Nosotros, los raros y prósperos.

Joseph Henrich es uno de esos profesores que acumulan tantas licenciaturas que es poco probable que acertemos cual es su ocupación principal. Más parecido a un artista del renacimiento que a un ratón de biblioteca al uso, acaba de publicar un libro seminal que me parece que va a romper algunos paradigmas en las ciencias sociales y biomédicas.

Se sumergió en ellos y cayó en la cuenta de que estos estudios el 96% de los sujetos participantes en estudios psicológicos, de neuroimagen o de psicolingüística eran occidentales, y de ellos, el 70% eran estadounidenses. La inmensa mayoría de la investigación –en ciencias sociales y en cualquier otra rama científica- se realiza en centros de investigación occidentales (EE UU, Europa y Japón), de modo que los resultados están sesgados por la abusiva participación de los occidentales y su peculiar (extraña, como veremos) forma de mirar el mundo.

El hecho de que una parte del mundo que representa solo el 12% de la población mundial cope el 96% de los sujetos humanos de los estudios sería intrascendente –puro ruido estadístico- si no fuera por dos motivos que descubrió Henrich:

1. Las conclusiones de los estudios son automáticamente extrapoladas al resto de la población mundial, convirtiendo en propias de la “naturaleza humana” actitudes que solo son compartidas por un grupo particular.
2. Cuando se realizan estudios interculturales, los occidentales, y más concretamente los estadounidenses, ocupan sistemáticamente un extremo de la tabla de los resultados. En otras palabras, puestos a escoger un grupo de población representativo de todo el rango humano, probablemente el más inapropiado es el que se escoge con más asiduidad.

A él debemos el termino WEIRD, y somos WEIRDS nosotros los occidentales, los raros (WEIRD es un acróstico que significa occidental, rico, industrializado, educado y democrático). Así divide el mundo en WEIRDS y no-WEIRDS que son por cierto la mayoría (el mundo árabe, los chinos, la negritud y los pueblos indigenas).

Una de las ideas que analiza Henrich es la idea de que el progreso tecnológico, científico y de calidad de vida está relacionado con los WEIRDS y llega a una conclusión: el progreso procede de un milenio cristiano que tuvo lugar en una parte del mundo pero no en otro. Algo que cambió de hecho nuestra mentalidad y que dio muy buenos resultados a la luz del desarrollo y progreso humanos.

Mentalidad weird versus mentalidad no weird.-

¿Cómo cambió nuestra mentalidad ese milenio cristiano?

  • Sustitución de la vergüenza por la culpa como sentimiento de control social.
  • Individualismo versus colectivismo
  • Ampliación del perímetro social y aparición de la empatía ante extraños (más allá de los parientes y vecinos).
  • Desaparición del miedo al extraño.
  • Tolerancia frente a la transgresión y creencia en la redención de la culpa.
  • Confianza en el estado como gestor de culpas y castigos.
  • Desaparición de la venganza individual y de los crímenes de honor.
  • Disminución de la agresividad proactiva.
  • Aparición del perdón y de la redención individual.
  • Virtudes morales (prudencia, fortaleza, justicia y templanza)
  • Solo se puede pecar individualmente y por tanto cada persona es responsable de sus actos y no una estirpe cualquiera.
  • El amor ha de preceder al matrimonio y ha de ser elegido libremente por los contrayentes.
  • Rechazo al matrimonio entre primos y por tanto rechazo de la endogamia.
  • Igualdad entre hombres y mujeres.
  • Dignidad igual para todos los hombres. Si todos somos hijos de Dios todos somos iguales ante Él.
  • Empatía extendida hacia fuera del propio grupo.
  • Sustitución de la familia extensa por la familia nuclear. (En realidad este fenómeno se debe más a la revolución industrial que a la doctrina católica)

Como puede verse el liberalismo solo pudo aparecer en un entorno cristiano, donde cada hombre era responsable de si mismo y su salvación dependía de los hechos de su vida y no tanto del azar o de las condiciones que vinieran en el pack de sus condicionamientos. El libre albedrío es la esencia del cristianismo, hasta para pecar hay que elegir, el rescate de lala idea de predestinación apareció tardíamente con la Reforma y pertenece al protestantismo y al mundo pagano.

De manera que somos nosotros los raros y nuestra mentalidad liberal que se apoya en ideas políticas como la democracia empasta mal con otras formas de mentalidad oriental e incluso africana. Las teocracias o el zarismo (los totalitarismos en general) no podrán nunca ser vencidas por las ideas liberales que son precisamente aquellas que carecen de anticuerpos suficientes para defenderse. Para nosotros es muy importante votar a nuestros gobernantes y lo hacemos cada cuatro años con un método representativo (que excluye la elección directa) pero esta idea de elección democrática es en realidad una idea rara y que ha demostrado con creces que es imposible de exportar.

Bibliografia.-

The weirdest people in the world

Haz clic para acceder a WeirdPeople.pdf

2 comentarios en “Nosotros, los raros y prósperos.

  1. Una perspectiva realmente rompedora con respecto a nuestras creencias y actitudes. Cuesta entender que sus libros no estén traducidos al español.

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  2. El capitalismo y el liberalismo es un invento cristiano, pero, sobre todo, creo que cristiano protestante.

    Por otro lado me sigue impresionando la forma en la que el Poder neutralizó el poder liberador del Cristianismo y esta forma fue convirtiéndose al Cristianismo.

    También me deja perplejo la forma en la que el cristianismo reclutó a sus fieles y esta fue disminuyendo los requisitos para ser cristiano. Se dejó de pedir un cambio personal real y este se suplantó por un cambio estético y de cumplimiento de normas.

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