Al alba

«Al alba» es una canción de Luis Eduardo Aute escrita en 1975 y que rápidamente se convirtió en un himno contra el régimen de Franco ya en sus estertores, unos hechos que se produjeron y que dieron lugar a los últimos y extemporáneos fusilamientos de la dictadura. El mismo Aute nos da esta versión en una entrevista que podeís leer aquí junto a la letra de la canción, redonda y potente. Sin embargo no hay que fiarlo todo a la interpetación del autor que –aprés coup– pudo adherirse a la interpretación que el publico llevó a cabo de la canción.

De lo que no cabe duda es que el poema habla del amor y de la muerte.

El poema tiene bastantes hallazgos estéticos, el primero de todos es el fonema que propio titulo. Obsérvese que !al alba» es fonéticamente bien distinto a «alba» o «el alba». Un sustantivo y una contracción llenan toda nuestra boca. El titulo en sí mismo es ya un minipoema pues evoca no solo el amanecer sino algo que sucede, que está inscrito en él.

Sólo hay una alusión a estas ejecuciones cuando habla de «pólvora de la mañana», pero el resto del poema no contiene ninguna clave que nos permita esclarecer de qué está hablando el poeta.

Así cuando dice:

Presiento que tras la noche
vendrá la noche más larga.

¿A qué noche se refiere? Lo lógico es pensar que el alba termina con la noche a la que teme, pero entonces qué es esa noche larga?

Y cuando dice:

Los hijos que no tuvimos
se esconden en las cloacas.

¿A que hijos se refiere? ¿Está hablando de hijos que no llegaron a engendrarse o bien a abortos clandestinos?

En cualquier caso me parece un poema y una canción excepcionales, una canción que representa toda una época, pero que sigue conteniendo algunos misterios. Es por eso que me ha parecido interesante este video de Pedro Bustamante donde analiza la canción en otra clave: simbólica-esotérica, dejando bien a las claras que el arte está abierto a cualquier interpretación y que al final lo que nos queda es la belleza y un agridulce recuerdo de una época.

Información, desinformación y ruido

soros

En el post anterior hice una breve incursión en el tema de las conspiranoias y en este me propongo abordar el tema desde un planteamiento general. Ya conté que si existe la conspiranoia es porque la realidad es siempre incompleta, al menos tal y como nos la cuentan los medios informativos, por no hablar de las incompletudes de la verdad jurídica que casi siempre nos resulta decepcionante.

Pero hay otras condiciones para la conspiranoia, una es la facilidad para su difusión, algo que Internet ha venido a cumplimentar sobradamente pues se trata de un medio donde cualquiera puede convertirse en editor de sus propias historias y relatos. Pero existe otra condición que a mi modo de ver es la condición más importante: necesitamos un mundo postmoderno y un pensamiento postmoderno.

¿Qué es la postmodernidad?.-

En este post de Pablo Malo podemos hacernos una idea muy completa de qué significa eso de la postmodernidad. Si la modernidad dio a luz a un hombre dividido, la postmodernidad ha dado a luz a un hombre subjetivo. Dice Pablo Malo:

«El postmodernismo es anti-realista, es decir, afirma que no existe una realidad independiente ahí fuera y la sustituye por un relato socio-lingüístico y construccionista. Epistemológicamente, dado que rechaza la existencia de una realidad exterior, el postmodernismo niega que la razón, o ningún otro método, sean métodos para adquirir un conocimiento objetivo de la realidad. Dado que la realidad es un constructo sociolingüístico, el postmodernismo enfatiza la subjetividad. Las explicaciones o relatos acerca de la naturaleza humana son colectivistas, sosteniendo que las identidades individuales son construidas por los grupos sociolingüísticos de los que los individuos son parte, grupos que son muy variables en dimensiones como sexo, raza, etnia y riqueza. El relato postmodernista consistentemente enfatiza las relaciones de conflicto entre estos grupos y, dado que no se da un papel a la razón, los conflictos entre estos grupos se resuelven fundamentalmente por la fuerza, sea enmascarada o desnuda. El uso de la fuerza lleva a relaciones de dominancia, sumisión y opresión. Finalmente, los temas postmodernistas en ética y política se caracterizan por una identificación con los grupos percibidos como oprimidos en los conflictos, y una voluntad de entrar en la refriega de su lado.

