¿Es la homosexualidad o la promiscuidad lo que causa rechazo?

orgullo gay

Partiremos de la base de que la homosexualidad causa rechazo moral, no en vano se trata de una conducta que está prohibida aun en 126 países ¿Pero por qué la homosexualidad, -que es una actividad privada y de alguna forma innata- causa tanto rechazo?

En este post voy a utilizar como guía un reciente articulo de Jesse Marzick publicado en psychology today y dónde el autor plantea una hipótesis muy interesante a recordar para todos aquellos que están comprometidos en la normalización de la causa homosexual.

La primera respuesta que nos viene a la cabeza y a la que Marzick presta atención es a la causa religiosa. Efectivamente las religiones (sobre todo las monoteístas) condenan la homosexualidad y por extensión el rechazo hacia los homosexuales es mayor en las personas religiosas que en los ateos o agnósticos. Existe un perfil de conservadurismo- religiosidad que nos puede dar ciertas pistas acerca de este rechazo, en cualquier caso se trata de una causa que afecta a los grupos humanos y no tanto a los individuos concretos y como novedad os revelaré que el mito que relacionaba la homofobia con la homosexualidad latente es falso. Los homofóbicos no son homosexuales escondidos en el armario tal y como cuenta el mismo Marzcick en este articulo. 

La mayor parte de la gente cree que las religiones son una forma de mantener contacto con lo desconocido, con Dios por así decir, pero en realidad las religiones (me refiero a las monoteístas) nacieron para cohesionar a los grupos y hacerlos mas cooperativos y laboriosos. De tribus dispersas que guerreaban entre sí por los recursos y las mujeres, consiguió Abraham unificarlas y lo hizo a través de la invención de un Dios único que de alguna manera venia a agrupar y reunir los cultos individuales de cada una de esas tribus y llevarlas en cierto modo hacia la cohesión social.

Yahvé era un Dios vengativo, que prohibía la idolatría e incluso que se le pudiera nombrar y se comunicaba con los hombres a través de un texto sagrado. La invención de un Dios único creó un pueblo: el hebreo que al principio practicaba la poligamia pero que poco a poco fue entrando en vereda por así decir, (más abajo veremos las ventajas de la monogamia). Con esta política social Abraham y sus descendientes consiguieron cohesionar esas tribus dispersas que estaban dispersas precisamente por sus respectivas culturas etnocéntricas, con distintas religiones, idiomas, cultos y costumbres que operaban como barreras geográficas e impedían la libre circulación de ideas y materias (sobre todo ganado). Abraham inventó una forma de liquidar el aislamiento tribal.

De manera que los grupos humanos tienen una serie de coerciones sobre las conductas individuales, una de estas coerciones-prohihibiones, es el robo, otra el asesinato. La conducta sexual y la conducta alimentaria (en otro orden de cosas) también aparecen muy reglamentadas en estas religiones y no cabe duda de que entran en colisión con la libertad individual. Hay algo en la libertad individual que es profundamente perturbador para los grupos que han de defenderse de las transgresiones individuales de una manera u otra: una forma es el exilio, otra el chisme, la burla o las humillaciones publicas, por no hablar de los castigos físicos y la pena de muerte que aun hoy se aplica con severidad en algunos países y en relación con crímenes de honor que están relacionados con el sexo y con las deudas.

En nuestro entorno la homosexualidad sigue siendo condenada a nivel moral y una manera tautológica de contestar a esta pregunta seria decir que la religión la condena y que por lo tanto las personas religiosas la condenan porque su religión las condena. Pero hay algo más:

Un cuadro más detallado empieza a surgir cuando se considera lo que predice la religiosidad en primer lugar; ¿Qué tipo de persona es atraída a estos grupos religiosos?

Uno de los mejores predictores de quién termina asociándose con grupos religiosos (y también a quién no lo hace es la estrategia sexual). Los que están más inclinados a la monogamia (o, más precisamente, a la promiscuidad) tienden a ser más religiosos, y esto se mantiene a través de las culturas y religiones . Por el contrario, la religiosidad no predice por si misma la moral cooperativa general o el comportamiento pro-social. Sería notable que las religiones de todas las partes del mundo acabaran tropezando con un desagrado común por la promiscuidad si no estuviera inherentemente ligada a la creencia religiosa. Algo acerca de la conducta sexual es un predictor único de la religiosidad, lo que debería ser extraño cuando se considera que el comportamiento sexual de un individuo debe tener poca influencia en si una deidad (o varias deidades) existen. ¿Qué le importa a Dios que seamos heterosexuales u homosexuales?

