Victoria y Hildegart

Ser para El sólo ojos

Verso sufí

chien

Fotograma del «Perro andaluz» obra cumbre del surrealismo. de Buñuel- Dali

Victoria Cirlot es una medievalista interesada en el misticismo y las experiencias visionarias y una experta en Hildegarda de Bingen uno de los personajes más atractivos del cristianismo medieval y que muy pronto será canonizada.

Llegué hasta ella a través de una recomendación de algunos amigos de Facebook que me pusieron en contacto con este video que cuelgo más abajo a partir de algunos de mis post donde abordaba la necesaria revisión del estatuto epistemológico de la alucinación. Una especie de sincronicidad.

Como ya conté aquí, para nosotros los psiquiatras, la alucinación ha sido siempre un fenómeno patológico y aunque muchos de nosotros ya sabíamos que cierto tipo de alucinaciones, como las que se producen al despertar (hipnopómpicas) y al dormirse (hipnagógicas) eran fisiológicas y muy frecuentes en los niños, lo cierto es que la alucinación -y me estoy refiriendo ahora a las visuales- siempre han estado impregnadas de una sospecha de patología y/o intoxicación y es cierto que en muchas ocasiones lo son. Lo que yo aprendí durante mi formación sobre esta cuestión es la siguiente idea:

«Las alucinaciones visuales o son orgánicas o son histéricas».

Ni que decir tiene que las otras alucinaciones, las auditivas por ejemplo siempre se han considerado patognomónicas de la esquizofrenia paranoide. Bien pues parece que ni siquiera esta idea es correcta después de las investigaciones de Jim Van Os de las que hablé aquí. Oír voces es más frecuente de lo que pensábamos, mantener conversaciones con ellas también y sabemos además otra cosa muy importante: la psicosis no es solo un estado sino un continuo en la población general. Todos podemos enloquecer y lo más curioso: la alucinación es en sí misma enloquecedora. Y más: la privación de sueño puede producir alucinaciones.

Una de las cuestiones que la Cirlot aborda en su conferencia es la diferencia entre alucinación y visión. En efecto alucinar es algo que le sucede a la percepción visual, una especie de avería de la misma. Lo que el alucinado percibe lo percibe en el exterior a si mismo, allí donde hay objetos visibles, en ese espacio conceptual que llamamos realidad, mientras que las visiones se perciben con el ojo interior.

Otra de las características que discriminan lo alucinatorio de lo visionario es el contenido de lo «visto». las alucinaciones son casi siempre terroríficas, con contenidos amenazantes, animales, parásitos, monstruos, muertos, una imagenería muy personal o personas con intenciones más que sospechosas, a veces son también «ingenuas» pues se limitan a reproducir un recuerdo, o una presencia deseada o una escena banal, una reminiscencia como decía Freud. Por el contrario las visiones siempre tienen un contenido noético, aportan algún tipo de conocimiento, a veces una conocimiento súbito y total de todos los misterios del universo. Una comprensión total, como una hipermnesia o mejor una hipercognición, un fenómeno quizá conectado con esas experiencias cercanas a la muerte y que tienen en común una intensa luminosidad, una especie de iluminación pentecostal que se describe como una lengua de fuego que calienta pero no quema.

El ojo interior.-

Las visiones se ven pues a través del ojo interior y no con los ojos (dos) que tenemos en la cara. Y es por eso que se muestran en sueños o en ensoñaciones, a través del éxtasis o directamente en estado de vigilia. Las visiones de Hildegarda pertenecían a este ultimo tipo, estando bien despierta.

