Flores y abejas: historia de un acoplamiento

Los que hayan leido el post anterior seguramente habrán entendido que la enacción es una forma de emergencia que se opone al modelo representacionista del mundo que heredamos de Kant. En realidad la enacción tiene algunos límites y uno de ellos es la existencia real de algunas leyes naturales que conviene aclarar de antemano: la fotosintesis -por ejemplo- de las plantas existiría por si misma aunque no hubiera vida animal en la tierra o al menos una conciencia inteligente para apresar sus leyes. Del mismo modo la luz existe con independencia de los seres vivos aunque cada uno de ellos haya desarrollado distintas estrategias para hacerse sensible a un rango de esta radiación luminosa visible, especializándose en un determinado segmento de la misma, de manera que el idealismo de aquellos que defienden que la realidad carece de objetividad es tan falsa como los que proclaman que todo en nuestra mente es representación.

Existe otra clase de especialidad con respecto a las relaciones de la luz con los seres vivos, cada uno de ellos percibe distintas dimensiones del color, cada especie animal percibe el color en dos, tres (nuestro caso ) cuatro (las tortugas) e incluso cinco dimensiones (las palomas).

Nosotros los humanos compartimos una visión tricromática con las abejas, es decir percibimos tres colores, en nuestro caso, el azul, el verde y el rojo, siendo el resto de colores mezclas o combinaciones de estos tres colores esenciales, la diferencia que tenemos con las abejas es que ellas no pueden percibir el rojo (para ellas rojo y negro es el mismo color) pero a cambio tienen una ventaja evolutiva que consiste en que son capaces de distinguir la radiación ultravioleta. Siendo tan parecidas a nosotros son capaces sin embargo de distinguir colores que nosotros no vemos, decimos que su visión está desplazada al violeta.

En este esquema podemos ver las tres curvas de visión de la abeja y del espectro humano, puede observarse el corrimiento de la visión de la abeja hacia el violeta.

En esta presentación pueden observarse en color varios ejemplos comparativos de como ven el mundo las abejas y nosotros mismos.

La pregunta que ahora conviene hacerse a fin de entender bien el problema de la enacción-emergentismo es ésta. ¿Qué es primero la radiación ultravioleta de la luz solar o la visión del ultravioleta por parte de las abejas?

Naturalmente la radiación ultravioleta está pre-dada, en este caso la gallina sería anterior al huevo, sin embargo la aceptación de esta evidencia señala que la distinción de la visión ultravioleta de las abejas y la reflectancia ultravioleta de las flores evolucionaron simultáneamente. Nicho ecológico y especie animal se acoplaron perfectamente a fin de que las abejas distinguieran las flores y las flores -a su vez- fueran distinguidas por aquellas o dicho de otra forma: el medio ambiente que interesa a las abejas coevolucionó con la visión de las mismas.

La importancia cognitiva de esta idea es indudable: en palabras de Varela el adaptacionismo seria en biología lo mismo que el representacionismo en la mente, ambos esquemas conceptuales proponen un mundo o medio ambiente absolutamente pre-dado sobre el cual el individuo es arrojado, por lo que su supervivencia dependerá de la optimización de sus relaciones con ese mundo: de su grado de adaptación o mapeo que consiga hacerse de ese mundo. Para el adaptacionismo primero fue la gallina y después el huevo, siempre, sin excepciones.

Pero ¿entonces por qué somos tan imperfectos?

Ya vimos en el post anterior que el objetivismo cognitivo (representacionismo) está en crisis en tanto que no resuelve los problemas cognitivos con los que nos enfrentamos los humanos: el cognitivismo representacionista siempre se imaginó la inteligencia humana de una forma parecida a la del ordenador, en términos de solución de problemas. Al contrario de esto el cognitivismo enactivo se imagina la cognición como acción corporizada (guiada por la percepción) lo que plantea efectivamente un problema pero también define un camino, un canal para su solución: en el pecado está pues la penitencia o en la cognición la solución. De lo que se trata no es de encontrar una senda perfecta sino simplemente viable que de cuenta de la acción corporizada (autopoyética) del individuo en cuestión.

Un ejemplo concreto de esto seria el siguiente: imagínese usted que quiere comprarse una casa, la primera sinergia que encontrará es que existen muchos vendedores de casas que usted quizá interprete en clave de algun tipo de sincronicidad: vendedores y compradores siempre acaban encontrándose, un ejemplo de acoplamiento, pero se le abren a usted dos maneras de hacerlo, una es comprarse la casa del lado de la suya que ostenta un letrero de «se vende» que es cara pero muy bien situada, otra opción es recorrerse el mercado de inmobiliarias donde se exponen los vendedores de casas. Si usted optó por la primera opción es usted un adaptacionista (quizá porque quería aquella casa y no otra) pero si usted se patea la calle es usted un comprador enactivo que quizá ha optado por esa opción por el precio elevado de la casa vecina. ¿Cual de las dos estrategias tiene más posibilidad de éxito?

