Hace algún tiempo que tenia pendiente escribir este post: un post sobre este fenómeno que llamamos post. Un post acerca de los post.
Después de más de dos años de existencia de mis posts y de cientos de miles de entradas he acumulado la suficiente experiencia para hablar de este nuevo mecanismo de expresión que es el post, para mi un nuevo género literario como intentaré explicar más abajo y que ha dado ya paso a una nueva ciencia emergente: la etnografia virtual.
Un nuevo género literario que se encuentra entre el artículo periodístico y la ficción narrativa, entre la divulgación y el ensayo sin ser ni una cosa ni otra, un género del que no son ajenas un par de cuestiones como estas: la libertad de expresión, (la no censura) y la inmediatez.
Algo que revela inmediatamente sus diferencias con el artículo o con la ficción literaria que siempre precisan un reposo, un volver sobre lo mismo, una recursividad y por tanto una autocensura hasta adaptarse a las exigencias del editor. Desde mi punto de vista es precisamente este carácter de improvisación que tiene el post lo que es capaz de liberar tanta energia creativa y generar tantas visitas, por ejemplo yo suelo tener en este blog una media de 400 visitas diarias mientras en su hermano mayor (neurociencia y neurocultura) este verano he llegado a los 1000 visitantes de media.
¿Existe algun escritor convencional, de esos que escriben libros que tenga tantos lectores? Sólo algunos periodistas profesionales y con mucho caché podrian ostentar estos records, el post -digamoslo claramente- interesa más que la prensa de papel y aunque son muchos los que afirman que los géneros electronicos y el papel seguirán coexistiendo durante mucho tiempo yo estoy seguro de que a menos que se de una apagón antidemocrático de este medio, los periódicos tienen los dias contados y tambien cierto tipo de literatura, me refiero a los productos literarios y no a la literatura en sí misma. Y lo creo por una razón:
Los medios están controlados por lobbyes de poder y en ellos los que alli escriben lo hacen al dictado de sus empresas, los periódicos subsisten gracias a la publicidad institucional y a las subvenciones, de no ser por ellas ningun periódico en España y me refiero a los de gran tirada subsistiria. Politica e información forman un matrimonio de conveniencia y todo politico sueña con controlar los medios a su alcance pues todos ellos saben que sin esa ayuda no les votaria ni su familia. Existe pues un pacto siniestro entre la politica y los medios de comunicación convencionales tanto es asi que cada vez crece más el numero de desafectos tanto a una cosa como a la otra. De no ser que alguien lo remedie el público terminará por darles ala espalda tanto a unos como a otros.
Las elecciones de momento las ganan los medios, ¿pero sucederá siempre asi? Los politicos se encuentran pues en manos de la prensa tanto la escrita como la audiovisual, no es de extrañar que se encuentren atormentados por las escenas que se trasmiten en los telediarios más que en el hecho de gobernar.
La mejor manera de estar bien informado es a través de Internet y lo digo aun sabiendo que la mayor parte de las noticias que circulan por la red son de dudosa procedencia y quizá hasta falsas pero por lo menos son libres, dicho de otra manera los que escribimos aqui lo podemos hacer por muchos motivos excepto por uno: nadie nos paga, es por eso que somos fiables y es por eso que tengo más entradas que la tirada del periódico local de mi ciudad que si subsiste es porque está financiado.
El hecho de no estar financiados por nadie nos da la credibilidad a los blogueros y la inmediatez (el poder colgar un post sin pedir permiso a nadie) libera tal cantidad de creatividad que amenaza con disparar todas las alarmas del sistema y colapsar al Estado mismo tal y como predijo Marshall Mc Luham: tener presencia en la red se ha convertido en una obsesión tanto para aquellos que se anuncian, venden algo o simplemente hacen politica que la red se ha convertido en un laberinto de información donde un bibliotecario viejo pero no ciego alberga en su torre babilónica los mecanismos que la gobiernan.
La publicidad, la venta, los negocios y la politica tienen pocas esperanzas de prosperar en Internet asi como todos aquellos que pensaron que la red era una oportunidad de publicitarse a sí mismos sin necesidad de dar nada a cambio, sin entender que el capital ya no son ellos mismos sino ese intangible que llamamos lectores.
Los lectores simplemente ignoran a esos narcisos como ignoran las fuentes oficiales de donde proceden las noticias y las consideran una especie de spam con el que hay que convivir. El video-blog de Rajoy tiene menos interés que una tesis doctoral sobre teoria del derecho municipal en la epoca fenicia.
Lo que nos lleva a otro asunto relacionado con los blogs: su rigor.
Esta falta de rigor -que incluso se ha detectado en la Wikipedia, por ejemplo- es lo que lleva a algunos a criticar los contenidos de la red y a veces a erigirse en guardianes de la misma; más abajo volveré sobre esta nueva casta administrativa que recorre los blogs tratando de encontrar las grietas por donde deslizar su propia visión del mundo y discrepar de lo alli expuesto.