El ojo interior es un concepto interesante, pues aunque es equivalente a lo que nosotros entendemos como imaginación, no se solapa con ella del todo. Para empezar «imaginación» no es lo mismo que fantasía, o lo que los psicoanalistas llaman «fantasma». Una de las características del fantasma es que es inconsciente y determina nuestro pensamiento y nuestros sesgos cognitivos pero no tenemos acceso a él, sin embargo la fantasia puede ser consciente y autodirigida. Sus contenidos son sin embargo de baja definición, no es lo mismo comer en nuestra fantasia que comer en la realidad. Los contenidos de la fantasia son casi siempre desdibujados y en cierta manera son controlados por la voluntad excepto en ciertas patologias donde se imponen en forma de compulsiones u obsesiones.

Lo que caracteriza al ojo interior es que realmente percibe imágenes (como sucede en los sueños) y no se limita a una recreación más o menos voluntaria de las mismas como sucede en la fantasía sino que nos viene impuesta «como si» se tratara de una alucinación invertida, hacia dentro y posee además una enorme definición. Se trataría de un proceso inverso al de la alucinación donde el contenido se expulsa al exterior. En la visión no habría expulsión del contenido «imaginado» sino que se trataría de un contenido que -proceda de donde proceda- se vive como de afuera adentro y de arriba abajo.

Os dejo aqui la conferencia de Victoria Cirlot en la catedra Edith Stein y espero que os cambie  la idea estereotipada de que las experiencias inusuales de la conciencia son siempre sospechosas de patología.

16 comentarios en “Victoria y Hildegart

  1. Hablas de sincronicidad al comienzo de tu post, Paco, y no me cabe sino confirmartela en mi caso… Ayer, después de un tiempo pensando que tenia que ir a Ávila, decidí acudir.

    Pues bien, me «encuentro» alli (pues no lo habia buscado) la exposición de «Las edades del Hombre»; en esta ocasión dedicada monográficamente a Santa Teresa de Jesús, nieta de judio converso (Joan de Toledo). Mira por donde.

    Doy un salto asociativo, después de esta introducción, y me voy directamente a la conferencia de Cirlot y a tus comentarios previos tan jugosos. El concepto que inmediatamente relacioné con todo lo visto y escuchado fue el de: transverberación.

    Según la Wiki (https://es.wikipedia.org/wiki/Transverberaci%C3%B3n), «…es una experiencia mística que, en el contexto de la religiosidad católica, ha sido descrito como un fenómeno en el cual la persona que logra una unión íntima con Dios, siente traspasado el corazón por un fuego sobrenatural. El ejemplo más conocido es de Santa Teresa de Jesús».

    Pues bien, una impresión médica, no patológica, sacada de todo esto es que se trata de un fenómeno místico erótico de grandisima carga, producido por una libido invertida hacia dentro (creatividad la llama Cirlot con Ernst), con connotaciones de proyección hacía una instancia religiosa de excelsa y colosal capacidad seductora. Por eso, todo este lenguaje de la mística religiosa destila erotismo y seducción hasta nuestros días.

    Diós, en este contexto, es la instancia erótica sublime y los éxtasis son fenómenos orgásmicos centrales, no periféricos, que inundan absolutamente toda la percepción que desde el cuerpo y el cerebro emana hacia la mente.

    La compresión plena y definitiva de todo lo percibido se realiza de manera puntual y concentrada en ese momento orgiástico que da sentido a todo.

    So far.

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  2. Sr. Traver, le dejo algunas notas que la lectura del post me ha provocado y que están relacionadas no sólo con este post sino también con los últimos del blog de Neurociencia.

    Bien, ya sabemos que para la ciencia y la razón un hecho que no es observable o medible carece de existencia. Y mucho menos se tendrá en consideración todo lo que no sea un hecho. Desde la Escolástica se dice que la razón no es sino un medio puramente discursivo y deductivo. Concretamente se dice que es un «habitus conclusionis», que no llega hasta las causas, pues …

    «Es una red de mallas más o menos apretadas, lanzada sobre el mundo de los fenómenos que se apodera de aquellos objetos que son bastante densos, pero que deja escurrir e ignora a los que son más sutiles».

