50 años ha tenido que esperar Peter Higgs para recibir el nobel de Física aunque estoy seguro de que su vida no cambió en un àpice por esta espera. A sus 84 años y siempre huyendo de las entrevistas y de los medios no ha tenido más remedio que claudicar y empezar a conceder entrevistas a los periodistas que se agolpan a la puerta de su casa. Y termina por dar este titular: «el bosón de Higgs ha arruinado mi vida».
Le creo.
Higgs es un físico teórico, es decir una persona que plantea hipótesis que en el momento en que se planteó (1964) no podían probarse, ha sufrido por ello ataques, desprecios y criticas desmesuradas, rechazos de sus papers y en cierta manera un exilio profesional. La ciencia es bastante tacaña con las ideas que no pueden traducirse en un experimento que las valide y aun así son de esperar grandes ataques a la metodología empleada, sobre todo cuando lo que se plantea es políticamente incorrecto, es decir cuando se enfrenta a las creencias compartidas por la población y sostenida por la ortodoxia y por los medios. Hasta Hawking se pronunció en contra del bosón de Higgs e hizo una apuesta (ya veremos si la paga). Otro autores se han apresurado a decir que el bosón de Higgs es «la partícula de Dios», algo que el propio Higgs rechaza.
En realidad el bosón de Higgs es una partícula que fue «pensada» para explicar la existencia de las demás, se trata de un dador de energía, de tiempo y de masa. Era necesario apelar al bosón para explicar el resto de las partículas y es por eso que Higgs inventó o imaginó el bosón y tuvo que esperar a que el CERN demostrara que su intuición era cierta a través de un carísimo experimento.
Ahora todo el mundo le canta su gloria pero Higgs ya no está para fiestas y sólo espera que le dejen en paz. «Soy demasiado mayor para escribir un libro» y además «No lo entenderia nadie, el concepto del bosón es demasiado técnico para que los comprendan personas sin formación en física».
Toca pues retirarse e iniciar el camino de vuelta que ya lleva años recorriendo en la soledad de su apartamento de Edimburgo donde se dedica a leer novelas y escuchar musica clásica. Un ejemplo de honradez, lucidez, desapego y humildad. Nada que ver con los popes de la ciencia. Y una apología necesaria de la creatividad de las ideas en estado puro, un físico teórico se dedica a imaginar conceptos, los del CERN a demostrar que ese concepto es algo real y tangible. Los empresarios de la tecnología a sacar aplicaciones a su invento. Cada cual a lo suyo: «quise ser ingeiero como mi padre, pero estaba poco dotado para lo práctico, a mi me gusta lo teórico».
Leyendo la entrevista que ha caido esta mañana en mis manos a través de «El mundo» he recordado a tantos y tantos médicos que han tenido una buena idea y que han tenido que esperar años en ver confirmadas sus intuiciones, mucho tiempo después de morir. Bayle por ejemplo ya sabia que las lesiones en el cerebro de los paraliticos cerebrales eran debidas a la neurosifilis, pero no fue hasta que Wasserman ya bien entrado el siglo XX puso a punto su test sanguíneo que pudo demostrarse que la espiroqueta estaba detrás del estropicio cerebral de estos individuos. Algo parecido sucedió con Pasteur que sabia que aquel hongo era bactericida o con el propio Cade y su descubrimiento del litio como fármaco activo en el trastorno bipolar.
El caso de Cade –del que hablé aqui, es paradigmático del divorcio o mejor la brecha que existe entre una intuición científica en forma de hipótesis y su demostrabilidad, algo que nos recuerda al famoso teorema de Gödel y la angustia que propone cuando dice: «es verdad porque es indemostrable».
