Las cuatro fuerzas y el amor

Este post contiene spoilers, es decir revela datos de la trama de la pelicula «Las leyes de la termodinámica», el lector no deberá seguir adelante con la lectura del mismo si planea visionarla

¿Qué entendemos como «fuerza»?

Decimos, por ejemplo, que los planetas se mantienen en órbita debido a la fuerza de gravedad o que dos imanes se atraen por la fuerza magnética. Sin embargo, ¿qué es exactamente una fuerza y qué tipos de fuerza existen? 

Al menos cuatro, aunque se postula una quinta fuerza. El lector interesado en las fuerzas y las partículas que intervienen en cada una de estas fuerzas puede viajar hasta esta web que lo explica muy bien. Yo voy a utilizar esta misma información pero en un sentido literario, como más abajo tendremos ocasión de ver.

-La gravedad, hace que los cuerpos se atraigan y lo hagan en función directa a su masa e inversa a su distancia. Newton dixit.

-La fuerza electromagnética. A diferencia de la anterior es la que hace que surjan fenómenos al operar sobre electrones (carga negativa) y protones (carga positiva) no solo hace que las partículas se atraigan o se repelan según su carga.

-La fuerza nuclear débil. Es también una fuerza que ora atrae y ora repele, pero opera dentro del propio núcleo permutando unas partículas por otras, por ejemplo cuando un neutrino se acerca a un neutrón, este puede transformar al neutrón en un protón, mientras que el neutrino se convertirá en un electrón.  es una fuerza algo trasvestista como puede observarse.

-La fuerza nuclear fuerte, es la que mantiene el núcleo del átomo como algo muy duro de roer. Romper un átomo es bastante complicado (fusión nuclear). Lo interesante es que es la fuerza que mantiene a los protones y neutrones del núcleo de los átomos juntos. Pero, además, también mantiene unidas a las partículas que componen los protones y los neutrones: los quarks. Si quieres saber más sobre cómo sucede esto, te dejamos este video que lo explica. Las partículas que hacen posible la fuerza nuclear fuerte son los gluones. De hecho, se llaman gluones porque en inglés «glue» significa pegamento. Un pegamento que además no tiene nada que ver con la distancia como sucede con la gravedad. Cuanto más se alejan ciertas partículas más fuerte es esta fuerza.

«Las leyes de la termodinámica» es una película de Mateo Gil muy original, divertida y muy ingeniosa que intercala fragmentos de documentales donde los físicos nos cuentan particularidades de estas fuerzas mientras se va desarrollando un relato con tintes de comedia donde Manel, físico prometedor y algo neurótico (neurótico del orden), se propone demostrarse cómo su relación con Elena, cotizada modelo y actriz en ciernes, no ha sido un completo desastre por su culpa, sino porque estaba determinada desde un principio por las mismísimas leyes de la física, aquellas que descubrieron genios como Newton, Einstein o los padres de la mecánica cuántica. Y especialmente por las tres leyes de la termodinámica.

La película no está bien resuelta porque -efectivamente- no puede estarlo pero contiene trazas de verosimilitud al menos durante la primera parte. Es cierto que los cuerpos se atraen, lo que es lo mismo que decir que la atracción sexual es algo muy parecido a la gravedad y algo que además desprende calor. Aunque también es la gravedad lo que nos hace caer cuando tropezamos o cuando un vaso se hace añicos en el suelo. Lo interesante es que este vaso se hace con facilidad pedazos y no es posible que los pedazos hagan un vaso. Lo que es lo mismo que decir que existe una flecha (la del tiempo) que siempre señala hacia delante del mismo modo que señala la entropía, es decir la tendencia al desorden, al declive, al envejecimiento y a la muerte que es el supremo orden. Todo lo vivo está sometido a ese declive, no podemos volver atrás, no es posible volver a las condiciones iniciales. Solo podemos retrasar esta tendencia o volverla a reproducir a través de otra partícula que entre en el juego de la repetición.

