En la década de los 80 James Flynn un sociólogo neozelandés descubrió que el coeficiente intelectual (IQ) estaba aumentando unos tres puntos cada diez años desde principios del siglo XX. A este fenómeno se le conoce con el nombre de efecto Flynn y se trata, como no, de algo muy polémico de lo que ya hablé en este post que titulé “Cerebros jibarizados”, como siempre sucede, hay quien piensa que el efecto Flynn es cierto mientras que otros han desarrollado otras teorías como la de la autodomesticación o la gracilización para explicar las paradojas de ese crecimiento supuesto del IQ en la población.
Lo cierto es que el efecto Flynn contiene no pocas paradojas, como por ejemplo la evidencia de que efectivamente la gente joven de hoy día parece muy inteligente pero emocionalmente padece severos déficits no solo para gestionar sus emociones sino para mantener relaciones interpersonales sólidas y duraderas. Dicho de otra forma: la gente parece muy inteligente para unas cosas y bastante idiota para otras, algo que ha merecido el nombre de smarts idiots.
Una tontuna inteligente.
Aquellos de ustedes que leyeron el post anterior ya habrán caído en la cuenta de que la infancia ha desaparecido tal y como sostiene Jose Antonio Marina o está en trance de desaparición, no es solamente que vivamos en una sociedad hiperactiva donde los estímulos sexuales estén en primera página de la atención de los niños sino que más allá de eso, los papás están infantilizados y lo que quieren es jugar a la wii, mientras las mamás siguen a dieta más allá de los sesenta y se matriculan en baile de salón. De lo que se trata es de jugar o contarse cuentos en la isla de «Nunca jamás».
La infancia está idealizada. La paradoja es que ya no hay infancia sino una hibridación entre la niñez y la adultez que aparece como grotesca o perversa.
Roberto Colom es catedrático de Psicología de la Complutense madrileña y uno de los que más saben en España de este tema de la inteligencia, un concepto dificil de apresar y muy polémico porque se encuentra en el centro de las diatribas entre «progres» y reaccionarios, entre izquierda y derecha. Y lo está porque no es baladí entender la inteligencia como algo innato o algo que puede moldearse a través de la educación y /o la instrucción.
Todo el mundo sabe que nuestras sociedades socialdemócratas están apoyadas en la idea de que a través de la educación todo es posible, por eso la hicieron obligatoria y por eso existe el fracaso escolar, una forma optimista de negar la evidencia de que la inteligencia es innata. O bien: que lo que enseñamos en las escuelas es banal e inservible para el grueso de la población.
Roberto Colom, decía antes, es uno de los autores que más saben del efecto Flynn y ha tratado de meterle mano a la paradoja más arriba explicitada de que parecemos más tontos siendo como somos cada vez más inteligentes.
Aqui hay un articulo publicado en el Pais, sobre este espinoso asunto, y aqui hay otro donde incluso propone un cambio de nombre. El caso es que la paradoja no ha sido resuelta y no lo ha sido porque «no sólo de inteligencia vive el hombre» sino de otras cosas. Aqui hay otro articulo donde Colom nos explica su fascinación por este tema.
Pero para mi el efecto Flynn o mejor sus paradojas se resuelven cuando entendemos que inteligencia y racionalidad no son la misma cosa tal y como dice Stanovich.
Un ejemplo muy psiquiátrico de esta dictomía la ilustran los psicópatas. ¿Se puede ser un psicopata y ser a la vez inteligente? Si. Luego eso que llamamos inteligencia es algo muy poco de fiar y aunque tenemos test para medirla (el Waiss-Wechler), lo cierto es que no sabemos lo que estamos midiendo. ¿Como es posible que una persona inteligente sea un psicópata?
Falta de racionalidad que no de inteligencia.
Lo que dice Stanovich es que lo que estamos midiendo es la inteligencia instrumental, algo asi como la formación profesional de la inteligencia, un modulo especial de ella, pero no mide la racionalidad, la razón. El Logos que es la octava superior de la inteligencia.
Para entender que es el Logos en la mentalidad actual, lo mejor es consultar a Jose Carlos Aguirre
Para un griego y ateniéndonos a la tradición filosófica lo que miden los test no es inteligencia ni capacidad intelectual; el intelecto -lo propio del nous- quedaría del lado del logos y de lo racional En realidad lo que miden los test es capacidad para procesar mentalmente con rapidez y precisión; En la Grecia clásica esta inteligencia no sería tal sería una habilidad técnica. En este sentido conviene recordar que en Grecia la educación que se daba a los hombres libres (ciudadanos) se llamaba Paideia
Para entender la idea griega de Paideia es obligatorio leer el magistral libre de Werner Jager, indispensable en cualquier biblioteca e indispensable para entender al propio Occidente
Paideia se podría traducir por pedagogía pero la traducción limitaría su significado. La paideia es un contexto educativo que debe facilitar el «cuidado de si», favorecer la propia plenitud existencial, las mejores virtudes de la vida anímica, las pote-potencias superiores del alma y, en suma, un mejor vivir. La idea de paideia iba ligada a la de areté, es decir, a la de excelencia. La educación del ciudadano y del hombre libre se centraba en la paideia. El esclavo era educado solo en habilidades técnicas. La educación renacentista y humanistica, con su atención a una educación integral es herencia directa de la paideia griega.
Bibliografia.-
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