El hijo del chófer

Este post contiene spoilers, es decir revela datos de la trama de la novela citada, el lector no deberá seguir adelante con la lectura del mismo si planea leerla.

«El hijo del chófer» es una novela -más que una novela es una investigación periodística que se lee como una novela- de Jordi Amat y que describe a Alfons Quintá un periodista catalán que fue testigo de una de las épocas mas escabrosas de Cataluña: desde la transición y el acople del nuevo modelo autonómico hasta la caída del incombustible Pujol.

Pero a mi lo que más me ha interesado es la personalidad del susodicho Quintá del que me es posible intuir -siendo como es un personaje a medio camino entre la ficción y la realidad- que se trataba de una personalidad psicopática de la que no es ajena la época en la que vivió, desde el exilio y la vuelta de Tarradellas hasta las conspiraciones de la burquesía catalana para defenestrarle y ¿cómo no? el caso de Banca Catalana donde el Estado -comandado por Felipe Gonzalez- trató de mirar hacia otro lado y dejar impune una de las mayores estafas a sus clientes y al sistema bancario español. Es imposible comprender el fenómeno actual del procés y su deterioro y putrefacción sin escarbar en aquellos antecedentes de corrupción que rodearon aquel tiempo y como las «familias catalanas» llegaron a entretejer una red de favores, alianzas, conspiraciones, corruptelas y delaciones de los que Alfons Quintá, -buen conocedor de su mecánica- llegó a controlar de tal manera que consiguió escalar a los puestos mas relevantes del periodismo catalán, a pesar de no haber podido terminar sus estudios y tener que hacerlo en una segunda oportunidad ya de mayor.

Quintá era hijo de un viajante de comercio y por tanto disponía de un vehículo propio con el que llevaba a Josep Plá a conspirar con Tarradellas en Francia y con sus huestes pretendidamente intelectuales que le cortejaban como a una especie de gurú catalán. Toda su influencia posterior procede de estos cenáculos donde la créme catalana se reunia y pastoreaba a fin de preparar el día siguiente de la muerte del dictador. Quintá era testigo (su padre le llevaba consigo a ciertas reuniones) y fue así como trabó los contactos que le serian tan necesarios en su escalada social. Y todo a pesar de que era un chico bastante incomodo de soportar y al que no le importaba amenazar a unos y a otros para lograr sus objetivos. Eso mismo hizo con Josep Plá a quien eligió para que convenciera a su padre para que le dejara salir al extranjero a la edad de 17 años. En aquella época no se podía obtener el pasaporte sin permiso paterno y Quintá -que había fracasado en sus estudios de Bachiller- pensó en apartarse de la vida académica e instalarse en algún lugar del extranjero. Padre e hijo nunca se llevaron bien pues Josep Quintá era de esos hombres que llevan una doble vida y prácticamente no pasan por casa más que para dormir de vez en cuando. Algo así como si fuera bígamo o mantuviera una segunda esposa y terceras u cuartas, según sus itinerarios de viajante. Alfons probablemente le odiaba por eso pero sin embargo era algo así como su escudero en todos esos círculos que tanta importancia tuvieron para él en el futuro.

Su personalidad era abiertamente psicopática, le gustaba dominar y que todo el mundo se plegara a sus caprichos, era maleducado y violento y trataba de un modo tiránico tanto a las mujeres como a sus empleados. No le importaba traicionar a sus amigos o despedir a los que en un momento determinado le ayudaron. Tampoco le importaba destruir su obra cuando él ya no tenía responsabilidad en ella, era un egocéntrico insoportable. Era un amoral. En el libro de Amat podrá el lector interesado contemplar las escenas más truculentas y explosivas que puede imaginar, hasta el punto que uno se pregunta como es posible que esta persona fuera promocionada a los lugares de élite que llegó a ostentar: director del Pais en Cataluña o diseñador y ejecutor de TV3. Obviamente era un tipo muy inteligente pero también muy destructivo y sobre todo temible, quizá por eso -por el miedo que causaba- y por los secretos que podía albergar sobre casi todo el mundo se le consintió casi todo: hasta Pujol le encargo la puesta a punto de TV3 a pesar de que Quintá fue uno de los acosadores mediáticos en el tema de Banca Catalana hasta que Juan Luis Cebrian pudo quitárselo de enmedio.

Tan maleducado era Quintá que no usaba cuchara sino que bebía la sopa directamente del plato, hacía comentarios indecentes e inoportunos a las mujeres de su entorno y sobre todo padecía de una hiperfagia exagerada. Amat habla de «bulimia», pero no se trata de un trastornos alimentario, pues la bulimia es el resultado de sufrir hambre cuando una persona quiere hacer régimen pero no lo consigue. Es algo así como un mecanismo de reparación del hambre pasada en personas obsesionadas por el peso. Sin embargo en Quintá no había maniobras de compensación sino que su «bulimia» se parece más una falta de control frontal. Si unimos la hiperfagia, con el hipererotismo y los accesos de cólera tenemos un panorama que más bien recuerda a las caracteropatías prefrontales, donde el lóbulo frontal -ejecutivo- parece haber perdido la capacidad de modular, controlar, dirigir e inhibir y la conducta instintiva. El caso me parece recordar al príncipe D. Carlos, hijo de Felipe II, del que hablé aqui y también -como no- el primer Borbón español, Felipe V, el rey loco.

