¿Cómo se curan las enfermedades?

La causa más importante y reconocida de enfermedad es la desigualdad

Andres Schuchsny

¿Recuerda usted la última vez que tuvo una gripe?

Dolor, diarrea, anginas, faringitis, un esguince quizá, jaqueca, hongos en el pie, fiebre, cistitis. No importa cual enfermedad, cualquier ejemplo me vale siempre que se trate de una enfermedad aguda. ¿Como se curó usted de estas enfermedades?

Se lo diré por si acaso aun lo sabe: se curó solo.

Si, es verdad que usted fue a urgencias y le dieron ciertos remedios para aliviar el dolor de cabeza, la fiebre o sus molestias urinarias, quizá hasta tomó antibióticos, pero la verdad del asunto es que estos remedios no le curaron aunque quizá aliviaran o acortaran ese tránsito que llamamos enfermedad.
Pues lo cierto es que la mayor parte de las enfermedades agudas se curan solas. Y lo que hacemos mientras tanto  es poner cataplasmas para sobrellevarla.

Y aqui está precisamente la clave del secreto: ¿Por qué las enfermedades se curan solas? ¿Por qué si usted tuvo diarrea ayer no queda ya para siempre diarreico, si le dolia el brazo por qué no quedó tullido?

¿Qué es lo que sucede para que las cosas vuelvan a su origen?

No queda mas remedio que admitir que hay algo en los sistemas vivos que les hace tender a recuperar las condiciones iniciales.
A este algo se le llama «fuerza, élan vital», Hipócrates le llamó vis medicatrix, la fuerza -pues se trata de una fuerza- que tiende a dejar las cosas como estaban, a la recuperación de las condiciones previas.

La vis medicatrix es nuestra principal aliada para recuperar la salud, es decir el estado en el que nos encontrábamos cuando aun no habiamos enfermado.

Primera excepción.– No todas las enfermedades agudas se curan solas sino que algunas de ellas -de no hacer algo- acaban con la vida del individuo, por ejemplo la apendicitis o la neumonia. Los niños y los ancianos son los más vulnerables a estos efectos.

Segunda excepción.- Algunas enfermedades no acaban con la vida del individuo pero se agravan llevando al sujeto a una situación bien distinta conocida como enfermedad crónica. Por ejemplo la litiasis de la vesicula biliar.

Tercera excepción.– Algunas enfermedades crónicas se instauran de forma silenciosa sin que medie una enfermedad aguda o se de el aviso  de que algo anda mal, por ejemplo el cancer de mama.

Cuarta excepción.- Existen avisos falsos de enfermedad que llevan al organismo a una situación crónica de enfermedad sin enfermedad. Está documentado que el miedo a la enfermedad es el responsable de la mayor parte de los avisos en falso y que la conducta de enfermedad está mediada psicosocialmente.

Una excepción práctica.- Ningún tratamiento destinado a aliviar los sintomas de una enfermedad aguda tiene una influencia negativa para su curso. Los tratamientos no incapacitan la respuesta del sistema de curación, exceptuando a los corticoides que suprimen la respuesta de defensa fisiológica. O dicho de otra forma la supresión de sintomas desagradables no impide el funcionamiento de la vis medicatrix.

Las excepciones señaladas anteriormente señalan en la dirección de que hay que contar con los recursos  de nuestra naturaleza pero haremos mal en fiarlo todo a ellos. Sucede por una razón: la vis medicatrix se agota, tiene sus limites y algunos procesos patológicos la superan y la rebasan con creces, es lo que puede medirse en terminos de reactividad, es por eso que decimos que los niños tienen mas energia sanadora natural que los ancianos, algo que sabemos precisamente por la capacidad de aquellos de enfermar de forma aguda. O dicho de otra manera a más vis medicatrix más formas agudas en el enfermar.

La vis medicatrix se explica precisamente porque la enfermedad no es una ente vivo sino una abstracción que procede de la sintesis de la una, la  physis de su historia natural (todos los cólicos de riñon se parecen) con la physis del individuo que le da forma (todos los individuos se disitnguen). De esta interacción se forma una patoplastia para cada caso concreto que se encuentra presidido por ciertas leyes lineales (las de la propia enfermedad) y ciertas leyes no lineales (las que aporta el sujeto). La enfermedad, como la salud son  procesos discontínuos.

Es precisamente porque es un proceso discontínuo por lo que en su curso puede rebotar y volver atrás, buscando  la estabilidad anteriormente alcanzada pues todo organismo guarda memoria de su estabilidad anterior.

Ahora considere usted en qué consisten la mayor parte de los tratamientos médicos:

  • En dar algo que se encuentra en déficit.
  • O en dar algo que sirve para neutralizar algo, un anti-algo, sea antiácido, antidepresivo, antipsicótico, antihipertensivo o antitiroideo, etc.

