Poetas gnósticos

Mañana dia 27 se presenta en Castellón el penúltimo libro de Rosa Maria Vilarroig titulado ·»Sine qua non (poemas astrológicos)», un libro que prologué yo mismo y cuyo texto completo podeis leer aqui.

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Rosa Maria Vilarroig es una poeta gnóstica: se trata de un viejo refugio de aquellos poetas y artistas en general que han pretendido hacer del lenguaje poético, un medio de conocimiento, como Blake,como Yeats, como Whitman o Kavafis. Personalmente la poesia con pretensiones noéticas me interesa mucho más que aquella poesia que habla de sí misma, es decir de la poesia académica, pienso ahora en Garcia Lorca o en Quevedo o Góngora, grandes poetas sin inclinación por esa busqueda esóterica, esa forma de escarbar en lo oculto que preside la estética y la vocación de Rosa Maria Vilarroig, un desasosiego que parece encarnarse en los misterios de la maternidad, es por eso que creo que Rosa Maria Vilarroig es una Gea postmoderna, una madre renovada y universal, no es de extrañar que mucha de su poesia esté destinada a aclarar ese misterio de la fecundidad, ese misterio de la mujer escudriñado desde el punto de vista mitico, desde el punto de vista del arquetipo.

Anque en ciertas colecciones y antologías se la incluya como escritora feminista, -una investigadora poética de las cuestiones y perspectivas de género-, lo cierto es que sólo forzando la máquina clasificatoria que Rosa puede ser interpretada de ese modo. Es verdad que el leit motiv de Rosa es la femineidad ¿podria ser de otro modo? Personalmente me parece un error encajarla en un movimiento filofeminista, es como si a Silvia Plath se la incluyera como una escritora feminista sólo por el hecho de que mantuvo durante toda su vida un pleito emocional con su padre, al parecer uno de esos tiranos domésticos que troquelan las mentes de aquellos que dependen de ellos -los hijos- hacia un resentimiento vital que impregna todas y cada una de las acciones que emprenden en su vida. La Plath no escribia para una causa feminista sino para aclarar, reparar y restituir una relación con un padre personal (no mitico) al que como a todos los padres se les odia y añora simultáneamente y mucho más si existen razones objetivas para ello. Pues ese es el fundamento de lo humano, nuestro mito fundacional como seres humanos. La Humanidad se desplegó y expandió su conciencia a través de un crimen ritual: un parricidio y una vez consumado ese parricidio hubo que recuperar al padre a través del tótem, a través del sacrificio de la carne y a través de una cierta incorporación paterna simbólica, algo que todos los pueblos hacen -hacemos- a través de la incorporacion canibalistca -comunión- de sus atributos. Lo prohibido, lo imposible y lo oculto mantienen pues relaciones de vecindad.

Y de eso se ocupan precisamente algunas formas de arte, de entre ellas algunas formas de poesia que he llamado gnósticas como homenaje a aquella primitiva herejía que proclamó que no era suficiente con la fe ni con el sacrificio de Jesucristo para liberar y redimir al hombre. Que era necesario algo más: una especie de transformación de la conciencia que nos llevara hacia el conocimiento velado de lo oculto, algo que solo podia hacerse de uno en uno, a veces en parejas. Dios no nos recibirá si ve tumulto, lo que es lo mismo que decir que la via del conocimiento es una experiencia individual y por tanto algo que no depende de la estadística ni de procesos racionales o conscientes sino de ese otro lado del espejo donde habitan la incertidumbre y la indeterminación.

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El libro de Rosa Maria Vilarroig es un poemario sobre los signos astrológicos, es decir un libro sobre los mitos, los simbolos, las imágenes, los iconos que se constelan en cada signo. Toma de cada uno de ellos lo esencial -el arquetipo- y lo transfiere a un poema que encarna las caracteristicas de cada uno de los signos del zodiaco que conocemos bien gracias a la persistencia de la astrologia como un saber tradicional que -aunque se rechaza y no se toma demasiado en serio- no deja de tener interés para todos nosotros que conocemos bien al menos algunas caracteristicas de nuestro signo. ¿Pero puede hoy en pleno desarrollo del pensamiento egoíco servir de algo la astrologia? ¿que hay de verdad en ella?

