Mañana dia 27 se presenta en Castellón el penúltimo libro de Rosa Maria Vilarroig titulado ·»Sine qua non (poemas astrológicos)», un libro que prologué yo mismo y cuyo texto completo podeis leer aqui.
Rosa Maria Vilarroig es una poeta gnóstica: se trata de un viejo refugio de aquellos poetas y artistas en general que han pretendido hacer del lenguaje poético, un medio de conocimiento, como Blake,como Yeats, como Whitman o Kavafis. Personalmente la poesia con pretensiones noéticas me interesa mucho más que aquella poesia que habla de sí misma, es decir de la poesia académica, pienso ahora en Garcia Lorca o en Quevedo o Góngora, grandes poetas sin inclinación por esa busqueda esóterica, esa forma de escarbar en lo oculto que preside la estética y la vocación de Rosa Maria Vilarroig, un desasosiego que parece encarnarse en los misterios de la maternidad, es por eso que creo que Rosa Maria Vilarroig es una Gea postmoderna, una madre renovada y universal, no es de extrañar que mucha de su poesia esté destinada a aclarar ese misterio de la fecundidad, ese misterio de la mujer escudriñado desde el punto de vista mitico, desde el punto de vista del arquetipo.
Anque en ciertas colecciones y antologías se la incluya como escritora feminista, -una investigadora poética de las cuestiones y perspectivas de género-, lo cierto es que sólo forzando la máquina clasificatoria que Rosa puede ser interpretada de ese modo. Es verdad que el leit motiv de Rosa es la femineidad ¿podria ser de otro modo? Personalmente me parece un error encajarla en un movimiento filofeminista, es como si a Silvia Plath se la incluyera como una escritora feminista sólo por el hecho de que mantuvo durante toda su vida un pleito emocional con su padre, al parecer uno de esos tiranos domésticos que troquelan las mentes de aquellos que dependen de ellos -los hijos- hacia un resentimiento vital que impregna todas y cada una de las acciones que emprenden en su vida. La Plath no escribia para una causa feminista sino para aclarar, reparar y restituir una relación con un padre personal (no mitico) al que como a todos los padres se les odia y añora simultáneamente y mucho más si existen razones objetivas para ello. Pues ese es el fundamento de lo humano, nuestro mito fundacional como seres humanos. La Humanidad se desplegó y expandió su conciencia a través de un crimen ritual: un parricidio y una vez consumado ese parricidio hubo que recuperar al padre a través del tótem, a través del sacrificio de la carne y a través de una cierta incorporación paterna simbólica, algo que todos los pueblos hacen -hacemos- a través de la incorporacion canibalistca -comunión- de sus atributos. Lo prohibido, lo imposible y lo oculto mantienen pues relaciones de vecindad.
Y de eso se ocupan precisamente algunas formas de arte, de entre ellas algunas formas de poesia que he llamado gnósticas como homenaje a aquella primitiva herejía que proclamó que no era suficiente con la fe ni con el sacrificio de Jesucristo para liberar y redimir al hombre. Que era necesario algo más: una especie de transformación de la conciencia que nos llevara hacia el conocimiento velado de lo oculto, algo que solo podia hacerse de uno en uno, a veces en parejas. Dios no nos recibirá si ve tumulto, lo que es lo mismo que decir que la via del conocimiento es una experiencia individual y por tanto algo que no depende de la estadística ni de procesos racionales o conscientes sino de ese otro lado del espejo donde habitan la incertidumbre y la indeterminación.
El libro de Rosa Maria Vilarroig es un poemario sobre los signos astrológicos, es decir un libro sobre los mitos, los simbolos, las imágenes, los iconos que se constelan en cada signo. Toma de cada uno de ellos lo esencial -el arquetipo- y lo transfiere a un poema que encarna las caracteristicas de cada uno de los signos del zodiaco que conocemos bien gracias a la persistencia de la astrologia como un saber tradicional que -aunque se rechaza y no se toma demasiado en serio- no deja de tener interés para todos nosotros que conocemos bien al menos algunas caracteristicas de nuestro signo. ¿Pero puede hoy en pleno desarrollo del pensamiento egoíco servir de algo la astrologia? ¿que hay de verdad en ella?
Antes de contestar esta pregunta es necesario que pongamos en orden algo relativo al campo de la verdad, no hay una verdad absoluta sino multiples verdades, una verdad para cada nivel de definición y hay que recordar ahora que la mente humana es un conjunto de sustratos filogeneticos con al menos tres niveles de definición (tres cerebros) enclaustrados en una misma esencia. Significa que la verdad de la ciencia no es la misma verdad de la metafisica, la filosofia, la mitologia o la religión, la verdad de la ciencia tampoco es la verdad del sueño, de la intuición o del arrebato mistico ni la verdad inmediata de nuestras percepciones o creencias, lo humano se encuentra enroscado en pequeñas verdades individuales e intrasferibles, lo humano se enrosca en certezas inefables que a veces son consensos y otras veces disidencias. La verdad de la astronomia no es la misma verdad que la que se esconde en la astrologia ni la verdad de la metáfora es la verdad de la sintaxis. Aunque la astrologia nació en pleno pensamiento mítico, algo que coincidió en la conciencia humana con el invento del futuro, lo cierto es que la astrologia no sirve para saber nada de él. Pues la astrologia -aunque nació para predecir- solo sirve para señalar. Es a la ciencia a la que le corresponde predecir.
Ahora bien existe un segmento de transición entre el destino y carácter, entre el pathos y el daimon que conviene ahora señalar: «En el hombre su carácter es lo mismo que su destino», esta es la máxima heraclitina. ¿Que hay de verdad en ello?
