O aborto u orfanato

Recientemente me encontraba haciendo una busqueda en pubmed para documentarme sobre los conflictos entre Eros y Tanathos a fin de escribir un artículo que ando preparando, cuando por causalidad -en realidad por serendipia– apareció un artículo que llamó mi atención: se titulaba «Más alla del aborto: la recurrente batalla sobre la cultura de la muerte» y estaba publicado en Bioethics y firmado por un tal James Evans.

Aunque está en inglés (más abajo lo subo para dejarlo en formato pdf por si acaso alguien lo quiere leer) me interesó muchismo su contenido por plantear en términos psicoanalíticos y culturales el tema del aborto superando asi la miopía de las posiciones destinadas a la confrontación respecto al tema. Me propongo en este post ilustrar las ideas del Sr James y las mias propias que son en esencia similares a las suyas.

La primera idea que plantea James es que el tema del aborto se encuentra en el centro de una diatriba cultural que va más allá de cualquier otro tema de interés publico: el terrorismo, el empleo, la guerras, la corrupción de los politicos no plantean ni de lejos, la mitad de los conflictos entre opiniones que plantea el tema del aborto. Es posible afirmar que la sociedad se encuentra dividida en este tema mucho más que en cualquier otro entre los partidarios de la vida: los movimientos pro-vida y los partidarios de la libre elección. Y se encuentra en el centro porque es precisamente en el aborto electivo donde se dan cita el sexo (Eros) y la muerte (interrupción del embarazo o aborto)

Es por eso, -Eros y Tanatos convidados al mismo ágape- por lo que esta cuestión es central en nuestra cultura y no tanto los movimientos en contra de las minas personales de las que, creo, nuestro pais es fabricante y que no convocan manifestaciones de los movimientos pro-vida y casi de nadie.

Se trata, según James, de una guerra cultural que es en cierto modo el mismo concepto freudiano expresado en » los malestares en la cultura» (que puedes decargarte aqui) , un artículo profético que publicó Freud en 1930 y que de alguna manera se encuentra relacionado con el concepto nietzchiano del superhombre. Fue Freud el primero en advertir que el «progreso» y la «civilización» o domesticación de Eros sólo podria hacerse a expensas de grandes costos instintivos con emergencia de nuevos sindromes neuróticos y malestares mentales en cierta manera exóticos.

En síntesis el tema está del siguiente modo:

1.-Los partidarios y militantes pro-vida defienden la idea de que el aborto es un asesinato, algo inmoral que deberia ser declarado tambien ilegal por el Estado, proclaman un compromiso genérico con la vida extendida al estadío fetal. Usualmente proceden de grupos integristas de la derecha tradicional que creen que la libertad sexual y la libertad de decisión de las mujeres en este tema atenta y socava a la familia como institución.

2.-Los militantes pro-elección creen sin embargo que la mujer es plenamente soberana con respecto a su cuerpo y que tiene derecho a decidir si lleva o no su embarazo adelante con independencia de las razones que la obliguen a ello. Usualmente los partidario/as de la libre elección son grupos feministas radicales o militantes de  izquierda, que ven en esta batalla una piedra de toque fundamental para conseguir la «igualdad» entre hombres y mujeres.

Lo que plantea James en su articulo es que tanto los activistas pro-vida como los pro-elección están equivocados por varias razones. Son estas:

Errores y escotomizaciones de los partidarios de la vida.-

– El embrión no es un ser humano, ni siquiera un feto, juridicamente no es una persona por tanto hablar de asesinato en estos casos es un exceso verbal. Solo podemos asesinar a un congénere, es por eso que matar moscas, pollos u ovejas no es un crimen ni puede ser considerado como tal. Ni siquiera la extirpación de ciertas partes del cuerpo pueden ser considerados crimenes sino amputaciones.

– Si el embarazo no fuera consecuencia del sexo ¿Habría la misma oposición al aborto?. James cree que no, que en realidad para algunas personas la amenaza procede del sexo libre y no tanto de los embarazos intempestivos. Los partidarios pro-vida en realidad están en contra del sexo (de Eros) y pretenden limitarlo y amputarlo de las decisiones admisibles de las personas que lo disfrutan que por otra parte somos todos. Las diferentes estrategias de los Estados para regular la vida sexual siempre han fracasado, no hay manera de ponerle diques al deseo sexual, es pues absurdo pretender regularizarlo o constreñirlo a las tareas reproductivas.