Antes de contestar esta pregunta es necesario que pongamos en orden algo relativo al campo de la verdad, no hay una verdad absoluta sino multiples verdades, una verdad para cada nivel de definición y hay que recordar ahora que la mente humana es un conjunto de sustratos filogeneticos con al menos tres niveles de definición (tres cerebros) enclaustrados en una misma esencia. Significa que la verdad de la ciencia no es la misma verdad de la metafisica, la filosofia, la mitologia o  la religión, la verdad de la ciencia tampoco es la verdad del sueño, de la intuición o del arrebato mistico ni la verdad inmediata de nuestras percepciones o creencias, lo humano se encuentra enroscado en pequeñas verdades individuales e intrasferibles, lo humano se enrosca en certezas inefables que a veces son consensos y otras veces disidencias. La verdad de la astronomia no es la misma verdad que la que se esconde en la astrologia ni la verdad de la metáfora es la verdad de la sintaxis. Aunque la astrologia nació en pleno pensamiento mítico, algo que coincidió en la conciencia humana con el invento del futuro, lo cierto es que la astrologia no sirve para saber nada de él. Pues la astrologia -aunque nació para predecir- solo sirve para señalar. Es a la ciencia a la que le corresponde predecir.

Ahora bien existe un segmento de transición entre el destino y carácter, entre el pathos y el daimon que conviene ahora señalar: «En el hombre su carácter es lo mismo que su destino», esta es la máxima heraclitina. ¿Que hay de verdad en ello?

Pues que todos sabemos que nacemos condicionados, una cultura, un tiempo, un entorno, una familia, una clase social, un barrio, una etnia, un sexo, etc. No cabe ninguna duda de que los hombres somos una extraña mezcla de determinismo y libre albedrio y que nos movemos en un espacio de indeterminación al mismo tiempo que somos capaces de admitir que las experiencias tempranas, los aprendizajes de la infancia tienen un enorme peso causal en nuestro desarrollo posterior como individuos. Si la ciencia se ocupa de lo determinado, lo cierto es que hace falta otro registro que de cuenta de lo indeterminado, de la no linealidad, de lo acausal. Este espacio está rellenado por ese otro conocimiento que llamamos humanidades. arte, poesía, espiritualidad, religión, metafísica o como queramos llamarlo. Las tradiciones como la astrología, la adivinación, la magia, el Tarot, la Cábala y las tradiciones misticas de todo el mundo existieron mucho antes de que en Grecia emergiera aquel tropel de cientificos que como Arquímedes o Pitágoras iniciaran la ciencia moderna y el metodo de observación se impusiera sobre la especulacion filosófica. Pero -más que nunca- necesitamos de ese conocimiento que no es ciencia y que esconde gotas de verdad práctica y chorros de verdad en su propio nivel de definición, es por eso que este libro de Rosa Maria Vilarroig ofrece una oportunidad única para aclarar el sentido que para el hombree moderno tiene la astrologia: una forma de saber que señala hacia nuestro origen y complementa a otros saberes que se ocupan del mañana y del bienestar en el hoy.

Pero no es posible delegar en la ciencia el peso de esta responsabilidad, hay cuestiones que la ciencia no podrá predecir nunca y por eso necesitamos saber como la conciencia humana ha evolucionado desde el animismo urobórico hasta el racionalismo egoico pasando por lo mítico-tifónico, qué ganancia y qué perdidas han ido produciendose con estos trasiegos, donde estamos y qué podemos pedirle a los saberes ancestrales. Es por eso que el arte, los poetas existirán siempre pues hay en ellos una verdad, un saber que les adviene como un don, algo profético que hace que en este caso Rosa haya adivinado el arquetipo de Sagitario con una claridad que nos trae a Nostradamus a la memoria.

Y lo hace, como él, a través de versos:

Según Rosa Maria Vilarroig está es la esencia mítica de mi signo Sagitario, una convección fractal donde emergen al menos tres mitos que representan en distintas octavas una misma esencia, Zeus, Prometeo y Quirón:

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Un rescoldo, una brasa de sangre resistente

vive bajo el escorzo de la llama

destinada prende hacia lo alto

mudable viajera de espacios

desoídos, tilo o caza

cerrazón donde la verdad permanece amurallada.

Una estrofa donde aparecen tres elementos de la esencia de Sagitario: el Fuego como elemento purificador que enlaza lo de abajo con lo de arriba, la Tierra con el Aire, la Verdad que habita en una manera de entender la vida orientada hacia las convicciones, las certezas de quien fundó un nuevo orden sobre las cenizas de lo viejo, y el amurallamiento, la cerrazón del signo que permanece de alguna forma inaccesible para quien no haya encontrado la forma de franquear sus muros.

