La vida cotidiana en la guerra civil: Torreblanca 1936-1939

Los momentos de mayor peligro en las guerras son cuando comienzan y cuando acaban. (Zacarias Ramo)

He leído muchos libros sobre la guerra civil pero siempre escritos desde las peripecias políticas o del frente de batalla, pero pocos textos he encontrado escritos desde la retaguardia, concretamente desde un pueblo de la provincia de Castellon, Torreblanca para más señas. Una novela que mezcla ficción, realidad y proyecciones de su autor, un medio primo mío que para más señas nació en 1935 y que vivió la guerra de lejos, en ese otro frente de batalla que se cierne sobre los ciudadanos que por edad no están en el frente y siguen como pueden las peripecias de la guerra, de otra manera.

Otra manera porque las guerras no terminan cuando un ejército logra imponerse a otro. Lo que sucede después- la postguerra- suele ser tanto o más doloroso que la guerra misma, por eso Aurelio Ríos vive dos guerras y siempre sale escaldado gane quien gane.

Zacarias Ramo ha escrito una trilogía: en esta entrega aborda los años de la guerra civil propiamente dicha, en su siguiente entrega «La pertinaz sequía» aborda los problemas de la postguerra, el hambre, el estraperlo, el maqui y el contrabando. He leído su trilogía entera pero creo que la primera entrega es la mejor literariamente hablando y lo es además por el testimonio de su autor que recrea de un modo excelente la vida cotidiana de un pueblo de secano a medio camino entre Oropesa y Alcala de Xivert de espaldas al mar y cuya economía es una economía de subsistencia basada en el autoaprovisionamiento minifundista y la providencial existencia de las «marjales» terrenos próximos al mar donde se podían recolectar frutas y verduras casi para cada casa. El resto, la carne, cerdos, gallinas y conejos formaban parte del mobiliario urbano junto a los inevitables animales de tiro necesarios para las tareas agrícolas.

Torreblanca era pues un pueblo pobre, alejado de la guerra hasta su final, con una economía de subsistencia y poco mas de 4000 habitantes, con su cura, medico, farmacéutico, veterinario, maestro, secretario del ayuntamiento por nombrar a los ilustrados y su cacique: el que mandaba en el pueblo, en la vida civil (el que repartía jornales y hacia favores) por así decir. El alcalde era naturalmente alguien de izquierdas, del PSOE para más señas, aunque durante la guerra se turnaron en este puesto varias personas.

Uno de los errores más graves que cometió la República después del alzamiento del 18 de Julio fue anular la autoridad municipal y sustituirla por algo llamado «comités antifascistas» a los que encomendó la retaguardia de pueblos y ciudades. En la práctica estos comités suplantaron a la autoridad democráticamente elegida y la sustituyeron por una pandilla de sujetos que mas bien parecían los matones de un patio de colegio animados por un odio visceral a lo que ellos llamaban «fascistas», en su mayor parte anarquistas, o comunistas, en suma los más izquierdistas del pueblo que se dedicaron a sembrar el terror hasta que desaparecieron reclamados a filas en distintos frentes. No volverían hasta 1939 cuando el frente avanzó Ebro abajo hasta llegar al río Segarra en Capicorp.

Lo primero que hicieron fue requisar los coches y camiones, que como puede suponerse eran bien pocos, luego los animales de tiro, y sobre todo las radios de galena que al parecer eran elementos perniciosos para la defensa de la República. De manera que oír la radio pasó a ser un deporte clandestino de aquellos que querían mantenerse al día del curso de la guerra, algo que hacían en la casa del médico que de alguna manera era una fortaleza donde los del comité no osaban entrometerse, al fin y al cabo todos necesitan al médico.

Aurelio Rios era el electricista del pueblo y fue militarizado por la República, algo que le costaría caro cuando se impuso en la guerra el bando de los nacionales, pero ser suboficial no le libró del acoso de ciertos miembros del comité que le tenían tomada con él por razones personales y que incluso estuvieron a punto de fusilarle cuando le acusaron sin razón de una avería que el tendido eléctrico tuvo durante ciertos episodios de la guerra.

Si en las ciudades proliferaron las checas, esas cárceles inmundas donde los «rojos» detenían a los disidentes, en Torreblanca se les encerraban en patios o corrales de animales. El problema era que cuando los detenidos comenzaron a crecer se planteó un problema, ¿como darles de comer a todos? ¿como vigilar los corrales?. La solución fue la saca. Por las noches se sacaban del corral a algunos individuos y otros milicianos del pueblo vecino des daban el «paseíllo». No se sabe cuantos ciudadanos fueron asesinados de esa forma, pero Zacarias Ramo cuenta que una docena de personas fueron fusilados a veces en el campo corriendo delante de los tiros, sin contar con los desaparecidos. En realidad la mayor parte de estas víctimas no eran significativas políticamente hablando, sino «misaires», es decir gente que iba a misa o que votaban a la derecha. La mayor parte de sujetos identificados políticamente huyeron los primeros días de Julio y permanecieron escondidos en masías o emparedados en zulos. Otros huyeron a Francia como el farmacéutico o en lugares desconocidos como el cura.

Lo importante es comprender que estos crímenes no fueron propiciados por las autoridades municipales, más aun, me consta que algunos alcaldes del PSOE tuvieron alguna relación con evitar ciertos estragos como también el medico del pueblo -que era un liberal- y que también fue represaliado después de la guerra. Represaliados hubo muchos sin razón: tener un carnet de la UGT no parece ser una prueba demasiado convincente para arrestar a alguien o mantenerlo en la cárcel como tampoco el haber sido concejal del PSOE.

