Si yo fuera presidente en un pais como éste

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Seguramente eras aun muy joven cuando Fernando Tola hacía aquel programa en clave de humor y algo provocador que llevaba el titulo de este post. En aquel entonces y recién inaugurada la democracia todos nosotros teníamos una agenda secreta para el caso de que «los nuestros» se alzaran con el poder y pudiéramos, al fin aplicar nuestro programa de cambio. Más tarde comprendimos que los nuestros no existían.

Pues todos tenemos programas de cambio político e incluso de una alineación en el caso del fútbol. Todos.

Y esa es la función de los líderes : tener una alineación, tener un programa, tener las agallas de llevarlo a cabo y acertar, es decir sintonizar con la mayoría.

Y eso es lo más complicado porque ¿qué es la mayoría?

La mayoría es un concepto que cambia mucho según quien lo nombre, es por eso que puestos a abstraer, lo mejor es preguntarse cómo somos los españoles. Ningún politólogo te lo dirá, porque ninguno de ellos representa a la mayoría, en realidad ni tu mismo la representas, nadie la representa porque la mayoría es algo oscuro, como el inconsciente que sólo se manifiesta en situaciones de malestar pero de tal manera que tampoco los malestares advertidos nos llevan linealmente a la enfermedad principal, pues hay muchos síntomas que emborronan a los deseos de la mayoría. Hay mucho ruido.

Los españoles somos «liberal progresistas», por decirlo en términos comprensibles para ti que eres un político, de centro pero tirando un poco a esa izquierda que no se mete con la cartera. No somos definitivamente ni de izquierdas ni de derechas y es por eso que los partidos comunistas o derechones con amplia carga integrista tienen poco que hacer en este país.

Y para que entiendas mejor esta posición política de los españoles en general te voy a poner un caso de referencia, un país al que llamaremos «America» para entendernos. En aquel país el modelo en el que la gente cree es bastante diferente del nuestro, bien conocido como «sindrome europeo»(que somos en este sentido bastante parecidos), la razón de estas diferencias estriba en la religión de la que procedemos tanto nosotros como ellos.

Los americanos son fundamentalmente protestantes y nosotros los europeos, católicos. Procedemos de una bifurcación cultural que tuvo lugar allá por El Barroco, la Reforma que prendió bien en el norte de Europa y muy mal en el Sur, aquella escisión aun puede verse hoy en las diferencias en la manera de divertirnos, trabajar, ahorrar o ser felices que nos separan de aquellos gélidos parajes, llenos de calvinistas.

Los americanos son liberales y nosotros somos estatistas. Balones fuera.

Familia, comunidad, trabajo y religión son los cuatro pilares en los que se fundamenta la vida en América, mientras que nosotros solo compartimos con ellos, familia y trabajo, los otros dos pilares en los que creemos son, el Estado y el ocio. de manera que nuestra manera de representarnos la felicidad es bastante distinta al haber desaparecido de nuestro panorama imaginario tanto «lo colectivo» como la religión. Lo que tiene consecuencias muy importantes: puesto que es necesario para que una vida tenga sentido que la muerte también lo tenga y sin religión no queda más que una trascendencia laica y de mentirijillas por así decir. Aquí nos lo cuenta Jose Luis Pardo.

Significa que nosotros somos más dependientes del Estado y ellos menos. Estado y sociedad empastan mal y en la práctica se comportan como opuestos, una sociedad fuerte no puede coexistir con un Estado fuerte.

Nosotros tenemos una forma diferente a la de ellos de imaginarnos el trabajo: para nosotros el trabajo es una maldición bíblica que sólo sirve para financiar nuestros ocios, para ellos una forma de trascendencia o una forma de prosperar, algo que comparten con los chinos.

Dicho de otra manera nosotros somos nihilistas, negamos los sentidos que nos brinda la vida y cuando la vida carece de sentido aparecen las patologías del vacío, las patologías de la falta de limite. ¿Es necesario recordar que somos mortales?. Pero los españoles somos algo más que eso, algo que nos diferencia de los europeos. Ejemplo, España es el país de la UE con menor natalidad. Francia e Irlanda son los primeros. Irlanda es aun un país muy católico y es comprensible, pero ¿por qué los franceses tienen tantos niños?

Lo cierto es que las familias españolas son con las italianas y las griegas las más nepotistas y protectoras con sus hijos y casi todos pensamos que nuestros hijos son Einsteines en potencia, en Francia los niños no tienen abuela y aquí en España, la costumbre hace que las abuelas asistan a sus hijas y nueras en los temas de la crianza y así y todo no nos animamos a tener más niños. En este sentido somos una de las naciones con mayor asistencia parental de toda la UE, la familia extendida aun existe en nuestra España. ¿Entonces, como puede entenderse esta paradoja?

No tenemos suficientes hijos porque los hijos son evidentemente un enredo que nos impide ser felices, tal y como nosotros nos imaginamos la felicidad, algo parecido al concepto de Yo ideal freudiano una formación narcisista omnipotente claramente española y socialdemocrata:

El Yo ideal es siempre de izquierdas, reducto de las utopías, de los ideales y preñado de narcisismo instintivo, de principio del placer y por contra el ideal del Yo es un constructo bien distinto relleno de lideres, cultos carismáticos y teístas, instrumento de la dependencia, principio de realidad y de la tradición. En realidad ambos constructos -según Freud- forman parte de una estructura de mayor nivel de definición y a la que conocemos con el nombre de Superyó.