¿Cómo es posible que un personaje así tuviera tanto éxito en el mundo de seny de la burguesía catalana?

Para contestar a esta pregunta recomiendo a mis lectores que vuelen a leer este post sobre la ponerología.

El libro de Amat es interesante por la investigación que ha llevado a cabo, muy sistemática, pero está escrito de forma descuidada y atropellada, tanto que a veces resulta difícil de seguir. Su interés es histórico o si se quiere político, para saber cómo hemos llegado a esto hay que adentrarse en las claves que lo hicieron posible: y una de esas claves es la impunidad con la que ciertos grupos de presión han llegado a tomar todo el poder de sus territorios. La impunidad y porque no decirlo el totalitarismo con el que algunos siguen gobernando despreciando a sus ciudadanos o tratándoles como idiotas.

El virus y la symploké

La mayor parte de la gente que conozco está persuadida de que «todo está relacionado con el Todo» y se dedican a encontrar el hilo que conecta unas cosas con otras, rebuscando indicios que siempre acaban por encontrarse. Pero está idea es falsa y metafísica, la verdad es que algunas cosas están relacionadas con otras y no están relacionadas en absoluto con otras tantas. Así, una definición de symploké es ésta:

«Como todo iniciado en el materialismo filosófico de Gustavo Bueno sabrá, en este sistema filosófico es de especial importancia el principio de symploké, una idea original de Demócrito de Abdera que luego retomaría Platón, y que hace referencia al entrelazamiento dialéctico de las cosas que constituyen una situación estable o efímera, una totalidad  sistemática (un sistema) en la que se dan momentos de conexión y conflicto y de desconexión e independencia entre sus partes (formales o materiales), sus secuencias o términos, etc., comprendidos en esa symploké».

O dicho de otra manera: «todo no está relacionado con todo»

En este sentido la symploké es el tipo de pensamiento opuesto al pensamiento mágico que teje las relaciones entre cosas alejadas unas de otras o que solo están conectadas por lazos de contigüidad, o de cacofonía o de temporalidad. Por ejemplo, la pandemia está relacionada con la aparición de las vacunas, de las mascarillas y de la coerción de libertades cívicas pero no es necesariamente su causa. La mayor parte de la gente confunden causa con correlación y el error más frecuente es cuando ambos fenómenos acaecen al mismo tiempo. Post hoc ergo propter hoc. Lo que sucede inmediatamente después no siempre es efecto de algo anterior.

Pero no es solo una falacia lógica es además la esencia de lo delirante. Tal y como comenté en este post el delirio puede ser paranoide (autoreferencial) o metanoide (explicativo del mundo). Pero un delirio es siempre un proceso de lógica no formal, en el sentido de que el individuo va de la categoría a la anécdota, de la conclusión hacia las premisas, es decir ya conoce el resultado del proceso, ya tiene una conclusión y opera hacia atrás, es decir desde la conclusión se modela una causa que le precede. Funciona más o menos así:

  1. Hay una ocurrencia sea delirante o no.
  2. Poco a poco esta ocurrencia se refuerza a si misma y termina por ocupar la mayor parte del centro de atención.
  3. Termina convirtiéndose en una creencia.
  4. Esta creencia opera hacia atrás buscando indicios que la justifiquen.
  5. La creencia va fortaleciéndose a medida de que extiende los vínculos entre ideas.
  6. La creencia se comparte y encuentra simpatizantes para su causa.
  7. La creencia termina por explicar cualquier cosa sin relación entre ellas.

El ejemplo de la pandemia.-

No cabe duda de que la pandemia que estamos viviendo ha supuesto un choque en el psiquismo de nuestros conciudadanos alterando no solo su forma de vivir sino estimulando su miedo a la muerte o a lo imprevisible, llevando a muchos de ellos a la ruina, o precarizando sus contactos sociales y familiares. No cabe duda de que estamos hablando de algo traumático y colectivo que ha irrumpido en nuestra vida llevándose por delante nuestro bienestar, nuestro trabajo o nuestra forma de socializar.

Ante esta situación caben dos posiciones existenciales y una intelectual:

  1. Seguir las instrucciones que nos proponen las autoridades sanitarias sin plantearse nada más con alguna escapada de la fila o alguna cana al aire.
  2. Negar la pandemia y creer que se trata de una maquinación de determinados poderes para terminar con nuestros derechos.
  3. La posición intelectual que yo defiendo es que la pandemia realmente existe pero ha sido utilizada para acelerar un proceso de ingeniería social que incluye cambios políticos, ecológicos, y psíquicos de características diversas y que en cualquier caso ya se había iniciado (agenda 2030). En este sentido la pandemia no ha hecho sino venir en ayuda de estos planes que en cualquier caso no son proyectos conspiranoicos o invención de paranoicos sino que están escritos y son en cierta forma públicos si bien están adornados con unos objetivos deseables, pues ¿quién estará en contra de tener un planeta más limpio o habitable? ¿Quién estará en contra de respirar un aire más puro?