Incluso se ha propuesto que los grupos religiosos mismos funcionen para apoyar tipos particulares de arreglos de apareamiento relativamente monogámicos . Desde ese punto de vista, los grupos religiosos pueden ser vistos como una estructura de apoyo para parejas monógamas que planean tener muchos hijos.

Dicho de otra manera, parece que de lo que se trata es de mantener una oposición religiosa a la promiscuidad : la promiscuidad hace que los arreglos monógamos sean más difíciles de sostener, y viceversa.  El sexo fácil y barato es el principal enemigo de la monogamia, si planeas tener un montón de hijos, los hombres se enfrentan a los riesgos de cuckoldry (criar a un niño que fue engendrado por otro hombre), mientras que las mujeres se enfrentan a los riesgos de abandono (si su marido huye con otra mujer, dejándola sola en el cuidado de los hijos). Con el fin de apoyar su estilo de vida más monógamo, entonces, estas personas comienzan a castigar a aquellos que se involucran en comportamientos promiscuos para hacer esas estrategias más costosas para participar y, en consecuencia, más raros.

Dicho de otra forma: la monogamia y la promiscuidad empastan mal y los castigos sociales derivados de estas conductas proceden evolutivamente del hecho de mantener la monogamia como estrategia sexual predominante.

Y en este sentido la condena moral de los homosexuales procedería no tanto del hecho de ser homosexuales como de ser promiscuos. ¿Pero son realmente promiscuos los homosexuales?

grafico partners

La respuesta es si, como puede observarse en el gráfico.  El número de parejas de los homosexuales, lesbianas y bisexuales está muy por encima del número de parejas que declaran los heterosexuales al menos en este trabajo de David Schmidt donde paradójicamente se nos recuerda que nuestra especie se parece más a los chimpancés o bonobos que a los gorilas. Somos pues promiscuos por naturaleza.

¿Pero si somos promiscuos por naturaleza cómo es posible que la monogamia haya tenido tanto éxito evolutivo? ¿Qué ventajas aporta la monogamia?

Obviamente la monogamia aporta ventajas a los grupos humanos y no tantas a los individuos fuertemente determinados para la hipersexualidad.

Para contestar a esta pregunta es mejor que el lector vaya a este magnifico trabajo sobre ese laberinto que llamamos monogamia. Pero resumiré en algunos puntos estas ventajas, algunas son individuales y otras grupales:

¿Qué tiene la monogamia?.

Henrich y cols. (2012)  plantean que cuando aumentaron las desigualdades sociales y las sociedades se hicieron más complejas (en el Neolítico) es cuando aumentaron las ventajas a nivel de grupo de la monogamia. En sociedades relativamente igualitarias (cazadores-recolectores), las consecuencias sociales de la poliginia son menores porque pocos hombres pueden conseguir más de una mujer y, si lo hacen, la mayoría de las veces suela ser sólo una más. Además, como suele haber menos hombres que mujeres por mayor mortalidad masculina por accidentes de caza o conflictos violentos, la poliginia igualaría esas diferencias. En sociedades más complejas la poliginia puede llegar a cotas más altas (harenes de cientos de mujeres) y tener consecuencias mucho más graves, reduciendo la competitividad de esa sociedad.

La monogamia aumenta la rivalidad intrasexual masculina pero favorece la paz social en las comunidades mientras que una gran proporción de solteros predice grandes calamidades,  tiene influencia en las tasas de crímenes, motivaciones masculinas, inversión parental, fertilidad y producción económica. Las menores tasas de crimen favorecen el comercio, las inversiones económicas, el flujo libre de información, y una mejor división del trabajo. La mayor inversión parental y la menor fertilidad favorece la mayor calidad de la descendencia. Todo ello lleva a mayor innovación y crecimiento económico.

La poligamia deja a muchos hombres solteros y tiene además otros efectos indeseables sobre las mujeres: disminuye la edad a la que se casan las mujeres Al no haber mujeres se acuerdan matrimonios con padres y hermanos desde edad temprana. También, al ser la mujer un bien cotizado, aumenta la motivación de los hombres (padres y hermanos) para controlarlas. Esto reduce la libertad de las mujeres, su poder, aumenta la violencia doméstica, y ese menor poder e influencia de las mujeres en las decisiones del hogar resulta en mayor fertilidad.

