El desmembramiento de Yugoeslavia

 

Schimidt

Hadi Kurich Vukovik es un serbio  de los que acabó huyendo del cerco de Sarajevo en plena guerra de los Balcanes y acabó refugiado (un refugiado de verdad) en Villarreal (Castellón). Allí fue acogido junto a su mujer por un medico amigo mío que les cedió su casa de campo (en realidad de verano) y estuvo manteniéndoles durante seis meses.

Vukovik es un intelectual de talla, un hombre de teatro que se ha dedicado a montar espectáculos sobre la atroz guerras de los Balcanes y que recientemente conocí a través de una conferencia que dió en el Colegio de Medicos de Castellón precisamente con el titulo que preside este post.

Vukovik (en adelante Hadi) se definió como yugoeslavo, una minoría en su país, con apenas un 5,3% de personas que se sienten así, el resto se autodefinen aun como minorías étnicas: serbios, eslovenos, bosnios, kosovares, macedonios o croatas. Dicho de otra manera la mayoría de los ex-yugoeslavos ya no se consideran así sino que su identidad nacional se ha forjado después de la guerra y de la «limpieza étnica» que se llevó a cabo. Pareciera como si sin esa guerra no hubieran conseguido encontrarse a sí mismos. Pero las heridas no se han cerrado aun y tardaran mucho en poderse reconstruir. Demasiados muertos y sobre todo demasiado odio, hay que recordar que la mayor parte de los muertos en Sarajevo murieron de frío durante aquel invierno del sitio de la ciudad. De ahí logró huir Hadi en una peripecia que precisaría una novela para contarla.

Las causas de la guerra.-

yugoeslavia

Yugoeslavia es un país (aquellos que quieran profundizar sobre su historia pueden visitar esta web) en cierto modo artificial, que se generó sobre los restos del imperio otomano y del imperio austro-húngaro y que incluso tuvo un monarca después de la primera guerra mundial y que trató de aglutinar aquellas naciones que surgieron como resultado de la caída de los imperios. Luego fue invadida por los alemanes y cuando los aliados ganaron la guerra, un guerrillero comunista llamado Tito se hizo cargo de lo que quedaba de ella.

Tito era un dictador que consiguió -no obstante- llevar cierto bienestar a la sociedad yugoeslava y tiene en su haber el conseguir mantener a su país lejos del comunismo soviético y de la OTAN occidental. Fue el inventor del término «países no alineados» y también del «socialismo autogestionario»; como sucedía en España con Franco su gobierno fue autoritario y en cierta forma tiránico. Los dictadores no pueden soportar a nadie que les diga qué tienen que hacer y se sostienen con el terror y la persecución política, sin que ello sea obstáculo para reconocerles sus méritos en otras áreas como la económica o como en este caso el unitarismo.

Lo cierto es que la muerte de Tito en 1980 fue el comienzo del fin de la república balcánica. Algo que sucede con frecuencia pues los pueblos no son capaces de enfrentar el consiguiente duelo de sus líderes autócratas, cada uno por una razón y Yugoeslavia comenzó -después de la muerte del mariscal- su propio ciclo de destrucción.

Para comprender mejor el problema yugoeslavo hay que conocer algunas cuestiones centrales:

  1. Yugoeslavia nunca fue una nación, su nacimiento es de principios del siglo XX.
  2. Yugoeslavia fue una federación de múltiples pueblos eslavos, n subproducto de la fragmentación de los Imperios.
  3. Su constitución es un galimatías que permite los nacionalismos periféricos al tiempo que les impone una confederación.
  4. Sus políticos han sido nefastos para evitar la confrontación.
  5. Sus pueblos están divididos por procedencias étnicas, religión, idiomas e incluso alfabetos distintos.
  6. Sin embargo el problema fundamental de Yugoeslavia fue Serbia y la creencia de sus lideres en que podría dominar todos los Balcanes con aquello de «la gran Serbia».
  7. El problema es que las etnias no estaban cada una de ellas en su territorio, sino que había serbios en Croacia, croatas en Serbia y serbios en Bosnia. Al parecer la nacionalidad serbia andaba huérfana de nación y de «espacio vital».
  8. No deja de ser curioso que en Eslovenia (Tito era esloveno) donde no había minoría serbia la guerra se liquidó con solo 20 muertos y fue la primera república en ser independiente a la que siguió Bosnia. Y este fue el desencadenante de la guerra, una guerra que podríamos definir como de «todos contra todos» y también Serbia contra todos.

Hadi aprovechó su conferencia para hacer una comparación con España y si bien es cierto que España tiene 700 años como nación y que no tenemos distintas procedencias étnicas, ni diferencias religiosas reseñables, admitió que el nacionalismo es un constructo cultural, lo que equivale a decir que el nacionalismo es una creencia impostada que se puede crear y hacer crecer por medio de la propaganda.

David Schmitt es un neurocientífico bien conocido por aquellos que hacen investigación en psicología de la conducta sexual. Yo le sigo en twitter y ayer mismo cayó en mis manos un articulo que recomienda él mismo, sobre el fin de la pax americana.

Dejaré aquí sus ideas sobre el nacionalismo que en parte presiden este post con una captura de pantalla:

«El nacionalismo es mucho más fuerte que el comunismo, que la democracia y que las creencias religiosas, mucho más fuerte que la fraternidad universal y que la paz. es la idea más fuerte de las que existen en el mundo».

«Es además una creencia adictiva con un irresistible sabor de amargura y sustentado en un sedimento de viejos agravios que destila una potencia peligrosa y que induce alucinaciones y delirios de purificación y de venganza (la bebida de los perdedores) en todas las formas de nacionalismo».

En resumen es poso probable que Hadi vuelva a Sarajevo, cuando va y se encuentra con familiares y amigos reconoce que la guerra ha terminado formalmente pero los odios han venido para quedarse, del mismo modo que la fragmentación de su país.