El arte del twiteo

twiteo

Pascal les llamó Pensamientos, Marco Aurelio Meditaciones, San Agustín y Rousseau Confesiones, Hipócrates Preceptos, Machado Proverbios, los chinos Estrategias, Lao Tsé El Camino del Tao, Cicerón Discursos, Séneca Epigramas, Epicuro Aforismos, Cioran no les dió ningún nombre y Gomez de la Serna les llamó greguerías.

Pero ahora se le llama twitear.

Twitear es una nueva forma de literatura rápida y comprimida que ha surgido con Internet y que consiste en breves mensajes que aparecen en una página de autor del twiteo. El verbo twitear es difícil de traducir pero se parece mucho a nuestra idea de «gorjeo» o musitación de oreja a oreja.

Se trata de un subproducto de la «mensajería instantánea» que se ha desarrollado a partir de la telefonía móvil en lo que se conoce como  mensajes SMS que fueron adscritos más tarde a las redes sociales como Facebook que se alimentan de la colectivización de sus contenidos. Compartir fotografías, enlaces, textos, videos o estados mentales periódicos dieron lugar con el tiempo a una mayor sofistificación de estos contenidos alcanzando algunos de ellos la calificación de arte apresurado.

Lo que comenzó siendo una banal forma de comunicar a un grupo o red de amigos aquello que se estaba haciendo (dejar recados en la red) con el tiempo el twiteo pasó a convertirse en una especie literaria de profundo calado calcando aforismos, sentencias o en algunos casos verdaderas cibergreguerias, la resucitación de un viejo género literario por la propia dinámica del medio.

Recordando a Ramon Gomez de la Serna y sus greguerias.

Como veís no se trata de la invención de un nuevo género literario sino de su revivificación a través de la tecnologia y sobre todo de la universalización y libre acceso a la red que liberó no pocos talentos ocultos. Del mismo modo que Internet propició el género epistolar a través del email también fue capaz de reanimar el género de la gregueria a través del twiteo.

El twiteo tiene dos acepciones, una débil y otra fuerte. En su acepción débil el twiteo carece de interés literario y consiste en dejar constancia de lo que uno hace o ha estado haciendo, como dejando testimonio público de la banalidad de la propia vida, algo que Kafka no hubiera rechazado de antemano:

«No volveré nunca más a beber»

El interés de semejante declaración sólo puede interesar a aquellos que compartieron borrachera la noche anterior con el aconjogado y arrepentido bebedor, pero existe otro twiteo que intenta hacer literatura y del que hablaré más abajo.

Usualmente se dice que esto del twiteo no es más que una forma de exhibicionismo barato, algo que suelen repetir mucho los ciberparanoicos de la red, aquellos que se sospechan espiados por la red en sí misma y que no quieren aparecer en Intenet porque están convencidos de que algun dia sus datos puedan ser usados contra su voluntad en espúreos negocios de bragas o calzoncillos.

Algo de eso hay -me refiero a la pasión por ser visible- desde luego pues el exhibicionismo no es máas que el deseo de existir para la mirada ajena o quizá el saberse vivos precisamente por esta razón, no es de extrañar que lo que impulsa a una gran mayoria de personas a divulgar sus actividades en Internet -a través de mensajes ciertamente estúpidos- sea la constatación de que tienen seguidores.

Pero existe una versión fuerte del mismo asunto y es aquella que procede de autores sin editorial, de espontáneos genios que de no ser por Internet no hubieran nunca encontrado un medio de expresión que les acogiera, son los militantes de la red, aquellos que han llegado a comprender que esto de compartir genera un capital humano y social nada desdeñable y que se han puesto a trabajar gratis -curándose asi de sus apegos anteriores- para los demás y permutan lectores por dinero.

