El soñar es el guardián del dormir
Sigmund Freud
Shakespeare a partir de su famoso soliloquio ya se planteaba preguntas sobre la función del sueño, el dormir y el soñar. No cabe duda alguna de que el soñar, ese periodo REM donde producimos nuestros ensueños plantean un misterio y un enigma neurobiológico. Dormir y soñar son dos actividades relacionadas que se parecen mucho a otros estados de los seres vivos y quizá haya que ir a buscar su función en este parecido:
- la inmovilidad del sueño se parece mucho a la muerte, al coma, la narcosis y a la anestesia general, tambien a determinados estados hipnoides como el estado de trance hipnótico, el ataque de gran mal epiléptico, los estados segundos, la embriaguez alcoholica.

- la palabra «sueño» se utiliza tanto para describir nuestra actividad durante el periodo REM como para nombrar a nuestros deseos. El «I had a dream tonight» de Martin Luther King ha pasado a la historia como la unificación del sueño y la utopía. Freud postuló que los sueños eran una «realización de deseos«, unificando asi ambas acepciones, desde entonces soñar es un equivalente de desear algo
- La actividad neuronal de nuestro cerebro durante el sueño es similar a la que presentamos en estado de vigilia (40 Hz) lo que descarta que nuestro cerebro descanse durante la noche. Al menos durante la fase REM nuestro cerebro no descansa sino que produce una actividad intrinseca totalmente desconectada de las aferencias externas.
- Soñar es muy parecido a alucinar, algo que algunos pacientes mentales hacen en estado de vigilia. El que alucina generalmente no sabe que está alucinando, como el soñante no sabe que está soñando como norma general. Más abajo veremos que existen excepciones tanto en los fenómenos alucinatorios como en los sueños.
En ocasiones el soñante se sueña a si mismo dando como resultado una paradoja. Algunos artistas como Magritte se han ocupadod e señalarla. En este cuadro titulado «El universo prohibido» podemos ver como un personaje mítico (irreal) duerme dando a entender que el que sueña es a su vez la misma cosa que lo soñado. ¿Qué soñará una sirena?
- La fantasia diurna es un fenómeno muy parecido al sueño sólo que tiene que confrontarse directamente con el principio de realidad. El que fantasea sabe que está fantaseando, lo que desposee a la fantasia de sus efectos benéficos al desarrollarse en un entorno no simulado sino sujeto a las leyes de lo real.
- El contenido de los sueños ha sido utilizado en el arte como un método de introspección acerca del propio psiquismo y de sus relaciones con los ajenos; en este cuadro de Dalí podemos observar los materiales frecuentemente absurdos de lo que se nutren nuestros sueños:
No cabe ninguna duda de que nuestros sueños se forman en un total aislamiento del mundo externo: la evolución hizo posible la actividad onirica haciéndola coincidir con un estado de total inmovilidad pues de lo contrario y dado el entorno de realismo con el que se viven los sueños acabaríamos haciéndonos daño si nos pudieramos mover.
Tampoco cabe ninguna duda de que en la formación de los sueños entran a formar parte tanto los restos diurnos (episodios vividos durante el dia) como los recuerdos a largo plazo enlazados de forma asombrosa por vinculos semánticos. Los sueños se construyen con estos «restos de serie» que son las cadenas disociadas lo que les confiere un aspecto de absurdidad puesto que los enlaces son tan caprichosos y aleatorios como la semántica de un poema.
Sin embargo es también evidente que los sueños no representan en todos los casos experiencias subjetivas individuales vividas con anterioridad.
¿Como podemos soñar que volamos si ninguno de nosotros ha tenido nunca ninguna experiencia de vuelo?
Durante el sueño nuestro cerebro «no sabe» que estamos soñando y «no sabe» que estamos inmovilizados, simplemente nuestros músculos se encuentran desconectados de aferencias motoras corticales, eso hace que durante el sueño cualquier deseo sea posible de conseguir sin moverse (algo imposible en la vigilia) pues no está sometido a las leyes fisicas de la realidad externa. Volar es posible -y es un deseo universal en los humanos- y cualquier otra actividad es posible pues el cerebro la va a computar como si fuera real, los sueños en este sentido son la gran evidencia del poder de simulación que posee nuestro cerebro. Sólo despertando es posible conocer la diferencia, sin embargo hay aun una posibilidad poco conocida: se trata de los sueños lúcidos, es decir la capacidad de saber que se está soñando cuando se sueña y aun más: la posibilidad de guiar el desarrollo de un sueño hacia el lugar que nos convenga.
En este blog hay algunos consejos para inducirse sueños lúcidos y convertirse en un onironauta.
En conclusión, los sueños representan la actividad intrínseca propia del cerebro que no depende de las aferencias sensoriales pero sí de los restos diurnos y de los recuerdos (la memoria asociativa) Los sueños parecen tener como función la realización de deseos, en una especie de registro que funciona en un entorno de asombroso realismo capaz de reproducir una experiencia como si se tratara de una experiencia real, una especie de realidad virtual natural o de simulacro preservado por la evolución.
En este sentido la propuesta de Freud de que los sueños son realizaciones de deseos debería completarse desde lo psicológico hasta lo evolutivo: la evolución pudo preservar en determinados seres vivos un registro complementario a la realidad para compensar las frustraciones procedentes de la misma, y además: que debidamente entrenados los sujetos pueden escribir los guiones de sus sueños y ampliar el entorno de realismo con el que son vivídos. Los enlaces entre los sueños serian enlaces débiles destinados a la ruptura y la disociación y que probablemente tengan tambien alguna relación con hacerse un hueco en la memoria descartando informacion caducada o redundante.
La redundancia es la parte del mensaje que puede suprimirse sin perdida de información y muy probablemente los sueños tienen la función neurobiologica de resetear el sistema desprendiéndose de eslabones débiles o disociados (no asociados por enlaces fuertes). En este sentido el soñar seria un episodio disociativo en contraste con la experiencia vigil que es asociativa.
Dormirse es pues desincronizar el cerebro que trabaja en un ritmo alfa durante la vigilia y ponerlo a funcionar en una frecuencia más baja (3 Hz más o menos que corresponde al sueño profundo). En este enlace hay una buena descripción de las fases del sueño.
La pregunta es ésta. ¿Si dormir es desindronizar nuestra actividad cerebral, qué necesidad tenemos durante el sueño de volver a resincronizar nuestras ondas cerebrales para tener una sueño REM?
Parece ser que el sueño REM es fundamental para nuestra salud. En un ya celebre experimento financiado por un laboratorio con intereses en la venta de hipnóticos se demostró que la privación global de sueño terminaba con la salud mental de los sujetos experimentales, algo que se producia de igual manera si lo que se deprivaba no era toda la arquitectura del sueño sino simplemente el sueño REM.
En este sentido sabemos que lo importante del dormir no está en todos los segmentos del sueño por igual sino que depende sobre todo de la fase REM del sueño.
Dormimos pues para soñar.
Y soñamos para abstraer realidades, para crearlas, en este post hablo precisamente de la relación que existe entre la inspiración artistica y los sueños.
Aqui hay un articulo mio que puede completar esta información
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