Los dos matones más significados del comité fueron fusilados en 1939 en la cárcel Modelo de Castellón. Pero el resto de encarcelados sin delitos de sangre fueron excarcelados gracias a las gestiones -avales- de sus vecinos, hay que destacar que uno de los más activos en esta función fue el cura que logró salvar la vida por poco (gracias a una delación).

En suma el libro de Zacarias Ramo es una crónica de la vida cotidiana de la guerra cicil en Torreblanca, y uno no puede sino identificar a aquellos personajes que conoció en la realidad y a aquellos que aparecen bajo ciertos disfraces para no ofender a sus descendientes.

Mi abuelo tenia en 1936, 42 años y no fue a la guerra, mi padre tenia 14 años en 1936 y tampoco fue llamado a filas pero hubo algunos torreblanquinos que murieron tanto en un bando como en otro dependiendo de donde les hubiera pillado el alzamiento. Mi abuelo aparece brevemente en la novela semidisfrazado pues era conductor de camiones y autobuses y tuvo que hacer algunos trabajos para los milicianos, o trasladando soldados al frente de Teruel, pero no consintió que le quitaran el camión que era su modo de vida.

Aurelio Ríos perdió media vida con unos y media vida con otros, fue represaliado por los dos bandos y es por eso que la novela se titula «Las dos guerras», pues en esas guerras civiles siempre se pierde gane quien gane.

Ese es el legado que recibí de mi familia: » la República nos arruinó, y la dictadura nos volvió a arruinar», un adagio que pueden compartir la mayor parte de las familias españolas, exceptuando claro está: a aquellas que sufrieron la violencia de una parte o de otra.

Es por eso que la liquidación de este estado traumático de cosas me parece un hito de nuestra constitución de 1978. Hemos hecho mucho para olvidar, fraternizar y perdonar a nuestro conciudadanos. Conozco a parte de los nietos de aquellos que entonces parecían enemigos pero hoy, la verdad ya no lo parecen, ni siquiera son tan distintos a mí.

Salvo que siguen votando al PSOE.

El corazón helado

Este post contiene spoilers, es decir revela datos de la trama de la novela citada, el lector no deberá seguir adelante con la lectura del mismo sí planea leerla.

Confieso que Almudena Grandes (DEP) no me era nada simpática y que de ella solo leí en su día «las edades de Lulu», una novela erótica como se llevaban en los años 80 y que accedió a un premio casi prefabricado para ella (La Sonrisa vertical). Volví a interesarme por su obra cuando sobrevino aquella polémica en el ayuntamiento de Madrid que pretendía hacerla hija adoptiva o ciudadana excelente o algo así. Después, hasta le pusieron su nombre a la estación de Atocha, una especie de sobreactuación de nuestros políticos madrileños. Pero alguien me aconsejó leer este libro que parece que vaya a helarnos el corazón y vaya si lo congela.

Lo cierto que esta es una gran novela y me importa poco si me era simpática o antipática su autora. Una de las mejores novelas que he leído en los últimos años, una novela llena de literatura de la buena, de hallazgos de estilo, una novela polifónica contada a varias voces, de una riqueza exuberante en la descripción de personajes llenos de matices y de dramáticas subjetividades algunas comprensibles e intuitivas y otras no tanto. En cualquier caso una obra maestra.

Se trata de la historia de dos familias de un mismo pueblo (Torrelodones) con un destino divergente en una España desgarrada por la guerra civil, unos -los rojos- con un destino de exilio y de derrota -Ignacio Fernandez- y otros triunfadores -los fachas de entonces- encarnados por un personaje central, Julio Carrión. Ambos prácticamente de la misma edad y con itinerarios distintos, uno en el exilio por comunista y otro en la División azul con objeto de apuntarse al bando vencedor, después de haber pertenecido a un partido socialista, el JSU.

Familia Carrion (fachas)

Familia Fernandez (los rojos)

La narración de Almudena Grandes señala de manera inequívoca a su querencia de izquierdas, pero resulta que no nació durante la guerra sino en 1960, 9 años mas tarde que yo mismo. de manera que Almudena no vivió durante la guerra civil y el sitio de Madrid y todo lo que cuenta lo saca de su memoria familiar y sus narrativas y de los libros que haya podido leer sobre el asunto que básicamente se desarrolla en el sitio de Madrid. Y no lo digo en tono de critica pues nadie puede renunciar ni a su experiencia ni a su memoria, pero la literatura no es un genero periodístico ni historicista, la literatura no busca la verdad, se trata de ficción, es decir de la suspensión de la realidad (Jesus G. Maestro). Pero si la literatura existe es precisamente porque la realidad y la historia sobre lo que sucedió carecen de sentido. Casi todo en la vida y no digamos en la historia pasada carece de sentido aunque todos nosotros nos ocupamos de encontrárselo y a veces hasta lo conseguimos. Y es por eso que necesitamos a la literatura pues nosotros los humanos lo que necesitamos es sentido. Y Almudena Grandes nos lo da mascado y digerido: el sentido de todo lo que sucedió en la guerra civil es fácil de contar: había unos malos muy malos que se alzaron en armas frente a un régimen -elegido democráticamente- de gente buena muy buena, y muy culta y razonable que no hicieron sino defenderse de forma heroica para rechazar a los moros que venían de Africa con el general Franco. Ellos defendían la democracia y la república, la igualdad y la libertad, y siguiendo algunas de sus frases, «todas las personas decentes eran republicanas». Una frase como esta bien valdría para refutar todo el texto pero recordemos que estamos hablando de una novela y esta explicación que es la de Almudena Grandes -a través de la boca de Alvaro Carrión- es una frase tolerable en una novela pero intolerable políticamente.