Un twiter que se precie acude a las dos formas universales del aforismo: la busqueda y divulgación del conocimiento, la pretensión noética que va casi siempre de la mano de otra: la evocación de la risa. Hacer reir y hacer pensar son las motivaciones de aquel que twitea a diario como yo mismo. Las conversaciones y comentarios que suelen acompañar a estos twiters no tienen desperdicio y cualquier twiter sabe de la enorme capacidad de ideación noética que puede desplegar un comentario-aforismo de este tipo.

Y lo hacen casi siempre utilizando las propiedades de la paradoja.

La paradoja hace pensar y hace reír precisamente porque nos enfrenta con los equívocos del lenguaje, con sus enredos y con nuestras propios sobreentendidos acerca de las palabras.

Para ilustrar lo que estoy diciendo les pondré mi ultimo twiteo en facebook, dice así:

«Los excursionistas salen de viaje con frecuencia, los viajeros no viajan nunca pero a veces salen de excursión».

Lo que quiere decir -mas bien señalar- este twiteo es que no es necesario salir de viaje para viajar. Que podemos viajar hacia dentro, hacia nuestro interior que es seguramente el único viaje que interesa. Más aún: algunas personas viajan hacia afuera, precisamente, para no tener que viajar hacia dentro.

La combinación entre las palabras «ex-cursion» y «viaje» es usada en este caso para señalar que aquellos que viajan son precisamente los que tienen un talante excursionista, mientras que los viajeros de verdad (lo que recurren a las in-cursiones) viajan muy poco.

El aforismo termina con una paradoja:

«Los viajeros a veces salen de ex-cursion»

¿Qué es una ex-cursión?

Una excursión es abandonar momentáneamente un entorno habitual cualquiera con la intención de regresar. La excursión se diferencia del verdadero viaje en que hay un billete de vuelta mientras que el viaje es sólo de ida. Eso que hacemos en vacaciones entonces no son viajes, por más lejos que nos vayamos, sino excursiones que vivimos como aventuras quizá porque nos desplazamos a lugares lejanos y exóticos es decir muy distintos de nuestro entorno habitual y que nos provocan la ilusión de que hemos cambiado.

Pero seguimos siendo los mismos porque lo único que es capaz de cambiarnos es la expansión de nuestra Conciencia y eso no se consigue viajando sino comprendiendo y sabiendo. Comprendiendo lo que (ya) se sabe.

Asi es usual que un viajero de verdad a veces salga de excursión pues casi todo el tiempo lo pasa de incursión en incursión y hasta los viajeros más notables han de descansar.

Aunque a mi me basta con pasear, que es otra forma de excursionar sin dejar de viajar.

Twitear es ya una de las bellas artes.

En esta dirección de Facebook titulada «Intuiciones», hay una buena colección sobre twiteos.

La risa

Un amigo mio inmunólogo suele decir que la risa estimula el sistema inmune.

Si es por eso es seguro que mi sistema inmune está muy fortalecido porque yo soy de las personas que mas ríen de este país. Debe ser por eso que tengo alergia a los ácaros, una especie de respuesta exagerada a un parásito que convive con nosotros desde los albores de la humanidad y que nos enseñó a rascarnos.

Y es que todo me hace gracia pero admito que lo que mas gracia me hace y de donde extraigo cientos de anécdotas para reir son los informativos de televisión, eso que llaman los telediarios.

Una constante fuente de inspiración, la vida es muy graciosa y uno acaba por encontrarle la gracia a cualquier cosa, es por eso que no me pierdo ninguno. Soy un adicto a los informativos: una verdadera fuente de hiperrealidad.

Y cuando eso falla, está la vida y sus adversidades, vean el siguiente ejemplo, un ejemplo verdadero que me sucedió el otro dia.

Estaba yo en la terraza de mi apartamento de verano  tratando de escribir un post cuando de repente oí un gran estruendo en algun lugar cercano a mi terraza. Como si un muro se hubiera caído, como si se viniera abajo la finca entera, un ruido así oí.

Pensé que se había caído alguna silla de algun vecino o alguna mesa por el viento ( a veces sucede), y me dirigí raudo a investigar.