Lo cierto es que me parece de lo más acertada esta idea para señalar que el ideal del Yo y el Yo ideal son ejes de crecimiento de la personalidad política entendiendo que los constructos “izquierda” y “derecha” son imaginarios, es decir no existen, sino que nos vienen determinados culturalmente. Pero es verdad que las personas nos orientamos políticamente a través de rasgos caracteriales de estirpe biológica, así unos son más conservadores mientras que otros son más “progresistas” lo que en términos biológicos tendría que ver con el apego y con la orientación con respecto a la autoridad y la relación con el castigo, es decir con la culpa.

Unos serian más obedientes o conformistas y otros más rebeldes, unos más apegados y otros más desapegados, es lógico pues nuestra estirpe evolucionó como consecuencia de haber mantenido grupos sociales de un tamaño entre 80-100 individuos, mas allá de este tamaño los recursos se hubieran consumido antes y es por eso que la evolución dispuso que algunas personas obedecieran ciertos estímulos a fin de segregarse de sus comunidades de origen. Pero no bastaba con la segregación, hacía falta además que otros les siguieran, pues de nada hubiera servido que uno o dos iluminados se desgajaran de la comunidad sin arrastrar en su fuga a otros. Y de ahi que nuestro instinto gregario tenga además otro resorte: nos encanta seguir a otros, a esos que parece que saben donde van. Desde la caverna pues que existe la política, la inventó aquel que optó por la bifurcación, alejarse o tomar este camino y no aquel que ordenaba la tradición establecida.

Y nosotros los españoles seguimos a este Yo ideal:

  • Un sueldo vitalicio a cargo del Estado o en su lugar trabajo estable y bien remunerado.
  • Asistencia médica y educación gratis.
  • Subsidios garantizados para todos incluyendo los inmigrantes sin papeles
  • Dinero corriente para gastar y ocio garantizado.
  • Pagar pocos impuestos y que paguen los ricos. Los ricos son siempre los otros. El Otro lacaniano.
  • Derecho a viviendas protegidas, guarderías, etc.

Y no sigo, porque tu también eres español y sabes de lo que hablo. Es entonces cuando seriamos felices y si no llegamos a este nivel entonces protestamos. Claro que esos que protestan tanto no son la mayoría. La mayoría por definición no protesta (es silenciosa) y se limita a pagar esos impuestos por triplicado que tenemos en España, esas facturas de la luz donde financiamos proyectos fracasados de sucesivos gobiernos anteriores, el gas, el agua, la hipoteca y aun así ahorramos algo para el futuro. Esos son la mayoría silenciosa que invierte en sus hijos para que emigren a otro país por falta de trabajo, los que criamos hijos para que tengan menos hijos que nosotros.

Porque lo peor de esta España nuestra es la falta de un discurso histórico común que nos haga sentirnos a todos como piezas de un proyecto compartido. Entonces si que seremos como los americanos, con o sin religión, aunque los americanos cada vez sufren másel «sindrome europeo».

Los españoles preferimos pagar impuestos que comprometernos con lo colectivo. ¿Qué es lo colectivo para un español? ese lugar donde podemos mearnos fuera de la taza, una especie de ventana rota a la que podemos seguir apedreando, no tenemos ningún respeto por lo colectivo, por nuestra comunidad a la que vemos como una prolongación de nosotros mismos o como un engorro, nunca como un apoyo, por no tener no tenemos ni un himno nacional con letra, ese que podríamos cantar con la mano en el pecho en las finales de fútbol o cuando nos cae alguna medalla olímpica. Preferimos pagar impuestos a la caridad siendo como es la caridad (una palabra incómoda que hemos sustituido por el derecho a) algo personal que nos incumbe como sujetos, dejar la caridad en manos del Estado es la mejor manera de que no llegue nunca a los deshauciados. Es cosa del Estado, el que haya pobres, el que haya bandidos, el que los malos siempre sean los otros. El Estado burocratiza la solidaridad espontánea de los hombres.

Puesto que no es el mal, sino el bien lo que engendra la culpa. pues no hay que olvidar que como buenos católicos (aunque seamos ateos) somos la reserva espiritual de la culpa. Solo nosotros podemos sentirnos culpables por no ser culpables de nada.

De manera que gobernar este país es una tarea bien difícil, es por eso que te recomiendo identificar a esa mayoría social y no trates de contentar a todo el mundo. Gobernar un país sin patriotas y en su lugar nacionalistas, sin religión y en su lugar dogmáticos, sin rituales colectivos y en su lugar moralistas que no fuman y se la cogen con papel de fumar, depredación en lugar de un individualismo creativo. Y sobre todo muchas instituciones inútiles y solapadas para mantener el medraje de una clase política destinada a quedarse sin clientela de tan poco corazón.

Opta por la mayoría, Trabajo, Paz y Justicia y no olvides nunca que la variable crítica de un país es su demografía. Es la variable oculta.

El resto no es cosa tuya, los españoles seguiremos aspirando a la felicidad tal y como mandan los cánones ibéricos: yendo cada uno a lo suyo.

Musica hipérica

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La música hipérica es aquella música que es capaz de desencadenar reacciones hipéricas,

¿Pero qué es la hiperia?

Aquellos de ustedes que no estén familiarizados con este concepto acuñado por Javier Alvarez pueden o bien leer su libro que en pdf dejo en la bibliografía o bien visitar a modo de resumen este post mío sobre el tema.

Pero para aquellos de ustedes que sólo quieran saber de este concepto sin necesidad de profundizar demasiado en él, les dejaré aquí mi opinión: la hiperia es un mecanismo fisiológico de hipersincronización de ciertas neuronas. Hipersincronización significa que varias neuronas se encienden a la vez y este fenómeno de encendido múltiple tiene unos efectos bien distintos según el lugar (el módulo cerebral) donde se produzcan. Si es a nivel cognitivo aparecen hiper-ideas, si son recuerdos hiperm-nesias, si son imágenes hiper-visiones, si es musica hiper-asociaciones. La hiperia es pues una palabra que viene a significar un «exceso» un centelleo brillante en el caso de que sea la luz quien la provoca o bien los reflejos de esa luz en el agua u otras superficies.