¿Entonces porqué hablo de paranoia o metanoia? Si realmente la pandemia ha sido utilizada por estos poderes para doblegar nuestros derechos y nuestras voluntades, ¿por qué hablé de ese tipo de mecanismos?

Pues porque lo que caracteriza el pensamiento delirante no es solo una equivocación -un error cognitivo-, uno puede delirar con que es perseguido y serlo realmente. Lo que le caracteriza es la trama de relaciones que enhebra para justificar el resultado o conclusión previamente establecida. ¿Que la pandemia es falsa, qué puede significar?

Lo que dicen algunos ciudadanos es que en realidad es una especie de gripe, aportan para ello datos de la mortalidad, la desaparición de la epidemia de gripe estacional y que en realidad hay una agenda vacunal diseñada para disminuir la inmunidad humana y hacerla dependiente de más vacunas a largo plazo. Sin ignorar que las vacunas han sido comercializadas en un tiempo record y siend cierto que están provocando estragos inmunitarios o accidentes hematológicos en algunas personas, no creo que exista un plan más allá de eso. Así se publicitan muchos casos (sin que lleguemos a saber si son o no ciertos) pero que señalan hacia la idea de que las vacunas son peligrosas, lo cual es peligroso porque afectará en el futuro al calendario vacunal de los niños. El cuadro se completa con la idea de que en realidad la Big Pharma está detrás de esta conspiración junto con nombres de ricachones que todos conocemos ya.

Es verdad que ningún medicamento de los que están en el mercado hubiera sido comercializado con la mitad de efectos adversos que estamos observando y aunque todos los días salga algún experto para decir que estadísticamente estos efectos no son significativos, lo cierto es que no importa si lo son. Uno no enferma por estadística sino por algo que le han introducido con la intención de protegerle. ¿A qué viene esa negación de los efectos adversos? ¿No será que no quieren quedarse con las vacunas ya compradas sin usar?

Personalmente creo que a la Big Pharma no le interesa en absoluto en terminar con la humanidad pues su objetivo es vender y si no hay humanidad ¿qué otra cosa podrían vender? Esta idea es una derivada del pensamiento paranoide: hay una conspiración para enfermar a la humanidad. Bueno, hay una explicación más sencilla: hay una guerra comercial a ver qué laboratorio se lleva el gato al agua y con las prisas los Estados han permitido liberar a las farmacéuticas de sus correspondientes responsabilidades civiles en caso de accidentes, muertes o efectos adversos.

Otro creen que no existe en absoluto la pandemia y que los muertos que nos cuentan en TV, son atribuibles a otras causas y que se engordan las estadísticas para atemorizar a los ciudadanos incautos, a esos que «aun no han despertado» y no son capaces de ver la complejidad en toda su extensión. La prueba que aportan es que no se han hecho autopsias y por tanto no sabemos de qué murieron los que murieron. Lo cierto es que si lo sabemos: por una tormenta de citoquinas que entre otras cosas provocó trombosis diseminadas  y pulmonares. Es verdad que nadie encontró virus en los tejidos de los cadáveres pero los que así piensan creen que los virus pueden verse al microscopio con solo teñirlos con eosina. Nada de eso, aislar un virus es muy complejo y lo que hacemos para detectarlo es a través de métodos indirectos. Es más fácil genotipar un virus que aislarle y además es lo único patentable.

Es cierto que el PCR no parece ser el método más idóneo para detectar a los infectados, pero ¿alguien tiene otra opción? Lo cierto es que carecemos de un método de diagnóstico, en realidad es cierto que el PCR no es un método de diagnóstico, el mejor método es la clínica, es decir los síntomas aunque también es cierto que pueden confundirse con otras viriasis respiratorias e incluso con el resfriado común.

De manera que tenemos un panorama incierto: ignoramos muchas cosas sobre la pandemia, sobre el virus y sobre su origen, pero sabemos que es muy contagioso por vía aérea y poco letal, y que afecta sobre todo a la población envejecida o con patologías previas. No disponemos de un método de diagnóstico certero y parece que las vacunas no vayan a resolver de raíz el problema pues un vacunado puede ser a su vez contagioso. ¿Durante cuanto tiempo? No lo sabemos.

Las ideas paranoides parecen desarrollarse mejor en entornos de incertidumbre donde las opiniones están polarizadas o son muy diversas. A diario recibimos información sobre científicos que dicen una cosa o su contraria a la velocidad del rayo. Unos parecen defender la hipótesis oficial y otros son disidentes radicales y apelan a otras causas bien distintas al virus. Recientemente ha emergido el tema de los 5G o de las radiaciones no ionizantes como causa de esta pandemia. Bueno, la verdad es que el 5G no está implantado en toda España y en mi provincia -Castellón- ha habido casos, los esperados según su población sin 5G. De manera que las guerras comerciales no son solo cosa de la Big Pharma sino también de la telefonía. ¿Chinos o europeos? Por ahí va la cuestión.