Debe ser por eso que nosotros los sapiens tenemos esa tendencia al divorcio, a volvernos a casar y a reproducir las mismas querencias que no funcionaron en el primer caso, pero mantenemos la ilusión de que quizá podamos cambiando de pareja. Eso le sucede a Manel y así termina la película, un poco para dejarnos buen sabor de boca (AQUI HAY UN SPOILER). Lo cierto es que somos bastante conscientes de nuestra muerte, todos sabemos que vamos a morir y sin embargo no vivimos preparándonos, sino negando a esa vieja bruja armada de guadaña que es la muerte. La negación constante de la misma es necesaria para vivir de un modo optimista pero poco realista. Lo cierto es que hagamos lo que hagamos nos moriremos y desapareceremos tanto de la memoria de los pocos que guardaron recuerdos nuestros, como de la Historia, todos somos en este caso medianías.

La atracción sexual hace saltar chispazos, electricidad, calor, auroras boreales que no vemos pero que nuestro corazón siente pues el corazón es un órgano muy electromagnético, el nos dice quien nos atrae y quien nos repele, pero no nos dice quien nos conviene, puesto que cada persona tiene un predominio de fuerza. Así hay amores cósmicos y amores terrestres. Elena es un amor terrestre, tan terrestre como el de Manel sumido en una atracción fatal muy fisiológica que le convierte en esclavo de una estrella (nunca mejor dicho) sobre la que gravitan toda clase de planetas enamorados. Al final se va con un guaperas de película que para mi más que un planeta es otra estrella, en este caso del cine.

¿Se puede cambiar de amor? Claro, algunas personas tienen un predominio de fuerza nuclear débil y pueden convertir un neutrón en un protón y ellos mismos convertirse en electrones y gravitar alrededor de una estrella magna como si de un planeta se tratara. Ambos dos, Manel y Elena parece tener fuerzas nucleares débiles muy activas puesto que cambian de amor y vuelven atrás donde dejaron novias despechadas, igual que ellos mismos fueron despechados en la relación con la estrella. Al final el despechado y la despechada vuelven sobre sus pasos: ambos sintieron lo mismo y eso les transformó, pero aquí interviene lo cuántico. Y es ahí en lo cuántico cuando la película empieza a hacer aguas pues no consigue combinar lo acontecido con el relato del propio Manel.

Podemos cambiar de amor, pero el amor no cambia. El amor es un equivalente de la fuerza nuclear fuerte, el pegamento gluónico que mantiene unido el universo entero y le hace impenetrable a maniobras para su eliminación. Para mí el amor es un universal antropológico, lo que le pervierte son las otras tres fuerzas que la naturaleza ha desplegado para según qué cosas. No importa si Manel y Elena no forman pareja aunque la mejor forma de regenerarse es tener hijos como ese amigo argentino mujeriego y fotógrafo, que al final cambia de opinión cuando al fin consigue reencarnarse -a través de una ecografía- en otro. esta vez de su propia carne. Si no es con ella será con otra pues la reproducción es a fin de cuentas lo que explica y dota de sentido a la gravedad, la fuerza nuclear débil y la fuerza electromagnética.

¿Quien es el Trump español?

tridimensional

Antes de contestar esta pregunta déjenme hablarles de un diagnóstico dimensional de la ideología.

Usualmente solemos clasificar a las personas en izquierda/derecha aunque solemos pensar que la mayoría de nosotros somos de centro. La existencia virtual de ese centro sucede porque no nos vemos en los extremos de las ideologías, ni somos muy conservadores, ni somos comunistas. Pero este punto de vista unidimensional es muy simple.

Es el conocido continuum unidimesional, la recta.

Subamos el nivel añadiendo otra variable ortogonal. Esta variable introduce la segunda dimensión, hablamos entonces de autoritario/libertario. Casi cualquiera de nosotros podría ubicarse en esos cuatro cuadrantes que salen de la introducción de este segundo eje de coordenadas. Diríamos soy de derechas pero libertario (liberal) o de izquierdas y autoritario (comunista), de izquierdas pero libertario (ácrata) o de derechas y autoritario (conservador)

cuadrantes
Pero aqui no termina la cosa, porque existe una tercera dimensión, la que introduce el eje soberanista/globalista, que es el que hoy en día está en juego oscureciendo las otras variables del plano.

Ya somos un cubo. Somos tridimensionales. Ser de derechas/izquierdas o autoritario/libertario son variables trasnochadas que ya no definen nuestra posición en el mundo que nos ha tocado vivir.

En este sentido Trump es DAS (de derechas, autoritario y soberanista) mientras que Iglesias es de IAS y digo que Iglesias es soberanista porque así se dio a conocer, era anti-UE, pero no se si habrá cambiado de opinión. Que es autoritario no cabe ninguna duda y si no que le pregunten a Errejón.

