Democracia 2.0 e insumisión

La Democracia es uno de los inventos que los griegos nos legaron y que desde entonces no ha hecho mas que transformarse.Para empezar la democracia griega era tan imperfecta que sólo se permitia la participación a los ciudadanos de la polis, es decir excluia a las mujeres, a  los extranjeros y a los esclavos que segun los griegos carecian de alma.

Lo cierto es que la velocidad de transformación de las instituciones humanas nada tiene de parecido con la velocidad con que se desarrolla, pongo por caso, la telefonia  móvil ¿como es posible que todo el mundo tenga telefono móvil y que no hayamos sido capaces aun de inventar una democracia participativa, eficaz y justa?

El problema parece que radica en la representatividad, es decir en la proporción de los representantes en relación con los representados y cómo se eligen.

Rousseau inventó la democracia radical en aquello que se llamó la Asamblea, es decir un foro o espacio donde todos los ciudadanos acudian a debatir sobre los asuntos de gobierno. La Asamblea de Rousseau y su utopia cayó poco a poco bajo la influencia de leyes de proporcionalidad como la vigente en nuestro pais la Ley d´Hont que beneficia a las mayorias de forma estrepitosa y favorece el bipartidismo.

En el siglo XIX, el siglo del parlamentarismo se inventó además de leyes de proporcionalidad otra cosa para evitar que los parlamentos se convirtieran en una jaula de grillos, se inventaron los partidos politicos que en teoria agruparian a las personas por ideologias.

Los partidos politicos aglutinan a las personas por sus ideas e intereses pero a cambio dividen y confrontan a las clases sociales e introducen tensiones estériles. Fue un invento muy de su tiempo cuando la lucha de clases parecia que hiciera pivotar los intereses de los ciudadanos en torno a ella.

Hoy y a pesar de los avances de la tecnología, los políticos siguen anclados en aquella vieja idea de progresistas versus conservadores que tantos beneficios consiguió al menos en lo que es mapear de forma sencilla el mundo social.

Pero el mundo siguió transformándose y aunque las clases sociales siguen existiendo, no es menos cierto que las ideologías que las sustentaban ya están obsoletas, la permeabilidad social hizo parte del trabajo con aquel invento de las clases medias y las politicas fiscales y sociales de las democracias avanzadas terminaron por minimizar las diferencias de clase.

Lo cierto es que asombrosamente la politica en nuestro pais parece haberse enrocado en los tics del XIX y los políticos aparecen como eternos discrepantes sin sentido de Estado que están más interesados en mostrar sus diferencias imaginarias que en arreglar los desaguisados que ellos mismos fomentan con su continuo revisionismo.

Pero ¿por qué fiarlo todo a los partidos politicos? ¿por qué no a las afinidades futbolísticas? Podrian haber partidarios del Madrid, del Barça o del Bilbao y estoy seguro de que la ley d´Hont reflejaría unos equilibrios muy parecidos a los que se extraen del voto a los partidos.

La asignatura pendiente de nuestra democracia son, sin duda, las listas abiertas. Los partidos politicos no se inventaron para favorecer los intereses de los ciudadanos sino los intereses del colectivo que los define. Nada hay más antidemocrático que un partido politico donde el lider aglutina en torno a sí fervores mas monárquicos que otra cosa, adhesiones inquebrantables, algo casi religioso.

Listas abiertas pero con una transformación radical de las leyes electorales, estoy seguro que se puede encontrar mecanismos y leyes de proporcionalidad más justas y que representen mejor los intereses de los ciudadanos. No se trata de favorecer la emergencia de nuevos partidos politicos -condenados de entrada al ostracismo por el señor d´Hont- sino de favorecer listas abiertas con y sin partidos de por medio. Un paso hacia esa meta podria proceder de que los partidos politicos asumieran un juramento ético que les obligara a admitir el voto particular para cada uno de los candidatos de sus listas.

El ciudadano particular elegiria asi un número x de candidatos que no necesariamente procederian de un mismo partido, incluso de listas de independientes o de candidatos free lance.