Otra de las diferencias entre el post y el artículo periodístico es la posibilidad de dejar comentarios, aunque en realidad esta posibilidad tiene un fundamento más profundo: la posibilidad de debatir.
Lo cierto es que, en mi experiencia, la capacidad de debatir de los españoles es bastante floja, simplemente no tenemos costumbre de aparcar las propias opiniones en aras de alcanzar conclusiones consensuadas. La mayor parte de los debates que se encuentran en la cola de los post terminan de forma abrupta: la gente se enfada o se molesta con los interlocutores o administradores que piensan de modo distinto y se recurre entonces al aullido o al insulto personal.
Más sutilmente algunos prescinden del insulto y se limitan a la descalificación de las ideas ajenas, el ataque a la figura del bloguero sustituye muchas veces al argumento: lo que se intenta es desprestigiar una determinada entrada como me sucedió a mi por ejemplo en este post.
Acerca de los comentarios.-
Hacen falta entre 120-160 entradas para que se de un comentario (incluyendo los propios que son contestaciones a los comentarios propiamente dichos) lo que significa que existe pocas personas que se atrevan a dejar un comentario a pie de página.
He utilizado el verbo «atrever» porque creo que los que evitan dejar comentarios son en realidad personas que temen exponerse en opiniones sobre algo, son la mayoria por desgracia. Significa que la mayor parte de los lectores de este post son anónimos y no se ni por qué vienen, ni si están de acuerdo o si discrepan. Esta falta de feed-backs es absolutamente negativa para el bloguero que vive precisamente de generar estados de opinión o -como es mi caso- de divulgar el pensamiento lateral.
El miedo escénico es tan frecuente en la Red como en la vida real.
Existen los lectores bienintencionados que dejan comentarios que son en realidad felicitaciones que se encuentran más cerca de la cortesía que del hallazgo. Una curiosidad que he detectado es que la gente que deja comentarios elogiosos ya no vuelve, es decir no es un lector habitual sino ocasional.
Los que si vuelven son los que discrepan. Es realmente fascinante ver como algunos lectores viven divididos entre una preferencia estética o intelectual (razón por la que nos visitan) y su tendencia bien a oponerse o bien a dejar su propio comentario ajeno totalmente al discurso que propone un post determinado.
He observado que algunos lectores de este estilo no pueden reprimir su deseo de «dejar su marca» como si sus palabras contuvieran una especie de ferormona volátil con la que marcar su «territorio».
Es por eso que digo que los españoles no sabemos debatir, sabemos oponernos y sabemos marcar el territorio ajeno a veces manchándolo con exabruptos y otras veces dejando por aqui algun rastro sin sentido.
Claro que está la oportunidad de borrar los mensajes que contienen basura o ruido comunicacional pero yo sólo aplico esta máxima a aquellas cadenas agramaticales en forma de gruñidos que periódicamente me dejan algunos adolescentes enfurruñados.
En mis blogs sólo censuro pues a dos tipos de personas: los que aúllan (o insultan) y aquellos que depositan allí sus excrementos entendiendo como excrementos la idea de Freud de agresión con exhibibionismo y ostentosidad macabra. El resto son siempre bienvenidos.
Hasta he desarrollado cierta tolerancia a los envidiosos que son muy fáciles de detectar porque se constituyen en una especie de inquisidores de la red y buscan el flanco más debil del post para descalificarlo en su totalidad y de paso también al autor. Son los presuntuosos que muestran lo que saben (algunos son verdaderos expertos en algo) pero no pueden hacerlo sin descalificar a alguien quizá porque carecen de talento postiano. Esos pelmas son tan pesados en la vida real como en la red, yo he optado por no borrarles los comentarios sino por dejarles con puntos suspensivos, es decir no entrar a ese trapo sin fin que nos llevaría a una discusión eterna. Ellos buscan el empate infinito y yo ya estoy pensando en el próximo post.
Suelen ser jóvenes e intolerantes y yo siempre les digo que yo no soy lo suficientemente joven para saberlo todo. Luego están los frikis, los coleccionistas de algo o los misteriosos, todos son asumibles incluso los disidentes sexuales que a veces aprovechan algunos de mis posts para ligar.
Los que piensan parecido a mí nunca me ayudan en los frecuentes escarceos que se producen en determinadas entradas. Huyen, es decir hacen como en la vida real, esconden la cabeza debajo el ala. La mayor parte de mis amigos, conocidos, compañeros de trabajo o los que piensan como yo no me leen. Esto sí que es una curiosidad que merecería una tesis doctoral.
Dicho de otra manera: el bloguero está solo.
Lo que no es ni debe llegar a ser un post:
Un post no es una tesis doctoral ni un informe administrativo, es por eso que yo tengo miles de entradas y los que escriben tesis ninguna. Con eso quiero decir que el post es más un ejercicio literario que un informe riguroso sobre cualquier cosa.
