El mito de la educación mixta

El sueño de una feminista sería conseguir demostrar que la preferencia de los chicos por los deportes violentos o de las niñas por las muñecas es una cuestión cultural. Ese es el concepto de igualdad que mantienen.

Hoy mientras venia al trabajo he escuchado en la radio una de esas tertulias donde se discuten los titulares de los periódicos y donde se abordan cuestiones relevantes para la opinión pública. Hoy le ha tocado el turno al tema de «educacion mixta o segregada». Mientras oia a los tertulianos posicionarse sobre esta cuestión he caido en la cuenta de que ya hace muchos años que se implantó esta práctica educativa «por ley». Dicho de otra manera el Estado legisló sobre este asunto imponiendo la fórmula de la coeducación y parecía que se había llegado a un consenso sobre el asunto.

No es que yo esté en desacuerdo con la coeducación, en realidad la doy por buena (aunque me gustaría que el Estado no se hubiera manifestado legislando sobre esta materia compleja que no admite más directrices que la libertad) pero hay quien no estará de acuerdo conmigo.

De manera que al llegar la hora del café he hecho una especie de encuesta entre mis psiquiatras y psicólogos y he llegado a una conclusión que es la que quiero aportar aqui y dejarla escrita para la posteridad líquida que nos espera.

1.- Hablar de esta cuestión no es pecado y cada cual puede sostener la opinión que quiera.

2.-Estar en contra de la coeducación no es ser un totalitario. Ser un totalitario es aquella actitud que prohibe que se hable de esta cuestión.

3.- La coeducación no tiene nada que ver con la igualdad puesto que la pedagogía de chicos y chicas ha de ser forzosamente diferente, al disponer cada sexo de cerebros y habilidades diferentes.

4.-La coeducación se considera una conquista del feminismo y una victoria para la mujer, lo que hace que no se pueda llegar a saber con «equidad» cual es la verdad sobre este asunto. Las mujeres suelen dar por verdadera la idea de que la coeducación es buena para todos. ¿Pero es esto verdad?

¿Lo primero sería averiguar a quién beneficia más la coeducación, a los chicos o a las chicas? Y una pregunta que quedaría colgando de ésta seria ¿Existe algun género perjudicado? Puesto que podria suceder que un sexo resultara beneficiado sin perjuicio del otro.

He escarbado por Internet y me he encontrado mucha ideología y pocos articulos cientificos de valor y más aún: he encontrado articulos que señalan  en direcciones opuestas, unos opinan que favorece más a las mujeres (los que más) y otros (pocos) que favorece más a los hombres.

Lo cierto es que la difultad para valorar estas cuestiones procede de la propia metodología de la investigación que se basa sobre todo en mecánicas estadísticas y lineales sin abordar el problema de fondo que es enredado y por definición caótico. Sería como preguntar ¿qué es mejor ser hijo único o tener hermanos? ¿Imaginan ustedes al Estado legislando sobre esta cuestión?

El Estado no debería legislar sobre estos temas porque no se ha establecido ni se establecerá nunca una regla que valga para todos. La respuesta es «depende de cada cual». Y no debería legislar imponiendo a los colegios la coeducación porque la educación mixta nada tiene que ver con la igualdad. Se trata de categorías distintas.

Lo cierto es que la coeducación se ha convertido en bandera de la igualdad por una cuestión bien comprensible: partíamos de un estado de cosas, allá por los años 50 donde la educación de las mujeres era bastante floja en comparación con la de los hombres.

Me eduqué en un instituto de enseñanza media publico donde habia aulas separadas de chicos y chicas. La opinión que teniamos de ellas es que eran «burras», «tontas» y deslavazadas o descoordinadas para el ejercicio fisico. Malas estudiantes y malas atletas, apenas sabian correr. No se trataba de un prejuicio de los chicos sino de la calidad de la enseñanza que recibían orientada hacia la baja exigencia y la compasión «eran chicas» -se decía-. De manera que no se partía de una situación de salida similar.