Esos arrebatos emocionales que nos provoca la música son fenómenos de hiperencendidos límbicos asociados claro está con los recuerdos por una parte y la percepción acústica de la misma, pues la música está asociada con los recuerdos que para consolidarse necesitan además de encendidos múltiples. La música es capaz de deshacer, de desenhebrar esos recuerdos del mismo modo que se formaron a través de la hiperia de los sueños, pues para eso sirven los sueños: para consolidar memorias.

Que la música es capaz de provocar estos fenómenos es seguro, todos )o casi todos) hemos tenido esa experiencia de intensidad emocional que cierta música nos procura. Ahora bien, sería ingenuo pretender que todos los individuos pueden entrar en estos estados (parecidos al éxtasis) del mismo modo. pero es seguro que cada uno de nosotros somos capaces de hacerlo con ciertos tipos de música.

Mientras pensaba en escribir este post he estado recordando esa música que provoca en mi estos estados emocionales que describí en «Eso» y he caído en la cuenta de que no basta con que una canción nos guste más o menos, tampoco basta con que cierto tema nos recuerde algo agradable. Para entrar en estado hipérico es necesario primero tener cierta facilidad para ello por supuesto y algunas personas por su escasa capacidad de mentalización son incapaces de tal cosa. Pero más allá de eso la música ha de ser capaz de remover emociones potentes y estados emocionales no convencionales. El jubilo, el goce y la «comprensión total» son las tres emociones que yo he identificado.

Y no importa que la música sea triste, pues una música triste es capaz de provocar también emociones placenteras. Podemos reconocer una canción triste sin sentirnos tristes. Incluso si nos sentimos tristes no es como una tristeza arrebatadora o negativa, sino una tristeza sobrecogida, más que tristeza, metafísica. De esta opinión son tanto Simone Weil como Cioran.

En realidad no sabemos exactamente donde se procesa la música pero existen ciertas evidencias de queTodo parece indicar que  el giro fusiforme, una especie de estación de paso entre el lóbulo temporal y occipital ha de estar implicado porque la música provoca sinestesias visuales en ciertos sujetos, un caso de hiperia mal comprendido aun. Pero sabemos alguna cosa más: el procesamiento de ciertas áreas del cerebro es de mayor calidad que el procesamiento de otras, así sabemos que los individuos más inteligentes tienen su capacidad de proceso más distribuida que los menos inteligentes que tal y como dice el viejo refrán «piensan con los pies». «Pensar con los pies» es procesar a través de la amigdala, un lugar magnífico para escapar de amenazas, pero un mal lugar para un procesamiento limpio de emociones elevadas.

Una de las características que tienen algunos temas hipéricos es que nos permiten contactar con algo sin forma: agua o aire. como si fueran palabras. El agua quizá por la posibilidad de no dejarse atrapar, ha sido utilizada por ciertos místicos (San Juan de la Cruz) como objeto para la meditación y es posible que por su propio discurrir y reflejos sea capaz de engendrar fenómenos hipéricos, incluso epilepsias reflejas. Como ejemplo dejo esta «Lady of the dancing water», agua que baila entre acordes, melodías pentatónicas y amonías de trombón, un timbre que empasta mal con las flautas pero que sin embargo amplia nuestro registro acústico hasta los bordes.

De sentido contrario es este otro tema de Mahler, «La canción de la tierra» que alterna una melodía robusta, -en realidad un himno telúrico a la Tierra- entre explosiones del metal, fortísimos que inmediatamente caen a pianísimos y que sucesivamente modulan hacia otros temas adyacentes. Personalmente he de admitir que utilizo este tema como «intensificación emocional» exógena. Mahler discípulo de Wagner nos muestra en este tema con intenciones místicas y mistéricas un poco de la técnica del maestro, en el que la melodía ha sido sustituida por la armonía (cuerda y metal) y los colchones de acordes que parecen empujar al tenor hacia una especie de elevación y con él a nosotros entre cuchilladas y asombros.

Hablando de Wagner y por insistir en el tema de la melodía y la armonía, dejo también este ejemplo, un aria de su opera «Tristan e Isolda» titulada Liebestod, donde podemos ver como la melodía parece empujada por los acordes, llevándonos hacia un paroxismo difícil de explicar, una especie de corriente sonora parece modular entre sentimientos apasionados y tristes, con tintes dramáticos. No en vano Isolda le canta ese tema a Tristán anunciándole que «morir de amor» es una posibilidad, una opción que aparece en la conciencia de la heroína que parece impulsada por sucesivas explosiones del metal y la cuerda hasta el paroxismo final y un descanso que parece eterno.

Aunque seguramente de todos los elementos que componen la estructura musical el más conocidos por el publico en general es el ritmo. Lo rítmico está tan relacionado con la hiperia y con la intensificación emocional que no podemos dejar de lado el enorme potencial que tiene el ritmo para provocar estos estados hipéricos. De entre ellos a mi personalmente el que más me motiva es el «bolero». Y como muestra este botón de Gustav Holst y de su suite «Los planetas», el caso de Marte:

Sin duda, «el otro grande» de cualquier composición musical es la repetición. Lo que llamamos un mantra, algo que por repetirse hasta la saciedad procura una especie de ensoñación o clima hipnótico y que además no requiere atención por si mismo, al tratarse de un estimulo aburrido y descascarillado. A mi sin embargo este ejemplo de música hindú me parece que si merece atención por sí mismo y me procura un enorme placer el escucharlo.

