Imagínese que va a retrete, defeca en él y luego estira de la cadena y que en lugar de desaparecer sus excrementos, el WC le devuelve multiplicada la mierda de toda una semana.
Eso es la pulsión.
Siempre retorna.
La pulsión es juguetona, muda (afásica), infantil, ingenua, perversa e incluso obscena y siempre tiende a su satisfacción, si o si.
Como Harpo.
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