El fenómeno Trump es imposible en España por varias razones, la más importante de las cuales es que las mujeres no le votarían, otra razón es porque en España todo lo que huela a extrema derecha será condenado al ostracismo, por razones bien sabidas por todos los que vivimos en Planilandia y aunque Abascal el de Vox es el representante canónico de la llamada alt-right, en España tiene poco recorrido . Pero no hay ninguna razón para que pudiera existir un Trump de izquierdas y con coleta. En ese sentido estoy convencido de que Iglesias es el Trump español y acabará -llegado el caso- llevándose los votos que el PP ha dejado a su derecha y a los que Rivera no ha sabido meter el diente.

Y aun: existe una cuarta dimensión  es decir el tiempo, no es lo mismo tener 20 años y estar sin trabajo que tener 65 y estar al borde de la jubilación ¿Se entiende no?

De manera que no tenemos más remedio que imaginarnos estas dimensiones en un hipercubo.

hipercubo.gif

Un hipercubo es una figura que nosotros no podemos ver, pero que es posible pensar e imaginar gracias a las matemáticas y a ciertos benéficos y generosos usuarios que nos lo desgranan para hacerlo más fácil de entender. El hipercubo sería pues un cubo de cuatro dimensiones, un cubo en movimiento. Si miras el gif de arriba con detenimiento verás como a la izquierda aparece un hipercubo que es en realidad un cubo desplazándose al azar dejando como una estela en su trayectoria. El hipercubo sería el resultado del desplazamiento aleatorio de un cubo sólido a través de la cuarta dimensión, esa 4ª dimensión no puede ser otra sino el tiempo, pero contiene una novedad:el cubo está delante y detrás al mismo tiempo, arriba y abajo, porque el hipercubo está presente en todos y cada uno de esos instantes en que se descompone el tiempo, al menos para hacerlo apreciable a la vista humana.

En este video puedes ver un habitaculo hipercúbico desde dentro, como si habitaras en él, mejor dicho como si estuvieras preso en él.

Y nos pasará como a los habitantes de Flatlands.

Edwing Abott escribió una novela profética casi hace 100 años llamada “Flatlands”, que en castellano podemos traducir como “Planilandia”. Este universo habitado por sujetos en dos dimensiones y que viven en el plano han alcanzado un cierto desarrollo científico, hasta que un dia son visitados por especímenes que viven en tres dimensiones (como nosotros), los cientificos de Flatlands tratan de explicarse determinados fenómenos incomprensibles, puesto que en su universo y su percepción- diseñada para las dos dimensiones- no es posible percibir a seres que presentan una dimensión adicional. De ellos solo pueden apresar ciertos contornos, las sombras.

pipa.jpg

Como puede observarse en esta figura, si en ese universo plano cayera esta pipa, sus habitantes sólo podrian percibir la huella o intersección de la pipa en el plano mientras cae o se desplaza, hasta desaparecer. Una huella ininterpretable, misteriosa y de alguna forma un enigma para ellos y sus cientificos que no pueden ver o percibir esa tercera dimensión. Una huella que sería fácilmente descrita como una casualidad.

A veces eso pasa en la vida política, a veces pensamos que ciertos políticos representan lo más antiguo como si viviéramos un día de la marmota eterno y nos volviera lo viejo. En realidad lo que sucede es que seguimos viviendo en Planilandia y lo que interpretamos es algo relativo a las coordenadas de nuestro plano de categorizaciones.

Y también pensamos que un Trump en España necesariamente debería ser una copia del mismo, un militante antiguo del PP , un ex-falangista, Aznar o algún miembro poco conocido de Vox como ese Abascal. A nadie se le ha ocurrido que el Trump español es Iglesias, solo que…..

La población española está demasiado envejecida para votar a Iglesias.

¿Cómo explicar el hipercubo en un bar?

 

Falsos recuerdos

La mayor parte de nosotros estamos convencidos de que la memoria es un proceso de evocación-anticipación que va desde el pasado hacia el presente, siguiendo la flecha del tiempo. Es lo que se llama la flecha energética, desde el pasado hacia el futuro. Sin embargo la memoria funciona también al revés tal y como Alfred North Whitehead propuso allá por 1929 en «Proceso y realidad». El presente puede modificar el pasado o el futuro el presente. Decimos entonces que existe una causalidad invertida que va en contra de la flecha del tiempo.