Me encontré con una enorme grieta en la pared del tabique que separa mi dormitorio del comedor, abombada y amenazando resquebrajarse. Era una pared la que se había caído, mejor dicho agrietado porque el tabique seguía en pie gracias a la gota -según sabría mas tarde- que opera como un pegamento.

Lo primero que pensé es que había habido un terremoto y miré hacia abajo por si ya había cundido el pánico y los vecinos se habían atrincherado en el jardín.

Nada.

Así que bajé a preguntar al portero si habían oído el estruendo mientras le proponía que subiera a mi casa a ver el estropicio.

No había sucedido nada, ningún vecino se había quejado.

Así que me propuse averiguar si había habido un corrimiento de tierras (Benicasim es una zona que registra terremotos de vez en cuando) y no se me ocurrió otra cosa que llamar al 112.

Llamé para preguntar si ellos (en emergencias) tenían noticia de que hubiera habido un terremoto) me dijeron que no, me tomaron la filiación y he aquí el desastre:

A los 5 minutos se habia activado no se qué protocolo y tenia en mi casa a la Guardia civil, a la poclicia municipal y a un par de bomberos.

Pensé que esa velocidad de respuesta no podía ser cierta dado que todo el mundo se queja de la lentitud de respuesta de este tipo de protocolos, pero lo cierto es que en mi casa de repente habían 7 o 8 personas husmeando en la grieta y tratando de diagnosticar su causa.

Naturalmente -y aunque todos me hicieron saber que no sabian su causa- no lograron tranquilizarme sino todo lo contrario. Claro es que yo no necesitaba tranquilidad porque no estaba nervioso sino soprendido del lio que habia armado con aquella llamada.

No había habido ningún terremoto -eso era seguro- según diagnosticó el guardia civil que parecía estar al mando de aquella incursión y que sin dejar de hablar por su móvil, dictaminó:

– ¡Que venga el arquitecto municipal!. No las tenía todas consigo.

El tiempo fue pasando y los vecinos acabaron haciendo campamento en el rellano a la espera de noticias pues algunos de ellos esperaban un dictamen oficial para saber qué hacer, si irse a dormir a su casa o quedarse.

Fueron las horas mas divertidas, escuchando los pronósticos de toda aquella marabunta de personas, algunas de las cuales ni conocía y adelantando hipótesis a cual más alarmista.

La policía municipal les tomó el nombre a todos los que pululaban por mi casa por aquello del informe, alguien experto pensó si no seria que en el piso de arriba habría obras o algún mueble muy pesado tratando de conspirar contra mis tabiques.

De manera que entraron en ese domicilio vacío tratando de encontrar pruebas.

No las encontraron. Todo seguía igual que de costumbre: vacío.

– El problema es que no sabemos si esto es un tabique o un muro de carga, dijo un policía con pinta de espabilado.

– Este edificio no tiene muros de carga, dijo un vecino listillo, ante la cara de estupefacción del policía.

– Esperaremos al arquitecto municipal, dijo otro con más galones.

Y mi casa llena de gente observando la grieta que amenazaba con derribar el edificio según la opinión de un vecino que nunca había visto en la piscina.

Dudé que el arquitecto municipal viniera a ver mi grieta con tanta celeridad pero me equivocaba: a la hora lo tenia en mi casa, eso si con bañador y camiseta.

– ¿Y usted quién coño es? dijo el sargento que en realidad era cabo primero.

– Soy el arquitecto municipal, aunque vaya en bañador -añadió solemne el enjuto arquitecto-.

Miró la grieta con cara de experto y como si fuera la ministra de sanidad me dijo:

– Para que  me entienda señor. Los edificios tienen vida, se mueven y vibran, ¿me sigue?.

– Sube el nivel muchacho que soy psiquiatra.

– Ah, perdón, bueno, lo que ha sucedido no tiene ninguna importancia, es una grieta.

– Ah!

– O sea que pueden seguir durmiendo aqui como si nada, no corren ningún peligro. Mi propuesta es que usted se tranquilice.