Se trata del mismo concepto que lo que hoy entendemos como música new age. Repetición hasta el paroxismo, efectos hipnóticos y pequeñas modificaciones apenas perceptibles. Un bucle, una espiral que nos va alejando del centro, de ese engorro que llamamos Yo. Philip Glass al piano y sus trabajos de cristal.

Y ya que he nombrado a la música hindú y a  Philpp Glass, aquí o s dejo esta raga (un estado de ánimo) en escala menor entre dos virtuosos, Ravi Shankar y el propio Glass. Otra de esas que me ponen pero no me pregunten por qué. Es eso.

https://www.youtube.com/embed/6WVAdT27MdE

Psicología del terrorista

terror

Joe Navarro es un escritor americano de origen cubano que trabajó para el FBI como asesor en temas de terrorismo y más concretamente en temas de personalidades terroristas a pesar de ser más conocido como  experto en temas de lenguaje corporal.

Lo cierto es que cada día más aparecen nuevas investigaciones sobre los perfiles terroristas sobre todo después de la continua exposición de imágenes apocalípticas en los medios que nos llegan desde que ISIS optó por publicitarse a través del horror.

Sin embargo la mayor parte de las noticias que nos llegan desde la prensa de masas y en relación con estos perfiles terroristas son banales, cuando no anticuados y estereotipados. Lo que se nos suele vender es que los terroristas son psicópatas.

Para empezar la etiqueta «psicópata» es una antigualla del siglo XIX, algo que encaja mal con la maldad actual que está más relacionada con los idealismos morales que con la búsqueda rápida de beneficio propio. Decir «psicópata» equivale tanto a algo caracterial (en la terminología de Schneider), como a lo que hoy entendemos como antisocial, si bien el psicópata va un poco más allá de los entornos «antisociales» en los que suelen crecer la mayor parte de los delicuentes habituales. La psicopatía es una patología innata que debuta ya en la primera infancia con esa extraña manía de atormentar a los demás: hoy diríamos que un psicópata es una persona que no tiene en cuenta los sentimientos de los demás, que carece de empatía por así decir. El lector puede visitar este enlace donde escribí precisamente de psicópatas y de su relación con el mal.

Pero la definición de psicópata encaja mal con lo que sucede hoy en el mundo a escala global. Para empezar los psicópatas son una minoría en la población (1%) y no todos los psicópatas son sanguinarios, la mayor parte de ellos son simples aprovechados, egoístas o tramposos, por otra parte sabemos que las personas supuestamente normales pueden convertirse en peligrosos psicópatas -indistinguibles de los otros- a poco que el ambiente lo propicie como ya se demostró en el experimento Stanford. Existe una banalidad para el mal y no es necesario invocar a la patología mental. Nos es necesario pues abandonar esta socorrida etiqueta si queremos saber más sobre la maldad actual, sobre los crímenes en masa o sobre los genocidios más o menos televisados en directo. Nos es necesario comprender la relación que tiene este fenómeno con los idealismos morales.

Aquí hay un buen articulo (en inglés) sobre el que he basado este post. Se trata de un articulo firmado por el propio Joe Navarro.

Los elementos que constituyen un perfil terrorista son los siguientes:

1.- Narcisismo patológico. Para que el lector entienda de un modo gráfico qué es eso que los psiquiatras o psicólogos llamamos «narcisismo» (un termino propuesto por Freud, pero que hay que ocultar). les dejo aquí un dibujo de una mente normal: observarán que en la mente normal el «Yo» que es la primera instancia psíquica en aparecer en la mente, una vez se ha establecido un vinculo especular con el «Tu», ocupa un lugar elevado pero periférico, de tal modo que la mente está ocupada en casi toda su extensión por el «Nosotros» y el «Mundo». El «Mundo» es por así decir muy importante porque ahí reside la realidad con toda su complejidad y el «Nosotros» es también muy grueso porque ahí residen nuestros apoyos y nuestros recursos.

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Sin embargo en el narcisista lo que sucede es esto otro:

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Una ubicación central del Yo que expulsa hacia la periferia al Nosotros y al Mundo y que genera un conflicto de figura fondo. El «Yo» nunca llega a tener la suficiente perspectiva para computar la realidad, lo que nos viene directamente de los otros ni obviamente del «Tu» que pasa a formar parte de un cuerpo extraño. El narcisista no está loco pues no pierde el sentido de la realidad, sabe que el Mundo existe y tiene unas reglas que simplemente no puede acatar porque lo que en realidad teme el narcisista es su propia vulnerabilidad, algo sobre lo que ya escribí en Narcisismo normal, patológico y maligno.

2.- Lo paranoide.- La mejor forma de describir en que consiste esa constelación que los psiquiatras llamamos paranoide es señalar sus tres características principales: rencor, desconfianza/sospecha y hostilidad proyectada. El paranoide no delira, no hay que confundir la personalidad paranoide con sus rasgos de dureza anteriormente citados y el delirio paranoide que es una forma de psicosis. Naturalmente un paranoide puede acabar delirando pero en esencia una personalidad paranoide no es un enfermo mental por el hecho de serlo.

El paranoide es una persona corriente que se presenta como un coleccionista de ofensas, es por así decir un resentido con o sin razones objetivas para ello, las humillaciones que suponemos en su biografía pueden ser reales o simplemente imaginadas o sobrevaloradas, pero en cualquier caso conforman a una persona rumiadora, que anda siempre desoonfiando de todo el mundo, a la vez que es incapaz de deshacerse de su rencor o de su manera de inferir la realidad en busca de signos de ameneza contra su persona.