Es por eso que los recuerdos se pueden implantar, sugerir y construir incluso narrativas falsas, identidades inventadas o incluso confabulaciones complejas.

Es entonces cuando comprendemos en toda su profundidad aquella frase de Freud que rezaba así: «La culpa es anterior que la falta», lo que significa que en el psíquismo humano muchas veces el efecto es anterior a la causa y lo es no porque el tiempo se desdoble como escribí en este post sino porque el tiempo puede ir en el sentido energético o en el sentido inverso, pues el tiempo va plegado en las formas y el tiempo que nosotros medimos con el reloj no es el tiempo en sí sino la duración de las cosas.

En este video de TED puedes oír algunas cosas sobre la memoria realmente asombrosas

Salutogénesis

Hay algo en la consciencia humana que no es fenoménico y que causa lo fenoménico. (G. Lachman)

carruaje Bukingham

Lo cierto es que la Medicina se ha ocupado mucho hasta el momento de conocer las causas de las enfermedades, pero han sido otras disciplinas las que se han ocupado de cómo mantener la salud, así las políticas distributivas, las políticas medio-ambientales, las políticas sociales incluyendo a las políticas sanitarias tienen un cierto impacto en la salud percibida por la población y contribuyen a la salud de los ciudadanos mucho más que el consumo de fármacos por ejemplo. Pero hasta ahora la Medicina y sus tecnologías complejas no parecen haberse decidido por cambiar el rumbo de su paradigma a fin de hacerlo compatible con una visión mas saludable de nuestra vida.

Es por eso que hoy hablamos de salutogénesis (Antonovsky, 1979), un nuevo paradigma que ya no se detiene en la polaridad salud-enfermedad poniendo el énfasis en las causas de las patologías sino que se preocupa de cómo mantener la salud en organismos que aun no han enfermado, se ocupa pues de las causas de la salud. Del mismo modo este mantenimiento de la salud entronca con otro concepto que es el concepto de sanación, opuesto en cierta manera al concepto pasivo de la curación.

Es verdad que la mayor parte de las enfermedades se curan solas y el organismo vuelve a recuperar el estatu quo que le correponde siempre y cuando este impacto no sea lo suficientemente virulento. La mayor parte de las enfermedades sin embargo necesitan el concurso y el saber de un médico. El médico es el que cura aunque cuenta para ello no solamente con sus herramientas técnicas sino también con la vis medicatrix, es decir con esa tendencia de las enfermedades a curarse solas, un poderoso aliado. Por otra parte el sanador no necesita ser médico porque opera desde un punto de vista espiritual, cura -sana- por la fe, el trabajo físico o la adquisición de algún tipo de conocimiento.

La cuestión central del paradigma salutogénico parte de la pregunta: Por qué razón, si nos enfermamos, algunos se recuperan mas fácilmente que otros? ¿Por qué algunas personas son propensas a múltiples enfermedades mientras que otras parecen mantenerse sanas y jóvenes aun en edad provecta?

Para entender mejor este fenómeno tenemos que saber que el mantenimiento o la ganancia de una buena salud está relacionada con dos características de los organismos vivos: la resistencia y la coherencia y ambos se funden en un concepto psicológico relativamente reciente: la resiliencia un concepto tomado de las propiedades de los metales y que es aplicable a la acción de ciertos impactos en la vida psicológica de un individuo y lo pone en relación con la capacidad de que estos impactos terminen por fortalecer la respuesta de los individuos a las contrariedades de la vida.

Pero no es de la la resiliencia como concepto psicológico de lo que voy a hablar sino de la resistencia y la coherencia. Más concretamente me gustaría hablar de la coherencia, algo que podemos definir de esta forma: «Cada individuo debe encontrar para sí mismo una sensibilidad para entender o interpretar de modo positivo los diversos desafíos existenciales, insertándolos en un Todo que tenga un sentido, donde el ser humano encuentre algún significado en lo que piensa, siente, realiza y en todo lo que le acontece. Se trata aquí de un comprender la existencia, lo cual es bastante diferente a un saber sobre la existencia».

