
Es difícil definir qué es una familia a pesar de que todos estamos «familiarizados» con el sustantivo. Todos tenemos -pertenecemos- a una de ellas pero si alguna vez se ha preguntado usted qué es eso de la familia se habrá encontrado con el mismo problema que yo tuve recientemente cuando me invitaron a formar parte de una mesa redonda donde se habló de la familia, la infancia y los trastornos alimentarios.
Dado que era el moderador de la mesa y a los moderadores se les da la venia para que hagan una introducción al tema que va a debatirse, tomé algunas notas sobre una definición de familia. El caso es que mientras pensaba en esa cuestión caí en la cuenta de que era imposible dar una definición operativa y lo es porque las definiciones operativas siempre dejan algo fuera de sí mismas, son por asi decir demasiado concretas, tan concretas como cuando pensamos en ella, lo que nos viene a la cabeza es la familia propia, pero no su abstracción. Es como el DSM, al ser ateórico no termina de resultar lo suficientemente inclusivo ni abarcativo de toda la diversidad clinica.
No obstante hay dos criterios por los que podemos empezar: se trata de 1) el parentesco y 2) la convivencia. En una primera aproximación es posible afirmar que familia es aquel grupo de personas que conviven y que además de eso mantienen entre sí algún vínculo de parentesco. Obsérvese como esta definición deja afuera a los miembros que ya no conviven con el nucleo familiar y que no obstante siguen siendo familia, ¿o no?
La familia es desde luego un hito de la organización social, una institución con un enorme prestigio que es utilizada metafóricamente por sociedades que no son familia, por ejemplo la «familia barcelonista» o la «familia socialista» es como si estas comunidades de personas tomaran prestado el titulo de «familia» para señalar su «fraternidad», una comunidad de intereses o de gustos, sean gastronómicos, políticos, deportivos, empresariales o incluso relativos a los lobbyes o ciertos grupos de presión.
Y sin embargo no podemos rotular sin más a la familia como un lugar donde se practique la fraternidad sino más bien todo lo contrario: los conflictos entre hermanos o parejas entre sí son más frecuentes que la armonía universal que proclama la palabra «fraternidad». Las envidias, celos, deudas emocionales y rencores eternos son la norma entre esa clase de familiares que llamamos hermanos, por no hablar de los frecuentes conflictos que surgen entre las parejas y que acaban en divorcio.
Lo que si es cierto es que en las familias se practican una serie de conductas mal vistas políticamente e incompatibles con nuestra idea de la democracia que son los nepotismos. Lo cierto es que yo quiero más a mis hijos que a los de usted por más que la «fraternidad» invoque mis deberes cívicos en sentido contrario. Casi que prefiero -si le hacen un ERE- que se lo hagan al hijo del vecino que al mio.
Claro que esta clase de nepotismo funciona solo de padres a hijos pero no de hijos a padres o de hijos entre sí. De manera que el nepotismo tampoco puede ser una clave para explicar qué es y qué no es una familia.
¿Son una familia dos hermanas que viven solas?
¿Es una familia un grupo de estudiantes que comparten un piso?
¿Son una familia una pareja que conviven con hijos de distintos matrimonios anteriores? ¿Una o dos familias?
¿Siguen siendo familia dos padres divorciados que no conviven juntos pero tienen hijos -ping-pong- en común?
¿Son una familia una pareja sin hijos?
¿Es una familia una pareja de gays o lesbianas que convivan con o sin hijos?
¿Es una familia la mujer divorciada que convive con sus propios hijos en un hogar monoparental?
¿Es una familia el viudo con hijos que convive con su cuñada como en la tia Tula?
Naturalmente el concepto de familia es tan confuso que tiene varias aproximaciones y/o definiciones: la biológica, la jurídica, la psicológica y la evolucionista. Pero ninguna de estas definiciones nos aportará nada de especial para comprender de una forma abarcativa en qué consiste una familia y que otras formulas de convivencia no son una familia.