    Y tanto. 🙂

    Fíjese en esta diferencia que voy a señalar ahora, que es importantísima en este tema de la percepción visionaria, la diferencia entre cosmos inteligible y cosmos sensible, que es lo mismo que referir la diferencia entre el reino de la cualidad y el reino de la cantidad: mundo invisible y sutil y mundo grosero y material. Y es importantísima porque ya sabe por lo mucho que me repito que el mundo inteligible sólo es perceptible por el corazón que es la sede del órgano intelectual, y que este corazón tiene un ojo visionario, y no dos ojos físicos, y que es el llamado ojo de la eternidad. Pero sobre esto hablaré más abajo. Ahora me gustaría dejar un extracto de un texto hermético que considero viene al caso:

    «Teniendo presentes estas consideraciones, Asclepio y demás oyentes, sabed que el cosmos inteligible, el que sólo puede discernirse con la mirada de la mente, es incorpóreo y nada corporal puede inmiscuirse en su naturaleza, es decir, nada que pueda distinguirse por la cualidad, la cantidad y el número pues en él no existe nada de tales características.

    Por su parte, este cosmos que se dice sensible, es el receptáculo de todas las formas sensibles o cualidades de los cuerpos. Y todo este conjunto no puede ser animado sin el concurso del Principio Máximo, pues este Principio lo es todo. Todo es desde, en y por él, las diversas y multiformes cualidades, las ingentes e inmensurables cantidades y todos los tipos de formas. Y si consideras atentamente este todo, te darás cuenta de cómo, en verdad, el cosmos sensible y cuanto tiene en su seno, está recubierto como por un vestido por aquel cosmos superior. »

    Asclepio, III parte, Principios de la coherencia y el orden cósmicos, Textos Herméticos

    (…)

    Dos ideas interesantes hay aquí: la «mirada de la mente», y el Cosmos sensible como vestido que «vela» otro cosmos, el inteligible …

    Ese ojo de la mente es conocido también como «el tercer ojo» u ojo de Shiva, así como también es llamado «el ojo «cícliclo» ya que como ojo frontal es propio de los cíclopes y «el Cíclope es aquel que posee la «visión cíclica», pues dado que el tiempo es espiroidal, cíclico, este ojo ve todas las cosas en simultaneidad.»

    O sea, que estamos ante el ojo de la Eternidad, el que está fuera de las coordenaas espacio-temporales, en el eterno presente simultáneo. Que curiosamente es también la esmeralda verde que decían portaba Lucifer en su frente y que perdió en su caída, perdiendo con ello esa cualidad de situarse y vivir en el «eterno presente», pero seguir por aquí ya me llevaría muy lejos, y no es el tema de este post …

    Cuando se habla de percepción visionaria y de delirio es importante también tener en cuenta la distinción que el esoterismo realiza entre Phantasía e Imaginatio Vera, pues lo primero conduce a lo phantasmático y lo segundo al mundo Imaginal. Mundo del Bardo Intermedio, lo Sutil y el Mundo del Bardo Celestial, Espiritual. Aqui, lo Sutil no es lo Espiritual. Esto es importante. El Cielo tiene muchos peldaños. 🙂

    Se nos dice que lo Imaginal es el mundo de la realidad objetiva de la Revelación y que se puede concebir como el mundo de las analogías y de los símbolos, pues el símbolo media entre lo divino y lo humano como la Revelación, con un sentido anagógico, un sentido «verticalizado». 🙂

    Este «Mundus Imaginalis» es el que el platonismo neo-zoroastriano de Sohrawardi, del que ya le he hablado estos días, designa como la Tierra Celeste de «Hûrqalyâ», la tierra «virgen y femenina» de la que emanan las Inteligencias Querubínicas. El Mundo Informal, sin formas ni cuerpos, el mundo de los Eidés.

    *Recuerde también que es Sohrawardi quien denomina el estado humano como «la Tierra de la Mezcla».