Aqui aparece otro de los fractales de Sagitario, el buen Quirón médico altruista herido de muerte en su parte animal que demanda a Zeus ponerse en el lugar de Prometeo y terminar asi con sus sufrimientos eternos:

En tu doble faz, claridad oscura de la herida

daña o sana el cielo ardiente

mitad hombre, mitad caballo

impulso y voluntad redime con tus pócimas

el veneno vomitado sobre tus caderas

interpreta constelaciones.

Zeus es el fundador de un nuevo orden olimpico, un orden jurídico nuevo que crece en aposición al antiguo orden de las deidades femeninas que le antecedieron, un orden podriamos llamar democrático que impone un parlamento de dioses, desde entonces todos los dioses deberan ser oidos antes de tomar una decisión, Zeus es pues designio, algo que vienea  imponerse al destino y a la fatalidad:

has urdido un nuevo orden

en la clarividencia del conflicto

se instala

en tu poder procedencia y ley.

Donde vemos que Zeus no solo inventó la ley sino tambien la filiación, desde entonces saber de dónde se procede es tan importante como saber a dónde se va, pasado y futuro encuentran en lo mítico una forma de expresar las ansiedades de una nueva conciencia emergente.

Y que nos promete una nueva emergencia, la del hombre centauro, parecen adivinarse en estos versos hacia donde se dirigirá ese camino de transhumanización del que hablaban Huxley y Jung, un camino que necesariamente habría que enlazar el azul con el fuego, el aire y la Tierra y el agua en una nueva sintesis.

Arquero de piedra y sol

en tu firmeza desposas el azul con el fuego

está escrito en el universo, la tierra encinta conduce

hacia el ultimo enigma del invierno.

Ahi estamos, parece. En tránsito hacia el invierno.

Enfermedades y disidencias

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No cabe duda de que vivimos en una sociedad mediática, lo que es lo mismo que decir que las creencias de nuestros contemporáneos están mediatizadas por los medios, valga la redundancia. Y no sólo lo están las creencias sino las expectativas en su solución. Es verdad aquello que es difundido hasta el paroxismo por los medios de comunicación y deja de ser verdad aquello que es silenciado.

Y no crean ustedes que hay quien escapa de esa influencia. Hasta la ciencia que deberia ser neutral y aséptica parece haberse pervertido por esta intromisión, tanto es asi que una de las claves de la inteligencia en tiempos de Internet consiste en aprender a discriminar lo verdadero de lo falso, lo verosímil de lo imposible mediante el desarrollo de una cualidad crítica que haga de dique al crecimiento exponencial de información que recibimos en este entorno tan querido por todos nosotros que es Internet, al menos mientras sea libre y gratuito.

Las enfermedades humanas son un buen ejemplo de lo que quiero decir, quizá ustedes crean que las enfermedades son algo objetivo, algo que simplemente nos sucede y que se presentan como entidades naturales como si fueran plantas o especies de insectos. No es cierto, salvo en algunas enfermedades somáticas que ya carecen de interés para el hombre moderno puesto que al menos en entornos opulentos han sido erradicadas o casi. En realidad las enfermedades no son ajenas a la conceptualización que hacemos de ellas, asi por ejemplo en el siglo XIX habia una enfermedad que se llamaba «vampirismo» y ya no existe, ha sido declarada erradicada por nuestras autoridades sanitarias. La razón de esta desaparición es social, ya nadie cree en los vampiros salvo esos adolescentes que leen novelas de la saga de Crepúsculo, novelas de vampiros, más por el deseo de ser poseídas por un guaperas como Miguel Angel Silvestre que por otra cosa, pero el vampirismo- aunque presente en el imaginario femenino-, definitivamente no sólo ha desaparecido de la clínica, sino tambien de los tratados y tambien de las expectativas racionales de la población aunque ahora hay un revival de la estética vampirista que llevará un arrastre clínico y un repunte de aquella «enfermedad». Lo mismo sucedió con la ninfomanía, una enfermedad victoriana que pareció desaparecer cuando el sexo y los no-refajos dejaron de ser de ser un tabú y se convirtió en una prescripción social. Ya no hay ninfómanas -aunque siguen habiendo personas con apetito sexual insaciable- y por tanto esta es otra enfermedad «erradicada» que dejó huérfanos de etiqueta a una amplia población juvenil que ahora se llaman border-lines o impulsivos a secas y que naturalmente están más trastornados que sus primas lejanas las ninfómanas.