3.- Una ideología paranoide.- Naturalmente no todos los narcisistas o paranoides construyen o se hospedan en una ideología concreta que les sirva de refuerzo a sus temores. Lo que hace a un individuo peligroso dentro de este conglomerado de variables de personalidad es el hallazgo de ese algo que da carta de naturaleza a la propia paranoia. Es por eso que los paranoides suelen agruparse en sectas o en grupos paranoides y excluyentes. Mis enemigos son los que no piensan como nosotros. Se trata de un refuerzo, aparece el «Nosotros» como un soporte, como una muleta que lo justifica todo, incluso el exterminio del otro. Pero de lo que se trata sobre todo es de identificar al enemigo: los judíos, los comunistas, los yanquis, los infieles, los musulmanes, los homosexuales suelen ser las víctimas propiciatorias de este tipo de ideologías paranoides, peor aun si los gobernantes de un país abrazan este tipo de axiomas como forma de control político, algo muy socorrido y sobre lo que ya Hitler nos instruyó sobre manera apoyándose en su ministro de propaganda Goebbels. Un país entero puede ponerse a pensar y creer que los judíos eran el enemigo a exterminar (en aquel momento en Alemania).

4.- La violencia como arma política.- No cabe duda de que nuestra especie va evolucionando en el sentido de una menor agresividad del mismo modo que a una gracilización de las formas anatómicas que van abandonando la tosquedad de nuestros ancestros y virando hacia la neotenia y la feminización. Este proceso ha sido llamado «síndrome de domesticación». se trata también de una gracilización de las creencias.

Naturalmente no todas las religiones han seguido este proceso que es atribuible al cristianismo, algunas de ellas como el islamismo o el judaísmo ortodoxos se resisten a este cambio, algo que el propio Rudolf Otto ya predijo en su libro Lo santo. Lo racional y lo irracional en la idea de Dios. Pero Otto también reprocha que el racionalismo religioso no entiende el aspecto irracional de la idea de Dios, que llama «numen» o también «lo sagrado». Santo, sin embargo, es más que racional, y más que bueno. Es mysterium tremendum, pavor numinoso que trasciende las categorías morales y se resiste a los intentos de domesticación. En este sentido la vida humana es sagrada.

En realidad para hablar de terrorismo es necesario que se cumpla este requisito (el 4) pues terrorismo es «el uso sistemático del terror para coaccionar a sociedades o gobiernos, utilizado por una amplia gama de pseudoorganizaciones políticas en la promoción de sus objetivos, tanto por partidos políticos nacionalistas y no nacionalistas, de derecha como de izquierda, así como también por corporaciones, grupos religiosos, racistas, colonialistas, independentistas, revolucionarios, conservadores y gobiernos en el poder».

Dicho de otra manera: mientras que hay sociedades y culturas en las que la violencia es inadmisible e inmoral, otras siguen creyendo -basadas en esa idea irracional de Dios de la que hablaba Otto-, que cualquier medio es legitimo para imponer a los demás su verdad. Salirse con la suya está legitimado por sus propias creencias irracionales.

5.-El papel de las sociedades mediáticas.- No cabe duda de que el objetivo de un grupo terrorista es amedrentar a la población diana que ha escogido para amedrentar y no cabe duda de que la publicidad sirve a dos propósitos fundamentales, el primero para divulgar su razón y su causa. Sin propaganda nadie sabría siquiera cuales son los propósitos de estas personas y en segundo lugar, la publicidad sirve para captar nuevos seguidores, nuevos acólitos a su causa.

Pero la publicidad tiene a su vez un lado perverso pues puede generar actos terroristas por sí misma, del mismo modo que puede generar crímenes domésticos o gamberradas simples como podemos observar en algunos videos publicados en youtube. De lo que se trata es de epatar, de sorprender, de espantar si cabe, lo que nos lleva al ultimo item, el papel del grupo.

6.- El papel del grupo.- Todo acto violento tiene dos aspectos, uno relacionado con el propósito político, de simple depredación, religioso o publicitario que a un individuo concreto le inspira y que suele estar relacionado con el «sentido de misión paranoide» o con el mesianismo. No olvidemos que detrás de muchos actos violentos se esconde un sentido moral todo lo irracional que se quiera pero moral a fin de cuentas. Pero no debemos olvidar la función del marketing de grupo, uno comete actos atroces para ganarse el respeto de los miembros de su grupo, aquellos que comparten su finalidad paranoica. Publicitarse es una estrategia para ganar visibilidad y medrar dentro del grupo de iguales. A ver quien es el más malo, el más retorcido, el que consigue pensar y llevar a cabo el acto más monstruoso. Una competición de atrocidades para ganar reconocimiento.

En conclusión, no hace falta ser un psicópata para degollar infieles, basta con pertenecer a una cultura donde la vida humana carece de ese hálito sagrado y donde las ideas irracionales sobre Dios prevalecen aun en la población que pertenece a esa cultura. Por otra parte existe también un terrorismo de Estado, más fácil de explicar pues en cualquier caso trata de amordazar la disidencia y aun: existe otro «terrorismo de autor» que suele ser un modo de expresión de una persona que sufre alguna patología mental, me refiero sobre todo a los terrorismos xenófobos como este del noruego Brevik y otros más enloquecidos aun como este caso que cité en el antibatman.

El arte del «ninguneo»

ninguneo

Cualquier psiquiatra o psicólogo que trabaje en una unidad ambulatoria recluta sus pacientes más numerosos entre una nube de quejas que proceden del mundo laboral.