– No es verdad que la actividad sexual socave la familia sino que, antes al contrario, la potencia. La mayor parte de rupturas familiares se producen por una mala gestión sexual, no hay familia (pareja) que se separe o divorcie si las cuestiones sexuales y emocionales andan bien. El sexo fuera de la pareja a veces no destruye la pareja sino que la refuerza. La familia es una institución muy poderosa porque es la forma más eficaz de protección para los más débiles, una especie de seguridad social para los malos tiempos, personalmente no veo a ningun Estado capaz de socavar su influencia y tampoco veo por qué iban a hacerlo.

– Los mecanismos de anticoncepción se encuentran bien implantados en nuestra sociedad, la información sexual o la disponibilidad de preservativos son universales pero asi y todo siguen y seguirán habiendo embarazos extemporáneos. La razón es que hay algo en la pulsión sexual que se niega a ser normalizada, sujetarse a reglas. Ellos acusan a las mujeres que se someten a un aborto a ignorancia, falta de moralidad o a simple irresponsabilidad cosas que pueden ser ciertas pero que -como diré más abajo- son periféricas a la cuestión que nos ocupa.

Errores y escotomizaciones de los pro-elección.-

– La idea de que el embrión es «propiedad de la madre» es un error epistemológico fundamental, hasta un niño sabe que para fecundar a una hembra hace falta un macho de manera que apelando a cuestiones genésicas es evidente que la «propiedad» – si es que hay propiedad sobre los hijos- es compartida. El embrión es en este sentido «propiedad» tanto del padre como de la madre e indirectamente también del Estado y de toda la sociedad. ¿Pues quién estará en contra de defender genéricamente la vida?

– Elegir qué hacer en caso de embarazo se limita a dos opciones: seguir adelante con él o interrumpirlo, no cabe otra posibilidad, pero esta elección es fundamentalmente moral. No se trata de una decisión facultativa ni de un derecho de la mujer ¿alguien tiene derecho a que le amputen la vesicula biliar? Cuando un cirujano amputa una parte del cuerpo lo hace para evitar un mal mayor, una enfermedad, invalidez o la muerte. Es posible decir que toda la medicina y la cirugia -con las excepciones que abordaré mas abajo- se ocupan de preservar la vida.

-Y elegir es una eleccion moral que de alguna forma ha sido amputada al discurso politico y social. Las mujeres que interrumpen voluntariamente su embarazo lo hacen movidas por ciertas razones (económicas, sociales, de edad, conveniencia, interés, enfermedades, toma de fármacos peligrosos, etc) pero he visto pocas veces esgrimir el criterio moral como aspecto a tratar en una consulta de interrupción del embarazo. Simplemente ha desaparecido y sobre esto volveré más tarde.

– No cabe tampoco ninguna duda de que aunque abortar no es equivalente a un homicidio, no deja de ser una amputación de una vida potencial e inocente que se desplegaría espontáneamente si la dejaran en paz. Es un acto tanático que procede la pulsión de muerte y más abajo explicitaré las consecuencias que tiene esta elección en la sociedad en general.

Es verdad que una elección siempre tiene que darse en una persona libre y que se es libre en la medida en que somos capaces de escoger entre un amplio abanico de acciones, pero es también verdad que no todos tenemos el mismo desarrollo moral (los desarrollos cognitivos, emocionales, psicosexuales y morales siguen sendas de desarrollo distintas) y es por eso que es posible encontrarse con personas muy inteligentes y formadas que presentan infantilismos psicosexuales y morales, pero cada persona tiene que elegir desde él mismo por lo que si tiene sentido este verbo «elegir» hay que suponer que determinadas personas elegirán cosas que a otro pueden parecerle inmorales.

Y lo cierto es que digan lo que digan los gobiernos de turno la decisión de abortar es una decisión que implica valores morales. Y en eso tienen razón los pro-vida, en lo que se equivocan es en tratar de imponer una moralidad única pasando por alto la diversidad de formaciones y desarrollos morales que existen entre los individuos. La moral o es libre o deja de ser moral, no puede haber una moralidad forzada.

El error que ha cometido nuestro gobierno con la nueva ley no es tanto prever una ley de plazos que sustituya a la vieja ley de los tres supuestos hipócrita y anticuada sino presentarlo como un derecho de la mujer cuando en realidad el aborto es una fatalidad de la especie en su conjunto. Un derecho que han tratado de imponer incluso por encima del derecho de los padres a ser informados. Paralelamente el error que ha cometido la oposición es entregarse politicamente a los movimientos pro-vida y a sus tesis.

