Lenin si pudo
Dicen que esa división entre izquierda y derecha políticas fue un invento de la Asamblea francesa y un poco arbitrario por aquello que los que están a mi izquierda son partidarios de la República y los que están a mi derecha (los nobles y el clero) son partidarios del rey. Lo cierto es que esta clasificación se presta a muchos equívocos y falsificaciones históricas, si bien todo el mundo estará de acuerdo en una cuestión: las izquierdas son más simpáticas que las derechas, tanto es así que a algunos partidos y movimientos ciudadanos de corte izquierdista e inspiración anarquista se les da el nombre de extrema derecha o simplemente antisistema un poco por no ensuciar el mito de la izquierda buena.
Un poco por pereza, por la pereza de pensar.
Es algo que podemos haber visto recientemente con este asunto de las elecciones europeas, la victoria de la extrema derecha en Francia ha sido calificada por todo el mundo como un desastre, como un peligro, algo asi como si esa victoria anunciara guerras y desastres, un poco como el moro Muza agitaba nuestras mentes infantiles cuando no éramos buenos del todo. Personalmente no consigo ver donde está el peligro de que gobierne un partido u otro si al fin y a la postre todo el mundo sabe que el mundo no lo gobiernan los politicos sino el dinero.
Pero lo peor no es usar a la señora Le Pen como sustituto de otros temores más próximos (nunca entenderé el horror y el odio a los judíos) sino que no entiendo por qué el frente Nacional es un partido de extrema derecha si -como todo el mundo sabe- tanto Hitler como Mussolini habían sido en origen socialistas o sea de izquierdas.
Del mismo modo dicen que «Podemos» es un partido de extrema izquierda, cuando en realidad el fenómeno le Pen y el fenómeno Pablo Iglesias son fenómenos parecidos y tienen poco que ver con estas distinciones escolásticas derecha-izquierda, se trata más bien de fenómenos relacionados con el hartazgo y con el culto a una imagen concreta: la gente se ha cansado de los partidos convencionales y se ha cansado con razón. No se ha cansado de la corrupción por sí misma sino del mal reparto que se hace de la corrupción, es por eso que en Andalucía han vuelto a dar el apoyo al viejo PSOE. Algo que ha encumbrado a una tal Susana que ni siquiera se presentaba a estas elecciones y que va a recoger los frutos de un éxito que se le cuelga a ella un poco por la pereza de buscar un líder mejor. Y es que las lecturas que de los procesos hacen estos politicólogos orgánicos es deplorable. Si alguien cree que esa Susana puede ilusionar a alguien está dormido o sueña.
El que si ilusiona es Pablo Iglesias, un demagogo, si. Pero un demagogo que dice verdades incuestionables. Susana le dura a este medio round y el PSOE se la va a jugar si no se aclara pronto ese lío de la sucesión de Rubalcaba. El PSOE debería aprender algo de Iglesias: los líderes no se eligen en Congresos, se imponen con una jugada maestra como Felipe Gonzalez se impuso en una reunión de amiguetes en Francia, cuando Franco aun vivía.
Todo esto de «Podemos»a a mi me parece una obra de ingeniería política, una especie de experimento social que acabará como todos los experimentos sociales, muy mal o muy bien según se mire. No por comunistas recalcitrantes hay que rechazarlo, pues eso es precisamente la democracia, ese lugar donde cualquier idea se admite si no va envuelta en los aceros de la violencia. Si la mayoría española quiere ser comunista pues que les voten y los demás nos adaptaremos o nos exiliaremos, ya se verá. Ahora bien, «del dicho al hecho hay mucho trecho», y la simpatía y las buenas ideas hay que ligarlas luego en la realidad con el mundo exterior, más concretamente hay que proyectarlas en un escenario concreto: Europa. Ese es nuestro escenario, y una sociedad liberal y capitalista donde el dinero va a seguir haciendo de las suyas, unas bien y la mayoría mal. Pero no parece que en el mundo haya ninguna alternativa a esto del dinero, al menos de momento y hasta que no se imponga el bitcoin.
En realidad lo de Pablo Iglesias es teoría comunista pura y dura. Un poco lo mismo que hizo Lenin cuando se puso al frente de la revolución rusa. ¿Es que creen ustedes que Lenin estaba en Rusia cuando la revolución de Octubre?. Nada de eso, estaba en Suiza estudiando todos los modelos revolucionarios que habían existido en el mundo, andaba escribiendo algo así como una tesis. Se puso al frente de la revuelta cuando ya se había iniciado: sabía que sin un liderazgo claro y un objetivo, las revoluciones se transforman pronto en asonadas pues cada cual hace la revolución por una cosa bien distinta. Del mismo modo Iglesias que es profesor de ciencia política de la Complutense emergió precisamente a raíz del descontento social provocado por la crisis económica, pero necesitaba un movimiento y este movimiento fue el 15-M, la llamada spanish-revolution de la que hablé aquí. Ahora aquel movimiento ciertamente simpático y algo ingenuo ya tiene líderes. Y ha perdido la ingenuidad.
Y no crean ustedes que estos líderes son cualquier cosa o que están locos y no saben de qué hablan. No. Aqui en este articulo pueden ustedes leer sus curriculums en corto y ver la estructura de este nuevo partido. Todos se han abalanzado contra ellos, lo que demuestra la debilidad del sistema que les teme. Personalmente creo que los partidos tradicionales tienen los días contados y los tienen porque carecen de ese espíritu critico que Iglesias demuestra en su discurso. Otra cosa sería una sociedad gobernada por estas personas pues todo el mundo sabe que este tipo de regímenes solo pueden mantenerse por la fuerza y es por eso que se les llama totalitarios.
Nada es nuevo bajo el sol, y ya sabemos como acaban estas experiencias revolucionarias aun por las urnas (Hitler mismo llegó al poder de forma democrática) lo que a mi me parece interesante y de alguna manera fascinante es la deriva que van a acometer los partidos que Iglesias denomina «La casta». ¿Que harán? de momento no parece que hayan entendido nada y algunos como el PP se han vuelto sordos y ciegos.
Del mismo modo que no puede entenderse el ascenso de Hitler al poder sin conocerlos entresijos de la república de Weimar, tampoco entenderemos el ascenso de grupos de extrema izquierda o derecha sin entender el divorcio que existe en las sociedades europeas entre los discursos de sus clases dirigentes y los ciudadanos. Y no parece que eso vaya a cambiar. De modo que le auguro a «Podemos» un futuro político excelente, ya veremos que hacen cuando chupen nómina.
Vean, vean.Es muy ilusionante la verdad mientras se mete con los políticos profesionales y sus prebendas, ¿pero qué haremos cuando se meta con nosotros?
«¿Pero qué haremos cuando se meta con nosotros?»
Redoblar el tambor desde debajo de la tribuna.
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[…] ¿Podremos? […]
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¿Quiénes?
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Sannio es un enlace a algun post y no dice quienes, por eso es más una consigna que una propuesta politica
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