Es lógico que asi sea, puesto que la mayor parte de los conflictos humanos proceden de la familia y del ámbito laboral descontando los conflictos metafisicos como los de la identidad, la muerte o el amor.

Lo conflictos del mundo laboral proceden de varios frentes:

  • Conflictos de intereses o de rivalidad
  • Conflictos derivados de la precariedad laboral.
  • Conflictos derivados de la presión de los jefes.
  • Conflictos de liquidación y mobbing.

Voy a referirme en este post a estos últimos: los que proceden de la liquidación, prestando una mayor atención al mobbing sutil que es probablemente el más usado en las administraciones publicas, es decir entre funcionarios.

Es usual que los pacientes vengan a la consulta contando una historia similar a ésta: «trabajaba en una empresa A que es absorbida por una empresa B, en el tránsito de una a otra se pierden cometidos y años de experiencia que se desparraman en los desagües del desinterés», pero ahí no termina la cosa, la empresa B no se limita a amputar responsabilidades sino que tiene en mente liquidar a la mitad de la plantilla a fin de hacer a la empresa «sostenible». Nótese que la semántica utilizada no hace nunca referencia a recortes o despidos sino a lograr que la empresa logre sobrevivir. ¿Quién puede oponerse a eso?

Algo que consigue llevar a la víctima a una situación de indefensión. Si me opongo seré despedido por no colaborar con los planes de la nueva dirección y si no me opongo seré igualmente maltratado para que me vaya por mi propio pie. La indefensión es una situación psíquica crítica que no es en sí misma una enfermedad pero está en la base de múltiples patologías y trastornos por adaptación o por estrés como se dice ahora.

La indefensión aprendida (learned helplesness), actualmente se usa como modelo de depresión en ratas para la experimentación de nuevos fármacos antidepresivos. Se trata de un concepto fácil de comprender y de inducir, tanto en ratas como en seres humanos y consiste en: aprender que a pesar de nuestros esfuerzos determinada situación no puede ser cambiada, lo que genera un estado de indefensión y desesperanza que nos hace vulnerables a casi cualquier cosa.

Dicho de una manera más clara: la mayor parte de los pacientes que vemos en la consulta no están enfermos sino que viven situaciones perversas inducidas por sus superiores o por sus iguales, algo que recibe el nombre de mobbing.

De lo que se trata es de vencer las resistencias del trabajador obligándole a que deje el trabajo por propia voluntad o que desfallezca y se convierta en un monigote al servicio de la empresa, o de un chivato.

De todas las técnicas conocidas de presión sutil la más conocida es el ninguneo.

Ningunear a alguien es según la wiki en primer lugar, significa no hacer caso de alguien, no tomarlo en consideración y, en segundo, menospreciar a alguien.

El propósito del ninguneo es socavar la autoridad de alguien por miedo a su competencia profesional o a la disidencia intelectual. Y el patrón de los ninguneados es sin duda el intelectual español Miguel de Unamuno que fue ninguneado por los tres regímenes en que se vió envuelto durante su vida universitaria.

Es el método preferido entre los gerentes de cualquier lugar jerarquizado. De lo que se trata es de neutralizar a los jefes y mandos intermedios a fin de conseguir una masa homogénea, un rebaño al que poder controlar mejor.

Antes de seguir adelante en una descripción operativa del ninguneo me gustaría dedicar unas palabras al paradigma del control. Controlar una organización no sólo es el propósito de muchos gerentes positivistas sino que es además imposible. El flujo de información que recibe un gerente está siempre sesgado y procede de los chivatos y de los que albergan propósitos innombrables de promoción. El gerente que «escucha a todos» y cuyo «despacho está siempre abierto» ya está declarando sus intenciones escuchar «sin ton ni son» discriminando a los interlocutores de una organización.

Pero no sólo es la ignorancia de creer que una persona sola puede manejar todos los hilos, sino también la codicia de creer que el «divide y vencerás» sirve para cualquier cosa más acá de la guerra que Cesar inventó. Los gerentes en realidad están siempre sometidos a esta tentación: puentear el mando que no procede de él mismo a través de las informaciones que le llegan de abajo o de arriba, y eso sin contar con las filias y fobias a las que ningún gerente es inmune.

Digámoslo más claramente los jefes, los mandos intermedios molestan, pues son los nudos de la organización y los que acumulan no solamente mayor información sino una información histórica.

El temor del gerente es ser engañado por el mando intermedio, un horror primordial que lleva a la indefensión del propio gerente al sentir que no puede fiarse de nadie. Y si un gerente no puede fiarse de nadie, es un gerente caótico e ineficaz. Es mejor elegir aun a riesgo de equivocarse que mantener una neutralidad fingida.

Pero la ineficacia tiene múltiples procedencias, y el lector que quiera profundizar sobre esta cuestión puede recurrir a este libro de Alejandro NIeto, donde explica como ser un buen gerente y las buenas prácticas para tener un buen gobierno.

desgobierno

Uno de los errores más frecuentes está relacionado con su forma de trabajar. Ya me referí más arriba a esa manía de recibir a todo el mundo que parece ser el paradigma políticamente correcto. Una costumbre que no lleva a ninguna parte salvo a la obtención de múltiples narrativas contradictorias entre sí.

El buen gerente no recibe más que las visitas precisas, se reune la menor cantidad de horas posibles y se dedica a apoyarse en aquellos que saben más que él en temas organizativos o clinicos si estamos hablando de un Hospital. Aquí en este articulo de Alejandro Nieto (publicado en 1988) podemos ver las torpezas que las administraciones han tenido con los médicos y cómo la situación ha ido empeorando con el tiempo.