    Para este representante del sufismo iranio, el universo del hombre es triple: el propio mundo del hombre que es el de la percepción sensible; el mundo del alma que es el de la percepción imaginativa, y el mundo del ángel que es el de la percepción inteligible.

    Y así:

    «Ver las cosas de «Hûrqalyâ» es descubrir el sentido oculto de las cosas, la historia espiritual transparente bajo los eventos históricos».

    Por eso, y aunque en otro orden de visión, Hildegarda después de su primera experiencia, al coger las escrituras «lo comprende todo». Ella Sabe …

    Dice Ibn Arabi, que el hombre es una noble síntesis de todo el Cosmos, el libro en el que se reúne todo lo que está disperso en el macrocosmos, y que el viaje por este mundo inteligible no tiene sentido si no produce en el viajero una ciencia nueva …

    Y esto es fundamental. ¿Qué ciencia nueva se produce en los delirios?. ¿Dónde está la Metanoia (transformación, ir más allá de la Forma, cambio de mente) en los estados alterados de conciencia?. Descubrir que hay otras realidades más allá del mundo físico no es Metanoia ni Revelación, Sr. Traver …

    Un ejemplo muy fácil: ¿qué ciencia nueva o qué metanoia estaba buscando aquel que se metía LSD para asistir a un acto tan banal como los conciertos callejeros del San Francisco de los sesenta?. ¿?¿?¿?

    El diluirse en la masa, como eran esos estados de trance alterado, conectándose a la energía de la masa es muy peligroso, Sr. Traver. ¿Dónde está aquí la transcendencia?. ¿Dónde están los frutos? Yo no los vi, yo no he percibido ese salto de conciencia a gran escala que preconizaban, es más, hay mucho peligro en todo ello, es muy importante el nivel de conciencia de los compañeros de viaje psiquédelico, el lugar, la intención, pues la energía de la masa es informe y caótica, y la música moderna de la que se rodeaban tampoco generaba buena vibración de acompañamiento para esas ceremonias de colocón masivo que instauró Leary ….

    ¿Qué quiero decir con esto?. Pues que el estado alterado de conciencia es eso, un estado alterado y que los psiquedélicos no son para cualquiera.

    La Transcendencia no es sobrevolar los límites de tu cuerpo bajo el colocón de una sustancia, ni sentirte conectado a los demás. No es eso. La Transcendencia es re-conexión, es re-ligarse al Principio Transcendente que todo lo impregna, no es anegarse en lo Inmanente. Si no hay esto no se produce el vuelco, el Colgado sigue colgado.

    Mire lo que dice Ramana Maharsi:

    «Solo si uno conoce la verdad del amor, que es la naturaleza real del Sí mismo, será des-atado el intrincado lazo de la vida. Solo si uno alcanza la altura del amor será obtenida la Liberación. La experiencia del Sí mismo es solo amor, que es Ver solo amor, Oír solo amor, Sentir solo amor, Saborear solo amor y Oler solamente amor».

    Muchas experiencias con psiquedélicos alcanzan «Eso», pero una vez diluído su efecto, vuelve el sujeto al estado de separación. Yo considero que todas estas sustancias son herramientas, no fines en sí mismos, el sujeto ha de trabajar por operar en si mismo esa ciencia nueva, esa metanoia que arroje el fruto nuevo. Yo creo que los psiquedélicos son desatascadores, y no por nada eran utilizados por chamanes que no son otra cosa más que curanderos. Y hasta ahí.

    Dice RAW en una entrevista sobre su libro Prometeo ascendiendo:

    «Me gusta la descripción que hizo John White en su crítica al libro: “es un viaje desde la paranoia hasta la metanoia”. Paranoia es el estado mental en el cual uno puede ver quetodo está conectado, como de hecho lo está, pero el paranoico ve todo en la forma de una conspiración dirigida en su contra. En la metanoia, uno ve que todo está conectado, pero de manera graciosa, cómica, y finalmente, triunfal. Podría decir que el final de la Novena Sinfonía de Beethoven es la expresión metanoica más grandiosa del arte occidental. Todo místico consumado tiene una mirada metanoica de la vida. Cualquiera que haya tomado LSD ha experimentado unas cuantas horas de metanoia».