Significa que las enfermedades tienen mucho que ver con los entornos que las definen: la enfermedad es sobre todo una abstracción mediante el que clasificamos un tipo cualquiera de sufrimiento o disadaptación real o imaginaria pero en cualquier caso un sufrimiento humano y no tanto una especie vegetal. Lo que sucede es que las causas de sufrimiento cambian con el tiempo, las culturas y los contextos concretos. Y muchas veces los sufrimientos son expresión no tanto de enfermedades sino de reivindicaciones politicas, de protestas más o menos veladas contra un poder u otro o de un discurso que se opone a un discurso cualquiera que es hegemónico en la sociedad.

Y significa otra cosa: la abolición de un trastorno no liquida a sus seguidores sino que los desplaza a otra trinchera usualmente más incomoda que su antecesora, pues siempre será peor estar enfermo que ser una «persona de mal carácter», siguiendo a Gödel sabemos que «un sistema coherente es necesariamente incompleto y un sistema completo es necesariamente incoherente». Lo que significa que a la hora de ser clasificado un sufrimiento es mejor dejarlo en un vicio, en una inclinación (una definición incompleta) que buscar una definición precisa que llevará al sujeto hacia otro lugar peor que el que le precedió en origen. Peor en cuanto incoherencia, el estatuto de enfermo a veces es peor que el estatuto de simulador porque uno se siente inclinado a demostrar su razón y su verdad, es lo que les sucede a aquellos que cobran pensiones por accidentes acaecidos tiempo atrás: han de demostrar no sólo que sufren sino que no fingen para resultar creibles, lo que siguiendo a Gödel no hace más que enmascarar -a base de incoherencias- la propia vivencia de enfermedad.

Naturalmente unas enfermedades son más vulnerables que otras a estas transformaciones derivadas de la cultura y del entorno. La apendicitis es igual hoy que antes de Cristo, pero algunas enfermedades como por ejemplo las mentales siguen patrones culturales en su expresión, por ejemplo en la Edad Media la gente deliraba con embrujamientos o endemoniados y hoy la gente delira con extraterrestres, ondas que proceden de electrodomésticos y cosas asi, pronto con vampiros guapos. Todo cambia, pero algunas cosas cambian más que otras, por eso decimos que las enfermedades -algunas de ellas- son patoplásticas, es decir modificables por las creencias colectivas que les dan soporte. Y si encima no existen marcadores objetivos de enfermedad todo se enreda puesto que cada vez tenemos listados más amplios de enfermedades que no presentan criterios objetivos para su definición, exploración o tratamiento.

Y una enfermedad sin tratamiento es una enfermedad incurable, de ahi su interés, pero los tratamientos solo curan las enfermedades verdaderas y no a las pseudoenfermedades que en cualquier caso remiten espontáneamente o con un cambio de aguas como decia mi abuela.

Pero no es sólo que las enfermedades cambian sino que se inventan enfermedades nuevas y se tachan las antiguas porque la definición de las enfermedades es un consenso social y no un acuerdo entre expertos al menos en lo que al ciudadano común respecta, un consenso que ejecutan los medios y los lobbyes. Lo cierto es que hoy existen muchas enfermedades que no están catalogadas como tales aunque sabemos de su existencia por los medios de comunicación que son los encargados de transcribir los sufrimientos indiviuales en enfermedades con derecho a pensión, estoy pensando ahora en el «mobbing» o el «bulliling» entidades emergentes que aunque no se encuentran catalogadas como enfermedades han pasado a formar parte ya de las creencias de la población general como sucedió hace muchos años con la depresión, simplemente de tanto hablar de ellas y de difundirse en los medios han llegado a corporeizarse, a lograr un cierto estatuto de verosimilitud banalizando las enfermedades verdaderas que sofocan la vida de otros muchos. Vale la pena echar una ojeada a foros, listas y paginas web o blogs que hablan de enfermedades que en cualquier caso son sufrimientos aun no filiados por la ciencia.

Algo asi pasa por ejemplo con la fibromialgia, la fatiga crónica o el sindrome de hipersensibilidad química múltiple, se trata de enfermedades misteriosas no filiadas y a las que muchos investigadores no conceden el certificado de existencia, claro que resulta dificil de comprender el hecho de que sin poner en cuestión los sintomas se le niegue existencia a una enfermedad porque para la gente común, un conjunto de síntomas es lo mismo que enfermedad. Pero no es asi, para que una enfermedad exista tiene que resistir, la prueba del nueve, mantener su consistencia, su homogeneidad y su resistencia al cambio social y sobre todo que existan marcadores biológicos o psicológicos objetivos. Es por eso que la apendicits es una enfermedad y la fibromialgia un conjunto de sintomas cambiantes que se encuentra en la picota de la ciencia. Me refiero a la ciencia de verdad, no a lo que se divulga por los periódicos, blogs y foros de Internet sino a la otra, ya me entienden.