Es cierto que el gerente no ha de fiarse de todo el mundo por igual, hay quien tiene intereses espúreos, económicos pero también legítimos, pero no tiene más remedio que elegir y discriminar guiándose por su intuición de quién es quién en una organización. No todos son vagos o corruptos entre los trabajadores y todos, eso si. acumulan varias decepciones a lo largo de su vida laboral, suficientes como para no fiarse del ultimo gerente y mucho menos de aquellos que siguen directrices políticas.

De manera que la confianza ha de ser bidireccional y los gestos son muy importantes. Los gestos valen tanto como la gestión pura y dura en relación con la confianza que es siempre algo irracional. Si un gerente se salta la linea jerárquica de un determinado departamento ya está gesticulando, ya sabemos por donde va a ir.

Al socavar a unos se empodera a otros de una linea jerárquica más baja, se consiguen así nuevos apoyos y delaciones pero socava toda la linea de flotación de la organización.

Además el buen gerente ha de tener apoyos en quien depositar sus decisiones para que se ejecuten. El mayor cáncer de una organización son los rumores y los «macutazos» entre el personal: una distancia demasiado grande entre una decisión y su puesta en marcha genera desconfianza e incertidumbre.No hay que difundir rumores ni dar tiempo a la rumorología, hay que ejecutar lo importante primero, hay que saber priorizar no olvidando que lo que parece urgente no es lo más importante y que mantenerse en el cargo carece de interés para la organización. Nadar y guardar la ropa no es una buena estrategia.

Hay que comprometerse y buscar compañía para ese camino tan difícil y lleno de contradicciones que acompañan la gestión, sobre todo de lo público.

¿Qué hacer si se siente ninguneado?

Si usted se siente ninguneado, es decir menospreciado, maltratado o que no se le corresponde con la autoridad que usted merece lo primero que ha de hacerse es intentar clarificar estos extremos. Se trata de una primera intentona ética, a partir de la cual pueden suceder dos cosas: que sigan ninguneándole o que mejore la situación.

Lo más probable es que lo sigan haciendo pues ya he dicho más arriba que aquellas personas fascinadas por el control rara vez delegan su autoridad en otros y se dedican a vampirizar la suya, la que le corresponde por méritos propios.

No caiga nunca en la trampa de la indefensión, tampoco del victimismo y sobre todo no se coja la baja.

Trabajamos en ambientes tóxicos y es por eso que las consultas de los psiquiatras están llenas de víctimas del entorno laboral. No es necesario que haya mobbing, basta con que consigan que usted se sienta ninguneado por sus jefes.

Lo que suele ser la norma.

Recuerda: La falta de propósito representa el exacto punto intermedio entre el deseo de evitar y el de incitar.

Vírgenes, cuevas y niños

coves    cueva

Lo que el lector tiene en sus manos (si compra este libro en papel) no es una novela, ni un ensayo sino un trabajo de investigación historiográfica, un reportaje sobre un hecho insólito acaecido en 1947 en Coves de Vinromá, provincia de Castellón a cargo de Jose Calvo Segarra periodista de pura cepa. Un documental como diríamos hoy que sin embargo, puede leerse casi con la amenidad de una novela aun no siendo ficción, pues la ficción y la realidad a veces se encuentran tan próximas que incluso puede aparecer como sustitutos la una de la otra. La realidad tiene la misma estructura que la ficción.

Coves de Vinromá era en la época un municipio con más habitantes que en la actualidad, algo que puede explicarse por la emigración de la población desde el campo a la ciudad. Pero en 1947 recién terminada la guerra civil Coves era un lugar inhóspito que encerraba a casi tres mil personas que, casi todas ellas vivían de una tierra esquilmada tanto por la guerra como por las bajas temperaturas y la agricultura de secano.

raquel

Allí, una niña de 10 años llamada Raquel e hija de un telegrafista represaliado por el franquismo, fue la actora de un hecho insólito: una aparición mariana que nunca fue legitimada por la Iglesia a diferencia de Fátima o Lourdes que también tomaron como objetos mediadores a niños. No deja de ser curioso que estas apariciones siempre acaezcan en esos lugares casi sagrados llamados “cuevas” y que lo hagan a través de niños, es como si la Virgen (pues siempre es la Virgen quien se aparece), prefiriera esos espacio mitológicos (cuevas, fuentes, cruces de caminos) donde antaño reinara Hermes (Mercurio) el Dios de los viajantes y los ladrones, el Dios mediador entre lo divino y lo humano: allí donde existe aun una cruz en ese cruces de caminos está Hermes presidiendo la escena.

No cabe duda de que gran parte del éxito de la religión cristiana procede del hecho de haber santificado a la mujer a través de la Virgen María. No hay ni un solo pueblo en España que no tenga al menos su propia Virgen, su propia patrona, a veces coincidiendo con un patrono masculino. Cada virgen no es sino una subjetivación de un culto ancestral de las deidades femeninas paganas, muy queridas por el pueblo llano como mediadoras, una tarea hermética que tiene su origen en la historia clásica de Hermes el psicopompo. El sincretismo que propició el cristianismo a través de la romanización es la clave de nuestra cultura y lo que nos diferencia del islamismo y del judaísmo –las otras religiones monoteístas que florecieron en las culturas del desierto-, religiones por así decir masculinas y orientadas hacia la sumisión hacia Dios.

Raquel era pues un psicopompo, la mediadora entre lo sobrenatural, aquello que no puede verse y el mundo tangible de la enfermedad, el hambre y la miseria. Es interesante señalar que la primera “aparición” o “visión” de Raquel no fuera en la citada cueva sino en su propio domicilio. Y más interesante aun desde el punto de vista psicológico es que tal visión se produjera al despertar.