Ahora bien, mas allá de la incertidumbre hay otras razones para el delirio colectivo y ambas son culpa de la administración.

Vivimos en un mundo hiperconectado, de manera que las prohibiciones y las censuras ya no son posibles como en la Dictadura donde un periódico podía ser cerrado, un libro secuestrado o el concierto de un cantante suspendido a última hora. Este mundo alternativo que llamamos redes sociales ha venido para quedarse y sustituirá más pronto que tarde a los grandes medios que todos sospechamos que se han vendido al mejor postor. Es lógico, todos están en la ruina y solo el estado puede rescatarles de su miseria económica. A un precio, claro: sostener al peor gobierno que ha tenido nuestro país en muchos años. De manera que los medios se dedican sobre todo a la propaganda y muy poco a informar, es por eso que los ciudadanos desconfiamos de ellos.

No son sólo errores lo que este gobierno ha cometido sino negligencias muy graves todo y teniendo en cuenta de que se trataba de una pandemia que nunca antes habíamos sufrido y con la ignorancia que aun arrastramos sobre este asunto y sobre todo las mentiras, mentiras sobre las mascarillas, sobre los PCR, sobre las medidas de protección, siempre oscilando entre la sobreactuación y la desidia. Las mentiras generan desconfianza y de la desconfianza hasta la sospecha hay un paso.

Con negligencias y mentiras a nuestro gobierno o quien sabe a quién se le ocurrió censurar las redes más importantes. Sencillamente, no se puede sostener ninguna opinión que contradiga la versión oficial, incluso han proliferado los fact chequers para asegurar una información veraz. El problema es que no sabemos quién controla y paga a estos fact chequers, de manera que están abiertas todas las posibilidades de la sospecha.

Así se genera la paranoia.

O dicho de otra manera somos delirantes inducidos.

Por eso hay que volver a pensar la symploké y a tejer relaciones compatibles con la realidad. Es la mejor manera de no enloquecer.

La falacia del hombre de paja

La mejor forma de guardar un secreto es divulgarlo parcialmente y conseguir que los divulgadores no sean creídos, sean descalificados como escritores de ciencia ficción, cuentistas, conspiranoicos o como se dice ahora negacionistas. Este método se conoce con el nombre de «la falacia del hombre de paja».

En realidad no se trata de un hombre sino de un argumento, una creencia o una idea que se pretende invalidar por estúpida o delirante. Para ello lo mejor es seleccionar a un divulgador que no merezca ninguna credibilidad y que diga tantos disparates que sea imposible creerle. Lo cual no significa que no tenga razón o parte de razón. Lo que importa es que sea descalificado en su totalidad. Vean este ejemplo:

Los argumentos son tan débiles y el tono en el que se expresa genera tanta aversión que cualquier verdad que se encuentre en tal discurso es inmediatamente rechazada por el interlocutor que atiende a la totalidad del argumento y a su emisor.

Lo mismo sucede cuando las cámaras de TV salen a la calle y lo que pretenden es desacreditar a un movimiento, manifestación o reunión. ¿A quien van a entrevistar? Naturalmente a alguien que defienda las hipótesis oficiales pero también pueden buscar la opinión -en este caso negativa- de algún personaje enloquecido. Si quiero desacreditar una manifestación tachándola de extrema derecha, el periodista hará bien en buscarse a un manifestante desarrapado, con bandera de España, cabeza rapada o alguien que simplemente de miedo por su extravagancia.

Las falacias del hombre de paja precisan siempre de un hombre de paja que opere como reclamo de algo o como rechazo de algo. Es por eso que siempre he creído que algunos de nuestros políticos, sobre todo los más extremistas forman parte de eso que se llama «disidencia controlada», participan en un teatro donde a su derecha o a su izquierda reposan los bienpensantes que no son otros sino los partidos clásicos de toda la vida. A mi no me cabe ninguna duda de que el PSOE (el poli bueno) acabará deglutiendo a Podemos y que el PP hará lo mismo con Vox.

Las barbaridades que dicen son demasiado escandalosas para que creamos que van en serio. Todo teatro.

Otro ejemplo que me viene a la cabeza está relacionado con la pandemia de coronavirus que estamos padeciendo. Por una parte:

  • Hay una versión oficial sobre la pandemia que contiene muchas falacias en sí misma y muchas mentiras, empezando por el numero de muertos y contradicciones y doble vara de medir en las medidas que se imponen a los territorios. Pero es la versión fuerte que impone toques de queda, confinamientos, cierres perimetrales, etc.
  • Hay otra versión «conspiranoica» que dice que no hay tal pandemia o que no es tan grave como se dice sino un plan para dominar a los ciudadanos e imponer medidas totalitarias a la población.

Ambas posturas están enfrentadas como está sucediendo hoy en España y hemos visto en USA, donde hasta el mismo presidente se ha alineado con esta corriente de opinión. Lo importante es comprender que la segunda versión es una reacción a la falta de transparencia de la primera y que a pesar de todo no se descarta que haya algo o mucho de verdad en esa idea de dominio totalitario que se nos quiere imponer. Lo cierto es que es una buena oportunidad para generar cambios y caos, pues sin caos no puede haber cambios.