Por contra, la monogamia disminuye la presión para llevar mujeres al mercado matrimonial, no es tan grande la diferencia de edad entre marido y mujer, no hay tanto control masculino y se reduce la desigualdad de la mujer y la fertilidad. Algunos estudios en sociedades poligínicas encuentran también que no hay ningún caso en el que las relaciones entre co-esposas sean armoniosas. La competencia entre ellas es grande y al haber mayor número de parejas adulto-niño sin relación genética eso aumenta el conflicto a todos los niveles: vivir con adultos no emparentados genéticamente es el factor de riesgo más potente para abuso, negligencia y homicidio de niños. Por otro lado, los niños de hogares poliginicos son los que tienen los niveles más elevados de cortisol, lo que indica un mayor nivel de estrés. La monogamia aumenta también la inversión parental en los hijos y la supervivencia y calidad de los mismos (algunos padres poligínicos no se saben ni el nombre de todos sus hijos). Los padres poligínicos siguen buscando mujeres y gastan recursos en ello en vez de en sus hijos. (Extraido de esta web).

Existe en nuestra especie una disonancia entre nuestras adaptaciones ancestrales (la promiscuidad) y los mandatos de nuestra cultura que parece que favorece la monogamia que también favorece a los individuos concretos, al menos a la mayoría, de lo contrario no habría parejas a largo plazo ni matrimonios. La monogamia es la estrategia sexual predominante en todas las culturas, mientras que la promiscuidad favorece la competencia intrasexual en las mujeres y les da a los hombres poder sobre lo que realmente les interesa: el sexo, a cambio los hombres se hacen holgazanes y poco comprometidos en el largo plazo, algo que sucede cuando la ratio sexual mujer hombre aumenta.

Volviendo al articulo de Marzick, la promiscuidad seria la conducta rechazada y no la homosexualidad. Las sociedades y los grupos humanos podrían rechazar a cualquier individuo que no correspondiera con su conducta sexual al beneficio de la comunidad (un hombre con una mujer). Naturalmente no se trata de una causa única y la homosexualidad puede ser rechazada por otras cuestiones ajenas a la moral: la causa más conocida es la hipótesis del germen gay.  Es posible que parte de la leyenda negra que arrastran los homosexuales proceda del hecho de que la conducta homosexual puede haberse atribuido a una especie de enfermedad contagiosa y por tanto transmisible.

Si la hipótesis de Marzcick fuera cierta la estrategia del «orgullo gay» seria incorrecta y podría ofender no solo a amplias capas de la población sino a una parte de los homosexuales que no comparten esta exposición de estereotipos y conseguir precisamente lo contrario de lo que se pretende: consolidar los derechos de los homosexuales en una sociedad abierta con respecto a las conductas sexuales individuales

Bibliografía.-

Joseph henrich, Robet Boyd y Peter J. Richerson. The puzzle of monogamous marriage. Phil. Trans R. Soc. B 2012 367, 657-669. 

Pinsof, D. & Haselton, M. (2017). El efecto del estereotipo de la promiscuidad en la oposición a los derechos de los homosexuales. PLoS UNO 12 (7) : e0178534.Https://doi.org/10.1371/journal.pone.0178534

Las 4 Españas

4 españas

Los estudios sociológicos se pusieron de moda para predecir los resultados de las elecciones y desde entonces los investigadores han tratado de describir perfiles de votantes siendo el nivel de ingresos la variable clásica sobre lo que se han basado estos estudios, una división tosca del mundo entre ricos y pobres. Se suponía que los ricos votaban a la derecha y los pobres a la izquierda. Naturalmente los pobres eran los obreros y los ricos la clase acomodada, esa que vivía de rentas o de profesiones más o menos liberales.

Pero hoy la cosa ya no está tan clara debido a la fragmentación y la atomización que han sufrido nuestras sociedades. La clase obrera pareciera haber desaparecido y en su lugar ha amanecido una clase de parado de alto voltaje de indignación que no ha logrado todavía encontrar trabajo, al menos que corresponda a su titulación.

Fue leyendo este articulo de Ramon Gonzalez como comencé a gestar este post. La idea del articulo es que la brecha actual -postcrisis- ya no es de ingresos, sino generacional. Para ello describe cuatro tipologías descritas en el libro de Belen Barriero (que es la lectura que el articulista nos aconseja) y donde el lector hallará explicaciones a estas 4 Españas que vienen a desmentir la idea de Machado de que una de las dos iba a helarnos el corazón. Al parecer hay más razones para temer esa congelación, con la aparición de estos cuatro tipos: digitales, analógicos, acomodados y empobrecidos.

