Sobrevivir a la democracia

Gustavo Bueno ha sido uno de esos talentos españoles que precisamente por serlo y oponerse al idealismo alemán y sus secuelas en el pensamiento contemporáneo y también por su criticismo con la satrapía globalizadora preñada de lugares comunes, comenzó a ser atendido tardíamente por la opinión publica. Gracias al análisis de mitos que tomamos como hechos como el mito de la cultura o el mito de las nacionalidades y de conceptualizaciones jibarizadas muchos de nosotros le tenemos como modelo -merced a su pedagogía filosófica- que es a diferencia de la filosofía académica algo muy próximo a la realidad, de uso cotidiano diría yo.

Algo que nos ayuda a pensar pues pensar es sobre todo clasificar conceptos, hacer inteligible aquello que es también sensible pero que transformamos en conocimiento gracias a la racionalidad. Gustavo Bueno y su filosofía llamada «materialismo filosófico» creó escuela en Oviedo y en toda España y ha dado lugar a discípulos brillantes como Jesus G. Maestro en el campo de la literatura o de Paloma Hernandez a la que podeís seguir en su canal Fortunata y Jacinta, ideal para no perderse en la jerga de los políticos actuales. Clasificadores esenciales de ideas que expanden el conocimiento hasta hacerlo inteligible y operativo, listo no ya para consumir sino para orientarse en el caos de este siglo.(He nombrado solo a dos de sus discipulos que son mis preferidos, aunque el número excede al propósito de este post y podeís visitar en el catobleplas)

En este video que cuelgo del canal de Jesus G. Maestro, aborda cuatro de los grandes relatos de la postmodernidad, falacias que van a estar presentes durante mucho tiempo en la opinión publica y en el imaginario de nuestros conciudadanos, el propio Maestro es pesimista respecto a ello y aconseja retirarse de la contienda no ya porque no podamos  refutarlos individualmente sino porque se han desactivado los mecanismos colectivos para que esa refutación pueda conducir a neutralizar sus mentiras. Sin embargo no es absolutamente pesimista pues el mismo advierte que estos cuatro relatos: feminismo, nacionalismo, animalismo , utopía climática, contienen en sí mismos los gérmenes de su destrucción, ninguna feminista, nacionalista, redentor del planeta o animalista sobrevivirá  civilmente a estas ideologías que representan la degeneración. el embrutecimiento de la democracia realmente existente.