista del pueblo y fue militarizado por la República, algo que le costaría caro cuando se impuso en la guerra el bando de los nacionales, pero ser suboficial no le libró del acoso de ciertos miembros del comité que le tenían tomada con él por razones personales y que incluso estuvieron a punto de fusilarle cuando le acusaron sin razón de una avería que el tendido eléctrico tuvo durante ciertos episodios de la guerra.

Si en las ciudades proliferaron las checas, esas cárceles inmundas donde los «rojos» detenían a los disidentes, en Torreblanca se les encerraban en patios o corrales de animales. El problema era que cuando los detenidos comenzaron a crecer se planteó un problema, ¿como darles de comer a todos? ¿como vigilar los corrales?. La solución fue la saca. Por las noches se sacaban del corral a algunos individuos y otros milicianos del pueblo vecino des daban el «paseíllo». No se sabe cuantos ciudadanos fueron asesinados de esa forma, pero Zacarias Ramo cuenta que una docena de personas fueron fusilados a veces en el campo corriendo delante de los tiros, sin contar con los desaparecidos. En realidad la mayor parte de estas víctimas no eran significativas políticamente hablando, sino «misaires», es decir gente que iba a misa o que votaban a la derecha. La mayor parte de sujetos identificados políticamente huyeron los primeros días de Julio y permanecieron escondidos en masías o emparedados en zulos. Otros huyeron a Francia como el farmacéutico o en lugares desconocidos como el cura.

Lo importante es comprender que estos crímenes no fueron propiciados por las autoridades municipales, más aun, me consta que algunos alcaldes del PSOE tuvieron alguna relación con evitar ciertos estragos como también el medico del pueblo -que era un liberal- y que también fue represaliado después de la guerra. Represaliados hubo muchos sin razón: tener un carnet de la UGT no parece ser una prueba demasiado convincente para arrestar a alguien o mantenerlo en la cárcel como tampoco el haber sido concejal del PSOE.

Los dos matones más significados del comité fueron fusilados en 1939 en la cárcel Modelo de Castellón. Pero el resto de encarcelados sin delitos de sangre fueron excarcelados gracias a las gestiones -avales- de sus vecinos, hay que destacar que uno de los más activos en esta función fue el cura que logró salvar la vida por poco (gracias a una delación).

En suma el libro de Zacarias Ramo es una crónica de la vida cotidiana de la guerra cicil en Torreblanca, y uno no puede sino identificar a aquellos personajes que conoció en la realidad y a aquellos que aparecen bajo ciertos disfraces para no ofender a sus descendientes.

Mi abuelo tenia en 1936, 42 años y no fue a la guerra, mi padre tenia 14 años en 1936 y tampoco fue llamado a filas pero hubo algunos torreblanquinos que murieron tanto en un bando como en otro dependiendo de donde les hubiera pillado el alzamiento. Mi abuelo aparece brevemente en la novela semidisfrazado pues era conductor de camiones y autobuses y tuvo que hacer algunos trabajos para los milicianos, o trasladando soldados al frente de Teruel, pero no consintió que le quitaran el camión que era su modo de vida.

Aurelio Ríos perdió media vida con unos y media vida con otros, fue represaliado por los dos bandos y es por eso que la novela se titula «Las dos guerras», pues en esas guerras civiles siempre se pierde gane quien gane.

Ese es el legado que recibí de mi familia: » la República nos arruinó, y la dictadura nos volvió a arruinar», un adagio que pueden compartir la mayor parte de las familias españolas, exceptuando claro está: a aquellas que sufrieron la violencia de una parte o de otra.

Es por eso que la liquidación de este estado traumático de cosas me parece un hito de nuestra constitución de 1978. Hemos hecho mucho para olvidar, fraternizar y perdonar a nuestro conciudadanos. Conozco a parte de los nietos de aquellos que entonces parecían enemigos pero hoy, la verdad ya no lo parecen, ni siquiera son tan distintos a mí.

Salvo que siguen votando al PSOE.