Del mundo sólo nos es dado percibir sus secciones
Ouspensky
La primera vez que me pasó «eso» me asusté. La segunda vez casi me pasa desapercibido. En la tercera ocasión traté de encontrarle un significado, no lo encontré. La última vez me limité a disfrutar de «eso» y renuncié a comprenderlo, más aun renuncié a describirlo.
Hoy después de varios años me decido a escribirlo por si a alguien le pudiera aprovechar y también -justo es decirlo- porque el hombre tiende a poner en palabras, a comprender racionalmente o a escribir para saber cómo piensa. No sé si lo conseguiré pues cuando tratamos de poner palabras a aquello que no puede nombrarse (es por eso llamado lo inefable) corre el riesgo de no ser tomado en serio o peor: de que la descripción resultante sea banal y tan alejada de la experiencia real que resulte en una calcomania intrascendente o en algo exagerado, esperpéntico o atemorizador.
¿Pues cómo traducir en palabras ese instante de júbilo, de felicidad inexplicable que no responde a ningún dato objetivo de la realidad, que no puede asociarse con nada concreto?. No se trata de una comprensión súbita al estilo del insight, es más parecido al éxtasis. Pero tampoco es un éxtasis propiamente dicho pues no va unido a imágenes, ni a recuerdos, no hay memoria, ni existe aquella quietud que describen los místicos con el nombre de arrobamiento o «pajarismo» y que invoca una contemplación preñada de quietud o de estrechamiento del campo visual. Al contrario, es una experiencia sensible pura, sin cognición, ni memoria y que no impele a conducta alguna. Ningun observador podria apercibirse de que «eso» está ahora en mi. Pues uno sólo puede saber algo de «eso» cuando eso está en él, desafortunadamente la mayor parte de las personas reaccionan como yo al principio de todo, con miedo o con indiferencia.
Se trata pues de una experiencia que sólo puede vivirse en primera persona (como todas las experiencias) pero que a diferencia de las experiencias comunes no puede comunicarse pues no existen consensos sobre ella. No es tener la mente en blanco, no es un bloqueo, ni un ataque epiléptico, no es una convulsión ni un dejà vu ni una de esas sincronicidades- coincidencias significativas- que a veces nos parecen bien siniestras o bien maravillosas; quizá la palabra «rapto» o «paroxismo noético» pudiera describirla mejor que cualquier otra palabra, es una degustación de algo desconocido como un sabor, un olor o una textura exótica o inusual – a pesar de no ser algo perceptual- como si ese algo hubiera penetrado en mi por unos instantes y que se desvanece raudo, tan veloz que no hay tiempo suficiente para atraparlo.
Y lo peor que podemos hacer cuando «eso» nos penetra es pretender atraparlo pues apenas lo intentamos se desvanece.
Todo lo sagrado se desvanece apenas tratamos de verle el rostro tal y como nos contó Virgilio. Por alguna extraña razón lo sagrado se nos muestra siempre de espaldas.
Nuestra primera intención es atraparlo para diseccionarlo, para volverlo a evocar a voluntad, para entender, para comprender cómo «eso» hace para -inesperadamente- tomarnos como rehenes, como fuente parásita de sus emisiones, como si el cerebro fuera una antena, un repetidor de una secuencia que procede de otro tiempo y lugar tal y como Sheldrake nos contó.
Hay que estar advertido para que cuando «eso» vuelva no pretender enjaularlo cognitivamente en una interpretación. «Eso» no tiene sentido ni mucho menos significado, sino que es la fuente de todos los sentidos y de todos los significados. Es por ello que se resiste a cualquier interpretación, más aun: nosotros los humanos carecemos de un sistema de referencia para entenderlo es por ello frecuente que muchas personas que han sido puestas en contacto con «eso» enloquezcan y comiencen a elaborar poderosos e irracionales sistemas de pensamiento que esclarezcan la sustancia de «eso». Ningun delirio lo logrará, y parece que la mejor estrategia cuando «eso» llega, si es estando despiertos que obturemos su presencia con el ruido del mundo, eso hacen las personas sagaces o cuerdas. Más dificil de dominar a través del ruido es cuando «eso»aparece en los sueños, ahi sólo tenemos dos opciones: despertar o contemplarlo, si usted opta por está ultima acción hágalo -tal y como recomendaba Shakespeare- como desde la cabeza de un alfiler, sólo es necesario una pequeña apertura, un hilo de luz.