Algo de lo que podrían dar fe tanto Bayle, como Higgs o el propio Cade. En realidad si hoy manejamos el litio en la profilaxis del trastorno bipolar es por una casualidad. Cade publicó sus hallazgos en una revista australiana de poca monta, quedaría por ver qué hubiera sucedido si hubiera publicado sus hallazgos en una revista de impacto. La casualidad procedió de Schou un medico danés cuyo hermano padecía un trastorno depresivo recurrente y buscando un remedio para aliviarle dio con el articulo de Cade. Fue él quien «demostró» que el litio era útil para el tratamiento del trastorno bipolar, pero no fue un camino de rosas, la ciencia oficial con sus desmentidos, pruebas en contra, la maldita revisión por pares y la constante alusión a la metodología y las muestras, mantuvo durante mas de dos décadas la sospecha -que hoy ya se ha desvanecido- de que el litio era en realidad ineficaz.
Dicho de otra forma la ciencia es a veces un obstáculo para que la ciencia progrese, es la tecnología la que va por delante de la ciencia precisamente porque hay beneficio directo.
No es de extrañar, puesto que la ciencia es en realidad una institución formada por personas concretas que tienen sus propios intereses -usualmente inmovilistas-, lo mismo pasa con los docentes (siempre se opondrán a las reformas educativas si les perjudican) o los jueces que siempre estarán en contra de abreviar los procedimientos y seguir fiando la justicia a la propia Justicia. Todos favorecen a los procedimientos, lo formal y es por eso que existe esa brecha entre la verdad cognoscible y las pruebas o evidencias acumuladas. Entre la culpabilidad notoria de un reo y su demostrabilidad o entre el fracaso de una ley educativa que favorece a ciertas personas y la imposibilidad de concebir una enseñanza que favorezca la excelencia.
Dicho de otro modo: la ciencia no es una buena disciplina para ocuparse de la subjetividad, algo de lo que hablé en el post anterior y sobre lo que volveré en el próximo después de este parón propiciado por el nobel de Higgs.
Y esto es precisamente la higgsteria: esa disociación entre lo que sabemos y lo que no queremos saber con la excusa de que no está demostrado. ¿Y si no fuera posible demostrar nada de la subjetividad? ¿estaba Gödel pensando precisamente en eso?
Para ver.-
Aqui hay un video subtitulado de una entrevista a Higgs.
¿Entonces la muerte y el amor son la metaempiria universal?
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Lo malo de la ciencia es también su salvación. Si no fuera por el método científico aún no atenderíamos con chamanes. No debemos abusar del metodo eso si no pasara lo anterior. En toda actividad humana existe esa contradicción.
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Muy buen artìculo,ya habitual en tí. Pero es obvio que exageras cuando dices que «la ciencia es un obstáculo para la ciencia» eso es generalizar y toda generalización es un error. Si han habido (y habrán) resistencias y rechazos eso es debido a la parte humana (y política) de los científicos,hasta cierto punto es «normal» pero eso no anula la parte histórica, que es la evolución de los conocimientos a través del uso racional del método científico (su apego obsesivo es otro problema) y la comprobación de las hipótesis. Tampoco estoy de acuerdo cuando mencionas o das a entender que la ciencia es dificil de aplicar en la subjetividad,bueno, puede ser complicado, es cierto pero entonces hay que adaptar el método al objeto de estudio ,que es la subjetividad,pero jamás renunciar a la ciencia con el argumento que «no es adecuado para estudair la mente»,eso nos haria retroceder justo en este momento en que los New age quieren ser protagonistas de ese campo. Saludos desde Lima.
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Las generalizaciones son sólo recursos literarios para hacerse entender.
Por otra parte la ciencia con sus disciplinas correspondientes se caracterizan por un «cierre categorial», quiero decir que es muy poco probable que podamos acceder a la subjetividad con las herramientas de la ciencia. Claro que hay otras disiciplinas que podrian ocuparse de ello, pero es la ciencia quien les cierra el paso acusándolas de no ser ciencia. Y eso no es un generalización, es es la norma.
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Y por hablar de la psico-logia aqui en este post escribi algo como el Logos puede en cierta manera obturar el conocimiento de sí.
https://carmesi.wordpress.com/2008/05/18/sin-logos/
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