En realidad hay quien piensa que la guerra comenzó en Julio de 1936 con el Alzamiento de Franco pero es lo mismo que pensar que todo lo que sucedió en España y Europa pongamos 5 años antes no existió nunca. La República fracasó porque el Frente popular respondía a intereses muy diversos entre los partidos que lo componían, entre otros los intereses soviéticos y alemanes y porque fue incapaz de frenar los abusos, incendios y asesinatos previos a Julio de 1936. No supo o no pudo controlar a las huestes de anarquistas e incontrolados que incendiaban conventos, atacaban a la gente conservadora de derechas o daban paseillos a quien era denunciado por algún vecino envidioso. De manera que la guerra no empezó en 1936, sino quizá en 1931 y desde luego no se trataba de una guerra entre demócratas y autócratas -esa es una versión sencilla para gente sencilla- sino de una guerra multipolar donde los intereses de la URSS, Alemania. El Reino Unido e Italia se dieron cita en España por una confluencia de circunstancias que facilitaron el dislate.

La guerra es el entorno más adecuado para que la gente apolítica se polarice. Evidentemente si yo hubiera vivido en Madrid en 1937-38-39 bajo las bombas del ejercito sublevado y sufriendo el hambre y la carestía me hubiera puesto en contra de quienes me bombardeaban. Si a alguien le matan a un padre, a un hijo o a un hermano en una guerra no dudará en ponerse en contra del agresor y a favor del contrario, como hoy sucede en Ucrania. Para un ucraniano el malo -y no digo que no lo sea- es Putin. Para los madrileños de entonces el malo era Franco, del mismo modo que para los familiares de aquellos que fueron víctimas de aquellos asesinatos llamados paseillos, los malos eran los rojos, sin distinción. Todavía hoy existen descendientes de los crímenes de Paracuellos, habría que hablar con ellos para saber qué piensan de los ejecutores de aquel crimen en masa. Es natural, los seres humanos solo tenemos una experiencia y una memoria, de manera que es inútil poner a pensar a una víctima sobre los recónditos abstractos que explicarían la guerra desde un punto de vista neutral. Las víctimas carecen de neutralidad.

Lo cierto es que fuera quien fuera el fusilado, el paseado, el exiliado o el prisionero, en casi todos los casos (digo en casi todos porque hubo muchos asesinos reales), no existen explicaciones que den sentido a esas muertes. Nadie merecía ser asesinado o ejecutado en un paredón fuera del bando que fuera, si es que leer el ABC, ir a Misa o tener un carnet de UGT es pertenecer a un bando.

Lo cierto es que la mayor parte de españoles no eran de ningún bando, casi nadie militaba en los partidos políticos, en los sindicatos o participaba en la vida política, la gente común era indiferente a la política, y esa es la memoria que yo guardo de mis abuelos que vivieron también esa guerra: gente muy acostumbrada a sufrir estoicamente y a vivir con poco, pero eso si, siempre con el fruto de su esfuerzo. Podríamos decir que el nivel de adhesión política era muy bajo y hay que recordar que España en aquella época era predominantemente rural y que no existían medios de comunicación universales como sucede hoy. La mayor parte de los trabajadores agrícolas eran analfabetos y no leyeron un periódico en su vida. Su nivel de conciencia político era por consiguiente inexistente y esta es la razón por la que el frente popular perdió la guerra, pues el único partido que tenia cohesión organizativa y disciplina era el PCE que fue barrido por un golpe de Estado del que se ha hablado muy poco. Me refiero al golpe del coronel Casado partidario de dar la guerra por perdida frente a Negrín que pretendía -siguiendo las consignas soviéticas- resistir hasta el fin. Casado que triunfó en todo el territorio español liquidó a buena parte de los comunistas combatientes debilitando así el frente de Madrid y en toda la España republicana, de modo que la República tuvo un golpe dentro de sí misma que no procedía del otro bando sino de una escisión interna que tuvo mucha influencia en el desarrollo de la guerra. Para empezar Ignacio Fernandez que era un capitán comunista se vio obligado a exiliarse en Francia después de un largo periplo huyendo tanto de sus compañeros milicianos anarquistas como de los del bando nacional. Y al llegar a Francia le metieron en un campo de prisioneros. Un sin sentido.

Este capitán comunista es sin duda el héroe preferido por Almudena Grandes, un personaje que aparece un tanto mitificado e idealizado, claro que la autora tiene todo el derecho del mundo a elegir a quién idealiza, si lo comento aquí es para señalar que en esta novela hay muchos personajes que idealizan a otros y también personajes que devaluan o condenan a otros. Y ya en clave intencional psicológica voy a hablar de esos personajes que en mi opinión revelan muchos datos de la personalidad de Almudena Grandes.

El dilema moral de Alvaro Carrión.-

Alvaro es uno de los cinco hijos de Julio Carrión, el triunfador, el simpático, el hombre de negocios que se hizo rico robándoles las propiedades a los Fernandez, un buen padre y un tipo excepcional a pesar de que Alvaro nunca quiso ser como él. Hay en toda la novela una contradicción entre el cariño que tiene a su padre y el repudio que le genera ese mundo de los negocios inmobiliarios donde sus otros dos hermanos han logrado encajar perfectamente. Alvaro es físico y profesor universitario, le va bien en su profesión, en su vida y en su matrimonio, pero es rico por poderes y esa riqueza parece que le pesa como una losa. Podríamos decir -poniéndonos freudianos- que Alvaro se siente culpable de vivir tan feliz, una vida organizada y predecible, algo que se vendrá abajo cuando conoce a Raquel Fernandez Perea, nieta enamorada de su abuelo Ignacio y porqué no decirlo, obsesionada por impartir esa especie de justicia privada que llamamos venganza.