Naturalmente es inútil esperar que los partidos politicos se hagan el harakiri a sí mismos perdiendo la cuota de poder que les confiere la Constitución. La unica forma de salir de este atolladero es que nadie acudiera a votar cosa bastante dificil de llevar a cabo y seguramente indeseable democráticamente hablando.

Es necesario llevar a cabo antes de nada una transformación mental en los votantes-ciudadanos para romper con el bucle diabólico tensión politica-confrontación-movilización de la ciudadania.

Una transformación que procederá de la tecnología.

Hoy por hoy lo cierto es que la discrepancia vende, la mayor parte de los ciudadanos no irian votar de no ser porque han sido movilizados por el miedo a que gane el peor. Se movilizan los desafectos a la politica sólo en situaciones de desastre como el 11-M, cuando existe una crisis económica o cuando queremos echar al que gobierna. Es curioso que la máxima participación se alcance sólo cuando hay que desalojar a alguien del poder. En realidad votar por lo mismo no convoca a los ciudadanos a votar, y es que nos va la marcha, somos una democracia  inmadura.

Y es por eso que las campañas electorales nos manipulan (en realidad en España estamos en una continua campaña electoral). Los politicos saben que a más tensión más voto. Y los partidos -recordémoslo- se financian a través de los votos. Lo peor para los politicos es una baja participación que disminuye drásticamente sus ingresos y les resta legitimidad.

Ya somos muchos los que somos insumisos informativos, desde que descubrimos que la información que consumimos puede ser elegida a la carta. ¿Por qué consumir periodicos y oticias cerradas, informativos tendenciosos o telediarios con publicidad política e inauguraciones a gogó si podemos elegir qué noticias, documentales o comentarios nos interesan?

Hace mucho tiempo que no compro periódicos, ni veo el telediario (sólo el tiempo) o leo consignas de unos y otros. Gracias a las redes sociales y a programas implementados por Google podemos filtrar la información que recibimos, nuestros amigos virtuales que han sido elegidos precisamente por su afinidad con nuestra manera de ver el mundo nos alimentan de noticias, enlaces, videos y ocurrencias que tienen que ver con nuestras preferencias. ¿Por qué sufrir pasivamente el bombardeo informativo elegido por otros, si podemos diseñarlo a la carta?

La insumisión informativa acabará con gran parte de la prensa escrita sobre todo con aquella que depende de los politicos para sobrevivir. La mayor parte de la prensa escrita se encuentra en quiebra -por no hablar de las televisiones publicas- y se sostiene gracias a la publicidad institucional. El matrimonio de conveniencia entre prensa-medios y politica no terminará por alguna extraña mutación en el cerebro de los ciudadanos sino porque gradualmente se instaurará el gusto por elegir qué información queremos recibir y qué canales de TV decidimos visionar.

El uso fomentará la función y la función modelará el mercado.

Si usted hace memoria hace algunos años la publicidad la aceptábamos como algo inevitable y de forma pasiva. Este concepto de inevitabilidad y unidireccionalidad ha ido cambiando, y mucho más rápidamente desde que Internet inventó aquello del spam. Ya no es aceptable recibir publicidad no deseada.

Si piensa en cómo ha modificado este hecho la publicidad comprenderá lo que quiero decir cuando afirmo que Internet cambiará no sólo la manera de comunicarse entre clientes y vendedores, informadores y consumidores de información sino tambien entre ciudadania y politica.

Simplemente un dia entendimos que recibir bombardeos publicitarios constantes no era admisible, del mismo modo que ya no es admisible recibir visitas en casa que no han sido anunciadas.

Este es un ejemplo de la publicidad nueva que seguirá existiendo aunque modulando su impacto desde la reiteración hasta la excelencia.

Y llegará un dia en que los politicos tendrán que hacer lo mismo, simplemente necesitamos ser mayoria los que creemos que no merecemos ser tratados como tontos como antes nos persuadimos de que no merecíamos una publicidad irrespetuosa e intrusiva.