– No, si yo estoy muy tranquilo, sólo un poco sorprendido de lo bien que funcionan en este país las emergencias, estamos muy protegidos. ¡Zapatero tiene razón!

– Ese es el problema, aseguró el municipal de turno.

Conté una 18 personas, entre técnicos, municipales y guardia civiles, pero aun no se había dicho la ultima palabra, faltaban los bomberos.

Vinieron los últimos, acompañados por otra patrulla de la guardia municipal, ocuparon la calle y la bloquearon y es por eso que al llegar mi mujer y no poder pasar preguntó a un vecino:

– ¿Qué es lo que sucede, no se puede pasar?

– Creo que están evacuando la finca, dijo el enterado de turno.

Mientras yo despedía al oficial bombero rezagado que habia visto y fotografiado la grieta sin decir ni pio yo añadía este toque de humor:

– Sólo nos ha faltado la SAMU.

– Está en camino, dijo el bombero.

– ¡No por favor, que igual me operan!.

Y me dio la risa, una risa vertical en sentido opuesto a la grieta y asi hasta hoy.

Para saber qué es una grieta

El quinto elemento

No entre aquí quien no sepa geometría

La academia de Platón

Dicen que Euclídes andaba tan obsesionado por los misterios que envolvían al pentágono y al pentagrama (estrella de cinco puntas) que fue por eso que se topó de bruces con el numero phi. Quedó estupefacto al notar que la diagonal de un pentágono regular (con lados iguales) dividida por su lado era una proporción incomensurable, y daba 1,618……, es decir un número rarísimo al que hoy llamamos proporción áurea o número phi y que los matemáticos llaman irracional y sobre el que hablé en este post a propósito de la belleza y el cerebro.

Debe ser por eso que a los sólidos en tres dimensiones que procedían de figuras geométricas siempre anduvieron con un pie colgando sobre lo esotérico, lo misterioso y lo sublime. Platón pensaba que los sólidos que llevan su nombre era representaciones de lo perfecto, de un orden supremo que habitaba en algún lugar.

Recordemos los sólidos platónicos, son estos cinco:

solidos

  • El cubo o hexaedro, seis caras cuadradas,
  • El tetraedro cuatro caras triangulares,
  • El octaedro, ocho caras triangulares,
  • El dodecaedro doce caras pentagonales
  • Y el icosaedro veinte caras triangulares y no hay ya más posibles poliedros que sean regulares.

La idea platónica de que existía un mundo paralelo donde habitaban las ideas o los universales perfectos entre los que se consideraban estos poliedros los llevó a relacionarlos con la doctrina de los 4 elementos, así el cubo sería Tierra, el tetraedro aire, el octaedro fuego y el icosaedro agua.

¿Pero en qué lugar quedaba el dodecaedro?

Dodecaedro

En realidad la fascinación de Euclídes por el dodecaedro procedía no sólo de aquella proporción aúrea que ya encontró en sus caras pentagonales sino en otra cuestión: el dodecaedro podía inscribir en su interior a todos los demás poliedros, los contenía a todos (tal y como podeís ver en la web linkeada).

Fue Aristóteles quien tuvo la idea de contar con el dodecaedro y encontrarle un lugar en la teoría de los 4 elementos, para él el dodecaedro representaba la quinta esencia a la que llamó éter.

El éter era el elemento que contenia a los otros cuatro.

Para entender qué es el éter según lo griegos es necesario abordar el problema cosmológico de qué es lo que separa una estrella de otra. Es decir qué hay más allá de nuestra atmósfera (aire). Los griegos llamaron éter a ese elemento que separaba un astro de otro y que la física actual niega que sea un vacío sino algo que en realidad está lleno de otra cosa.

Para los fisicos actuales la idea de vacío o nada es simplemente una idea metafisica, no es posible.

Si retiráramos de esta habitación todos los objetos, todo el aire y todo el calor, radiación y ondas que la cruzan y disminuyéramos su temperatura hasta el cero absoluto lo que habría ahí, no es el vacío o la nada sino un campo de Higgs.