Y es conveniente tener una buena definición pues de lo contrario, si no somos capaces de definir una familia, mal se nos presenta poder definir la disfuncionalidad, eso que los psicólogos llaman una familia desestructurada. ¿Cómo saber qué es una familia desestructurada si no sabemos definir su estructura?
En un post anterior me hacia estas mismas preguntas y aventuraba una idea evolucionista de la familia, las razones de su éxito, ¿por qué la familia se ha seleccionado positivamente en la deriva social de las formas de convivencia?¿Por qué se ha extendido a lo largo de toda la humanidad y toda la geografía?
Pues porque es la mejor estrategia de cuidado, protección y asistencia mutua que existe entre todas las formas conocidas de convivencia. Sirve para los niños, pero también para las madres y para los padres, todos salen ganando con esta estrategia de convivencia, al tiempo que garantiza a los hombres la «casi» seguridad de que sus hijos son sus hijos. Es bien conocida la aversión de los hombres a mantener hijos de otro, tanto como de las madres para cuidar los hijos de otra con la que no se encuentra emparentada. De modo que podríamos adelantar que existen ciertas condiciones para que esa estructura se mantenga en pie. Lo hará siempre que:
1) Aquella organización donde las distintas generaciones que la componen no se reproducen al mismo tiempo.
2) Aunque no están del todo exentos, la familia es aquella organización que se caracteriza, en relación con el resto de individuos que no la componen por una atenuación de las rivalidades sexuales, fundamentalmente entre los subsistemas parental y filial.
3) Y también la asimetría en la provisión de cuidados y aportes alimentarios, en el sentido de que el subsistema filial está exento de proporcionar tareas de aprovisionamiento de recursos de este tipo.
4) La hipótesis estructuralista: familia es aquel lugar donde se cumple la prohibición del incesto entre sus miembros.
Pero han de cumplirse otras condiciones puesto que si la familia no puede ser definida biológicamente, ni psicológicamente ni jurídicamente entonces hemos de apelar a lo abstracto. Efectivamente, las definiciones operativas no sirven porque no pueden atrapar el deseo individual. Si mi pareja tiene un hijo y yo lo repudio, entonces no somos una familia puesto que el fin de la misma ha quedado pervertido, si una madre no ama a su hijo no habrá posibilidad de que exista familia. De manera que para que exista una familia en el sentido más abstracto del término es necesario que se den ciertas condiciones simbólicas como lo es la paternidad.
A diferencia de la maternidad, la paternidad es simbólica (con independencia de que pueda serlo también biológica). Pero a la paternidad no se accede directamente sino a través de un umbral de deseo. Un umbral de deseo que no es propio sino de la mujer. Si la mujer no tiene una padre interno no tendrá un marido interno. El hombre viene siempre a ocupar un vacío, si ese vacío está ocupado o lleno por cualquier otra cosa, la paternidad no puede llevarse a cabo. Y sin paternidad no hay familia.
Tampoco sin una tercera generación, abuelos y abuelas y una generación paralela a los padres, tios y tias, primos y primas que extienden el lecho familiar más hacia afuera de sus propios limites hasta llegar a confundirse con la sociedad entera.
De manera que ya sabemos algo más de su estructura: en la familia se encuentran plegados campos de lo natural: la maternidad, el amor y el nepotismo y mimbres de simbolismos, el parentesco no biológico y la paternidad.
¿Falta algo más?
Si y también es de orden simbólico: dos sexos, actividad sexual y niños. Entonces si hay estructura.
Porque con el amor no basta, es necesaria la sexuación como plomada de la identidad y aunque ya hablé en un post reciente de que dos padres siempre serán mejor que ninguno, la familia tradicional es la mejor elección para criar hijos. Si faltan los niños (propios, adoptados o parientes cercanos) no es necesario que nos planteemos que es una familia y podemos volver sobre nuestros pasos en busca de la pareja.
Video de la mesa redonda «Familia, infancia y TCA) Valencia Noviembre 2013.
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