Pero hasta llegar a estas conclusiones hube de buscar, fue asi como supe que «eso» habia dado lugar a sublimes creaciones de la conciencia humana: pasajes poéticos, misticos, cientificos, espirituales y artisticos de lo más variado. Supe así que «eso» no sólo se me habia sucedido a mí sino que era una experiencia conocida por muchos que me precedieron -y también en ciertos de mis coetáneos- en la intuición de que «eso» era una manifestación de la Totalidad, algo que procede de otra dimensión donde nuestros conceptos espacio-temporales no sirven: la totalidad es una singularidad fisica. Es por eso que muchos no emplean el pronombre neutro que yo mismo inventé sino que existen denominaciones diversas del mismo concepto: hasta los hindués definen al Brahman como esa matriz, esa Unidad de donde procede nuestro universo sensible.
Lo cierto es que «eso» o bien no se presenta a todas las personas con la misma intensidad o bien existe algo en las personas que tienden a escotomizarlo, fue por ello que pregunté a Garnier-Malet acerca de la posibilidad de que Eso fuera en realidad una apertura temporal. Garnier Malet es de esa opinión pues la idea procede de su propia experiencia y es además fisico. Pero también pregunté a Julian Huxley que mantiene una teoria más próxima a la de la creación del mundo a partir de esa singularidad que llamamos Big Bang, para él lo que explotó es precisamente un orden completo, una simetría. El universo que percibimos seria entonces una sección tridimensional de aquella simetria perfecta (aqui hay una figura de esa sección).
Pero nuestra asimetria tiene rendijas y tiene orificios por donde se cuelan proyecciones -sombras- tetradimensionales de aquella simetria, de aquel Todo que perdimos y que muchos de nosotros presentimos y añoramos como Real a través de esas experiencias periódicas de fusión que no necesariamente implican percepciones o agenticidad corporal ni siquiera actitudes extáticas.
Lo conocido y sensible, lo desconocido o sagrado, lo numénico o lo inefable se comunican a través de ciertas experiencias como «eso» se me presentó a mi mismo.
Y no hay más remedio que hablar pero ya he renunciado a comprender.
Fue precisamente aqui en este video de Carl Sagan donde entendí la verdadera naturaleza de «eso» o al menos los mecanismos que utiliza para entrar en nuestro mundo:
Y para aquel que insista en ponerle nombre a «eso», le dejo esta cita de Jorge Luis Borges, uno de los escritores que más se han aproximado a través de las palabras a la esencia de «eso» junto a Edgar Allan Poe.
«Entonces ocurrió lo que no puedo olvidar ni comunicar: ocurrió la unión con la divinidad, con el universo (no se si estas palabras difieren). El éxtasis no repite sus simbolos».
Jorge Luis Borges. «La escritura de Dios»
Se trata de una experiencia tan especial que uno se resiste a que sea algo meramente biológico. Quien tiene creencias religiosas lo deriva hacia estas y quien no las tiene intenta buscar la causa en algo que también lo trascienda a él. No obstante creo que quizás subestimamos lo biológico. Al fin y al cabo de ahí procede algo tan singular y extraordinario como la vida. El hecho de que no sea algo cotidiano o frecuente también tiene su importancia, pues ¿qué podríamos decir de, pej, un orgasmo si lo experimenteran un número muy reducido de personas y una o dos veces en la vida?