Para conocer qué es un campo de Higgs recomiendo al lector que visite este post sobre el asunto que yo mismo escribí hace algun tiempo.

Dicho de otra forma: la quinta esencia aristoteliana es una campo de Higgs.

O lo que es lo mismo: el dodecaedro es la representación gráfica de un campo de Higgs: aquello que es capaz de incluir en sí mismo a todos los elementos: del mismo modo sucede con el bosón de Higgs, no tiene masa ni velocidad pero es capaz de dotar de masa  y velocidad a todo el resto de bosones y fermiones, como por ejemplo, el fotón que es un bosón o el electrón que es un fermión.

Para aquellos de vosotros que querais profundizar en esta historia de las particulas elementales os recomiendo esta página donde se repasa y se ponen al dia los conocimientos que aprendimos en el bachiller de forma fácil y divulgativa.

Hasta una pelicula de ciencia ficción se ha hecho de este asunto del quinto elemento, vale la pena ver este film de Jean Luc Besson para ilustrar estos argumentos del dodecaedro.

Aunque lo mejor es visitar y explorar lo que han dicho algunos artistas plásticos iluminados como Escher uno de los que intuyeron que el universo podia tener esta forma.

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Las estrellas según Escher son sólidos platónicos.

Y la vida es polvo de estrellas apresada entre sus bordes.

Algo que mas adelante defenderian algunos fisicos como Jean Pierre Luminet, en su libro «El universo arrugado», para saber más sobre este asunto podeís visitar su pagina web y algunos artículos de divulgación dedicados a esta idea.

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Como podeís ver en este grabado de Escher el artista pretende decirnos que la vida -representada por ese reptil- emergió de la materia inerte, desde un patrón mórfico dibujado en el papel, desde ahí transita tanto sólidos ordenados como materia caótica. Escher quizá quiso llamar nuestra atención acerca de que la vida podría ser un accidente relativo a las leyes del caos y el vacío cíclicos.

La evolución estaría patrullando tanto los patrones mórficos como algunos sólidos platónicos que les sirven de recipiente y les incluyen a todos, alternando con objetos sin forma o desordenados.

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El caso es que Dali volvió sobre el tema de dodecaedro en varias ocasiones a lo largo de su carrera, aqui en esta ultima cena parece señalar hacia la idea de que lo sagrado (la sagrada escena) parece estar inscrita en una especie de nave espacial, naturalmente en forma de dodecaedro.

dali

La decisión de las margaritas

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No cabe ninguna duda de que las margaritas sólo sirven para una cosa: para ser deshojadas.

Cumplen pues la misma función del Oráculo, adivinar el futuro que es una forma de disminuir esa incertidumbre que a los humanos nos provoca ese  sentimiento tan desagradable como es la ansiedad o la zozobra.

El caso es que las margaritas tienen un número par o impar de pétalos y de ahí la incertidumbre de su diagnóstico, si bien es cierto que el número de pétalos de las margaritas es siempre un número Fibonacci:

1, 1, 2, 3, 5, 8, 13, 21, 34, 55, 89….. y así.

La serie Fibonacci por su combinación de pares e impares es idónea para consultar lo que a las personas comunes nos preocupa, ¿me quiere o no me quiere?, puesto que es una serie de números que combina la suma y la multiplicación de una manera primorosa, por ejemplo:

Un número cualquiera Fibonacci nos permite predecir cual será el próximo en la serie de una manera sorprendente:

Si lo elevamos al cuadrado (lo multiplicamos por si mismo) y luego le restamos 1 hemos hallado el siguiente en la serie, así:

3×3=9; 9-1= 8, asi sabemos que después del 3 el siguiente número de la serie es el 8.

Pero esto le importa un bledo a las margaritas que eligieron la serie Fibonacci sólo por una razón: es la mejor forma para que todos los pétalos tomen el sol por igual.