Hace algunos años un investigador de la anorexia mental y la bulimia llamado Gordon inventó el termino «enfermedades étnicas» para referirse a enfermedades que sólo parecen darse en determinados entornos, en este caso opulentos. Gordon confirmó que determinados sufrimientos humanos se enroscan en creencias sociales determinadas -como por ejemplo la creencia de que ser delgado es atractivo- y terminan por constituirse en verdaderas enfermedades que sufren a veces de forma endémica amplias capas de la población. En este sentido la «pseudoenfermedad» seria una exageracion de las expectativas que despierta una determinada creencia -por otra parte omnipresente- en la vida de cada uno de nosotros. La creencia acaba polarizando a la población general en personas atractivas y no atractivas, naturalmente estas ultimas construirian un autoconcepto de si mismas más deplorable e iniciarán más dietas y pensamientos recurrentes sobre su figura haciéndose vulnerables a enfermedades concretas como sucede en los trastornos de la alimentación. Otras veces y tal como ya sabemos por los amplios historiales de histéricas que nos legaron los maestros del XIX, la histeria era no una enfermedad sino un discurso politico de reivindicación o de protesta (o coacción) que la mujer hacía contra un sistema machista que coartaba sus vidas y contra un sistema médico -presidido por hombres- contra los que se volvia. La queja y la reinvidicación histéricas ya fueron exploradas por mi en sendos post, pero recalco ahora que la histeria clásica no representaba una enfermedad como la apendicitis sino una disidencia que perdió fuerza en cuanto la mujer adquirió un papel de mayor igualdad con el varón, de hecho hoy la histeria ya no existe o es muy poco frecuente manteniendo residuos en el personal más inculto. Pero es seguro que la queja reivindicativa, la amargura, la querulancia, el hipercriticismo y el descontento con la propia vida siguen existiendo.

Lo cierto es que existen investigadores que piensan que cuando una enfermedad llega a tener demasiada presencia mediática hay que desconfiar de ella como entidad natural y hay que pensarla desde el lado de lo politico o del marketing. Yo me he tomado la molestia de escarbar qué enfermedades reciben más atención aqui en los foros de Internet y he llegado a las siguientes conclusiones:

  • Existen asociaciones de defensa de pacientes determinados, como por ejemplo sucede con la esquizofrenia o las enfermedades mentales graves, se trata usualmente de padres que tienen en su hogar un enfermo y buscan sobre todo asesoramiento, compartir sufrimientos y un espacio de reinvindicación para tratar de conseguir recursos -siempre precarios- en todas las patologias pero quizá más en la patologia mental. Las hay fuertemente politizadas y otras colaboradoras de la administración de turno, casi todas reciben fondos públicos y hay que decir que su incidencia asistencial es muy débil.
  • Otras asociaciones o foros defienden de un modo sensato cierta ortodoxia, por ejemplo los foros sobre psoriasis, una de esas enfermedades misteriosas para la que no existen tratamientos efectivos. Aunque la mayor parte de los casos son leves, existen formas de psoriasis muy extendidas y muy severas, sin contar con los tormentos estéticos y los temores de exclusión derivados de la exposición de lesiones cutáneas que para muchas personas pueden ser repugnantes o quizá despertar temores de contaminación seguramente por la asimilación que se hace de la lepra. Los foros que he visitado de psoriasis tratan de mantenerse a salvo del spam y de los que pretenden vender productos milagrosos a través de su red. Mantienen la ortodoxia tambien en cuanto rechazan los tratamientos con corticoides que generan efectos rebote y en este sentido propician un estilo a veces inquisitorial a la vez que rechazan las experiencias curativas individuales – las remisiones espontáneas- algo que por cierto comparten con la ciencia oficial, simplemente no se ha preocupado nadie de observar porque algunas personas se curan de una enfermedad mediante un cambio de vida, valores o creencias.
  • Existen sin embargo otras asociaciones y foros fuertemente reivindicativas y radicales como aquellos que defienden que las enfermedades mentales no existen y que imbuidos por una lectura audaz de Ronald Laing encuentran pretextos para sí mismos, pero otras  listas, asociaciones o foros sostienen ideas respecto a su «enfermedad» insólitas. Pretenden definir ellos mismos la enfermedad que padecen rechazando cualquier interpretación que no encaje con sus ideas, son querulantes, combativos y agresivos, existe en ellos una cierta miltancia y organización y tienen un objetivo muy claro: apartar y negar todos aquellos datos que pretendan relacionar sus padecimientos con lo psiquiátrico, algo que no es nuevo en el mundo de la ciencia, hace años los lobbyes gays americanos lograron que los psiquiatras de la APA retiraran de sus manuales diagnósticos la homosexualidad, algo que ha dejado la sexuación sin fondos para la investigación. Más parecidos al funcionamiento de ciertas sectas como la cienciología, estos foros parecen defender una hipótesis orgánica de sus padecimientos propiciando paradójicamente mayor distancia entre psique y soma y ahondando en el gran problema de la dualidad que parece atenazar a la ciencia actual. El miedo al estigma psiquiátrico les aleja de la evidencia de que sus padecimientos tienen con toda seguridad una vertiente psíquica que quedará para siempre enmudecida por lo políticamente correcto o por las intimidaciones a los investigadores neutrales.
  • Las enfermedades raras tambien merecen últimamente una especial atención tanto por parte de los familiares de afectados como por las autoridades sanitarias. El fantasma que ronda por la cabeza de algunas de estas personas es que la industria farmacéutica solo investiga en aquellos campos en que supone va a hallar beneficios, cosa que es verdad sólo en parte, prueba de ello es el tiempo y esfuerzo gastado en la investigación del paludismo que aun hoy sigue sin una vacuna eficaz a pesar del gran volumen de negocio que se espera de la dichosa vacuna.