Dicho de otra manera: los relatos conspiranoicos no necesitan ser verdaderos, puesto que la verdad ya no existe, basta con que el relator los crea y su grupo de seguidores le legitime. Así y todo como dice un lector de este blog:

«Del mismo modo que existe ‘la conspiración’, -a veces demostrada-, de que en muchas manifestaciones se infiltran provocadores, -a sueldo de los poderes del estado profundo-, con el fin de sabotearlas; es muy probable que también existan conspiraciones, creadas específicamente, para desarrollar un ruido que oculte a otras conspiraciones por aquello de que: ‘A río revuelto, ganancia de pescadores’.

Y esta es la idea que pretendía desarrollar a continuación. ¿pueden los mismos «conspiradores» desacreditarse a sí mismos intercalando mentiras inverosímiles dentro de un relato creíble en gran parte? ¿Por qué arriesgarse a perder credibilidad mezclando «churras con merinas» es decir un relato verosímil con otros fantásticos?

Bueno, la hipótesis del lector que traigo es que ciertos conspiranoicos están a sueldo del otro lado al que pretenden denunciar, algo así como la paradoja del mentiroso.¿Cómo saber cuando miento, si soy un mentiroso declarado?¿Miento cuando digo la verdad?

Otra manera de pensarlo es la propiamente postmoderna. ¿Cómo podemos fiarnos de la información oficial si viene siempre regulada por intermediarios con sus propios sesgos e intereses informativos? Tampoco podemos fiarnos de las redes invadidas por trolls pagados por esos mismos intereses. Las fake news son indistinguibles de la verdadera información, ya no hablamos de sesgos sino directamente de mentiras.

«El problema de los intermediarios es que decodifican la información de los hechos, ya sea inconscientemente, para adaptarla a su sesgo cognitivo preestablecido y evitar una disonancia cognitiva, o voluntariamente y de manera intencionada, para adaptarla a su relato establecido de antemano».

Hace pocos días hubo en Nueva Zelanda un tiroteo llevado a cabo por un tipo con un fusil de repetición en el interior de una mezquita causando un gran número de muertos y heridos. Bueno, lo sabemos porque nos fiamos de los informativos hasta cierto punto a pesar de que no lo vimos personalmente. Pero la noticia lleva colgando otros detalles: se trataría de un ataque ultraderechista, un ataque xenofóbico, supremacista según el País.

Nos lo creemos con algunas dudas dada la adjetivación dudosa siempre de la prensa, pero al cabo de dos días hubo un atentado en Holanda en un tranvía, otro tiroteo de un tipo que logró escapar (pero al poco tiempo se le detuvo). Tampoco estuvimos allí, pero lo creemos y también estamos dispuestos a aceptar que se trató de un atentado yihadista. Pero esta vez la prensa no dijo nada ni de xenofobia, ni de Islam, ni de supremacismo, simplemente dijeron que el individuo era turco.

Aparentemente estos hechos están desconectados entre si y suceden a muchos Km de distancia el uno del otro, es como si fueran atentados de distinto color, con distintos objetivos o incluso como venganza el uno del otro. Voy a ponerme conspiranoico y pensaré, ¿Y si ambos atentados hubieran sido ordenados por la misma persona o personas?

¿Para qué? Pues para enfrentar religiones y sensibilidades políticas, para dividir.

Lo cierto es que a pesar de la proximidad temporal entre ambos ningún relato periodístico ha relacionado ambos atentados. Y sabemos que existen atentados de falsa bandera, es decir ataques que parecen proceder de un agente concreto cuando en realidad pueden obedecer a un plan bien distinto al que parecen perseguir los terroristas regulares por así decir. Por ejemplo, con independencia de quienes fueron los autores del 11- M, es demasiado obvio que aquel atentado se llevó a cabo para influir en las elecciones, aquellas que ganó Zapatero.