Pero al que deshoja la margarita (que no sabe nada de la serie Fibonnacci) lo que el importa saber es algo relacionado con una duda.

¿Me quiere o no me quiere?

Y no tiene ni idea de que la respuesta está relacionada con el hecho de que el número de pétalos sea par o impar.

Pero el que deshoja la margarita posee una ventaja sobre aquello por lo que consulta: él cree estar en una certeza absoluta con respecto al otro por el que consulta. El que deshoja margaritas lo que quiere saber es si el otro le quiere, pero no se plantea lo esencial, si él ama o no ama al otro.

Tiene o cree tener una certeza sobre eso.

Si es impar, me quiere, y si es par no me quiere. Eso es todo.

Mi impresión es que la pregunta que se hace a la margarita tiene que ver con una duda esencial del consultante y es ésta: ¿le quiero o no le quiero?

Pero el que deshoja margaritas no se hace esta pregunta porque lo que le molesta es la incertidumbre relativa al otro. En realidad toda incertidumbre tiene que ver con aquello que no está bajo nuestro control.

Y es por eso que consultamos a los astros o a las margaritas: para que decidan por nosotros.

El caso es que ya no necesitamos recurrir a las margaritas porque ya disponemos de una teoria sobre la decisión.

Algo que hacemos todos los dias aunque no somos demasiado conscientes de ello y lo hacemos en ambientes de certidumbre, de incertidumbre o de riesgo. La gracia es que nuestro cerebro opera a ojo cuando tenemos que decidir algo que seguro que a todos ustedes les suena.

La mayor parte de las decisiones las tomamos en nuestro ambiente laboral: alli tenemos que decidir con quien aliarnos, a que lider seguir, en qué bando tenemos que militar puesto que no hay entorno laboral sin lideres, seguro que ustedes saben a qué me refiero.

¿Y qué es lo que ustedes hacen en ambientes así?

Se trata de ambientes de fuerte incertidumbre y que además tiene consecuencias para nuestro futuro o nuestro interés, si apoyamos a un perdedor estamos perdidos y si apoyamos a un ganador tendremos alguna oportunidad de cobrarnos el favor. Lo malo de esta historia es que no sabemos quien ganará en esas confrontaciones caínitas que suelen darse en esos ambientes donde es incluso difícil averiguar quien manda hoy, ahora y aqui y es por eso que la mayor parte de ustedes se mantienen en una discreta neutralidad, tanteando las posibilidades de unos y otros, haciéndose los bobos.

Y luego están, claro está, las simpatías personales que son muy malas consejeras a la hora de impulsar nuestra decisión porque con las simpatías corremos el riesgo de equivocarnos en nuestra decisión.

Lo que procede pues es no demostrar demasiadas simpatías por nadie que es lo que hace la mayor parte de la gente espabilada, la mejor opción en tiempos de paz. Pero los neutrales -a su vez- corren también un riesgo sobreañadido porque muchos lideres pretenden acumular adhesiones inquebrantables y siempre van a compensar mejor a aquellos de ustedes que corrieron riesgos para impulsarles en su carrera.

El riesgo puede tener grandes pérdidas pero también los mayores beneficios aunque usted seguramente no es de esos que gustan de correr riesgos.

Y es por eso por lo que la mejor opción hoy puede ser la peor para mañana si las condiciones han llegado a lo bélico si usted ha optado por seguir ignorando la conflagración.

Hay que ser pues flexible esta es la la mejor opción y la más genérica, no se fíe demasiado de las margaritas y ocúpese de variar su punto de vista según la evolución de los acontecimientos y  asegúrese además de que no se le note demasiado, acostúmbrese a disimular y pierda la vergüenza de sostener hoy lo que ayer le parecía detestable.

Los animales toman constantemente «a ojo» este tipo de decisiones y se equivocan menos que nosotros a pesar de que les ganamos en inteligencia, ¿por qué?