Es cierto que la coeducación mejoró este estado de cosas y es quizá por eso que el éxito que la coeducación ha tenido entre las mujeres les lleve a defenderla. Pero no es la coeducación por sí misma la que ha conseguido este estado de cosas, sino la mejora de la exigencia y de la calidad de la educación en las féminas.

Ahora se les exige lo mismo y ya no se las trata con la indulgencia con que antaño tratábamos a las damiselas. Es lógico pues que parezca que la coeducación haya favorecido a las mujeres y no sólo desde el punto de vista intelectual sino tambien en el fisico.

Aqui está la prueba. En los años 50 las mejores nadadoras eran las alemanas orientales, ahora tenemos una élite de mujeres medallistas que han terminado con aquella saga de muchachas melindrosas que se movian torpemente.

Pero tambien tenemos ejemplos de lo contrario: he aqui una muchacha que se educó en el mito de que la educación mixta es el paradigma de la igualdad.

O sea que depende.

Pero caeríamos en un error si consideráramos que estamos en un mundo feminizado donde las mujeres llevan todas las de ganar. Los éxitos deportivos de las atletas españolas en la Olimpiada de Londres no significan una hegemonía femenina en el deporte sino que el margen de maniobra de las mujeres era mayor por lo bajo de sus rendimientos en otros tiempos. Sin embargo parece como si los hombres hubieran tocado techo. Es lógico a fin de cuentas los hombres -la media de sus marcas- era más alta que en las mujeres lo que disminuye su posibilidad de mejorarlas. Algo parecido sucede con los rendimientos intelectuales sobre los que ya hablé en este post y que no voy a repetir.

Personalmente no tengo ninguna simpatía con el ministro Wert que ha sacado este tema de la coeducación como serpiente de verano para distraer al personal con la propuesta de seguir financiando a los colegios que opten por una educación específica segun sexos. Y llevando la contraria al tribunal supremo sobre la doctrina favorable a lo misxto que dicen algunos que está hasta en la Constitución.

Creo que los beneficios de la coeducación son un mito, aunque pudo resultar eficaz en un estado de cosas donde se partía de grandes diferencias educativas entre chicos y chicas, una etapa que ya ha sido superada. Y para los que no lo sepan diré que Finlandia está consdierado como el país con la educación más equitativa y de mejor calidad del mundo y es siempre pública. Pues bien, en Finlandia tambien se «discrimina» en el sentido de que cada colegio se especializa en una cuestión técnica, humanistica, atlética o naturalistica. Los padres eligen el colegio de sus hijos en función de sus habilidades y siempre a cargo del Estado que asegura una educación igualitaria que reposa en las diferencias de aptitudes de cada niño.

Y no se plantean como aqui sucede si estamos discriminando cuando se habla de estas cuestiones. Pues ninguna igualdad podrá alcanzarse negando las diferencias.

La discriminación es la coartada que utilizan los mediocres para seguir siendo un pais de mediocres.