Cortinas de humo.-

Sin ánimo de ser exhaustivo me referiré a ciertas conspiranoias de éxito en las redes:

  • Los chemtrails, ya han sido refutados una y otra vez pero siguen acumulando creyentes, sin embargo los disruptores endocrinos, los pesticidas y los plásticos no desarrollan una denuncia de activismo similar. Debe ser porque es cierto y la verdad no interesa.
  • El crimen de Alcasser es probablemente el crimen mas querido por los conspirancionistas que suelen utilizarlo para mezclarlo con sectas satánicas, pederastias y crímenes rituales en donde participan casi siempre personas de muy alto estanding político o empresarial. Lógicamente nadie se planeta una critica política a este poder depredador que tenemos en nuestro país, de ahí la necesidad de aliviarse atribuyéndoles los crímenes más abyectos, Una cortina de humo falsa para ocultar otros crímenes mas domésticos como la corrupción o la falta de democracia. ¿Quién nos sube el recibo de la luz?¿Dónde van a parar nuestros impuestos?
  • Los reptilianos son bien conocidos por el publico en general gracias a la obra del escritor británico David Icke, la figura del reptiliano ha renacido con bastante popularidad, asociándola a teorías conspiratorias de dominación mundial por parte de los reyes, jefes de estado, aristocracia y magnates financieros muy ligados a la masonería contra la humanidad. ¿Qué necesidad hay de inventarse a un reptil con apariencia humana para referirse a las personas que gobiernan el mundo en la sombra? Existe un Estado profundo como existe un Internet profundo alejado de la mirada de extraños, son los que en realidad nos gobiernan y probablemente dominan a nuestros gobernantes con el dinero o las prebendas, pero no son reptiles sino humanos.
  • Con todo, me parece que la conspiranoia que ha tenido más éxito es la mentira de que las vacunas provocan autismo, una cortina de humo para tapar otros errores de las farmaceúticas.

Paranoia y conspiranoia.-

La paranoia es una de las tres psicosis clásicas (las otras dos son la esquizofrenia y la psicosis maniaco-depresiva). La mayor parte de la gente llama «paranoicos» a muchos de estos conspiranoicos que publican en youtube sus videos o escriben en blogs propios. Personalmente no creo que estas personas sean paranoicos.

La paranoia -que ahora se llama trastorno delirante– supone la presencia de un delirio siendo el delirio de persecución probablemente el más frecuente. Pero para que exista un delirio es necesario que el individuo salte por encima del principio de realidad y mantenga sus convicciones de forma persistente, sean impermeables a la persuasión o a la presentación de pruebas en contra de esa creencia y estén descontextualizadas. En el lenguaje cotidiano, describe una creencia que es falsa, extravagante o derivada de un engaño. En psiquiatría, implica que la creencia es patológica (el resultado de una enfermedad o proceso de una enfermedad). Como patología, es distinta de una creencia basada en información falsa o incompleta o de ciertos efectos de la percepción que se denominan, con más precisión, apercepción o ilusión.

Pero además es necesario que exista una realidad-real. Sin realidad no hay atentado contra el principio de realidad y como vimos más arriba la postmodenidad se caracteriza por una negación de la verdad y la realidad, si todo es un constructo entonces todo lo que pienso es verdadero. El conspiranoico puede mezclar convicciones verdaderas con otras falsas o extremadamente fantásticas, pues es víctima de su propia subjetividad sin la plomada de la realidad.

La paranoia, en este sentido ha muerto y ha mudado en conspiranoia, aunque ciertamente los paranoicos siguen existiendo y se distinguen más claramente de estos por su rencor. Los conspiranoicos no suelen ser personas rencorosas, al contrario son muchas veces personas bondadosas y empáticas y más allá de eso conocen muy bien el tema del que hablan seguramente porque han dedicado muchos esfuerzos -obsesivos- en su búsqueda.

En su búsqueda de la verdad, que no hallarán pues viven en un mundo donde la verdad ha sido descontextualizada y puesta al servicio del subjetivismo, mejor si es compartido con algún grupo. Es decir mejor si se puede crear identidad al tiempo que se conoce. Es por eso que prefiero hablar de metanoia en lugar de paranoia.