Pues porque la incertidumbre en que nos movemos los humanos en gran parte no procede de las leyes de la naturaleza sino de las leyes sociales. Es por eso que nosotros los humanos tenemos creencias cosa que no tiene ningún animal: tenemos creencias porque suponen siempre un atajo para vivir en un mundo incierto.

Y a más incertidumbre más creencias, irracionales claro, esas parecen ser las mejores para exorcizar la incertidumbre, las creencias increíbles, cuanto más increíbles mejor.

La mayor parte de la gente tiene dudas cuando tiene que decidir algo y la duda es insoportable y torturante, de manera que  sólo puede resolverse a través de una decisión que siempre implica cierto grado de certeza. Pero hay otra opción que no es tan torturante como la duda, me refiero a la ignorancia. Algunas personas se instalan en una ignorancia activa que les protege de la duda obsesiva, se trata de lo que en psicoanálisis se llaman negación. Que puede definirse como un saber sin saber, fuente de la mayor parte de la psicopatología en los humanos.

Aquel que lidia con problemas de incertidumbre a traves de la ignorancia activa está muy expuesto a toda clase de accidentes que a su vez siguen siendo ignorados como ignoradas fueron sus causas, es por eso que la negación es en cierta manera alienante pues construye en torno a sí una cadena de irracionalidades. Simplemente uno no conoce la cadena causal que rige sus adeversidades y la proxima estrategia es darle la culpa a los demás.

Y entonces aparece el fanatismo y la paranoia: uno siempre es inocente y el mundo consecuentemente es el culpable pero al hacer culpable al mundo se vuelve amenazador y a más amenaza más incertidumbre. El bucle paranoico está pues servido.

Un paranoico no se crea en un día, hace falta un cierto entrenamiento.

Claro que hay dos estrategias a la hora de darle al culpa al mundo, una forma, la mas común es simplemente asomarse a ese abismo y convencer a los demás de la causa propia sin creer demasiado en ella, con la boca pequeña por así decir,eso es lo que hacen los individuos manipuladores pero no demasiado perturbados: buscar simpatías, apoyos o prebendas para su desgracia. Otra forma es sumergirse en el delirio y eso es lo que hacen los menos inteligentes emocionalmente aquellos que no encontraron una forma mas adaptada de creerse su propia mentira.

Otros se instalan en una duda eterna y la transforman en una pasión, en un goce, son los indecisos, los que no toman decisiones jamás, los pasivo-agresivos que ignoran que su goce está precisamente en dudar. Les llamamos perfeccionistas que trás una mascarada de racionalidad ocultan sus cartas marcadas sobre un control exagerado, no sólo sobre sí mismos sino tambien en consecuencia sobre su medio ambiente. Disminuyen su incertidumbre detrás  de una constante duda, merece la pena retener que dudar es una forma de disminuir las certezas a cambio de aumentar la ilusión de control sobre los sucesos. Lo que es lo mismo que decir que el vacilante pretende disminuir en realidad la incertidumbre como todos los que deshojan margaritas pero sin creer en ellas.

Vivimos en un mundo en que necesariamente tenemos que tomar decisiones y es seguro que si pudiéramos hacerlo desenchufando nuestro cerebro y calcular la mejor decisión en función de simples probabilidades matemáticas nos iría mejor que si lo hacemos movidos por flias y fobias, simpatías y antipatías. Hay que calcular simplemente ganancias y costos y operar racionalmente sabiendo que incluso así podemos equivocarnos en entornos de alta incertidumbre como en esta pregunta ¿quien ganará la prxima liga? Pero sabiendo también que el error solo puede reconocerse aprés coup, a posteriori y según las circunstancias no siempre nos pertenece en exclusiva, es por eso por lo que las  personas sabias suelen decir cuando son preguntadas acerca de estas cuestiones lo siguiente:

-Si entonces hubiera sabido lo que se ahora no me hubiera equivocado

¿O si?

Porque hay otra variable en juego.

La decisiva, el deseo, en cada instante.

¿Que me gustaria que me dijera hoy la margarita?