18 comentarios en “El mito de la educación mixta

  1. «Que la pedagogía de chicos y chicas ha de ser forzosamente diferente, al disponer cada sexo de cerebros y habilidades diferentes» sólo vale, hoy por hoy, para una minoría. No es cosa tan evidente, como pudiera suponer alguno de ustedes. En un asunto como éste, de «igualdad» falsa, nada cuenta que la psicología evolutiva de base neurocientífica se haga eco de sustanciales diferencias en el el funcionamiento del cerebro de uno y otro sexo. Importa, por el contrario, exprimir el «mito» de que los seres humanos son todos iguales. Pregonar la igualdad de sexos ha dado frutos, pero los árboles están a punto de rebelarse contra la sobreexplotación a la que han sido sometidos. Al mediocre poderoso no le preocupa que un tipo raro, curioso e «insolidario» diga de él esto o aquello. Le interesa sólo el sentido práctico de su discurso y la posibilidad de perpetuarse en el Poder cuatro años sucesivamente prorrogados. Pero la cosa no queda ahí. No sólo «integran» a los sexos. También a personas con muy distinta capacidad discente; y no sólo en niveles educativos básicos o medios. Era el caso de un atribulado profe encargado de enseñar en cierta universidad pública española a estudiantes de habla inglesa un curso en español sobre ‘El pensamiento de Cervantes’. A los estudiantes no se les realizaba, previamente, ningún examen del nivel de comprensión de la lengua. Y así, en vez de enseñar con gusto y soltura, el pobre profe tenía que realizar juegos malabares para que los que no lo entendían. lo comprendieran, y para que los que dominaban la lengua no se rieran de él. El hombre se lamentaba de su suerte; pero sobre todo de sus escasas cuan torpes habilidades circenses. Y luego otro peliagudo dilema: ¿cómo evaluar a los estudiantes? Preguntó al director del curso, y éste le expuso la regla: «sólo puede suspenderse a quien no asista a clase; a los demás, por el hecho de asistentes, del 8 para arriba». Nuestro profe, que era curioso, decidió Investigar el porqué de aquella farsa y pronto descubrió el tinglado: a los responsables del programa les daba igual que en el aula hubiera estudiantes que no sabían nada de español junto a otros que hablaban bien la lengua y que. en añadidura, poseían bagaje de conocimientos previos sobre el asunto. Lo IMPORTANTE para quienes, por razones muy de peso, habían diseñado cursos de tan igualitaria forma era:

    a) Que no se quejaran los estudiantes de absolutamente nada.

    b) Que los estudiantes extranjeros continuaran afluyendo, año tras año, y pagando cierta importante cantidad de dinero a cambio del «prestigioso» certificado que se les otorgaba.

    c) Que dicho documento les era, en efecto, curricularmente útil.

    d) La regla del ‘Do ut des’ -«Doy [el certificado] a cambio de que lo pagues]»; y ambas partes contentas… O todo fin justifica los medios -¿les suena?

    Sí, ambas partes (= compradores y vendedores). El profesor del cuento (actor) y los estudiantes que habían tomado el curso por verdadero interés no contaban: eran despreciable minoría en el seno de una igualitaria mayoría.

    «La discriminación es la coartada que utilizan los mediocres para seguir siendo un país de mediocres». Y no les va nada mal, a ellos, por cierto. Pero ¿mediocres a secas o mediocres listos? Valga pues la moraleja:

    El beneficio propio no olvidad
    de la muy astuta mediocridad…

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  2. Que se trata de un postulado que no ha calado aún, a través de los ‘mass media’, en la mayoría. Sin duda porque a quienes controlan a la mayoría no les interesa.

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  3. A partir de mi experiencia personal como alumna de un colegio mixto y donde las materias se impartían por igual a niños y a niñas (en México) y también a través de mi trabajo clínico, puedo comentar, y se trata de algo muy sencillo más allá de teorías feministas o políticas, que este tipo de enseñanza le da al estudiante una visión mucho más amplia del mundo y refuerza los recursos para enfrentarse más adelante a la vida, integrandose mejor a una sociedad donde hay hombres y mujeres, todos con características similares o distintas, pero finalmente personas con las que tendrá que convivir.

    En la actualidad, y a pesar de los años transcurridos, sigo teniendo buenos contactos con algunos de los chicos y chicas que han sido parte de mi historia, y la diferencia de sexos, y otros atributos, sólo ha servido para enriquecernos más.

    De allí que el aprendizaje en los primeros años de vida es tan importante.