La falacia, sin embargo reside en el hecho de que aun no sabemos si el virus es de origen natural o ha sido creado en un laboratorio. En realidad hay ciertas pruebas que señalan en esa dirección como esta viróloga china que sostiene la idea de una conspiración biológica, pero también un ejército de virólogos que dicen lo contrario.

Lo interesante es que nadie se ocupa de validar o negar los argumentos de la china, pues toda falacia del hombre de paja, está destinada a ocultar algo mientras se exhibe algo. Y lo que se exhibe es una creciente opinión publica contraria a las mascarillas y a las restricciones de movimiento de las personas, al cierre de los comercios, bares y restaurantes y etc. Una opinión publica que se trata de combatir con medios impositivos a través de la fuerza del estado. Todo pareciera que es una guerra entre personas sensatas (que acatan las decisiones del gobierno) y personas díscolas que tratan de saltarse estas restricciones. En realidad este segundo grupo de personas entre los que cuento a los promotores de la idea de que todo es un coronatimo son los hombres de paja de la pandemia pues cualquier verdad que se esconda en su discurso -y no es nada improbable de que todo responda a un plan global de dominio de ciertas élites- es inmediatamente descalificado por el sentido común de la gente y por los recaderos del gobierno.

Pues el sentido común de las personas les impide ver más allá de su propios anteojos, siempre de espaldas al mal.

Muchos disidentes han caído en la trampa: no se puede negar una pandemia que ha causado 45000 muertos (las cifras son insólitas y poco fiables) y al mismo tiempo sostener que que la pandemia no existe o cuya mortalidad es similar a cualquier virus estacional. es por eso que la mayor parte de la gente les acusa de conspiranoicos pues la contradicción pandemia/timo es fácil de desmontar.

Del mismo modo no se puede decir que el gobierno oculta las cifras reales de muertos y al mismo tiempo sostener que la mayoría de muertos no lo han sido por causa del coronavirus. O una cosa o la otra.

Mucho más complicado es desmontar la estrategia de los gobiernos que están empeñados en utilizar estrategias medievales para contener la expansión del virus mientras que se empeñan en ocultar que en Wu-Ham existe un laboratorio de experimentación de virus en un lugar muy cercano al mercado de los murciélagos.

Y que sobre todo no dan ningún valor a las declaraciones de muchísimos científicos que apoyan la versión de un virus artificial.

Así que en mi opinión esa debe ser la verdad oculta entre falacias tanto de parte del gobierno como de los disidentes y para acabar de enredarlo todo, tenemos la censura en las redes que vienen a complicar aun más el asunto dando la impresión de que esos hombres de paja mienten y son un peligro para la salud publica. Pero yo he observado sobre todo en youtube que una buena parte de youtubers conspiranoicos no tienen ningún problema de censura, lo que me permite sospechar que ellos son los verdaderos hombres de paja a los que les dejan decir cualquier cosa porque nadie les cree.

Mientras tanto China ya parece haber superado la pandemia mientras el mundo occidental, -pero no Africa que parece ser inmune al virus como Trump -siguen inmersos en un cierre empresarial que parece va a durar bastante tiempo.

La pandemia existe pero parece haber un plan.

Bulos e hiperverdad

Los bulos no pararán ni seria bueno que se detuvieran

 

No cabe duda de que el gobierno y sus empleados han decidido oponerse a los bulos, ejercen la censura en Guasap,  Facebook y en Youtube, lo hacen a través de Newtral y sus delegaciones de «Maldito bulo» y otras agencias destinadas a combatir el bulo. Pero a mi me parece que es un error y solo conseguirán acrecentar el efecto Streissand de ciertos bulos con pedigree.

La verdad es que yo prefiero los bulos a la censura pues para mi un bulo es sobre todo un genero literario. De aquellos que nunca escribirán una buena obra de ficción y es por eso que han decidido vivirla. Youtube está lleno de estos escritores frustrados con canal propio que se dedican a interpretar en clave conspirativa los silencios administrativos y es lógico que así sea pues la hiperverdad es también un bulo conspirativo: el que le conviene al gobierno, amplificado por sus medios de comunicación a sueldo. Si yo fuera un tirano de alguna república bananera me ocuparía sobre todo de que todos los medios de comunicación dijeran lo que a mi me interesa, me dieran la razón y me hicieran la ola mexicana y que ocultaran todo aquello que me interesa ocultar. Pues claro. Pero eso no sucede solo en las repúblicas bananeras sucede sobre todo en las democracias liberales.