La medicina actual a pesar de sus éxitos (usualmente del area quirúrgica o del diagnóstico) no ha logrado superar en sus tratamientos ese paradigma de anti-algo haciendo un uso abusivo del principio hipócratico (contrari contrariis curantur). Estos tratamientos anti-algo, tampoco curan las enfermedades sino que modifican su expresión buscando un efecto contrario a través de bloqueos quimicos de efectos perniciosos. Naturalmente este tratamiento anti, ha de ser proporcionado de por vida si queremos mantener esa homeostasis discontinua que llamamos salud.

Y aguantar sus efectos secundarios, concretamente los tratamientos antihipertensivos tienen consecuencias sobre el deseo y la perfomance sexual.

Estos tratamientos contribuyen a mentener el estatu quo de la enfermedad y la transforman en crónica sin que tengamos claro el tiempo en que debemos proporcionarlo, ¿es un tratamiento antihipertensivo para toda la vida o podemos suspenderlo?, Lo cierto es que no lo sabemos aunque si estamos seguros de que un fármaco antihipertensivo normalizará las cifras tensionales sin modificar las causas que llevaron al enfermo a la hipertensión. Se trata de actitudes que operan estabilizando el sistema en lugares alejados del equilibrio. Es asi, como una enfermedad aguda pasa a ser crónica pues el exceso de medicamentos adormece la vis medicatrix y le impedimos alcanzar nuevas cotas de estabilidad a través de las reagudizaciones.

Pues las enfermedades se curan reagudizándose, de una forma controlada, eso hacen las vacunas y eso hace la homeopatía: introducir una enfermedad similar en el cuerpo de alguien a fin de empujar la vis medicatrix y que el individidui se cure solo.

¿Entonces qué hacer? ¿Tratar o no tratar?

Naturalmente depende del caso y depende de la enfermedad.

Personalmente estoy persuadido de que  es necesario hacer un esfuerzo investigador independiente (de los poderes fácticos habituales) que propicie el conocimiento de vias alternativas a los tratamientos convencionales. Esta semana ha saltado a la prensa el caso de los arándanos, que ahora se han demostrado eficaces para el tratamiento y la prevención de las cistitis.

Este hecho ya se conocia empíricamente pero no se habia demostrado oficialmente. Naturalmente el arándano opera como un antibiótico sin serlo impidiendo que las bacterias del tracto urinario se peguen a las paredes de la uretra y vias urinarias. ¿es asi como funciona la echinacea, el ajo y tantos y tantos remedios naturales que llevan la etiqueta de antibioticos sin serlo?

El lector puede entender facilmente la ventaja entre consumir arándanos o ciprofloxacino un antibiotico consumido masivamente en atención primaria.

El futuro de la medicina está en combinar la medicina dura y las medicinas blandas, pero antes de eso tenemos que acumular evidencias sobre las ventajas de estas ultimas. Hemos de aprender a diferenciar lo orgánico, de lo psicosomático y de lo mental. Aquello que sólo puede suprimirse de aquello que precisa de un cierto empujoncito alternativo sin olvidarnos del tema de las creencias sobre la enfermedad ni del tema de la yatrogenia de las exploraciones.

Y sobre todo no olvidar que existe una presión farmacéutica detrás del consumo de patentes que hacen de todo esto un campo confuso donde los intereses y las persecuciones de los Torquemadas de la evidencia se baten en una batalla que acabará ganando la Verdad.

No hay que fiarlo todo a la vis medicatrix ni  por supuesto a la «ciencia».

Pruebe, compare y compre.

5 comentarios en “¿Cómo se curan las enfermedades?

  1. Yo le preguntaría, como psicoanalista,si la neurosis maniaco-dedresiva es un empecinamiento mental o una negativa a superar el pasado,simple curiosidad,muy agradecido.

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  2. La psicosis manaco-depresiva es uno de esos ejemplos donde no podemos fiarnos nada de la vis medicatrix y es necesario un tratamiento preventivo continuo para evitar las oscilaciones del humor entre extremos. No hay evidencias de que pueda explicarse a través de criterios psicologicos.

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  3. Un post muy claro y educativo. Esto es algo que antes debía de ser conocido pero que ahora dentro de una sociedad desarraigada las personas han olvidado y ya no tienen a nadie que se lo recuerde. Únicamente el consumo masivo de pastillas para todo tipo de dolencias parece la solución. Incluso dentro del personal médico el principio de la Vis Medicatrix no sé si se tiene muy claro, el DMS IV parece que todos lo aprenden de memoria, a pesar de lo áspero que parece.
    Por mi parte conocía el PICATRIX: el fin del sabio y de los dos medios para avanzar.

    El cuadro que has elegido de Michelena es fantástico. No sé si hay que ser un artista para poder apreciar en toda su dimensión el arte – oficio.

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