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  4. «Me gustaría que el Estado no se hubiera manifestado sobre esta materia compleja que no admite más directrices que la libertad», dice Traver. Si, como pienso, se está refiriendo a la libertad de los padres, debería aclarar cual es la razón por la cual no otorga esa consideración a los hijos (menores de edad, se entiende). La ley otorga a los padres ciertas decisiones acerca de sus hijos menores de edad, porque existe una asimetría entre lo que un adulto sabe y es capaz de alcanzar y lo que sabe y es capaz de alcanzar un niño, o un quinceañero o quinceañera. En el mismo modo que existe esa asimetría en conocimiento y discernimiento entre adultos y niños, existe una asimetria similar entre gobernantes y gobernados, y en virtud de esa asimetría se otorga a los gobernantes cierto poder de decisión sobre ciertos asuntos que afectan a ciudadanos particulares o a su prole. Ese poder se puede utilizar mal, y en no pocas ocasiones se utiliza mal, en el mismo modo que se puede utilizar mal y a menudo se utiliza mal el poder que la ley otorga a los padres sobre sus hijos. Ni en España, ni en casi ningún país, se reconoce a los padres la potestad de decidir si sus hijos recibirán clases de matemáticas (a pesar de que la utilidad de la mayor parte de las matemáticas que se enseñan en el bachillerato es también tema controvertido). Los centros publicos de enseñanza son de propiedad estatal, y es el Estado el que corre con los gastos de su mantenimiento y con el pago de los sueldos de sus empleados, por lo que está puesto en razón que tengan la decisión última sobre qué y como se enseña en ellos, y también es razón que tenga algo que decir sobre los centros concertados, que viven de los fondos públicos, aunque no sean centros de titularidad pública. Respecto a los centros privados, que se financian por sus propios medios, nadie les impide decidir sobre el asunto que aquí se considera. Cuando hablo de la asimetria en conocimiento y discernimiento entre gobernantes y gobernados no estoy queriendo decir, evidentemente, que los gobernantes sean superhombres, o que la buena fe en su actuación sea cosa que deba darse por supuesta; me estoy refiriendo al hecho de que tienen una perspectiva general de las cosas de la que el particular carece, y a que los medios de información y recursos de asesoramiento a su disposición son muy superiores. En el mismo modo que la posibilidad de que la necedad y la mala fe prevalezcan en un padre de familia sobre ese superior conocimiento y discernimiento que se le supone, no abole el principio de la patria potestad, la posibilidad -tantas veces manifiesta- de que el poder público esté en manos de necios o de malvados no determina que sea la mejor opción dejar que cada uno haga lo que quiera. Tampoco es verdad que el hecho de ser una materia controvertida imponga que la mejor respuesta sea dar libertad a los concernidos para que hagan lo que quieran respecto a ella; conforme a esa manera de razonar, si en el estado mayor de un ejército hubiera diversidad de pareceres sobre si se debe atacar al enemigo por el flanco derecho o conviene más hacerlo por el izquierdo, debería entenderse que el mejor partido es dejar que cada soldado decida si hace lo uno o lo otro, y las cosas, evidentemente, no son así. Hay razones que hacen deseable que exista cierta homogeneidad en cuanto a la educación que reciban los niños y muchachos de un determinado país, independientemente de la conveniencia que resulte del hecho de adoptar uno u otro sistema.
    La afirmación de que «el Estado no debería legislar sobre estos temas porque no se ha establecido que exista una regla general que valga para todos», revela una reflexión muy superficial sobre el asunto. Conforme a esa manera de razonar, puesto que no existe una regla general que valga para todos los delincuentes (en cuanto a las penas que son buenas para corregirlos e impedir que delincan), habría que concluir que las leyes que penan el homicidio no tienen razón de ser.

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  5. El Estado debe legisar sobre la calidad educativa y asegurar una igual educación para niños y niñas, pero no creo que esta igualdad pase por el hecho de estar todos juntos. habrá padres que preferirán que sus hijos se eduquen por separado y debe de existir esta posibilidad de elección. De eso iba el post

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  6. <>

    A mí no me parece, en absoluto «una reflexión muy superficial sobre el asunto», sino una afirmación contundente. Al cabo, entra en juego el concepto de ‘libertad’, y ahí sí que hay definiciones de toda índole para toda clase de… ideologías.