¿Pero por qué Alvaro se siente culpable si él no ha hecho nada?

Eso mismo decían los familiares de los miles de fusilados, represaliados, exiliados, expoliados, humillados. «Si él no ha hecho nada», «si nunca se apuntó a ningún partido» » si no sabía qué significaba la palabra fascista a pesar de que le acusaban de ello». Si no había hecho nada.

De manera que la culpa es anterior a la falta como decía Freud, la culpa atraviesa las generaciones en busca de una lucidez, de un querer saber. Se equivocan los curas cuando dicen que uno solo es culpable de lo que hace, que solo podemos pecar individualmente, que no tenemos ninguna culpa de lo que hicieran nuestros ancestros. Todo en el inconsciente parece negar esta idea: la culpabilidad es un sentimiento por poderes, algo que se hereda, como cualquier patrimonio por vía paterna.

Naturalmente Alvaro y Raquel se enamoran, mas que un amor un reencuentro de almas gemelas e invertidas y entre ambos se teje la trama y desteje la memoria, aquí Almudena está magistral en esa oscilación constante entre distintas voces que van aclarándole al lector los antecedentes y el porvenir de lo que está por suceder. Raquel y Alvaro son los verdaderos protagonistas de la novela y los que identifican el presente actual con las cargas que ambos comparten de una vida paralela destinada al encuentro, a una síntesis.

No hay mas remedio que recurrir a «Los miserables» y a la psicología de Jean Valjean, aquel personaje shakesperiano que se debate entre la maldición (de su familia, de ser hijo de quién es) y la redención que procurará a través del amor de Raquel. A ella le pasa un poco lo mismo que a Javert el eterno perseguidor, justiciero de Valjean, que solo puede redimirse a través de Alvaro.

Piense usted ahora ¿qué sentiría si a la edad adulta supiera que su padre había sido un asesino, un ladrón, un delator y que hubiera confiscado los bienes de aquellos que asesinó?

Hay varias soluciones a este dilema:

1.- Negarlo todo, hacer caso omiso a todas las pruebas que se te presenten. Es lo que hace Rafa.

2.- Justificarlo. «eran otros tiempos», «vete a saber qué pasó, etc». Es la posición de Julio.

3.- No querer, saber, no querer ver, no querer oir. Es lo que hace su hermana Clara.

Alvaro opta por saber, por saberlo todo, por buscar explicaciones a todo y a abandonar su posición de comodidad en una familia organizada en torno a la memoria de un padre ideal con varios esqueletos en el armario. Podríamos decir que el único que acomete el parricidio simbólico es el propio Alvaro que será por ello repudiado por su familia que le percibe como una amenaza, pues la verdad siempre es amenazante. Pues Alvaro no se conforma con saber pretende que todos sepan qué pasó, pretende que todos vean lo que él ha visto en un ejercicio de hipermoralidad acusatoria frente a su familia.

Solo así puede perdonar a Raquel y solo así puede Raquel perdonarse a si misma sus intenciones que no eran demasiado honestas e incluso favoreció la muerte de Julio Carrión después de tratar de sobornarle con las pruebas documentales de sus expolios.

En conclusión, una gran novela que tiene muchas lecturas y múltiples interpretaciones solo añadiré que me parece un artefacto poco creíble que Raquel mintiera a Alvaro diciéndole que había sido amante de su padre. No sé usted, pero sí a mí me hace esa confesión una mujer atractiva, inmediatamente me deja de interesar. Hasta ahí me llega a mí la pulsión parricida.

Edipo siempre sobrevuela.

La gelatina cósmica

La ciencia ficción -como el feminismo- es un género literario que ha atravesado múltiples etapas en su desarrollo, algo así como estas:

  1. Anticipación, como por ejemplo sucedió con los viajes a la luna o el submarino. Es la ciencia ficción de los precursores.
  2. Guerra de mundos que predominó durante la guerra fría, los extraterrestres vistos como los malos de la película.
  3. Contactos benignos con otras entidades. El buenismo de la ciencia ficción, vale la pena señalar ET o encuentros en la tercera fase.
  4. Distopias. La orweliana de 1984, o las de Ray Bradbury en Fahrenheit 451.
  5. Ficción filosófica cuya obra cumbre pertenece a Kubrick y su delirio gnóstico en «2001, una odisea del espacio».

Después de Kubrick pareciera que estaba todo dicho en ciencia ficción pero llegó Stanislaw Lem (1961) para poner patas arriba el paradigma de la ciencia ficción,, su razón de ser, que no es otro sino el «contactismo», del cual las abducciones son uno de sus mitos más logrados. La idea de que de existir vida extraterrestre esta debe ser parecida a la nuestra y que su propósito es contactarnos, nos es imposible imaginar una inteligencia superior -pues superior sin duda habrá de ser esa inteligencia, si puede viajar desde lejanas galaxias hasta nosotros- que no proceda de alguna forma de vida similar a la nuestra, se conoce con el nombre de antropomorfismo, la idea de que de existir esas formas de vida deberían ser parecidas a la nuestra con piernas, cabeza y brazos aunque nos los podamos imaginar como hombrecillos verdes.