Pues las democracias liberales -las hoy realmente existentes- han sido infiltradas por la postverdad. Algo que procede de la postmodernidad y sus manejos contra la historia, la tradición, los valores e incluso contra la ciencia. Para estos adalides de lo postmoderno, no hay verdades universales, todo es un constructo social, todo puede debatirse y sobre todo oscurecerse con una versión de la historia inventada a fin de construir un relato sobre lo que sucedió sin interesarse en absoluto por la verdad histórica, la económica, la moral o la científica. Y no cabe duda de que hace ya algunos años, al menos 10, que este panorama viene extendiéndose en nuestro país sin que nadie haya plantado cara a estas postverdades que no son sino mentiras que nadie se ha ocupado en desmentir: la teoría de género, las mentiras sobre nuestro pasado guerracivilista, el revisionismo sobre el caso de ETA, los silencios forzados sobre el 11-M, la negroleyenda española y otros casos mediáticos son el trasfondo sobre el que hemos construido un creciente desinterés por la verdad histórica. Aun hoy existen muchos españoles que creen que Aznar nos metió en la guerra de Irak, que el PP es el responsable de una integración nefasta en la UE contra nuestros intereses o los recortes en Sanidad o que Podemos es un partido que ha venido a liquidar a la casta. Se trata de bulos mantenidos por el poder político que nadie se ha ocupado en combatir y hoy forman parte ya de la hiperverdad, es decir de la verdad que nos viene codificada desde el poder político y los medios.

De manera que en este clima de bulos e hiperverdades procedentes del poder político emergen imitadores y aficionados que han encontrado en Youtube su entorno optimo y que tienen mucho éxito y seguidores. A mi me gustan mucho estos conspiranoicos, unos más que otros como es lógico. Me gustan más los que se mueven -con cierta elegancia- en el terreno de lo posible -aunque no comprobable-, sin mentar extraterrestres, ummitas, seres de luz, reptilianos o masones de grado 33. La ciencia ficción me interesa poco y mucho menos la fantasía borgiana. Prefiero en este sentido a los que saben moverse en el territorio de lo impredecible sin descender al mundo de lo satánico a ascender al mundo de lo sobrenatural.

En realidad hacen lo mismo que Pedro Sanchez, dicen una verdad que alumbre a las siguientes 4 mentiras que le suceden. ¿Si el poder político miente por qué no van a poder mentir ellos? Este es el juego -mejor la dialéctica- entre bulos e hiperverdad. Si existen bulos es porque el gobierno miente y hoy es ya muy difícil engañar al personal que puede informarse o desinformarse por otros ámbitos alternativos. Al poder político lo que le interesa es construir un relato que les libre de responsabilidades mientras el virus atenúa su virulencia.

Lo cierto es que discriminar lo verdadero de lo falso es hoy muy complicado. Pues la verdad no es lo opuesto al bulo ya que la verdad es muchas veces imposible de determinar, inconmensurable. Por ejemplo y con respecto al coronavirus existen numerosos agentes que señalan hacia un origen de laboratorio del mismo. Hay varias alternativas, para unos es cosa de EEUU, para otros cosa de China, otros piensan que el virus se sintetizó en EEUU pero fue vendida su patente a China, otros creen que es cosa del estado profundo o Cabal. Y el mensaje oficial es sin embargo que el virus tiene un origen natural. la población está dividida entre los que piensan una cosa y su contraria, pero lo cierto es que a la gente le da igual quien generó ese virus y lo que quieren es que la pandemia les permita ir al bar a beberse un carajillo y escapar de esa condena con la que viven el confinamiento.

Mis bulos preferidos.-

Ya he dicho que a mi los bulos me encantan, los sigo casi todos a diario aunque lo cierto es que hay pocos autores interesantes. Muchos de ellos no hacen sino plagiarse unos a otros e incluso se entrevistan mutuamente para darse autobombo. Hay pocos autores originales pero es cierto que algunos presentan un producto bien acabado con redacciones muy atractivas, pongo el caso de «El Bertus», autor de «Caminando el sendero» para mi de los mejores youtubers, después de la misteriosa desaparición de Pedro Bustamante que tenia el rigor de la ciencia junto con una imaginación desbordante. Una gran perdida. Su especialidad era la masonería y su símbología que siempre acababa por encontrar en cualquier cosa. Era fascinante su capacidad de correlacionar unas cosas con otras.

El Bertus tiene un tema preferido que es el reseteo financiero pero también tiene otros subtemas místico-esotéricos que me interesan menos. No me pierdo nunca sus novedades sobre esta lucha que parece que están llevando a cabo los globalistas contra los soberanistas.

Hay mucha gente que cree en esta guerra y yo no negaré que existe una confrontación entre bandos. Pero no creo en un bando de malos, muy malos por así decir contra otros, llamados «sombreros blancos» o «la alianza» que son los buenos de esta guerra. No deja de ser algo infantil creer que podemos clasificar los intereses financieros y geoestratégicos en buenos y malos como si se tratara de una película del oeste. Claro que existe esa guerra, pero ambos bandos pretenden lo mismo, el dinero puede cambiar de mano pero nosotros seremos -en cualquier caso- meros espectadores de esos cambios y víctimas más o menos conscientes de ello.No será Trump quien venga a librarnos de la crisis económica que se cierne sobre Europa, pero es cierto que el dinero fiduciario, no puede seguir emitiendo deuda eternamente por lo que un ajuste financiero global es ya necesario y es probable que ambos bandos estén de acuerdo en ello.