De lo que se deduce una cuestión: el post ni Internet son buenos lugares para hacer deberes de clase, las inexactitudes y la temeridad son demasiado notorias para que los escolares lo fien todo a la Red. Gran parte de la información que se encuentra en la Red no está contrastada. Uno de mis post que titulé ¿Qué es un gen? fue el más visitado de mi blog durante años y al final descubrí en él algun error de bulto. Desde entonces me propuse no escribir post de divulgación sobre temas banales que pueden encontrarse en cualquier sitio.
De donde se deduce -aunque mucha gente lo cree así- que un post no es un artículo de divulgación sino en todo caso una ficción sobre algo, destinada a hacer pensar al personal y no a ayudarle a hacer los deberes. Un post por esta razón no debe ser escrtutado como un articulo cientifico -si es que se trata d eun post de ciencia- porque no resistiria los controles académicos rigurosos que se exigen en este tipo de literatura.
Es por eso que algunos detestamos los articulos cientificos y optamos en su dia por el post.
El post es un magnífico soporte para la información nueva y avanzada no para recalcar lo ya sabido y demostrado porque exige por parte del bloguero de un compromiso con lo nuevo. Una especie de talento para fundir lo humanístico con lo científico y con lo narrativo que dé ganas de leerlo y no de hacer zapping.
Ya sé que los blogs más visitados en Internet son los médicos. A la gente le encanta diagnosticarse y así examinar a su médico cuando le consultan. A la gente lo que más le interesa son sus llagas y no el conocimiento en sí mismo, pero he de decir que el problema que tienen los blogs médicos -yo tuve una web de ese estilo durante años- es que termina por aglutinar una serie de lectores que buscan fervientemente consultas médicas. Y mi opinión en este sentido es que este medio no está diseñado para sustituir la relación medico-paciente sino para ir más allá de ella, o sea para cambiarla.
De manera que un post tampoco es el lugar donde hacer consultas sobre problemas individuales sino para difundir algunas abstracciones sobre las enfermedades o sobre cómo se construyen los malestares concretos, pero no para resolverlos uno a uno.
No hay más remedio que prescindir de las motivaciones personales. Por eso el mejor lector es aquel que carece de intereses como este bloguero que también carece de interés de lucro.
Un post tampoco es un entorno ideal para publicar poemas o novelas que nunca fueron editados por los mercaderes del lucro. Con independecia de su valor literario o artístico el lector de blogs no busca poemas ni ficciones. El lector de post busca ideas nuevas comprimidas para profundizar en aquellas que más le interesen. El poema o la ficcion literaria no funden bien con el espacio visual de una pantalla donde la imagen predomina sobre el texto. Internet nunca será un buen medio para poetas y novelistas convencionales pero sí para poetas visuales o artistas gráficos.
También para aquellos que defendemos hipótesis insólitas y que nunca podríamos verlas publicadas en papel siempre y cuando lo hagamos de un modo ameno, no es necesario ponerselo fácil a los lectores (que son muy listos) aunque sí inteligible y si es posible divertido.
Entonces ¿qué es un post?
Un post es como un artículo de periódico escrito no por un periodista sino por un experto que encima sabe escribir, o es así o el post resultará tan aburrido como un catedrático y tan banal como un periodista orgánico.
Que tiene ideas que expresar y que puede hacerlo gracias a Internet y que además no puede hacerlo de otra manera.
El blogger es un escritor obligado.
Un post no debe ser ni lo suficientemente largo ni lo suficientemente escueto, debe contener pocas imágenes (y no debe fiarlo todo a los videos de youtube, la mayor parte de la gente se los salta); igual sucede con el hipertexto, uno de los hallazgos del texto electrónico y que encuentra aún poco eco entre los lectores acostumbrados a leer como si estuvieran leyendo un libro.
Lo que me lleva a una última consideración: el texto electrónico es más parecido al conocimiento oral que al conocimiento escrito. Un libro una vez escrito ya no se puede cambiar pero un blog está siempre abierto a modificaciones. Implica que el lector no debe conformarse con leer un post sino en observarlo como se observa una imagen percibiendo de ella una gestalt, una totalidad, una idea embrionaria en continua evolución.
El lector de un blog no debe ser un crítico sobre lo que lee sino una pieza más de la conformación de un discurso, al fin y alcabo yo he escrito muchos post inspirados en las ideas que sobre algunos de ellos volcaron algunos lectores audaces y lúcidos.
La red permite este refuerzo y esta recursividad ¿por qué perder el tiempo y con la oposición basada en el pequeño detalle?
Un bloguero que no tiene otro capital que sus lectores y que reivindica el derecho a decir lo que quiera con independencia de que lo que diga contradiga las teorias y las creencias asentadas y oficiales sobre las cosas. Y que reinvindica en su blog esta disidencia.
Como este post que es un ejercicio sobre mis lectores y sobre el medio, aunque sin conocerlos a todos ni todo.
Al fin y al cabo es cierto -tal y como pronosticó Mc Luham- que el medio es el mensaje.
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