Pues que todos sabemos que nacemos condicionados, una cultura, un tiempo, un entorno, una familia, una clase social, un barrio, una etnia, un sexo, etc. No cabe ninguna duda de que los hombres somos una extraña mezcla de determinismo y libre albedrio y que nos movemos en un espacio de indeterminación al mismo tiempo que somos capaces de admitir que las experiencias tempranas, los aprendizajes de la infancia tienen un enorme peso causal en nuestro desarrollo posterior como individuos. Si la ciencia se ocupa de lo determinado, lo cierto es que hace falta otro registro que de cuenta de lo indeterminado, de la no linealidad, de lo acausal. Este espacio está rellenado por ese otro conocimiento que llamamos humanidades. arte, poesía, espiritualidad, religión, metafísica o como queramos llamarlo. Las tradiciones como la astrología, la adivinación, la magia, el Tarot, la Cábala y las tradiciones misticas de todo el mundo existieron mucho antes de que en Grecia emergiera aquel tropel de cientificos que como Arquímedes o Pitágoras iniciaran la ciencia moderna y el metodo de observación se impusiera sobre la especulacion filosófica. Pero -más que nunca- necesitamos de ese conocimiento que no es ciencia y que esconde gotas de verdad práctica y chorros de verdad en su propio nivel de definición, es por eso que este libro de Rosa Maria Vilarroig ofrece una oportunidad única para aclarar el sentido que para el hombree moderno tiene la astrologia: una forma de saber que señala hacia nuestro origen y complementa a otros saberes que se ocupan del mañana y del bienestar en el hoy.
Pero no es posible delegar en la ciencia el peso de esta responsabilidad, hay cuestiones que la ciencia no podrá predecir nunca y por eso necesitamos saber como la conciencia humana ha evolucionado desde el animismo urobórico hasta el racionalismo egoico pasando por lo mítico-tifónico, qué ganancia y qué perdidas han ido produciendose con estos trasiegos, donde estamos y qué podemos pedirle a los saberes ancestrales. Es por eso que el arte, los poetas existirán siempre pues hay en ellos una verdad, un saber que les adviene como un don, algo profético que hace que en este caso Rosa haya adivinado el arquetipo de Sagitario con una claridad que nos trae a Nostradamus a la memoria.
Y lo hace, como él, a través de versos:
Según Rosa Maria Vilarroig está es la esencia mítica de mi signo Sagitario, una convección fractal donde emergen al menos tres mitos que representan en distintas octavas una misma esencia, Zeus, Prometeo y Quirón:
Un rescoldo, una brasa de sangre resistente
vive bajo el escorzo de la llama
destinada prende hacia lo alto
mudable viajera de espacios
desoídos, tilo o caza
cerrazón donde la verdad permanece amurallada.
Una estrofa donde aparecen tres elementos de la esencia de Sagitario: el Fuego como elemento purificador que enlaza lo de abajo con lo de arriba, la Tierra con el Aire, la Verdad que habita en una manera de entender la vida orientada hacia las convicciones, las certezas de quien fundó un nuevo orden sobre las cenizas de lo viejo, y el amurallamiento, la cerrazón del signo que permanece de alguna forma inaccesible para quien no haya encontrado la forma de franquear sus muros.
Aqui aparece otro de los fractales de Sagitario, el buen Quirón médico altruista herido de muerte en su parte animal que demanda a Zeus ponerse en el lugar de Prometeo y terminar asi con sus sufrimientos eternos:
En tu doble faz, claridad oscura de la herida
daña o sana el cielo ardiente
mitad hombre, mitad caballo
impulso y voluntad redime con tus pócimas
el veneno vomitado sobre tus caderas
interpreta constelaciones.
Zeus es el fundador de un nuevo orden olimpico, un orden jurídico nuevo que crece en aposición al antiguo orden de las deidades femeninas que le antecedieron, un orden podriamos llamar democrático que impone un parlamento de dioses, desde entonces todos los dioses deberan ser oidos antes de tomar una decisión, Zeus es pues designio, algo que vienea imponerse al destino y a la fatalidad:
has urdido un nuevo orden
en la clarividencia del conflicto
se instala
en tu poder procedencia y ley.
Donde vemos que Zeus no solo inventó la ley sino tambien la filiación, desde entonces saber de dónde se procede es tan importante como saber a dónde se va, pasado y futuro encuentran en lo mítico una forma de expresar las ansiedades de una nueva conciencia emergente.
Y que nos promete una nueva emergencia, la del hombre centauro, parecen adivinarse en estos versos hacia donde se dirigirá ese camino de transhumanización del que hablaban Huxley y Jung, un camino que necesariamente habría que enlazar el azul con el fuego, el aire y la Tierra y el agua en una nueva sintesis.
Arquero de piedra y sol
en tu firmeza desposas el azul con el fuego
está escrito en el universo, la tierra encinta conduce
hacia el ultimo enigma del invierno.
Ahi estamos, parece. En tránsito hacia el invierno.
Que por mucho tiempo siga interpretando constelaciones y su carcaj y su arco de piedra y sol sigan apuntando a la verdad, caiga quien caiga. A la científica y a la gnóstica.
Sublime…
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me sumo al comentario de Ana!
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Muy bien. Tal vez hay un puente entre el logos y el eros, tal vez es un puente subterráneo, tal vez no es un tal vez sino una nuez, una sinfonía única, desde distintas respiraciones y pulsos.
El aleph. Un cristo diminuto. Una libélula. Una rosa. Nosotros, «nuestros otros»…
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