Pero a mi se me ocurrió leyendo el citado artículo que en realidad la mayor brecha no es tanto digital, de ingresos o generacional sino sexual, entiéndase «reproductiva». En realidad lo que nos diferencia a los humanos europeos de hoy no es tanto lo que ganamos o la edad que tenemos sino las expectativas que tenemos respecto al futuro, es por eso que me pareció tomar la metodología etológica como guía comprensiva del mundo en que vivimos, las variables criticas suelen estar escondidas allí donde nadie miró y es por eso que me puse las gafas de naturalista.

Los alfa.-

Lo que caracteriza a los alfa es su alto valor de pareja y no tanto los ingresos que tienen, tampoco su edad. No hay que confundirlos con los ricos que es una abstracción poderosa emocionalmente pero muy contraintuitiva. Se puede ser alfa por el dinero desde luego pero también por la belleza, la fama, la inteligencia y también el ser un personaje televisivo, un artista de éxito, un deportista de élite, un personaje de la jet o un líder carismático.

El termino «valor de pareja» se debe a David Buss y el lector puede visitar este post donde hablé precisamente de la precariedad del mercado de parejas, una precariedad que no alcanza a los alfa que son ese tanto por ciento que no pueden quejarse de su éxito sexual.

El término » valor de la pareja» , es algo que no gusta demasiado a la gente en general que rechaza el termino al hacerlo equivalente al de precio. Valor no es igual a precio pero incluso en términos evolutivos la palabra “valor” no coincide con nuestra interpretación actual, valor se refiere al valor de fitness, se trata de un variable cuantitativa que se mide en puntos evolutivos no en logros sociales o económicos.

Lo cierto es que el valor de pareja no se distribuye uniformemente. Contrariamente a los anhelos de igualdad, todas las personas simplemente no somos equivalentes en la moneda de la calidad de pareja. Algunos son extremadamente valiosos, fértiles, saludables, sexualmente atractivos, ricos en recursos, agradables y capaces de brindar con generosidad sus prestaciones. Son los alfa.

Pero aqui en este territorio la competencia para atraer a los compañeros más deseables es feroz. Por lo tanto, los más valiosos son escasos en comparación con los muchos que les desean. Las personas que tienen un alto valor de pareja parecen además tener éxito en la atracción de los socios más deseables. En una puntuación informal que se llevó a cabo entre estadounidenses, los 9s y 10s se emparejan con otro 9s y 10s. Y con la disminución del valor de la 8s a los 1, las personas deben bajar su mirada de apareamiento proporcionalmente. De lo contrario se produce una mayor probabilidad de rechazo y angustia psicológica. “Lo que quiero me lo niegan y lo que no quiero me lo dan” , decimos nosotros en plan castizo.

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Una hembra alfa de nuestro entorno

Dicho de otro modo, los alfa se emparejan entre ellos o con algunas personas beta que ascienden de rango cuando se emparejan con algún alfa. Los alfa practican la hipergamia y no es raro que acumulen tres o más matrimonios con un número de hijos superior a la media junto con un numero de parejas elevada más o menos pasajeras.

Los beta.-

Los beta somos el grueso de la población, los pagafantas del sistema. Los que corremos con los gastos del emparejamiento. Somos los que empleamos estrategias «dad» como estrategia de fondo. «Dad» significa papá y es el modelo de emparejamiento de las sociedades tradicionales donde el sexo es caro. En este post puede el lector profundizar en este tipo de estrategias de emparejamiento que se opone a la estrategia «cad» furtiva y errante.

Lo que caracteriza a los hombres beta es su característica de proveedores y lo que caracteriza a la mujer beta es su carga reproductiva que simultanea con las cargas del empleo y su trabajo dentro de la casa. El matrimonio beta es la pareja tradicional, esas parejas que trabajan ambos y que tienen dos hijos, la parejita. Su enemigo más importantes son las desavenencias y el estrés, el divorcio es letal para los beta, pues perjudica fuertemente a los hombres y les encadena a proveer una casa que ya no habitan dejándoles exánimes para construir otro nido. Para las mujeres beta su condena son los hijos y la cruel atadura de sus familias extensas.