Mi conclusión va a ser muy parecida a la de Gordon, existen enfermedades muy misteriosas, -las que el llamó étnicas- porque sólo se dan en entornos de opulencia y no en entornos de precariedad, lo que señala en la dirección de que existe una construcción social de la morbilidad, tambien es curioso señalar que estas enfermedades son las que ostentan una mayor atención por parte de la administración y que reclutan en su seno a las personas más combativas y dogmáticas en la defensa de sus opiniones. Las campañas mediáticas de defensa de ciertas enfermedades deben interpretarse en el contexto de lograr visibilidad pero tambien de obtener beneficios asimétricos en la distribución de recursos y destinar medios públicos hacia hallagos más que discutibles.

Este tipo de asociaciones o de foros en realidad se agrupan muy claramente alrededor de temores que han logrado corporalizarse, estos miedos pueden listarse los siguientes:

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  • Existe la sospecha generalizada de que estamos siendo alimentados con venenos, con productos tóxicos que si se encuentran entre neustra alimentación es por la idea de que administración y fabricantes conviven en una especie de fraude cuyas victimas somos los ciudadanos. Sorprendentemente en este tipo de entornos postindustriales y con una de las vigilancias alimentarias más eficaces del mundo surgen sufrimientos como la ortorexia y la hipersensibilidad química múltiple que ya tiene especialistas y todo.
  • La otra vertiente de la queja es el dolor, un dolor que no responde a ningún tratamiento, un dolor intolerable y que los médicos clasificamos como neuropático, curiosamente aparece en un mundo hedonista donde ya casi todo el mundo ha renegado no solo del dolor sino tambien del sufrimiento y del sacrificio personal en la evidencia de que todos tenemos derecho a todo y que cuando fracasamos la culpa es de los demás. Es en ese entorno donde aparece el dolor neuropático y no en otro.
  • Existen versiones mas sofisticadas y son las enfermedades a las que no se consigue llegar a ningún diagnóstico, se trata de cuadros  proteiformes, cambiantes, que evocan nombres exóticos, que aparecen, recidivan y se resuelven sin saber cómo ni por qué. pareciera como si el desafio al poder médico no hubiera terminado a pesar de que para el año 1012 el 75% de los médicos serán mujeres, o… quiza por eso.

En tiempos de Internet hasta las enfermas de anorexia y bulimia hacen apología de su enfermedad, a través del código ana y mia, ellas han encontrado sus señas de identidad pero aqui precisamente hay la contestación al desafío. Los gordos tienen pagina web y orgullo de serlo y anuncian dietas que nunca llevarán a cabo y los border-line comienzan blogs que nunca alimentarán por falta de vocación.

Hiperrealidad y enfermedad se encuentran definitivamente enlazadas, más que eso estamos enfermos de hiperrealidad, enfermos de información, bulimicos de datos, enfermos y sin anticuerpos para luchar contra el veneno que destilamos en nuestra vida diaria y que sólo sabemos expeler culpando a otros.