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Eso , se experimenta de variadas formas, o al menos a esas variadas formas las interpreto como eso. Por la razón de q estamos vivos, podemos ser testigos de experiencias q nos suceden, q nos dejan con ojos en alerta. He seguido el rastro de mi mismo a través de la meditacion y mi intima experiencia me aconseja quedarme tranquilo sin querer nada, ni buscar nada, pero dia a dia sentarte en silencio y observar tu momento presente, tu vida, olvidarte de ti y de todo lo q quieres y de simplemente estar.
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Es curioso tomar nota de que una experiencia «Eso» totalmente intransferible e innombrada que en si misma «Es» en toda su amplitud, ella,completa, total….necesite ser entendida, etiquetada y comprendida en sus mecanismos, bajada al nivel del concepto envuelta en simetrías, universos tridimensionales con aperturas temporales a lo start_gate, y es cierto esa experiencia se plasman bajo tenues poesías de pasión, obras de arte, espiritualidad, o bajo el rostro ateo_científico de Carl Sagan. Me preguntaba cuando lo femenino, la emoción y el sentimiento se harán un hueco entre la misoginia científica, es tan carente de belleza esta racionalidad tan sosa que necesita a Borges para bajar la cabeza unos milímetros, pero poco sin pasarse.
En fin alla la ciencia con lo que se pierde….., no es personal Paco.
Juan Manuel
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No estoy muy seguro de que la receta sea la feminización del mundo o de la ciencia, lo que veo preocupante es la militancia cada vez más activa de las mujeres en la ciencia convencional y sobre todo el sometimiento que sehace a la ciencia desde el polo religioso. 🙂
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De esas cosas como que no entiendo mucho Paco, ni de política y menos de religión, si tu lo ves preocupante es posible que así sea. Mi feminización consistía mas en una forma de mirar el mundo que no necesita ni la razón lógica, ni las simetrías, mucho menos las puertas interdimensionales que necesitan el centro de la razón y el habla para describir el mundo, la totalidad y la vida. La feminización como vía receptiva y expresiva de sentimientos y emociones que hablan desde el corazón, no desde la cabeza. Expresar «Eso» desde la cabeza no solo es soso, vamos insustancial y sin belleza, es que carece de corazón, de un sagrado corazón, que es lo que le falta a la ciencia y a los que la representan, sean hombre o mujeres.
Juan Manuel
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No entiendo muy bien eso de la ciencia convencional. Pero a Carl Sagan lo he entendido a la perfección, interferencias entre distintas dimensiones. Una figura tridimensional sólo puede verse en un mundo bidimensional parcialmente en diferentes planos pero aunque no podamos verlo completamente sí podemos pensar en él.
Del mismo modo que un ser tridimensional puede transformar una espiral levógira a dextrógira extrayéndola de su espacio plano, un ser tetradimensional podrá sacarnos de nuestras tres dimensiones y dándonos la vuelta ponernos el corazón a la derecha. Una imagen en el espejo, se parece increíblemente pero es tan diferente.
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Sí, en una cabeza de alfiler cabe todo el aleph… una rendija que –paradójicamente- no por minúscula impide atisbar la embriagadora amplitud del otro lado.
Magistral, Rey Carmesí.
(y gracias por la mención)
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Excelente, creo desde la intuición sentir que hemos compartido ESO lo que que tu hablar. Inefable, infinito, ínfimo y indecible…
Enhorabuena, enhorabuena, aleluya, aleluya….
un abrazo enorme
Andres
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Hola!
Pues yo he tenido experiencia de «eso» y más aún.
A partir de ello, a partir de mis lecturas, y para todos aquéllos que necesitan de las palabras y de la lógica y la razón, elaboré un blog que los lleva paso a paso a comprenderlo (hasta donde es posible). Más aún, les explica la verdadera naturaleza de este mundo, que es la ilusión, y cómo se hace para ir más allá de ella, hacia la realidad.
