¿Crimenes moralistas?

monos

Segun los psicólogos evolucionistas hay dos tipos de violencia, una reactiva y otra proactiva. Aqui hay un buen artículo para comprender mejor estas diferencias.

Pero hay otras formas de verlo tal y como podemos ver en este artículo de Michael Shermer, que lleva por título ¿Es el terrorismo una forma de justicia privada?. La tesis sorprendente de este artículo es que el terrorista no es un ser amoral ni inmoral sino todo lo contrario. Es posible hablar pues de que existen crímenes que proceden no tanto de lo que nosotros entendemos como psicopatía, -un término que suele asociarse a la maldad (ignorando que la maldad es un término moral)- sino que suceden por un exceso de moralización.

Y no cabe duda de que la principal factoría -aunque no la única como ya conté en este post– de normas y preceptos morales son las religiones, más concretamente las monoteistas.

El sentimiento innato de justicia.-

Franz de Waal es un primatólogo y etólogo holandés que es famoso en el mundo de la ciencia y la divulgación por sus estudios sobre la agresión, moralidad y alianzas entre macacos. En este divertido video experimenta con capuchinos e intenta demostrar que el sentido de la justicia es innato al menos entre los simios.

No cabe ninguna duda de que el sentido de la justicia es una parte de los sentimientos morales que evolucionó junto con otras emociones con el objetivo de detectar a los tramposos y castigarles. Es interesante señalar que todos tenemos un sentimiento acerca de lo que es justo o injusto (de forma real o equivocada) y que este sentimiento está muy relacionado con la comparación que hacemos sobre lo que reciben los demás y lo que recibimos nosotros, tal y como podemos ver en el video de los capuchinos. Es interesante recordar que el sentimiento de justicia es profundamente egoista y que se activa solo si somos nosotros los que salimos perdiendo en la comparación y permanece inactivo si somos nosotros los ganadores en el reparto.

Algo asi sucede en el juego del ultimátum.

En el juego del ultimátum, en el que a una persona se le da una cantidad de dinero que debe compartir con otra persona, con la condición de que si la oferta es aceptada pueden quedarse con el dinero, pero si la oferta es rechazada no se obtiene nada.

Está demostrado que estamos dispuestos  a pagar el 30 por ciento para castigar a quien no coopera. Esto se llama el castigo moralista.

Donald Black sostiene que sólo el 10% de los homicidios son producidos por rapiña como los que suceden en un robo o hurto, dicho de otra manera: los homicidios que se cometen por incentivos económicos directos son una minoria. El otro 90 por ciento son moralistas, una forma de pena capital en el que los autores son jueces y verdugos de una víctima que perciben que les han hecho daño de alguna manera y son merecedores de la pena de muerte. Ejemplos inquietantes:

Un hombre que «mató a su esposa después de que ella» se atreviera a llevarle la contraria en una discusión,» una mujer que «mató a su marido durante una pelea en la que el hombre golpeó a su hija,» un hombre que «mató a su hermano durante una acalorada discusión sobre los escarceos sexuales de este último hacia sus hermanas menores», «una mujer que» mató a su 21 años de edad, hijo, porque él había sido «tonteando con los homosexuales y las drogas ‘», por no hablar de las discusiones de tráfico, etc.

Dicho en otras palabras: la mayor parte de los homicidios se cometen durante situaciones de ira, situaciones comunes y banales, donde los individuos parecen no tener control sobre sus emociones pero que paradojicamente se perpetran siguiendo una siniestra inspiración de que el «otro» -la victima- se lo merecía. Y dónde el agresor no tiene nada que ganar.

De la venganza privada a la Justicia del Estado.-

Es un fenómeno relativamente nuevo el que el Estado mantenga la exclusiva sobre las penas y castigos a los delincuentes o tramposos.

Después de la Edad Media, la venganza privada fue sustituida en su mayor parte por la justicia penal, una justicia garantista que ha de velar necesariamente por los derechos del reo.

¿Pero qué sucede cuando la gente no confía en el sistema penal o creen que esta justicia está sesgada en favor del ofensor?

Es lo que sucede cuando las personas viven en sociedades tribales, en Estados débiles con gobiernos corruptos o se trata de comunidades apátridas que toman la justicia por su cuenta.

El terrorismo es una de esas actividades, Black  argumenta en un artículo de 2004 en Teoría Sociológica titulado «La Geometría del terrorismo,» que es una forma de auto-justicia cuyos motivos dependerán del grupo terrorista en particular. Estos van desde el marxismo revolucionario en la década de 1970 hasta el terrorismo apocalíptico del Islam de hoy (conocido como ISIS), que no es un estado en absoluto, sino una confederación de yihadistas.

La gente de izquierdas al menos en nuestro pais son bastante comprensivos con el fenómeno terrorista islámico que niegan e interpretan desde unprisma politico: una especie de conspiración norteamericana de espias y CIAs y que minimizan o justifican por los lastres del colonialismo. Se niegan a verlo como lo que es: una forma religiosa de moralización obligatoria.

¿No seria absurdo decir que la matanza del dia de San Bartolomé que enfrentó a protestantes y católicos durante la Reforma protestante no tuvo nada que ver con la religión?

No menos absurda es la creencia de que los yihadistas son agitadores políticos seculares disfrazados. Lo que realmente quiere ISIS,  es volver a una civilización del siglo VII y a su entorno jurídico, y en última instancia a provocar el apocalipsis.

De manera que liquidar el asunto diciendo que aquello que no entendemos es una cuestión de psicopatía (psicologizar el problema) es una forma de blanquear la verdad ocultándola y haciendola opaca a la mirada del lector informado, atento y sagaz que no tiene ningún sentimientos de culpa por lo que hicieron otros y en otro momento de la historia.

Más concretamente, el terrorismo no procede del colonialismo, lo que aprendimos algunos de este periodo de la historia es que los valores democráticos empastan mal con ciertas sociedades que mantienen una cohesión tribal a través de una coacción religiosa más o menos aceptada individualmente.

La evolución de las instituciones que dan lugar al bienestar y la libertad no han ido todas al mismo tiempo como ya comenté en este post. Los musulmanes tendrán que hacer su propio proceso de secularización si quieren integrarse en el mundo del siglo XXI

2 comentarios en “¿Crimenes moralistas?

  1. «Los musulmanes tendrán que hacer su propio proceso de secularización si quieren integrarse en el mundo del siglo XXI» Dudo que estén dispuestos a ello. Tendremos que contentarnos con que «nos» asimilen.

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