Lo cierto es que la novela de Lem es una obra cumbre de la ciencia ficción, más que eso, una obra que trata de romper el paradigma clásico del «contacto» y de paso criticar la metafísica Kubrickiana con pretensiones evolucionistas que en 2001 parecía señalar hacia una evolución de la conciencia superior, una idea gnóstica pues la gnosis es el conocimiento basado en la experiencia o percepción personal. En un contexto religioso, la gnosis es conocimiento místico o esotérico basado en la participación directa con lo divino.y es algo que solo puede llevarse a cabo a través de un proceso personal de «escalada» en el nivel de conciencia. Pero Lem está en contra de esta idea, su posición es que la conciencia humana es incapaz de entender ciertos misterios, más que eso, está limitada y su imaginación está presidida por la idea de que de existir otro tipo de inteligencia sería imposible contactar (comunicarse) con ella de una u otra manera.

¿Pero qué sucedería si existiera una forma de inteligencia a-biológica, una inteligencia o pensamiento inmaterial? ¿Se puede pensar sin intentar comunicarse? Algún tipo de inteligencia que procediera de la enormidad, de la masa de algo aparentemente informe o mineral.

Imagina que eres el personaje principal de un juego de ordenador, me refiero a esos juegos donde el protagonista puede crear mundos a su voluntad, para lo que dispone de ciertas herramientas para construir ferrocarriles, puentes, ciudades enteras, puede desviar ríos y construir embalses al mismo tiempo que puede transformar desiertos en huertos llenos de vegetales y frutales, dispone también de armas para enfrentarse a sus enemigos pero no puede evitar someterse a ciertos limites que vienen definidos por las características del propio juego. No puede volar y ha de desplazarse siempre a través de vehículos, no tiene posibilidad de bilocación (no puede estar en dos sitios a la vez), carece de telepatía y no tiene más remedio que comunicarse a través de palabras, etc.

Podríamos decir que nuestro héroe dispone de su imaginación para inventar su mundo pero que también tiene sus limites y su principal limite es que no conoce los códigos con los que el programador ha construido su programa. Puede intentar deducirlos o inventar los suyos propios (si tiene dotes para la informática) pero aun habiéndolos descubierto no podrá estar nunca seguro de que sus códigos coinciden con los códigos del creador del juego.

Esto es lo que les sucede a loa astronautas de Prometeo, la nave que se encuentra en la orbita de Solaris y que están alli para seguir adentrándose en los misterios de ese planeta que ya acumula una enorme cantidad de bibliografía e hipótesis acumuladas durante siglos nunca demostradas.

El oceano de Solaris.-

Solaris es un planeta un poco especial, está constituido por un océano gelatinoso que prácticamente ocupa todo el planeta, lo interesante de este océano es que tiene ciertas características que influyen en aquellos que se le acercan, una influencia sutil, como caricias de terciopelo a los que se les acercan, caricias que no tocan, pero sin duda la influencia más relevante es que es capaz de apropiarse de recuerdos de los nautas y al mismo tiempo de corporeizarlas.

Su superficie está cubierta principalmente por lo que parece el océano de la consistencia gelatinosa, según algunos estudiosos, un ser sensible único y gigantesco capaz de influir incluso en el movimiento del planeta en órbita alrededor de un sistema estelar binario -con dos soles- debe ser irregular y, por lo tanto, no adecuado para el desarrollo de la vida. De manera que los científicos saben que el planeta ha modificado su órbita de un modo autónomo, conformando adaptaciones a ese orbitar por dos soles. esta actividad adaptativa es una prueba de que en él hay algo vivo, algo parecido a una inteligencia.

Mimoide de Solaris

La actividad de Solaris se manifiesta por la generación continua de estructuras complicadas y gigantescas de naturaleza incomprensible, de material coloidal que se consolida y licúa. Las estructuras más grandes se presentan como representaciones multidimensionales, a menudo con la aparición de emulaciones de estructuras humanas como ciudades; los estudiosos han catalogado tales manifestaciones con nombres extraños como «mimoide» , «simetríada» y «asimetríada» . Algunos investigadores creen que Solaris es capaz de pensar, a pesar de la imposibilidad total de identificar cualquier patrón de comunicación en sus manifestaciones materiales. El propósito de las diferentes misiones es establecer contacto con el planeta y comprender su verdadera naturaleza. A pesar de la gran cantidad de estudios en todas las ramas de la ciencia (que en la novela se define como una disciplina en sí misma, la » Solaristica «) , el planeta y su Océano siguen siendo un misterio absoluto: Solaris escapa al conocimiento humano, para aquellos que pueden ser los datos recogidos o las teorías formuladas.

El espíritu oceánico.-

La primera idea que asocié a través de la lectura de Solaris fue la idea de «espíritu oceánico» de Roland, que mantuvo un «contacto» epistolar con Freud:

«El sentimiento oceánico se manifiesta en el sujeto como la percepción de que las fronteras entre el yo y el mundo se diluyen por un instante. Esta disolución permite al individuo captar el mundo como totalidad orgánica, interdependiente y bella en sí misma. Los problemas personales se tornan nimios y durante unos momentos nuestro cuerpo se llena de un inusual placer beatífico.

¿De dónde provendría esta sensación? Para Rolland y para aquellos abiertos a la trascendencia, el “sentimiento oceánico” sería una ventana abierta a un mayor nivel de comprensión de la realidad. Es decir, estos estados de conciencia, ya surjan de manera espontánea o sean buscado, nos permiten intuir la imbricación profunda y con sentido de todos los elementos que constituyen la pluralidad de lo que percibimos. Este sentimiento sería, según Rolland, el origen de la religión, pero también es posible que se trate de una experiencia que admita variadas hipótesis como las solaristas.