Dicho de otra manera: la coherencia se cultiva (Bildung), no es algo que nos venga de serie, no se trata de adquirir un cierto conocimiento o destrezas especiales, sino de la construcción de un sentido, una Voluntad que gobierne desde una cierta elevación a los componentes más elementales. Para eso vamos a aproximarnos a la metáfora del carruaje, apropiada para hablar de los cuatro niveles de consciencia que conviven en nosotros los humanos, niveles de consciencia que afectan a cuatro cuerpos.

Los cuatro cuerpos de Gurdieff.-

El carruaje es el armazón (el cuerpo), los caballos, son las emociones, nuestra parte animal, la pasión y la motivación, el cochero es el experto que guía a los caballos y se ocupa de ellos, de darles de comer, limpiarlos y guarecerlos, el cochero es el Yo convencional, el que se ocupa de las cosas rutinarias de la vida, pero en esta metáfora falta algo: el cliente, el Amo del coche o carruaje: es él quien sabe donde hay que ir y aunque él no se ocupa ni del carruaje, ni de los caballos ni conoce el tráfico de las calles ni los itinerarios como sabe el cochero, es el único que sabe donde quiere ir, el resto de los elementos «no saben» o bien su saber es instrumental como el del cochero o instintivo como el de los caballos.

Se trata de una experiencia muy concreta y cotidiana, todos hemos tomado alguna vez un taxi y cuando lo hacemos damos una orden al taxista, pero no nos ocupamos de saber si el coche está en buenas condiciones, ni si ha pasado la ITV, tampoco le medimos al taxista sus niveles de glucosa en sangre por si estuviera bajo de azúcar, suponemos que es el taxista quien ha de ocuparse de todas las tareas de mantenimiento del coche y que goza de una buena salud para conducir, nosotros simplemente alquilamos su vehículo y su experiencia en conducir para que nos lleve a cierto lugar, después le pagamos y nos apeamos del coche.

No fiamos de él, nos fiamos de que existe coherencia entre el motor, la carrocería y el taxista, confiamos en su pericia para llevarnos dónde queremos ir, la coherencia del sistema de los tres cuerpos se le supone.

Pues bien ese cuarto cuerpo, que da ordenes al taxista, que sabe donde quiere ir, que dispone de intencionalidad y de voluntad, es el Yo. Pero hay una cierta diferencia entre ese Yo y el Yo del taxista. se trata de un Yo sobreelevado, de un Yo que no se limita a conocer itinerarios sino que sabe (donde quiere ir) y que además ES. Ser y saber son las características balanceadas y armónicas por las que se reconoce al cliente (al Yo). la otra característica que distingue al Yo del amo del Yo del cochero o taxista es que es unitario, es decir lo que sabe se extiende a todo su SER, no sabe en un lugar e ignora en otro, Ser y Saber se han fundido. Y que sabe el mecanismo para poner en marcha la acción es usualmente a través del cochero (el taxista en este caso).

Se trata de la consciencia suprahumana, de una conciencia autotrascendente o extendida, a diferencia de la consciencia del taxista que es una consciencia convencional, una autoconsciencia que se sabe a si misma pero que no tiene necesariamente el conocimiento de saber donde ir, en realidad va donde le mandan por así decir.

La mayor parte de las personas tienen esos cuatro cuerpos, pero no basta con tenerlos hay que poseer algo más: la llave que abre esa cuarta puerta.

Y volviendo sobre el tema de la coherencia es necesario decir ahora que el Amo, cochero, caballos y carruajes han de comportarse como un todo. Lo que exige que no haya alteraciones entre aquello que les conecta: el cochero debe hablar el mismo idioma que el amo, los caballos deben estar enganchados al carruaje y este debe estar en óptimas condiciones para viajar. hay pues dos cuestiones que afectan a la coherencia: una es la coherencia entre los miembros del sistema (los cuatro cuerpos) y luego ha de haber una coherencia entre sus tres enlaces (idioma, riendas, y enganche de las caballerías).

Es entonces cuando el sistema anda bien y cuando podemos habitar coherentemente el cuarto cuerpo y cuando somos amos de nosotros mismos.

Y cuando el Ser y el Saber se funden armónicamente todo cristaliza en Comprensión y el Yo consige la Unidad que no alcanza el cochero que no es otra cosa sino una confluencia de zombies

Y si uno comprende su carruaje, a sus caballos y a su cochero y este le entiende a él, entonces todo fluye y lo maravilloso puede llegar a suceder.