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  7. «Habrá padres que prefieran que sus hijos se eduquen por separado y debe de existir esta posibilidad de elección», dice Paco Traver. También los habrá que prefieran que sus hijos no reciban clases de matemáticas, ¿cuál es la razón por la que no se le puede cumplir el gusto a estos también? ¿Quién es el que decide que es lo que determina la calidad educativa sobre la que el Estado debe legislar?, ¿por qué excluye usted que la calidad de la educación pueda estar influida por el hecho de si los niños y las niñas están o no juntos? Yo tampoco suscribo las ideas dominantes acerca de este asunto (cuando menos los argumentos de orden moral que se esgrimen en su defensa, no los suscribo), pero de eso no deduzco, como hace usted, que ese sea asunto que deba dejarse a la decisión de los padres; quizás sea lo más conveniente, después de todo, pero , si es así, desde luego, no es por las razones que usted alega..
    Y una cosa más: la libertad de educar por separado ya existe en centros privados no concertados, sin que nadie la reprima. No es este el único campo en el que la carencia de recursos económicos impone restricciones respecto a lo que uno podría querer para sí o para sus hijos, ¿por qué esta restricción, en particular, viola el principio de igualdad, y no lo hacen, por ejemplo, las restricciones que impiden a los pobres comer caviar o viajar en limusina?.

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  8. Desde mi punto de vista. lo mejor es educacion mixta, chicos y chicas en la misma clase, pero con 10 alumnos máximo por clase. habran clases que habrian chicos y chicas, en otros temas habrian solo chicas y en otros solo chicos, pero por asunto dedemandas de los estudiantes debido a las preferencias de temas a estudiar, no por decisiones sexistas. La eficiencia del batacazo no tiene nada que ver con la eficiencia de la observacion.

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  9. Ahi está precisamente el asunto JJ, que a mi la separación por sexos no me parece sexista, del mismo modo que tampoco es discriminatorio que existan centros de alto rendimiento deportivo donde solo van los que apuntan condiciones. No es discriminativo que yo no pueda correr los 100 m en emnos de un 10 segundos, simplemente no está a mi alcance como tampoco ir a Harvard. Por otra parte es muy posible que la coeducación beneficie a ciertas personas o géneros y perjudique a otras y otros. Y lo digo como posibilidad puesto que tal y como están las cosas de politizadas el orden imperante no se puede tocar, y tampoco podemos hablar de ellos. Es tabú.

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  10. Para «Sannio 10»:
    Que una afirmación sea contundente no significa que no pueda fundarse en una reflexión superficial. y esta que yo comento revela estarlo. La inexistencia de una regla general válida para todos es la norma, no la excepción, en todos o en casi todos los campos de la vida, y, si asumimos que de la inexistencia de una «regla general que valga para todos» se sigue que el Estado debe abstenerse de legislar, ¿acerca de qué puede legislar el Estado entonces? Lo que del Sr Traver he leído en este blog, no me revela que sea un anarquista, por más que se manifieste a favor de un Estado poco intervencionista, y si no es el anarquismo la ideología desde la que se define el concepto de libertad, ¿qué «definiciones de toda índole» son esas de las que usted habla, bajo las cuales se pueda rebatir lo que en mi comentario respondo a Traver sobre este asunto?

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  11. <<>>

    El “tabú” de la tribu dominante… Pero sí, así es. De momento, podemos alegrarnos de que el igualitarismo omnipresente no nos obligue a correr los cien metros lisos en diez segundos por aquella “verdad absoluta” de que todos nacemos con las mismas capacidades. En cuanto a Harvard, no creas que ganarías gran cosa; salvo conocer, claro, a alguna persona que merece la pena. Te lo asegura un antiguo profesor de tan venerable ‘corporation’ que tuvo acceso, durante años, a buena parte de lo que se oculta tras el espejo. Pero ¿podrían medrar unos y otros y otros y otros sin embozarse en el basto y mágico paño de los mitos? El anillo de Giges, el lecho de Procrusto,* la Tierra de Jauja y Cucaña… Aún sonrío recordando al difunto Supermán cuando dio allá una conferencia.