El éxito del bulo de los sombreros blancos o de la Alianza es parecido a la esperanza en un Mesías cuya llegada anunciada nos rescatará de nuestra molicie. La gente cree que hay fuerzas satánicas y fuerzas angélicas en juego y en confrontación lo que les permite mantener la esperanza, de ahí el éxito de algunos youtubers que llevan años anunciando proféticamente su advenimiento que siempre sufre algún atraso.

Otro de los temas que me parecen fascinantes es el de Quanon, más conocido como Q, un personaje o grupo de personajes anónimos que supuestamente filtran información clasificada en twitter  y que muchos suponen que es un seudónimo de Trump. Lo cierto es que la información de Q está casi siempre cifrada y es difícil saber qué es lo que predice, pero hay muchos especialistas en Q que se dedican desde sus plataformas a descifrar esos mensajes. Lo cierto es que nunca he visto ninguno de ellos cumplido, de manera que entiendo que Q es una inmensa maniobra de marketing de Trump o su entorno para fortalecer el ánimo de aquellos que creen que en realidad se está dando una batalla inmensa de buenos contra malos a fin de fortalecer las esperanzas de regeneración política que termine con la corrupción y sobre todo con la trata de menores.

La trata de menores (la pederastia) , la guerra contra la droga y las detenciones masivas que se esperan y que están relacionadas con estas actividades o con la de traición o corrupción, son otros de los temas que los youtubers adoran y más ahora porque de una forma u otra han logrado unir todos estos conceptos en ese cluster del mal que son el estado profundo y sus ritos satánicos. En realidad la pederastia, la trata de blancas, las patentes vendidas a China o cualquier otro delito federal existen pero no veo la razón de atribuirles todos estos males a los malos. Digo yo que todas estas actividades deben ser transversales ¿o no?

Personalmente no creo en las películas de buenos y malos, creo más bien en intereses geopolíticos y es por eso que uno de los bulos más interesados me parece el relacionar el coronavirus con el 5G. No creo que exista ningún bulo donde aparezca mejor dibujado un interés comercial detrás de esta mentira, pero es seguro que alguien la creerá.

Mi opinión es que hay cosas que nunca sabremos y que por tanto crecerán las teorías conspiratorias, pero también creo que muchas veces ya lo sabemos casi todo pero también sospechamos (como en el caso Alcasser);  un ejemplo es la autoría del 11-M, pero después de muchos años y tirando de la cuerda adecuada podemos llegar a vislumbrar alguna conexión: las cloacas de la policía algo tuvieron que ver en la presentación de determinadas pruebas falsas y es posible que engañaran a Aznar sobre la supuesta autoría de ETA, pero la gente ya cantaba en Genova, la sede del PP que Aznar mentía sin saber nada de su autoría. Hoy seguimos sin saberlo y no lo sabemos porque nos lo representamos como una guerra de bandos. La CIA, la OTAN, el PSOE, las cloacas del Estado, Marruecos, los servicios secretos franceses, etc. Lo cierto es que pensamos que en cualquiera de estas agencias, las cosa funcionan como un todo, como una empresa donde los objetivos son compartidos por todos sus CEOs y no caemos en la cuenta de que lo que se cuece en el piso 2 no tiene porque saberse en el piso 3. Cada piso o departamento funciona de modo autónomo, de lo contrario ¿qué clase de organización secreta sería? ¿Alguien cree que el CNI es un organismo unitario como Mercadona o Zara?

Que algo suceda mañana no significa que esté relacionado con algo que sucedió ayer.

Pero tampoco puede descartarse.

 

 

Guerras dialécticas y guerras por otros medios

Ayer estuve haciendo dos cosas: una de ellas por la tarde y la otra por la noche. Por la tarde vi el debate en youtube entre UTBH (Un tío blanco hetero) y Clara Serra sobre el feminismo. Por la noche vi un capitulo de esa serie británica que se titula «La corona vacía» que va de «la guerra de las dos rosas», aquella guerra eterna entre los Lancaster y los York que asoló Inglaterra en el siglo XV, pero no se trata de una reedición de «juego de tronos» sino de la puesta en escena de un relato histórico del mismísimo Shakespeare.

Y esta mañana mientras pensaba en las escenas y los argumentos que barajaban unos y otros en ese turmix que es mi cerebro, me preguntaba, ¿Qué hay de común en ambos casos? Qué tiene en común UTBH con Enrique VI o con Ricardo Plantagenet? ¿Qué tienen en común Clara Serra y Margarita de Anjou?

Pues que todos quieren mandar.