Los conspiranoicos

falo

Hace pocos días se cumplió el XV aniversario de los atentados del 11-M y hemos vuelto a desempolvar teorías conspirativas que parecía que se habían debilitado con el tiempo. Sin embargo en este aniversario han vuelto a salir las teorías de Luis del Pino y de Jimenez Losantos que son -al parecer- los periodistas que han investigado más en esta linea o al menos los que han mantenido una idea bien contraria a la versión oficial.

Lo que faltó para acabar de calentar el ambiente fue unas declaraciones del comisario Villarejo que como todo el mundo sabe está en prisión y mantiene con ciertos periódicos digitales una continuo goteo de noticias escandalosas que usualmente publica en moncloa.com. Es en ese periódico donde se apuntaba a la idea de que el 11-M fue pensado. dirigido, planeado y sufragado por ciertos servicios secretos.

Pero este post no va del 11-M y sus secretos, si los hubiere, sino de la conspiranoia en sí misma. ¿Por qué existe la conspiranoia, por qué existen conspiranoicos?¿ Por qué no creemos lo que el gobierno de turno nos dice sobre cómo ocurrieron las cosas?¿Por qué desconfiamos de las noticias oficiales?

Mi opinión personal es que ni son fiables las noticias oficiales ni tampoco las versiones conspiranoicas y no lo son por motivos obvios: ambos relatos pueden proceder de un mismo autor, sin contar con las noticias falsas o la intoxicación. Siempre que existe un magnicidio (pensemos ahora en el caso de Kennedy) o cuando existe una masacre como el 11-S o el 11-M siempre se termina por coger a un culpable o a varios a veces sospechosamente temprano.

Se enseña algo para ocultar algo más grande, es como si el chivo expiatorio fuera necesario precisamente para ocultar a los culpables intelectuales y es bastante probable que este chivo expiatorio ya estuviera elegido antes de que sucediera todo. Lee Harvey Oswald y Jamal Zougan fueron elegidos antes de que cometieran el crimen, pero es obvio y resulta un insulto a la inteligencia media de los ciudadanos suponer que un atentado tan complejo como el de Dallas o el de Atocha fueron llevados a cabo por una persona solitaria disparando desde una ventana o de un grupo de árabes que al parecer eran expertos en montar bombas con móviles. Ni los balazos que recibió John F. Kennedy procedían de una única carabina, ni debe ser tan fácil montar explosivos para que exploten a través de una llamada móvil. De ser tan fácil los terroristas estarían atentando más asiduamente con ese método. No es nada fácil.

Las versiones oficiales son poco fiables y lo son probablemente porque la verdad ha de permanecer en secreto, no puede divulgarse cuando esa verdad afecta a la seguridad nacional o a otros intereses espúreos o no. Es por eso que existen versiones conspiranoicas para casi cualquier acontecimiento pues la conspiranoia es un nuevo género literario que ha venido a reemplazar a las versiones oficiales casi siempre falsas o incompletas.

Y también por otra razón: la realidad que percibimos nos viene decodificada por intermediarios y no es una realidad que podamos percibir directamente.  Baudrillard llamó a ese fenómeno hiperrealidad y este blog nació precisamente a través de esa idea. (Aqui hay una selección de post de este blog con esta etiqueta).

Dicho de otra manera: si las noticias oficiales nos vienen filtradas por el poder mediático-oficial que es por definición poco fiable y mentiroso surge como reacción otro contrapoder youtuber o bloguero de sentido contrario que tampoco puede librarse de la exageración o del simulacro.

Los conspiranoicos que conozco son muy buenos relatores e interpretes de sucesos poco claros, con sus ideas contribuyen a profundizar en la manera de pensar la realidad, no son paranoicos ni están locos aunque la mayor parte de las veces defiendan certezas falsas (errores tipo I).

Un error tipo I es ver algo allí donde no hay nada, mientras que un error tipo II es no ver algo obvio que está delante de nuestra narices. La gente por lo general comete más errores tipo II que tipo I. Sucede porque la mayor parte de la gente no ve (es ciega), no quiere ver (es cobarde) o cobra para mirar hacia otro lado (es corrupta). La gente que comete más errores tipo I es naturalmente aquella que construye enlaces entre las cosas que aparentemente no están relacionadas entre sí. Son precisamente estas personas que practican este pensamiento lateral los que cometen más errores o los que mantienen más creencias falsas. Son estas personas precisamente los conspiranoicos habituales.