Freud, desde una perspectiva atrascendentalista, no negará el sentimiento en sí sino la interpretación que de él hace Rolland. El psiquiatra hace un análisis de como se genera en nosotros el concepto de yo; el bebé durante la gestación no siente claramente los límites físico que existen entre el líquido amniótico y su propio cuerpo. En este primer estadio, es un uno indiferenciado con la madre gestante pero el parto no cambia sustantivamente este sentimiento de indiferenciación; el niño solo aprende que es algo distinto al mundo que le rodea tras un largo proceso de desarrollo, en este proceso comprende que el placer y el dolor no proceden de uno mismo sino que es generado por entes distintos a él. De este modo, paulatinamente adquiere la capacidad yoica, y llega a distinguirse del mundo circundante y, por lo tanto, a ser autoconsciente. En este punto Freud concluye que tal sentimiento no puede ser el origen de la religión ya que la fuerza creativa de la mente humana nace de la satisfacción de una necesidad, no de la regresión momentánea a un estadio psíquico anterior».

El caso es que la experiencia oceánica existe y me llama la atención los paralelismo existentes entre el funcionamiento de la mente humana, los estudios de la neurociencia y los estudios sobre el océano de Solaris, pues como en la mente humana somos capaces de observar su superficie pero los mecanismos que están debajo, tenemos que suponerlos tejiendo una red causal que se revela siempre incierta. Por ejemplo, conocemos bien como funciona la razón pero no sabemos porqué existen vivencias irrazonables, el apego no es razonable, ni la prohibición del incesto ni mucho menos la fobia o vergüenza de los niños a los extraños o a la oscuridad.si bien existen algunas diferencias entre nuestro cerebro y Solaris como veremos inmediatamente.

Kris Kelvin es uno de los astronautas que se encuentra en la estación espacial que sobrevuela la atmósfera de Solaris, se trata de un hombre que arrastra una pena particular, su compañera se suicidó después de que le amenazara con hacerlo y él no la tomara en serio. No sabemos porqué Harey lo hizo pero sabemos que arrastra una culpabilidad bien comprensible por este hecho posterior a una discusión. El asunto es que una vez llega a la estación espacial comienza a visualizar una serie de presencias humanas en su interior que no se corresponden con el resto de personal navegante. Pronto se manifiesta su amada Harey, pero no se trata de un espectro sino una Harey de carne y hueso, solo que carece de memoria, no recuerda nada de su pasado, ni qué hace allí ni como ha llegado pero es un doble perfecto de la Harey original, si bien es un doble, podríamos decir, simplificado que conserva la mente de la original Harey, su lenguaje gestual y su amor por Kris, pero hay un defecto, tiene que estar siempre con él y Kris que al principio está asustado por la aparición no tiene más remedio que hacerla desaparecer poniéndola en órbita con un cohete auxiliar.

Pero Harey aprovecha el sueño de Kris para volver a aparecer -sin recordar pero intuyendo- que Kris pretende deshacerse de ella. Las presencias aprovechan el sueño de los nautas para corporeizarse de nuevo y cada uno de ellos tiene su propia sombra que les acompaña en todo momento. Se trata de recuerdos traumáticos, como no reconocer a esos espectros sin memoria pero con cuerpo real que merodean por nuestra vida, al tiempo que carecen de memoria como los eidolones que pueblan el Hades. Pareciera como si Solaris pudiera detectar esos recuerdos cristalizados y hacerlos emerger.

Este es uno de los fenómenos que el océano puede inducir en aquellos que se les acercan y ellos los nautas están allí precisamente para conocer los procesos que el océano lleva a cabo para ¿comunicasre con ellos? Esta es la teoría del físico de la expedición que se saltará las reglas para inducir cambios a través de rayos X y encefalogramas de Kris.

Kris es psicólogo y sabe o intuye que comunicarse con Solaris es imposible (esta es la tesis de Lem) y que se trata de una metáfora de Dios, pero no del Dios que estamos acostumbrados a pensar sino un Dios imperfecto, no omnisciente, ni omnipotente sino una forma de pensamiento abiológica que no pretende comunicar nada sino simplemente manifestar sus potencialidades, expresando su inteligencia mineral.

De manera que Dios de existir no es como lo imaginábamos sino una forma de inteligencia imperfecta que está mas allá de nuestra comprensión científica y que ninguna hipotesis podrá verificar jamás.

Bibliografia.-

El sentimiento oceanico

Solaris: la novela

El supercentro

soraya

Escribo este post hoy después de haber visto por TV como Rajoy dimitía como presidente del PP. Muchos conocidos míos se han alegrado mucho de esta dimisión y han aprovechado para decir o preguntarse qué hubiera pasado si hubiera dimitido antes.

La mayor parte de mis lectores estarán de acuerdo con la siguiente idea: Rajoy y el PP son de derechas. Y de eso va este post qué comienza con la siguiente pregunta ¿Existe en España algún partido de derechas?

Bueno alguien podría decirme que es Vox ese partido de derechas, pero lo cierto es que Vox no tienen representación parlamentaria de modo que lo dejaremos en el frigorifico porque mi hipótesis de la que beberá este post es que en España todos los partidos que pretenden gobernar son de Centro.

¿Qué es el centro político?

El Centro político es un invento de alguien (probablemente de Suarez) que pretendió hacer emerger un partido que no oliera demasiado al antiguo régimen y que se aprovechó del miedo que el votante español de entonces tenia de las izquierdas y el rechazo de la derecha tradicional de AP. Pero lo cierto es que Centro nos remite a una posición geométrica, un punto equidistante entre una supuesta extrema izquierda y una supuesta extrema derecha. Pero la verdad del asunto es que el Centro no es un punto sino un tumulto de partidos que abrazan una misma política: la que les dicta la UE y esa constelación de intereses que nos dicta lo que ha venido en llamarse «la corrección política». Soros, Rusia, USA, la propia UE y como no Merkel y otros actores de las finanzas internacionales.