Consecuencias de las posiciones del movimiento pro-vida y pro-elección.-

Lo cierto es que una mujer embarazada tal y como he dicho antes tiene ante si sólo dos posibilidades. Está bastante demostrado científicamente que el aborto durante las 22 primeras semanas tiene pocos efectos sobre la salud mental y fisica (cuando se realiza en entornos reglados) de la mujer mientras que llevar adelante un embarazo no deseado tiene consecuencias fatales al menos en tres direcciones, enfermedades mentales de la madre en el embarazo y el puerperio, complicaciones somáticas durante el embarazo o el post parto y sobre todo: trastornos del vínculo entre la madre y su hijo, dificiles de valorar en sus consecuencias, pero bien conocidos por todos. En este artículo hablé precisamente de este tema y de los conflictos agonísticos entre madre e hijo.

La opción de dar al niño en adopción es también una opción mala desde el punto de vista de la salud mental de la madre y seguramente la mayor parte de abortos tienen lugar en personas que se han planteado esta solución. Dar a un niño en adopción no tiene las mismas consecuencias que deshacerse de él durante el embarazo. La penúltima opción que nos queda es el orfanato. ¿Alguien defiende hoy esta posibilidad? Está tambien demostrado que este tipo de instituciones tiene efectos colaterales en los niños que habitaron en ellos tal y como conté en este post.

Y la ultima es el infanticidio. Y un dato clarificador: la cifra de infanticidios disminuye drásticamente en los paises donde al acceso al aborto es habitual. Sin comentarios.

Pero al Estado tambien le interesa la Vida y es por eso que trata de regular los derechos a la «libre elección». Se trata de un elección con fecha de caducidad, no hay una libertad de elección eterna o universal, son 22 semanas, un plazo en cierto modo arbitrario que trata de evitar los abortos de fetos ya formados, es ahi donde el Estado interviene como garante de los abusos predecibles como también lo hace para regular la huelga o la venta de alcohol a menores. En este sentido aplaudo la ley del aborto en lo que tiene de sustitución de una antigua ley obsoleta pero deploro como se ha presentado al publico: una batalla ganada por la mujer en la confrontación de sexos.

La consecuencia más importante de esta guerra que llevan entre si las pulsiones de la vida (Eros) y las pulsiones de muerte (Tanathos) es que en nuestra cultura se han disociado en un par de opuestos: hay quien sostiene el punto de vista de la Vida y otros sostienen el punto de vista contrario como solución para los males sociales y como garantía de las libertades individuales. Hay algo en nuestra naturaleza que nos impide integrar ambas pulsiones y tendemos a llevarlas disociadas. De esta manera los pro-vida reprimen sus pulsiones eróticas mientras que los pro-elección reprimen su pulsiones tanáticas, la sociedad que emerge de este dilema es una sociedad fragmentada en permanente confrontación en la linea que Freud nos adelantó: nunca seremos libres sin integrar y comprender que Eros se encuentra plegado en Tánatos y al contrario,  que nuestra naturaleza humana no es sólo angelical sino también demoníaca y que la maldad no podrá ser extirpada de la humanidad mientras no seamos capaces de integrar nuestra Sombra en nuestro propio Yo y admitir que no debemos interferir en los planes de la vida ni en el momento de hacerla emerger  ni cuando decidimos destruirla, puesto que sólo disponiendo de un gran monto energético destinado a la represión conseguiremos alejarnos tanto de las consecuencias de renunciar a Eros como de mirar hacia otro lado cuando tomamos decisiones tanáticas del tipo del aborto.

Más allá del aborto hay una sociedad donde la vida y la muerte ya no serán pulsiones fatales sino un menú deplegable donde los humanos podremos elegir el plato deseado tal y como ya está sucediendo con la cirugia plástica: la unica cirugía no forzada. Esta situación nos obliga a madurar más rápidamente si de verdad pretendemos ser libres y no sucumbir al marasmo de enfermedades mentales nuevas que ya comienzan a emerger como consecuencia de la enorme cantidad de represión que los jóvenes son obligados a soportar.

No cabe duda de que el «progreso» es un campo minado, lleno de trampas y de engaños.

Mi recomendación es que ponga a Eros y a Tánatos -los suyos- a dialogar, acostumbrese a verlos como viejos amigos y no tanto como oponentes, tolerancia para unos y responsabilidad para otros, es la unica receta, sabiendo que asi y todo, la batalla entre ambos contendientes es eterna pues forma parte de la naturaleza humana. Y cuanto antes lo entendamos mejor.

Aqui están peleando en Matrix, es decir en el mundo real.

Beyond abortion De James Evans (en inglés)