A mi la conspiranoia como género literario e interpretativo me gusta mucho y amplía mi punto de vista sobre las cosas, mucho más que los aburridos informativos que de tan predecibles ya sabemos de qué nos van a hablar. Y de entre los conspiradores que pueblan youtube, uno de los que mas me gusta es Pedro Bustamante, que incluso tiene una web que él mismo califica como delirante. Y es uno de los que más me gusta porque sabe mucho de casi todo, es un talento renacentista, sabe de simbología, de cine (es un experto en Kubrick) y ha escrito libros bastante difíciles de leer como el que preside este post.

La dificultad en la lectura de estos exploradores de lo remoto y lo inverosímil es que requiere un enorme esfuerzo de epoché, es decir de suspensión del juicio: hay que entrenar mucho para seguir adelante leyendo cuando se afirma que «Diana Quer es una hija secreta de Diana de Gales» o cuando se relacionan ciertos crímenes o desapariciones con planes secretos de no se qué poderes en la sombra que siempre son o sionistas o jesuitas.

Sin embargo esos poderes existen no son una invención de los conspiranoicos si bien por hallarse bien escondidos detrás de montañas de capas de cebolla que les sirven de disfraz no es posible detectarlos y mucho menos ponerles nombre, tampoco están en todos los crímenes, atentados o planes malévolos de la humanidad. La humanidad tiene suficientes malvados que van a la suya y no siguen instrucciones de nadie.

Si no fuera por el enorme trabajo que supone separar el grano de la paja, los conspiranoicos podrían llegar a despertar a más gente y traernos alguna gota de verdad desde afuera de Matrix, de esas que no aparecen nunca en entornos académicos y ni siquiera son pensadas por la gente común. Por ejemplo ¿alguien ha pensado alguna vez que existe un plan de feminización del mundo con el fin de hacer infértil a la humanidad? Cuando digo humanidad estoy pensando en Europa y su crisis demográfica. ¿Alguien ha pensado que el capitalismo global busca federalizar es decir separar y fragmentar las naciones a fin de robar su soberanía para hacerlas más débiles?

Bueno estoy seguro de que mucha gente suscribiría esta ultima hipótesis, no tanto la primera y lo que es casi seguro es que pocos habrán pensado que la hipótesis de la androginización y la hipótesis de la federalización proceden del mismo autor o forman parte de la misma agenda. Algunos le han llamado agenda transhumana y yo mismo me he referido a ella en algunos post.

El problema de los conspiranoicos es que no controlan su furor conspiranoico y junto a verdades que intuyen y construyen de forma coherente desbarran a continuación tratando de extender su raciocinio hasta lugares inverosímiles incluso imposibles. Diríamos que hay algunas verdades escondidas en mucha paja irracional.

Lo que me ha llevado a pensar si no habrá alguien que trate de -a través de la conspiranoia- a desacreditar las versiones no oficiales-alternativas o disidentes de las cosas.

Pero así y todo vale la pena seguir a algunos de ellos,  uno aprende muchas cosas que no sabía y se desintoxica de tanta vacuidad. Y sobre todo robustece su principio de realidad.

Existan o no los Iluminati es en cualquier caso una idea bella.

Kubrick y el ocultismo

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La máscara un símbolo de la disociación

En un post anterior ya hablé de esta prodigiosa película de Kubrick que admite más de una interpretación comenzando por su titulo (Eyes wide shut), pero he tenido que esperar algunos años para dar con estos videos que cuelgo aquí abajo y que pertenecen a Pedro Bustamante para desentrañar parte del misterio y del universo simbólico de Kubrick.

 

Creo que es la mejor interpretación que he tenido ocasión de ver, siempre en clave ocultista.

Por nuestra parte ya habíamos hecho una incursión en ese mundo kubrickiano si bien nuestra interpretación anduvo más cercana a lo onírico que lo oculto.