La red de Indra

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Vivimos en un mundo donde la información crece en proporcion geométrica al mismo tiempo que el conocimiento disminuye en la misma proporción. Información es pues inversamente proporcional al conocimiento. ¿Cómo explicar que en un mundo como el nuestro los escolares de esta sociedad sean al mismo tiempo los más estimulados y los peor preparados de todos lo tiempos? ¿Cómo explicar el amplio analfabetismo de nuestros universitarios, el nivel bajisimo de nuestros estudiantes y al mismo tiempo su indudable pericia para adaptarse a tecnologias exóticas?

Es la tecnificación seguramente la responsable, es evidente que la tecnología propicia la deshumanización y sin humanidad no puede existir conocimiento sino datos sueltos que no encajan unos con otros para formar criterio alguno de rango superior.

Ahora bien ¿qué es el conocimiento? ¿en qué se diferencia de la común instrucción?

Se trata de niveles distintos de saber algo, es evidente que el saber sí ocupa lugar y que un conocimiento no puede ser establecido sin descartar algo. Simultáneamente con esta idea nada puede ser conocido sin disponer de una base fundamental sobre la que levantar el andamiaje preciso. Adquirir un conocimiento nuevo es algo que precisa sumar y restar al mismo tiempo, es necesario saltar de nivel y descartar información, reducir la masa critica de datos de los que se dispone y elegir de entre ellos los precisos para construir algo nuevo, hay algo pues en la adquisición de conocimiento que es creativo y autopoyético y que no se limita a acumular información.

Porque conocer implica dotar de sentido a lo vivído, a lo experimentado y dotar de sentido a lo vivído es absolutamente necesario para salirse del bucle diabólico de la autoreferencia. Sin sentido no es posible estar en el mundo en plenitud. Conocer es pues vital para los humanos, no se trata sólo de saber cosas (o ignorarlas) e ir acumulando datos pues sin sentido no es posible edificar un discurso que supere los antagonismos de lo que se es y de lo que se tiene, sin sentido estamos condenados al marasmo, peor y más sepultados cuantos más datos dispongamos. Es por eso que el mundo en el que vivimos donde la información crece sin cesar y el bombardeo es constante es el mejor caldo de cultivo para las neurosis, para el enredo epistemológico, para la victoria del dualismo y para el sinsentido o la confusión. Vivimos en un mundo insignificante y por tanto poco saludable.

Si construimos significados es precisamente porque somos un cuerpo al mismo tiempo que tenemos un cuerpo. Ser y tener son la expresión de una escisión primigenia que nos lleva de bruces contra el significado.

Y por eso nació el gnosticismo, la matriz de todos los conocimientos, algo que volvió a repetirse con el fenomeno del sufismo en el siglo XII y que comprometia -esta vez- a las tres religiones monoteistas. En realidad los gnósticos primitivos fueron anteriores al propio cristianismo pero se solaparon con la inexorable expansión a través del Imperio Romano de la nueva religión. Enseguida surgieron las discrepancias: los gnósticos no comulgaban con la idea de que la fe era suficiente para obtener la salvación y tampoco estaban de acuerdo con la idea de que el sacrificio del Redentor salvaguardaba a toda la humanidad. Los gnósticos creian que ni la fe, ni la muerte en la cruz del hijo de Dios aseguraban por si mismas la salvación del hombre individual, creian que la unica posibilidad de redención para el hombre era el conocimiento, un camino personal de transformación, un proceso de perfeccionamiento muy parecido al que Jung bautizó con el nombre de «individuación» o Huxley al hablar de transhumanización.

Una idea- la del perfeccionamiento- que se encuentra en todas y cada una de las tradiciones milenarias misticas o espirituales y que no es un calco de la virtud griega. Es algo que va más allá y que no se detiene en la idea del civismo o del honor sino que incluye una clausula noética, una adquisición de un conocimiento superior, con Dios o sin él, ese conocimiento trata de romper los horizontes egoístas de la accion humana y trata de encontrar razones que no son en absoluto transmisibles, se trata de experiencias indivuales que sólo pueden aprenderse merced a la iniciación en algun tipo de disciplina que tienda a romper esos limites, limites que en cualquier caso se adquieren y se moldean a través del pensamiento. ¿Perfeccionarse para qué? No hay razones instrumentales en este objetivo, se trata de renunciar a cualquier tipo de instrumentalización del conocimiento adquirido, buscar la perfección por sí misma, por el hecho de alcanzar esa abstracción que es la perfección y que situa al hombre en una nueva dimensión de su conciencia. Perfeccionarse porque esa es en esencia la misión de los humanos transformar y transformarse.

