La suerte es el azar visto desde el egoismo
(Pitigrilli)
A la gente le gusta poco que sus logros o estatus se atribuyan al azar, tal y como cuenta Michael Lewis en este video sobre una conferencia que impartió en Princeton.
Lo cierto es que minusvaloramos el impacto del azar en nuestras vidas y nos aplicamos en explicar nuestras cosas un poco «aprés coup» como dicen los franceses y que es lo mismo que sentencia este latinajo: «Post hoc ergo propter hoc» que viene a decir que nuestro cerebro está diseñado para encontrar sentido a las cosas incluso cuando no tienen sentido (que es la mayor parte de las veces) y a encontrar una explicación o un designio en los vericuetos del azar y de la casualidad.
Predecir un suceso inesperado sigue siendo más dificil que encontrarle una explicación.
Por ejemplo el 11-S, nadie lo predijo, sin embargo una vez llevado a cabo existen cientos de explicaciones, desde las oficiales hasta las conspiranoicas, explicaciones para todos los gustos.
Pero no voy a hablar de politica sino de fútbol, voy a hablar de la final de la Eurocopa 2012, es decir la final España-Italia, ¿que sucederá?
Lo cierto es que no podemos saberlo y hay que preguntarle al pulpo Paul para interrogar al futuro. Y aunque yo no soy un pulpo, he descubierto en mí ciertos poderes adivinatorios u oraculares y de eso voy a hablarles.
Un partido de fútbol, su resultado depende mucho más del azar que de la alineación o de si hay o no hay un falso nueve pero la prensa vive de esa ficción. Es curioso que la prensa deportiva se ocupe de todos estos factores negando la mayor que no es otra sino que la incertidumbre preside todo el proceso, lo que sucederá mañana es azar, es decir existe una incertidumbre total al 50%.
Si los resultados de fútbol no estuvieran sometidos al azar acertar una quiniela seria muy fácil y como todo el mundo sabe, es bastante complicado (aunque no imposible debido al número de apuestas), sin embargo hay ciertos elementos que diferencian una quiniela de la ruleta, la lotería o el cara y cruz de una moneda lanzada al aire.
En un partido de fútbol no todo es azar, dicho de otro modo existen algunos elementos que juegan un cierto papel y disminuyen la incertidumbre, por ejemplo el factor campo, es por eso que los unos en una quiniela son siempre más numerosos que los doses (que gane el equipo visitante) y los doses a su vez son menos frecuentes que las equis (los empates).
Sin embargo hay otro factor que juega en favor del no-azar o cierta determinación: se trata del número de partidos o de jugadas. No es lo mismo una quiniela donde hay 15 partidos y donde habrá siempre mayor diversidad de probabilidades (y es aqui donde entra la estadistica) que el partido único.
Pequeñas modificaciones en el partido de mañana pueden inclinar el resultado hacia un lado u otro, sin contar con el azar que siempre presidirá el resultado: una lesión, una expulsión, un jugador clave en baja forma, una volea azarosa, un penalty injusto y todo el tinglado matemático se viene abajo y de ahi la calidad de un arbitraje. Dicho de otro modo el partido único de dos equipos más o menos del mismo nivel está absolutamente presidido por al azar dejando muy poco espacio para la manifestación de otros factores como la mejor preparacion fisica, la mejor técnica, el juego más elaborado, la posesión de balon y otros.
El jugar bonito de cara a la galería, no asegura en absoluto un mejor resultado.
En realidad cualquier partido de la selección española de esta Eurocopa ha sido un partido de azar, si exceptuamos el partido de Francia y el de Irlanda, en todos los demás tuvimos mucha suerte: la tuvimos con Italia, con Croacia y con Portugal. Nos hemos plantado en la final un poco por suerte del mismo modo que nos plantamos en la final del mundial.
Es por eso que no creo que mañana ganemos esa final contra Italia pues el azar está regido por una ley insondable: el azar no repite suerte.
Lo que quiere decir que no hay que fiarse de la suerte del campeón y que con «toda» seguridad mañana perderemos contra Italia esa final. Toca ya perder pues el azar es la suerte vista desde el egoismo. Nosotros perdemos y los italianos ganan.
Y lo peor serán las críticas que recibirá nuestra selección y del Bosque que tendrán que asumir con frialdad toda la avalancha de descalificaciones que le vendrán encima por jugar sin un 9 claro como si esa fuera la causa de la derrota, como si en España hubiera un sustituto de Villa y con su misma chance.
Definitivamente nadie cree en el azar.
Y por eso los pulpos aciertan.
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