Miren Alemania, ¿quien gobierna allí? Pues una coalición de un partido liberal y otro socialdemócrata, los dos se definen como de Centro. ¿Quien gobierna en Francia? Pues un tal Macron al que no conocía nadie y que de la noche a la mañana aparece como el líder de un país donde precisamente tanto izquierda como derecha salieron derrotados. ¿Quien gobierna en Italia? Pues parece que una coalición de extrema derecha y extrema izquierda que paradójicamente se ponen de acuerdo en elegir a un primer ministro que curiosamente recibe vetos por parte del Presidente de la República. No importa, de lo que se trata es de seguir las consignas de Bruselas y que todos paguen sus deudas. Ah de aquel que no pague.

En España se bromea mucho con el PPSOE y con la «casta» o con el bipartidismo, pero lo cierto es que Rivera no parece diferenciarse mucho de Rajoy o de Sanchez. El PP y el PSOE salvo cuestiones puntuales harían y harán la misma politica: la que nos venga dictada por Bruselas. Rivera del mismo modo hará una política en el caso de que algún día gobierne muy parecida a sus predecesores.

¿Y cual es el ese programa de gobierno?

Pues parece que la nomenclatura belga ha optado por un programa buenista que en otros lados se ha llamado la «síntesis progresista» y que es un heredero de la socialdemocracia postmoderna, entiéndase bien la socialdemocracia de cuando los socialistas dejaron de interesarse por las necesidades de la gente y pasaron a tratar al mundo como identidades, de cuando renunciaron a gobernar individuos para tratar con colectivos. Es verdad que la socialdemocracia ha sido una ideología que ha tenido mucho éxito en Europa pero que se encuentra en decadencia no cabe tampoco ninguna duda: los ciudadanos han sabido percibir ese cambio de ejes en las preocupaciones de sus políticos: desde las necesidades a las igualdades.

Hoy mientras Rajoy pronunciaba su discurso de despedida y se atribuía éxitos que sin duda ha tenido en el campo de lo económico no he podido sino construir un discurso paralelo en plan abogado del diablo. Por ejemplo, es cierto que recibió un país en bancarrota por parte de Zapatero pero también es cierto que la precariedad en el mundo laboral no parece que incline a nuestro país en un sentido de crecimiento más allá de las grandes cifras y todo ello lo llevó a cabo el PP sin tener en cuenta al individuo promedio que desde el inicio de la crisis se ha empobrecido independientemente de lo que digan las cifras. Dicho de otra manera, no cabe ninguna duda de que Rajoy ha hecho la economía que le mandaron en Bruselas y lo ha hecho bastante bien.

También es cierto que ETA desapareció en el gobierno del PP pero también es cierto que Rajoy dio por buena la hoja de ruta que había pactado Zapatero sin borrar ni añadir una sola coma. Tal y como él mismo decía hoy «no moverse cuando no toca» ha sido la máxima de su gobierno. No se le puede criticar por lo que ha hecho pero muchos en su propio partido le critican por lo que no ha hecho «atado al mástil del barco como Ulises a fin de desoir el canto de las sirenas», lo cito textualmente.

Lo cierto es que si el PP es un partido de derechas lo ha disimulado muy bien:

  • Ha mantenido la ley del aborto de Bibiana Aido.
  • Ha mantenido el matrimonio homosexual.
  • Ha respetado la hoja de ruta del fin de ETA, haciendo la vista gorda a algunas excarcelaciones.
  • Ha dado dinero a las organizaciones feministas.
  • No ha derogado ni «la ley de memoria histórica», ni la «ley de violencia de género», verdaderas monstruosidades de la legislatura anterior.
  • En las CCAA y a través de barones del PP ha promulgado leyes a favor de la transexualidad y eso que ha venido en llamarse «identidad de género».
  • Ante el problema catalán reaccionó tarde y de forma muy débil, depositando el peso del Estado en manos de los jueces y abandonando a su suerte a los catalanes españoles que hoy se sienten ninguneados y abandonados por el Estado. El referendum de la independencia se llevó a cabo a pesar de que negó por activa y por pasiva que fuera a celebrarse.

Es obvio que ninguna de estas políticas es de derechas sino de centro progresista (socialdemócratas postmodernas). No es de extrañar pues que muchos de sus votantes se hayan ido a Ciudadanos y otros a Vox según dicen.

Y todos estos errores se podrían acumular a otras cosas que no ha hecho: 1) abordar el plan hidrográfico nacional, 2) Abordar de forma valiente el problema de la corrupción de su partido y 3) Llevar a cabo un proyecto  educativo que al menos nos dure unos cuantos años y 4) Modificar algún texto de la Constitución para que el español pueda ser aprendido en cualquier lugar de España, 5) Legislaciones a favor de energías renovables, etc.

Dicho de otra forma: el mandato de Rajoy se recordará por su inactividad, bien es cierto que no se pueden llevar a cabo grades reformas con la aritmética parlamentaria actual pero también es cierto que Rajoy venia de una mayoría absoluta que aprovechó para apretarnos los tornillos fiscales a los españoles. No ha hecho pues ni una sola política de derechas, ni un solo gesto. Es por eso por lo que los españoles tardaremos mucho tiempo en otorgar otra mayoría como la que Rajoy disfrutó en la legislatura anterior.

Los españoles hemos aprendido que con o sin mayorías absolutas los políticos no van a gobernar por y para los ciudadanos sino para esa constelación de intereses que llamamos la Troika.