Si usted como comprador carece de gustos o de manías especiales o si solo busca invertir su dinero la mejor estrategia es comprar esa casa vecina tan interesante, pero si usted busca una casa con unas características especiales hará bien en patearse el mercado. Naturalmente lo que comprará al final tendrá algún defecto (no será optimo) para usted, su economía y sus gustos pero será viable.

Habrá pues un acoplamiento enactivo entre esa casa -que quizá no cumpla los deseos óptimos de sus sueños- y sus gustos.

Así opera la evolución y al parecer también la mente.

Este fenómeno pone patas arriba otra de las creencias que los biólogos han sostenido respecto a las relaciones entre los individuos y el medio ambiente: para los biólogos el medio ambiente está pre-dado y los individuos se adaptaban al mismo siendo la selección natural la encargada de despejar el camino liquidando a aquellos individuos mal adaptados.

Mal adaptados en este caso significaria señalar a aquellos individuos que se representaban mal la coloración de las flores, aquellos individuos que tuvieran averias neurobiológicas que les impidieran reconocer sus dianas alimentarias, alli donde se encuentra el néctar. Estos individuos simplemente morirían sin reproducirse, sus genes no se traspasarían a la siguiente generación y por tanto el fenotipo «astigmatico» de las abejas no seria viable y dando lugar a un gen que vería las corolas de las flores perfectamente violetas.

Esta es la versión oficial pero Maturana y Varela proponen en «El árbol del conocimiento» una hipótesis alternativa a la adaptación, la deriva natural y la autopoyesis de un sistema emergente, algo asi como la coevolución cooperativa de individuo y medio ambiente. Ambos se preguntan acerca de la visión tricromática de las abejas y llegan a la conclusión de que los colores de las flores coevolucionaron por una propiedad que no puede encajarse en los representacional, no es algo que estuviera allí esperando que los insectos lo descubrieran, al fin y al cabo la reproducción de las flores es desde el punto de vista de la flor más importante que cualquier otra cosa, tan necesaria como para las abejas encontrar el polen y esparcirlo de aqui para allá. Ambos propósitos debieron evolucionar simultáneamente lo que de alguna manera se opone a un mundo pre-dado absoluto y a la concepción definitivamente pasiva de la adaptación evolutiva.

Tiene que haber un engranaje, un acoplamiento entre los intereses de ambos para que emerjan de forma simultánea y cooperativa o dicho de otra forma: nuestra mente no se dedica solamente a representarse el mundo sino que lo modifica y lo cambia de forma cooperativa con cada nicho ecológico, la abeja ve el mundo como lo ve porque ese acoplamiento y no otro permitió -no de forma óptima pero si eficaz- la existencia de la abeja como especie pero no como una especie separada o aislada del medio sino de un canal de acoplamiento que pudiéramos definir como abeja-flores, ambos agentes serian inseparables entre si y no podrían concebirse el uno sin el otro, el medio ambiente es una creación de la abeja y la abeja es una creación del medio ambiente.

Esta idea tiene consecuencias sobre la mente humana que me gustaría comentar brevemente: las relaciones de un individuo con el mundo son cooperativas entre ambos, el mundo se encarga de dar sentido a las cogniciones individuales a través de unas guías que llamamos «cultura», una especie de almacén de «posibilidades de ser», creencias y expectativas. El individuo no es arrojado a un mundo indefinido o neutral sino a un mundo con sentidos múltiples donde escoger. El individuo pensante se insertará en ese mundo tratando de encajar con el lecho de Procusto de su cultura, ese encaje no ha de ser óptimo -lo que daría como resultado a un individuo sobreadaptado- sino simplemente viable y que además aun tiene otra oportunidad: inventarse una nueva guía que pueda servir como atractor de su propia u otras subjetividades, es así como la humanidad se expandió culturalmente gracias a algunos que inventaron nuevas formas de «estar en el mundo» quizá por no encontrarse demasiado conformes con lo que se les ofrecía.

Una forma de viajar a través de esa expansión de la conciencia humana es hacerlo a través de la mitología: una verdadera historia de la subjetividad humana y del acoplamiento individuo-cultura.

Bibliografia:

«De cuerpo presente»: Francisco Varela.

Articulo original de Menzel y Backaus en Sciencedirect

12 comentarios en “Flores y abejas: historia de un acoplamiento

  1. Engranajes, acoplamientos… néctares y ambrosías que la naturaleza se encarga de encontrar y hacer encontrar a cada cual en su momento pues nada hay más vaciente que el rompecabezas de la evolución… Culs i bragues… La flor, un cáliz vacío… Un post deslumbrante, y más oyendo a Era de fondo. Se le felicita extasiada, RC…

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  2. O sea que Dios (o la evolución) los cría y ellos se juntan, y todo por unas ondas que no vemos con nuestros ojos…
    Si hubieras escrito esto en la Edad Media este post sería un texto hermético y te habrían quemado vivo 🙂

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  3. Si, me hubieran quemado porque la autopyesis puede prescindir de Dios, pero en la actualidad me volverian aquemar porque la autopoyesis prescinde del Yo. En realidad tal y como dice Varela no es que Dios o el Yo no existan sino que carecen de fundamento.

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