    Para terminar me gustaría hacerlo con una reflexión que se realiza sobre un loco genial como fue Pessoa referida en este caso al genio poético pero que podemos extrapolar a este caso de delirio y visión. Dice asi:

    «La inspiración poética del genio, aunque es siempre un delirio, (según afirma el pre-heterónimo A. Search) es equilibrado. Su locura es una “folie lucide” (locura lúcida), una “half madness” (semilocura o locura a medias), capaz de esclarecer la más vaga de las ideas, pues la lucidez es lo propio del genio, no así del alienado. Este poeta nos ofrece generosamente su propia folie lucide cuando afirma, en una suerte de oxímoron:

    “El arte que da a lo oscuro una expresión lúcida no lo torna claro, sino que vuelve clara la oscuridad».

    🙂

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  3. Al comentario tan jugoso de Paco Orego le replicaría con esto que se dice desde la mística sufí al hilo del engolfamiento de Santa Teresa:

    «Aláh es un amante celoso de corazón de su siervo».

    🙂

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  4. Pues muchas gracias por tu rico comentario y qué decirte salvo que estoy de acuerdo contigoen todo lo que has dicho, en esa distinción entre paranoia y metanoia. Yo que me dedico precisamente a los «colgados» nunca he visto en ellos ni una pizca de lucidez, aunque haciendo un poco de memoria si he visto algun caso en esquizofrenicos que recuerda esa comprensión subita, esa comprensión del Todo de la que hablan los misticos, es como si ese fenómeno fuera el mismo, solo que algunos no pueden reintegrarlo y otros pudieran seguir con sus vidas sin andar presumiendo de ello.
    Tal y como dije en algún post anterior: La metanoia no implica convertirse en lo contrario de algo sino simplemente un cambio de personalidad que acaece después de una experiencia significativa como aquella de la que hablé en algún post y que apareció después de una experiencia cercana a la muerte y que no prejuzga psicopatología.

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  5. Le dejo una acepción sobre el término metanoia desde el punto de vista esotérico. Creo que puede ensanchar un poco más las ideas que traté de exponer en el comentario anterior.

    «El término griego metanoia expresa propiamente un cambio de noûs, una «metamorfosis intelectual». Esta transformación interior, como lo indica por otra parte la etimología misma de la palabra latina (de cum-vertere), implica al mismo tiempo una «reunión» o concentración de las potencias del ser, y una especie de «darse vuelta» [«retournement»] por el que este ser pasa «del pensamiento humano a la comprensión divina».

    La metanoia o «conversión» es pues el pasaje consciente de la mente entendida en su sentido ordinario e individual y considerada como vuelta hacia las cosas sensibles, a lo que es su transposición en un sentido superior: aquello que se identifica con el hêgemôn de Platón o el antaryâmî* de la tradición hindú.

    Es evidente que esto es una fase necesaria en todo proceso de desarrollo espiritual; se trata pues aquí de un hecho de orden puramente interior, que nada tiene absolutamente en común –como muy a menudo se tiende a creer hoy en día (y, en este sentido, hasta se llega a traducir metanoia por «arrepentimiento»)– con un cambio exterior y contingente cualquiera, que depende simplemente del dominio «moral», o incluso del dominio religioso y más generalmente exotérico».

    El «Vuelco» o «Giro» que hace poner al derecho lo que estaba al revés. Por eso ilustré la idea con la lámina del Colgado.

    Ya ve que la idea que encierra la palabra Metanoia es muy rica y muy muy compleja.