Los beta están en regresión y son los más empobrecidos post crisis, son los que soportan una mayor carga fiscal, la clase media por así decir, aunque lo que caracteriza a los beta no es la clase social sino su creencia en cierto valores tradicionales y en cierto modo aquellos que viven con sentimientos de culpa las infidelidades e incluso el divorcio.

Los valores de clase media han sido los colchones de seguridad del sistema y uno de los puntos de apoyo: la familia ha resistido las embestidas de todas las crisis, pero las amenazas que se ciernen sobre ellos son demasiadas para no tenerlas en cuenta.

Los omega.-

Son los parias del sistema, pero en cierto modo también la reserva genética de la civilización dado que los beta son permeables por abajo y son ellos los que corren con los gastos reproductivos más intensos aun sin disponer de recursos. También son los que acumulan menores puntajes de «valor de pareja». En este extremo de la distribución  están los omegas, tal vez menos saludables, con menos recursos materiales, o con rasgos de personalidad indeseables tales como la agresividad o la inestabilidad emocional que causan grandes perjuicios a las relaciones y a la calidad de vida. Por no hablar de enfermedades graves, invalidantes o enfermedades adictivas, tan frecuentes como el alcoholismo. También los maltratadores de pareja intima suelen ser omegas deprivados de sexo, deprivados de poder y que sueñan con ascender de rango o al menos emular a esos alfas que tanto les llaman la atención.

Sus estrategias reproductivas son similares a los beta pero pueden darse escarceos más o menos regulares en termino de «cad». Lo que caracteriza a este perfil es que no comparten los valores de la clase media, por ejemplo invertir en la educación de los hijos, para ellos el dinero es para gastarlo en bienes de consumo, no ahorran ni piensan, en el futuro quizá porque no creen en él.

El lector que haya llegado hasta aquí es casi seguro que se haya ubicado ya en alguno de esos grupos o perfiles, teniendo en cuenta que estos compartimentos no son estancos y que una familia o individuo puede transitar de un bloque al otro en función de la suerte y los avatares de la vida. Lo importante son los valores morales y por supuesto el valor de la pareja: los guapos y las guapas tienen el camino más fácil si bien no pueden garantizarse un futuro de certidumbre solo con la belleza. Ya sabemos que un individuo puede estar hoy a todas horas en TV cobrando royalties y el año que viene desaparecer.

Volviendo ahora a la sociología, creo que podemos adivinar por donde irá el voto de cada cual en las elecciones, siempre y cuando se permita una cierta desviación típica en esa consideración, pero a mi juicio lo que falta en este esquema es la cuarta fuerza.

La cuarta fuerza.-

La cuarta fuerza es la que está compuesta por mujeres jóvenes, fértiles, educadas, competentes, universitarias que han logrado un alto estatus profesional y se han liberado, por así decir de la tutela de padres y los hombres en general. No necesitan proveedores, porque ellas mismas se bastan para subsistir, aunque en realidad estas mujeres no están contra los hombres sino contra los niños. Se trata de aquellas mujeres beta que han logrado liberarse de la cruel atadura y han apostado por el sexo a corto plazo (hipergamia) o la monogamia sucesiva y por supuesto por la infertilidad.  Son las que abaratan el sexo y llevan a los hombres hacia su paroxismo de holgazaneria.

Son estas mujeres las que dictan las políticas de Estado sobre casi todo, son feministas y votan progresista, léase socialdemócrata. Son el grupo social con más influencia en estos momentos en Europa, son las que deciden unas elecciones, llevando al voto a su ascua, que no es otro sino seguir manteniendo su poder e influencia y sobre todo esa concepción grácil y emotivista que caracteriza a lo femenino, es el auge del animalismo, del veganismo y de la anorexia mental. Es el predominio de la emoción y de los buenos sentimientos. Es la victoria de la ginecocracia y de los valores matrifocales.

Pero en el pecado está la penitencia porque ¿de qué sirve tener éxito sino no va acompañado del éxito reproductivo?

Usted puede vivir 100 años con buena salud, puede ser poseedor de un magnífico cerebro y haber tenido éxito en su vida profesional pero si no se reproduce, todas esos éxitos van a perderse en el limbo de los justos. El fitness es un concepto etológico de importancia capital pues combina la supervivencia con la reproducción, el fitness es por definición inclusivo, sin sobrevivir no hay reproducción pero sin reproducción la supervivencia es superflua.

La demografía y la política están en manos de esta cuarta fuerza pero en su fortaleza se esconde precisamente nuestra debilidad, la de todos.