Las alucinaciones que se producen al dormirse o al despertar son muy frecuentes en los niños y son fisiológicas, es decir no son patológicas. Las primeras se llaman hipnagógicas y las segundas hipnopómpicas y casi siempre son imágenes parásitas que quedaron adheridas al inconsciente infantil por el impacto que causaron cuando se visionaron. Dicho de otra manera la imagenería del sueño tanto en la primera fase (adormecimiento) como en la final (despertar) se nutre de imágenes ya vistas por el niño.

Concretamente lo que vio Raquel fue a una mujer vestida con una túnica y cuyo pecho estaba atravesado por varias espadas o cuchillos. A lo que la madre la hizo exclamar:

  • Es la Virgen de los Dolores.

Sin saberlo, la madre de Raquel estaba legitimando la visión como algo genuino. No le dijo “eso es un sueño”, o “lo has imaginado” o cualquier otra cosa sino que mas bien le “dio el visto bueno” a su visión. No es de extrañar que una inteligencia vivaz y bien despierta como la de Raquel siguiera añadiendo imágenes, ora de hombres (santos), otras de mujeres similares a aquellas que su memoria guardaba copia por la impresión que causaron en ella. Y no cabe duda de que la fuente de su información eran estampitas. Y no cabe tampoco ninguna duda de que Raquel siguió con su juego hasta llevarlo al paroxismo, pues bien pronto comenzó a recibir mensajes de estas imágenes.

Estos mensajes no deben catalogarse como alucinaciones auditivas sino más bien a diálogos internos que la propia niña mantenía con esos “alter egos” que veía a través de su imaginación. Imágenes que fueron complicándose y creciendo en intensidad y complejidad quizá acrecentado por los que fueron testigos de las mismas, seguramente el cura del pueblo que fue uno de los que creyeron literalmente en sus premoniciones y apariciones. Entre los descreído estaba su propio padre y desconocemos el papel de refuerzo que la madre y el vecindario fueron dando a esta historia que comenzó a propagarse como un meme.

Un meme es una idea contagiosa, algo que como los virus se propaga de persona a persona, el meme es como la unidad de información y se parece al gen que es la unidad de información hereditaria en clave material. No cabe duda de que en aquella época el meme religioso tenia mucha disponibilidad al contagio, igual que hoy sucede con otros memes como el de la delgadez o el del rechazo de la corrupción. No hay meme más contagioso que el religioso, si bien el meme principal por el que la religión obtiene su éxito es el de la inmortalidad. Una religión que no defendiera la idea de otra vida después de la muerte no tendría ningún éxito pues es la religión la única disciplina que llena de sentido al gran sin sentido humano: desaparecer.

Las apariciones marianas siempre unidas a la curación de los enfermos explican el fervor y el sacrificio de todos aquellos que acudieron aquel primer día de Diciembre a les Coves para presenciar el milagro que Raquel prometió.

El libro de Calvo Segarra hurga precisamente en esas curaciones milagrosas –que quedaron registradas documentalmente- y otras no tan milagrosas que se suelen producir siempre por sugestión, esa forma de conmoción psíquica que se produce en presencia de algo extraordinario. Dejaré al lector libre para opinar después de haber leído los testimonios que Calvo Segarra ha podido rescatar de aquellas “curaciones”.

Raquel fue examinada no sólo por varios médicos sino también por Marco Merenciano, un psiquiatra de Valencia que regentaba un manicomio y que al parecer mantuvo una relación con Raquel a largo plazo. Observó con buen juicio clínico que la niña no padecía enfermedad mental alguna y que más allá de eso era una niña más inteligente de lo usual en aquella época de bajos niveles de instrucción, despierta e inocente sin ningún atisbo de que aquel “montaje” respondiera a algo premeditado o manipulativo.

Todo parece indicar que “la neurosis colectiva” se impuso a la imagenería individual y que un conjunto de casualidades y de “confesiones” de la niña dieron lugar en el imaginario colectivo a buena parte del prodigio. Hago notar además que en aquella época no había Internet ni casi periódicos, solo radio y teléfono. Uno no tiene más remedio que suponer que el “boca a boca” se encargó de viralizar la noticia de que en Coves de Vinromá había sucedido un milagro y que en este sentido puede considerarse que la expansión de la noticia fue un éxito de la diseminación de un meme concreto.

Vale la pena leer el libro de Calvo Segarra para ver como los poderes de la época se afanaron en negar y prohibir hasta donde pudieron que se concentraran en aquel pueblo los cientos de miles de personas que acudieron allí en busca de curación o alivio para sus males o al menos para ver de cerca en la Virgen, esta vez sí, en la cueva, el lugar donde siempre entre penumbras aparecen las vírgenes. Nada de esto sucedió pero poco importa, los que allí se concentraron aun hablan maravillas.

Es interesante señalar como evolucionó la familia de Raquel. Todo parece indicar que el fenómeno de las apariciones pasó factura en aquella familia, primero porque hubo de esconder a la propia Raquel y alejarla del pueblo, para aislarla de la procesión casi diaria de personas que acudían a su casa para verla o tocarla. Más adelante porque el padre fue destinado a Barbastro, el régimen parece que aprovechando la circunstancia le rehabilitó. La madre murió y el destino de la familia se saldó con la tragedia, la ruptura y la desunión.

Porque tal y como dice Virgilio, a los dioses no se les puede mirar de frente, sólo de espaldas mientras se alejan.

Jose Calvo Segarra 2015: «El misterio de El Miracle de les Coves». Antinea.