    Espero que le sea de interés. 🙂

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  6. Deseo completar mi comentario de hace un par de días con esto:

    la vivencia extásica «trasverberante», de acuerdo a unos textos que he estudiado este finde relacionados con la vida y las fundaciónes de Santa Teresa, vendría perfilada por dos contextos fundamentales para que tuviera lugar.

    Uno. La vida de renuncia, sacrificio disciplinario, castigo intenso y autoinfringimiento de dolor que lleva a una producción aumentada de hormonas de estrés y de endorfinas, sin duda.

    Dos. La clausura estricta, el recluimiento con un grupo pequeño de personas durante años y años, lleva a algún tipo de sindrome de deprivación sensorial y a la generación de fenómenos de autohipnosis por obediencia exclusiva preceptiva, probablemente.

    En este contexto promovedor de lo disociativo, seleccionado y selectivo, se ejerce la trasformación conversiva «de dentro a fuera» que, en los casos de mayor «éxito» (llamémosle así), conducen al extasis trasverberante orgásmico central.

    Tiene sentido?

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  7. Claro que tiene sentido, la pregunta es si ese fenómeno de trasnverberación es un fenomeno achacable a ese cerebro deprivado o por el contrario es un fenomeno que «siempre estuvo alli» y que para acceder a él se necsita una fuerte disciplina Y como explicar los casos donde se da espontaneamente, sin necesidad de la misma?

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  8. Creo que al «fenómeno» como tal se puede llegar por diversos caminos, como siempre. Solo que este de la transverberación extásica se realiza desde el proceso de fuerte disciplina chamánico / religiosa, fundamentalmente.

    Es un largo proceso que por eso en las ordenes religiosas le llaman «camino» pues tiene etapas, retrocesos, avances y es muy duro mantenerlo. En el chamanismo siberiano, según refiere Mircea Eliade, ya empezaban seleccionando a niños de corta edad, los mojaban con agua de arriba abajo y los sacaban a pasar la noche a la intemperie. Los que secaban las ropas con el calor de su cuerpo, los selecionaban como posibles candidatos a chamanes. Eso entre otras muchas prouebas físicas dificiles.

    Desde luego, mediante ciertas drogas psicodislépticas o por el efecto de descargas epilépticas también podrian experimentarse algunos de estas experiencias orgásmicas centrales…, pero sería por una via patologica, de «cortocircuito» que lleva a la enfermedad neurospiquiatrica crónica, opino.

    Qué piensas?

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  9. Opino que no todo el mundo está preparado para tener estas experiencias, debe ser por eso que se considera al cannabis esquizofrenogeno, no tanto porque la droga provoque la enfermedad sino porque el individuo incapaz de integrar su experiencia enloquece.
    Por otra parte el orgasmo central (transverberación) no explica el componente noético que la experiencia arrastra. Que yo sepa el orgasmo no provoca una comprensión súbita y total del mundo, si bien no todos los orgasmos son iguales y algunos hablan hasta de una ingenieria sensorial (Leary)

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  10. La cuestión del carácter «noetico» (o no) de la transverberación orgásmica tiene que ver a mi juicio con una experiencia sensorial masiva que inunda absolutamente todo el sistema perceptivo. Debe de tenerse en cuenta que este estado de arrobamiento que invierte el vector perceptivo de dentro a fuera, se produce en un contexto de espiritualidad extrema producto de una determinada elección de vida.

    A mi juicio, la experiencia sensorial tan increiblemente placentera otorga sentido per se y explica, haciendo sentirla, la lógica de la renuncia y la entrega al ideal extásico. En esta medida poseería carácter noetico, entiendo.

    Mutatis mutandis, en diversas formas del amor «terrenal» de los romances y las sagas se ensalza este tipo de «entrega total» sin límite que, en su forma estrictamente perversa sin «más allá» alguno, está reflejada en la pelicula «Anticrista» de Lars von Trier.

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