Como todos los sistemas de pensamiento que se oponian a los dogmas cristianos , el gnosticismo fue demolido por la maquinaria militar y politica de la Iglesia católica. Hasta Lutero ninguna otra disidencia tuvo éxito en el seno de la propia Iglesia. Fue asi que el gnosticismo halló refugio en otras actividades expresivas de este anhelo de conocimiento y de una via rabiosamente individual de hallazgo de la propia mismidad.

En adelante los gnósticos ya no se encontrarian como disidentes en el seno de la religión sino que se refugiaron en el arte, en la poesia, en la música, en la filosofia, en la alquimia, en la ciencia y en la astrologia, en la politica, en la masoneria y sobre todo en una disciplina que en el siglo XIX gozó de mucho éxito enre la intelectualidad europea. Me refiero a la teosofía. Y sobre todo a su fundadora Mme Blavatsky: su influencia en personas de la talla de Satie, Mondrian, Yeats, Joyce o Einstein ha sido señalada por los biógrafos de la fundadora de la primera sociedad teosófica del mundo, al tiempo que se señala la influencia que sobre ella tuvo William Blake el poeta visionario inglés. En este post hablé precisamente del gnosticismo y de Satie y Blake, de manera que en el presente me voy a ocupar de hablar de uno de los aspectos cosmológicos a mi juicio más interesantes de esta filosofia perenne.

Me refiero al concepto de la red de Indra que da titulo a este post, un concepto que se encuentra en todas y cada una de las tradiciones místicas con independencia de su lugar de origen.

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Se trata de la idea de que el cosmos es una iteración infinita que relaciona a todos sus elementos entre si que quedan asi tejidos por una especie de malla o red donde cada elemento es un reflejo de los demás, en este sentido los individuos seriamos puntos de confluencia corporeizada en los nudos de la red y reflejo de otros miembros o reflejo de reflejos, trazas de trazas o rastros de rastros. El universo quedaria asi entendido como una repetición eterna donde cada elemento remitiria a otro en una recursividad fractal que remedaria la Totalidad en cada una de sus partes autocontenida en sí misma . Cada parte a su vez no representaria un trozo de la Totalidad sino que sería la Totalidad entera reproduciendo a escala sensible humana el mismo proceso que seria similar en todo el universo. Esta caracteristica de universos plegados en sí mismos es felizmente parecida al modelo holografico de Pribram, uno de los constructos o paradigmas más interesantes de la fisica actual.

Mondrian nos lo dibujó con su teoria de las figuras y colores cósmicos.

mondrian2Y Yeats nos lo poemó, en este texto de intención profética que destila dualismo por todos sus poros, el mal y el bien siguen su lucha en una dialéctica mundana donde el hombre sensible no termina de encajar y que sólo tiene una opción: transformarse, hasta que la masa critica de individuos transformados constituya una red de Indra tangible, una masa critica que supere sinérgicamente al mal, a la guerra, la ignorancia o al crimen. Es pues inútil tratar de transformar el mundo sin antes haberse transformado a uno mismo. Es más, tenemos pruebas de que todos los intentos de cambiar el mundo nos han traido una lacra imprevisible, diferente a la que pretendimos cambiar y a veces siniestramente parecida. Como en esta segunda venida del Mesias que Yeats parece esperar:

La segunda venida

Girando y girando en el creciente círculo
El halcón no puede oír al halconero;
Todo se deshace; el centro no puede sostenerse;
Mera anarquía es desatada sobre el mundo,
La oscurecida marea de sangre es desatada, y en todas partes
La ceremonia de la inocencia es ahogada;
Los mejores carecen de toda convicción, mientras los peores
Están llenos de apasionada intensidad.

Seguramente alguna revelación está cerca;
Seguramente la Segunda Venida está cerca.
¡La Segunda Venida! Apenas pronunciadas esas palabras
Cuando una vasta imagen del Spiritus Mundi
Inquietó mi vista: en algún lugar en las arenas del desierto
Una forma con cuerpo de león y cabeza de hombre,
Una mirada vacía y despiadada como el sol,
Mueve sus pausados muslos, mientras por doquier
Circundan las sombras de las indignadas aves del desierto.
La oscuridad cae de nuevo; pero ahora sé
Que veinte siglos de un pétreo sueño
Fueron contrariados hasta la pesadilla por el mecer de una cuna,
¿Y qué tosca bestia, cuya hora llega al final,
Cabizbaja camina hacia Belén para nacer?