La guerra de las dos rosas entre los Lancaster y los York es uno de esos episodios (que tanto se repiten en la historia) ignominiosos. Dos casas de nobles pugnan por la corona en base a probables ofensas anteriores, así Ricardo Plantagenet se cree con derecho a disputar la corona a su rey Enrique VI en base a antiguas pendencias. La guerra es un empate infinito entre ambos contendientes que se van sucediendo en el tiempo, ahora con un rey y después con otro. Es imposible contar los muertos que costó esa guerra incluyendo venganzas, asesinatos y calabozos a los que sometieron y fueron sometidos tanto reyes, nobles y pueblo llano. Inglaterra, que salía de una guerra anterior (la guerra de los cien años) se vio metida de nuevo por una guerra de sucesión que solo se resolvió cuando los Tudor (emparentados con los Lancaster) entraron en contacto con Maria de York, por medio de eso que aun llamamos matrimonio. Un casamiento que puso fin a la guerra de las dos rosas. Es interesante atisbar un corolario interesante sobre esta cuestión: ni Margarita de Anjou, ni su marido Enrique VI, ni su hijo que murió en combate pudieron gozar de una victoria definitiva sobre sus rivales, tampoco Ricardo Plantagenet ni sus hijos vivieron lo suficiente para ver el fin de esta guerra, fue precisamente una hija de Eduardo IV (un York) el que puso fin al despropósito de una guerra perpetua con su matrimonio con un Tudor. Ni para ti ni para mi.

Dicho de otro modo la guerra es una cuestión dialéctica, los York y los Lancaster tenían posiciones distintas sobre la cuestión de la legitimidad real y se enzarzaron en una guerra ante la imposibilidad de alcanzar un pacto, una síntesis sobre este problema a falta de un poder judicial independiente y robusto. Pero la guerra no es nunca una síntesis sino la evidencia de la imposibilidad de alcanzarla, aunque lo cierto es que las guerras son a veces la única manera de llegar a un acuerdo, pero lo más frecuente es que haya victorias y guerras pírricas en el sentido de que no alcanzan a plantear con claridad quien es el vencedor y quien es el perdedor. Pues en una visión dialéctica uno puede llegar a una síntesis pero en una cuestión clarifinante como la eliminación del adversario («muerto el perro se acabó la rabia), no hay síntesis posible, es decir no se alcanza ese nuevo nivel de definición que llamamos «síntesis» y cuyo destino -al convertirse de nuevo en tesis- es pronto entrar en contradicción con otra cosa.

vaca

Alguien dijo que existen dos únicas razas en el mundo y es verdad que hombres y mujeres tenemos distintos tipos de rasgos conductuales, morales, cognitivos,  emocionales y hasta neurofisiológicos. No es de extrañar que las relaciones entre ambos estén presididas por el conflicto. Piense usted por un momento qué sucedería si no hubiéramos desarrollado paralelamente un sentimiento tan sofisticado como el amor. ¿Cree usted que solo con la pulsión sexual hubiéramos podido construir algo parecido a una cultura? No, la pulsión sexual por si misma es incapaz de asegurar una cultura humana pues los intereses de hombres y mujeres divergen continua e inexorablemente. El amor en este sentido es un relé, es decir un colchón que atempera las reacciones del determinismo puro. Dicho de otra manera, las relaciones entre hombres y mujeres son dialécticas y lo que uno gana lo pierde el otro, solo el amor es capaz de dulcificar las perdidas y atemperar las ganancias puesto que sólo el amor es capaz de expandir las contradicciones en una nueva síntesis abarcativa. El «nosotros» abarca al «tu» y al «Yo» y mucho mejor si hay otros (hijos) que se incluyen en el «nosotros».

Así como el amor y la familia son relés que amortiguan las contradicciones de los elementos en guerra dialéctica hay otros operadores que trabajan en sentido contrario: el más conocido de ellos es el feminismo.

El feminismo es la estrategia moderna de inversión dialéctica del poder. las feministas no buscan la igualdad, del mismo modo que los York y los Lancaster no guerreaban para conseguir la igualdad de ambas familias sino imponer cada uno de ellos su versión de desigualdad y salirse con la suya. Obtener prebendas, dinero, ventajas y poder social. De forma que el feminismo -como gremio- no opera buscando la igualdad -que es algo que cada pareja ha de construir en su intimidad-, sino polarizar las actitudes entre hombres y mujeres a fin de deconstruir a la masculinidad. Deconstruir es eliminar y no tiene nada que ver con la igualdad.

 

Aquí os dejo el debate sobre feminismo entre UTBH y Clara Serra:

Clara Serra no es una de esas histéricas exaltadas que salen en TV, sin embargo persigue sus mismos fines. Así hay un grupo de exaltadas y otro grupo de ilustradas que legitiman el movimiento en sí, sin nombrar nunca la verdad: y la verdad es que las relaciones entre los géneros son dialécticas y están sometidas a tensiones constantes y permanentes llegando a alcanzar (cuando se puede) estados de síntesis que a su vez vuelven a generar estados dialécticos y así ad infinitum. Las contradicciones de intereses que se manifiestan en estas relaciones son inconmensurables, es decir no pueden resolverse de una manera satisfactoria para ambos contendientes, por eso existe el divorcio y el «ahí te quedas». Dicho de otra manera no pueden resolverse con debates puesto que no se busca la ilusoria igualdad sino el sometimiento de la otra parte y la dominancia y el reparto de prebendas entre los sexos. Eso es lo que eché de menos en el debate de ambos, no se llega a la verdad, no se llega a ninguna parte.