Será porque ha venido Modigliani -aquel moderno que pintaba como el Greco- a España o será por lo que tenga que ser pero hoy tengo la extraña necesidad de hablar de Puccini, el mecanismo asociativo es por lo de mujeriegos ambos, de manera que esta tarde he estado mirándome en youtube algunos fragmentos de sus óperas para elegir a tres de sus personajes femeninos: Tosca, Mimi (La bohéme) y Cio Cio San (Madame Buterfly).
Las tres comparten algo de la visión de Puccini acerca de la mujer y las tres a su manera son personajes sublimes, románticos y deliciosos en su humildad devocional (Mimi), su oscura celotipia victimaria (Tosca) o la ingenua Cio Cio San que lo hace sin condón con un cabo furriel y se queda preñada a la primera de cambio y espera «un di si vedremo» que el marinero vuelva y la haga su esposa, una especie de «tatuaje» concha piqueresco pero en aria operistica a la italiana, cosa de gondoleros napolitanos. Naturalmente todo termina en tragedia porque las personajes de Puccini no saben si son putas o santas pero lo que si sabemos es que la que no es tuberculosa es una suicida en potencia y la que no, es tonta y por eso se la folla Scarpia, el malo de todos los malos y que seguramente es el propio Puccini disfrazado de barítono que hasta fue tiroteado por un marido celoso y vengativo. Sólo los personajes masculinos de Puccini parecen saber que son unos canallas y actuan como tales engañando a las tias cuando las tias aun podian ser engañadas, ¡que tiempos!
En esta escena Mimi se presenta a Rodolfo que un momento antes ha hecho lo propio después de saber que Mimi, que en realidad se llama Lucía tiene efectivamente las manos frias, ella lo dice muy claro «Si mi chiamano Mimi» y flechazo.
Vale la pena ahora profundizar en la personalidad de esta Tosca que se debate entre unos ojos que no son los suyos, ojos pintados por su amante Cavaradossi, con quien Tosca no las tiene todas consigo por aquello de la codicia comparativa con una de sus modelos rubias de ojos azules.
Aqui esta este aria cumbre de la obra de Puccini, «Vissi d´arte»
Y para terminar no podemos dejar de mirar al corazón de esta Cio Cio San que mantiene la esperanza contra tiempo y marea: el regresará si, pero casado y para robarle a su hijo.
«Un bel di si vedremo«, pero ir para nada es tontería.
Personajes extremos como siempre pasa en la escena ¿alguien puede imaginarse una ópera de la vida cotidiana?, la opera es hiperbólica por definición y aunque no fue un invento de Puccini es un invento italiano. Un invento de Monteverdi que de paso que hacia bolos en sus ratos libres abrió el melón del Barroco o sea un genio, aunque un genio atormentado no tanto por las tias que se beneficiaba sino por la esposa que perdió y por eso escribió «Lasciatemi morire» la más bella declaración de amor despues de la muerte que se ha escrito, ese amor que atraviesa el objeto amoroso y va más allá, más allá de sí y de él.
Claro que la ópera le debe más a Puccini que Puccini a la ópera porque ese si que era un maestro de la musica escénica, en su música se masca, se anticipa la tragedia, se adivina el desenlace, se cuece la pasión bien a fuego lento bien a brincos: su manejo de la cuerda contrapunteando la melodia y esos saltos temáticos engarzados cambiando el sentido de las agujas del reloj es sencillamente genial, rebosante de pasión, uno solo debe llorar oyendo a Puccini pues esa era la función de sus heroínas: hacernos saltar las lágrimas, pero no de pena sino de algo que está más allá de una emoción terrenal, más allá de la tristeza, más allá de la aflicción y más allá del libreto igual que en»Lo que el viento se llevó» aquella pelicula que es más que cine, un mito fundacional del cine, superación del folletín que lo antecedió que queda oscurecido y obsoleto.
Se trata de contemplar la belleza en estado puro y llorar, una música que llora en las tripas, desde ahi nos duele. Si hoy viviera Puccini se dedicaria a la publicidad y ganaria millones gracias al canon digital aunque hoy le resultaria más que dificil engañarlas, me refiero a ellas, que ya no pueden ser engañadas, sino andar metidas en devaneos por si mismas por asi decir.
Pero esa es otra ópera.
Atravesar el objeto amoroso, ir más allá de él, más allá de la aflicción… Qué inefabilidades más tremendamente descritas.
Aplausos con lágrimas de esas para Laciateme morire, que tb me emociona «más allá de».
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Tres eran tres… Uno + uno = tres. They are three together. La sagrada familia. La luna llena, la nueva y la de enmedio. El sí, el no, y el todo lo contrario. Hermes trismégisto. Las tres caravelas…
Agh, la increible magia del tres, qué lindo número 🙂
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Sí, colegas, sí, y el tri-dente de Mefistófeles, no te fastidia.
Pero a mí también me ha encantado el tejido hiperreal de este post. Ya veis, a mí Mimí también me conmueve cuando le grita a Rodolfo, que yo también tengo un toque de sentimental ¿qué creíais?
No me quito el sombrero porque hoy no llevo, Rey Carmesí, pero metafóricamente lo mismo.
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El enlace del post de «un bel di si vedriamo» lo han quitado y esto es imperdonable. Pongo otro, espero que no anulen esta cuenta con algún derecho inesperado de Copyright:
No comment.
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Lo videos los desactiva youtube, al parecer tienen fecha de caducidad o algo asi.
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