Rajoy lo ha hecho mal en mi opinión, pero no solo lo ha hecho mal sino que ha provocado una enorme desafección en su votante natural, ¿quien recogerá esos votos?

Se abre ahora un periodo de incertidumbre, pues el PP ha de elegir un nuevo presidente, o más bien presidenta que sea del agrado de Bildelberg. Mientras tanto gobernará Pedro Sanchez con los presupuestos expansivos del PP y tiene un buen año por delante sin demasiadas interferencias salvo el casus belli de Cataluña que ha venido para quedarse muchos años por obra y gracia de una Constitución que no supo anudar las competencias del Estado y de las Comunidades autónomas. Pedro Sanchez toreará mejor que Rajoy ese asunto sin mojarse demasiado. Es verdad que necesitamos otra Constitución pero no hay consensos y por lo tanto tendremos que tirar con la que tenemos.

Mientras tanto la Troika ira evaluando a sus tres candidatos, el que salga del PP renovado, a Pedro Sanchez y a Alberto Rivera y ellos dirán qué es lo que conviene a los españoles: aquel que demuestre mejor ser de centro centrado.

Nota liminar.-

En un post anterior hablé del club Bildeberg y me gustaría ahora hacer una apostilla sobre los planes que según Cristina Martin tiene este selecto club con España. Mi opinión es que el plan de federalizar España no es un proyecto europeo, creo que el proyecto propiamente europeo es el de centrar el voto y el deseo en los europeos. Pero el lector debe entender que existe una confluencia de intereses que proceden de distintos lugares. Obviamente a George Soros le importan un bledo los transexuales: su interés es otro, y la secesión de Cataluña puede interesarle a él pero no a la Merkel ni a las elites europeas. Lógicamente Rusia también tiene oscuros intereses en Europa y a Trump lo que le interesa es dejar de pagar la factura de la OTAN. Y no descarto de que haya otras agendas que no soy capaz de detectar.

En resumen, a mi no me preocupa nada que Pedro Sanchez sea el presidente interino de España, lo que me preocupa es a quién designarán los poderes fácticos y economicos para dentro de dos años.

Y creo que será una mujer. De armas tomar, claro.

El dormilón

El dormilón no es sólo una película de Woody Allen sino sobre todo la característica biológica que me define a mí y a muchos otros que siempre fuimos catalogados de vagos, perezosos o indolentes.

Hasta mi padre me pronosticó que nunca llegaría a nada en la vida.

Pero la verdad del asunto según me enteré anoche viendo este documental de «La noche temática» es que hay ciertas personas que estamos desincronizados con los ritmos luz/oscuridad en que evolucionamos nosotros los mamíferos. Claro que nosotros somos noctámbulos porque descendemos de una especie de ratón nocturno -en realidad un primate- que medró escabulléndose cuando los dinosaurios se extinguieron quien sabe si por un cometa o porque comían demasiado y no resultaban del todo sostenibles. En la tierra había dos nichos ecológicos uno ocupado por los grandes reptiles que eran diurnos y otros -los innovadores- mamíferos que podían calentarse a sí mismos y que por tanto podían vivir de noche.

De ahí procedemos y por eso nos pasamos el día de siesta en siesta, y es lógico que nosotros los sapiens seamos noctámbulos porque somos homeotermos, es decir no necesitamos calentarnos al sol y nos basta con la pornografía.

Claro que eso del noctambulismo que nos ataca a los dormilones se cura con la edad, yo ahora duermo lo mismo pero de noche, porque ya no estoy para muchos trotes. Aun recuerdo cuando era joven y las carreras que solía hacer con mi amigo del alma a ver quien podía dormir más horas teniendo un orinal debajo de la cama. Siempre me ganó él, pero lo cierto es que ambos parecíamos parasitados por una especie de acedia vital que muchos identificaban con la pereza, aquel pecado capital de cuando entonces. Ahora igual nos catalogaban de esquizofrénicos simples.

Y estábamos aburridos simplemente como esos adolescentes de ahora que no duermen lo suficiente.

Recientemente estuve en el funeral de este amigo que naturalmente murió durmiendo. Ese amigo del alma, esa alma gemela que nos encontramos en la adolescencia y que luego perdemos en las primeras curvas de la madurez. Ese amigo, cuyo recuerdo nos acompaña siempre a pesar del emborronamiento que el tiempo proyecta sobre nuestra memoria.

Y fue precisamente en ese funeral donde comencé a escribir este post a propósito de la memoria.

Me vino este tema de Serrat, una canción que solía cantar mi amigo (al que le gustaba mucho Serrat). En realidad le gustaba casi lo mismo que a mi y por eso fuimos amigos hasta que la vida en sus continuas bifurcaciones nos separó sin saber bien en cual de ellas nos perdimos el uno al otro. Quizá porque pasamos mucho tiempo dormidos sin atendernos mutuamente.

Fue en todo caso una perdida gratuita.

Y fue en su funeral donde caí en la cuenta de que nuestra memoria no es una película sino un álbum de fotografías discontinuas, de escenas como petrificadas, algunas de las cuales llevan incluso banda sonora.

Fotografias que olvidamos, pues el olvido (el no-recuerdo) no es lo mismo que la ignorancia, el no-saber. Se puede no-recordar y saber.

Y es mucho lo que supimos tu y yo amigo pero ya no recuerdo el qué.

Es por eso que la mejor forma de recordar es a través de la música, esa analogía que en sí misma no significa nada pero que precisamente por eso puede re-significarlo todo. Es asi como te recuerdo amigo, tal y como cuenta Serrat.

Decir amigo
es decir lejos
y antes fue decir adiós.
Y ayer y siempre
lo tuyo nuestro
y lo mío de los dos.