Si les interesa, aquí les dejo los vínculos. El blog debe ser leído paso a paso, desde la entrada elegida hacia arriba, cada entrada (pueden usar la barra abajo de la página, tiene un botón para ver el listado de entradas «recientes», también está el «índice» en la columna de la derecha del blog).
Pueden elegir cuatro puntos de entrada, cada uno tiene un recorrido más corto cada vez, pero menos completo. De todos modos si eligen el más corto igual les va a servir. El asunto es que las dos últimas entradas que leerán (las de más arriba) están supersintetizadas y no las entenderían correctamente si no leen lo anterior:
1) el primer punto de entrada, desde el fondo, leerán 24 entradas: http://centraldelsur.blogspot.com/2010/10/retomando-con-una-propuesta.html
2) desde éste leerán 19 entradas: http://centraldelsur.blogspot.com/2010/10/el-universo-holografico-la-ilusion.html
3) Desde éste leerán 12 entradas: http://centraldelsur.blogspot.com/2010/11/continuando-con-la-propuesta-etica.html
4) desde éste leerán 8 entradas: http://centraldelsur.blogspot.com/2010/11/la-verdad-sobre-la-creacion-y-la.html
Espero que les sirva.
Nadie das – servidor de Nadie.
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Eppur se muove…
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Me gusta que un hombre de ciencia como usted hable de cosas que no tienen explicación.De usted tambien me quedé con una cosa que dijo en uno de sus post,no recuerdo cual,de que la casualidad, el azar tambien existe.Yo le agradezco su sinceridad y su esfuerzo.
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¿Para sentir «Eso» es necesario tener una conciencia superexpandida o algún tipo de inteligencia privilegiada? ¿La forma más fácil de sentirlo es a través de la meditación?
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Para sentir eso, no hay una unica via sino al menos cuatro bien exploradas por Santa teresa: la via del trabajo, de la devoción, de la humildad y del conocimiento. Depende de cada temperamento.
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En yoga se conocen análogamente como Karma yoga (trabajo y servicio), Bhakti yoga (devoción), Raja yoga (concentración) y Jñana yoga (conocimiento).
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Hace ya unos cuantos días que quería escribir (entre el tiempo -siempre escaso- y la parte tímida…) un comentario para este post tan lúcido y vivificante.
Me ha gustado mucho. ¡Felicidades y muchas gracias Paco Traver! Y es que «eso» es muy difícil de definir y de conseguir (ni empieza ni acaba en la meditación: ¡faltaría!) y requiere de un complejo proceso…
Muy bueno también el vídeo de Carl Sagan! En cuanto lo ví, recordé «Flatlandia» (1884) de Edwin Abbott, escritor, teólogo y pedagogo británico, 1838-1926 (no sé si está en español, lo leí en italiano). Absolutamente recomendable para aprender sobre las dimensiones pasando un buen rato.
Genial el blog y geniales -también- los comentarios. ¡Muchas felicidades!
Un abrazo. Lourdes
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Gracias Lourdes, me has recordado que tambien escribí sobre Flatlands a pesard e que no pude encontrar esa novela, aqui:
https://carmesi.wordpress.com/2007/06/13/flatlands/
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Está aquí: http://www.4shared.com/rar/AYYfAHCu/14455.html
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Y por cierto, Lourdes y Paco, «Flatland», de Edwin A. Abbott, (la versión que yo tengo es en español: en Olañeta editor), es recogido en su argumento por P. Watzlawick en «La coleta del barón de Münchhausen», en su cap. 6 «Comunicación imaginaria», donde al final de este capítulo, el autor austríaco dice de esta obra que» Planolandia presenta (…) la relatividad de la realidad….La historia de la humanidad enseña que apenas hay otra idea más asesina y despótica que el delirio de una realidad «real»…con todas las terribles consecuencias que se derivan con implacable rigor lógico de este delirante punto de partida». O lo que sería lo mismo, añadiría yo, según la idea de U. Eco, en su «La búsqueda de la lengua perfecta»: el lenguaje no es omniefable.
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