    * http://es.wikipedia.org/wiki/Procusto

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  12. Para RER.

    Consulte una buena enciclopedia. O el ‘Diccionario de filosofía’ de José Ferrater Mora, 5 ts., III, pp. 2135-2147, en cuya bibliografía (pp. 2145-2147) podrá usted abundar en su curiosidad.

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  13. Consulte una buena enciclopedia o el «diccionario de filosofía», dice Sannio. Nadie lo ha leído todo, señor, ni yo, ni usted, ni nadie. El hecho de no tener un conocimiento exhaustivo de matemáticas no me obliga a dar por bueno que dos por dos sean cinco, por el hecho de que sea un catedrático de aritmética y álgebra el que tal afirme. Cabe la posibilidad de que la tabla de multiplicar esté mal y que lo que hasta ahora hemos venido dando por cierto respecto a ella deba ser revisado en profundidad, pero para que yo de eso por bueno tendrán que justificármelo con argumentos serios, y no con apotegmas del estilo de esa «afirmación contundente» que usted alaba en el señor Traver. ¿Por qué, en vez de remitirme a esas doce páginas del diccionario de filosofía de Ferrater, obligándome a demorar mi contestación, no expone lo que en esas páginas pueda contenerse que constituya respuesta a lo que yo he alegado,? No soy yo el que tiene que leer a Ferrater; es vd el que tiene que exponer de lo que Ferrater, o cualquier otro, pueda haber dicho, aquello que rebata o matice lo que yo afirmo. «En ellas podrá usted satisfacer su curiosidad», dice, como si fuera cuestión de curiosidad particular mía las contestaciones que le requiero y vd, como parte en una polémica, no tuviera ninguna obligación de respaldar con razonamientos y datos lo que afirma. Las cosas no son así, señor, discúlpeme que se lo diga.

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  14. «Usted, Ramón la ha tomado conmigo». Dice el señor Traver. Si yo no estimase al sr Traver como persona de conocimientos e inteligencia, no perdería mi tiempo con sus escritos. Si me tomo la molestia de contestar a algo de lo que vd dice, es porque tengo algún motivo de desacuerdo, o porque no se me aclara lo que quiere decir, o porque no le encuentro sentido, o porque me parece que está fuera de lugar. ¿Dónde está el problema? Si yo la he tomado con vd, ¿en qué consiste «no haberla tomado» con usted? ¿La falta de hostilidad sólo se manifiesta
    diciendo amén?
    Sin perjuicio de lo anterior, si en algún momento, por acaloramiento o por la razón que sea, le he faltado al respeto, le ruego me disculpe, nunca ha sido mi intención ofenderle ni molestarle.

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  15. El sueño de la feminista con el que inicias el ‘post’ no va a cumplirse porque antes desaparecía la especie. Pero sí que afilan los cuchillos en Estados Unidos, que es donde en verdad está el ojo del huracán -o el vórtice del lavabo, para rebajar un bastante la hipérbole. Lo de España es puro rebote de todo eso. Racimos o ‘clusters’ de ellas se aprestan a empuñar las armas dialécticas y a descalificar, a troche y moche, por no convenir a sus ideas, evidencias evolutivas. Y es que, desgraciadamente, como en el fútbol, no se trata de razonar o reflexionar sino de defender a muerte los colores. Salvo algunos «raros», que no se conforman, el resto se comporta (y se comportará) así: apasionadamente. A ‘Science’, como a toda empresa, lo que le interesa es vender. Sin ventas no hay negocio. «Sex segregation increases gender stereotyping and legitimizes institutional sexism»… ¡Ahí queda eso!

    http://www.sciencemag.org/content/333/6050/1706.summary?sid=af5271d1-bb54-4130-b5e1-a549146ee5cc

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