Las chonis llevan pantalones casi siempre blancos y ceñidos, tops de varios colores y el vientre desnudo, se identifican por un tatuaje alado en el sacro y son peluqueras o dependientas-reponedoras de supermercado o de zapateria. No pudieron terminar la educación secundaria obligatoria a pesar de vivir en el pais con el sistema educativo más permisivo del mundo o quizá por eso. Los viernes desaparecen de su casa a pesar de ser menores de edad y no vuelven hasta el domingo por la noche, se meten en el entreacto en peleas casi siempre con una congénere choni y visitan urgencias una o dos veces por golpes que se propinan unas a otras casi siempre motivadas por insultos provocados por celos. Porque detrás de una choni siempre hay un «Vicentin», un personaje complementario que se reconoce enseguida porque va siempre en chandal y porque además lleva siempre publicidad de alguna escuderia Mc Laren y ahora Renault en la camiseta, porque ellos quieren ser Alonsos a falta de otro héroe al que emular pues tampoco saben de otra cosa por aquello del fracaso escolar.
Chonis y Vicentines consumen drogas del tipo cocaína aunque no le hacen ascos al cannabis -que consideran en el fondo una droga de colgados- o al éxtasis. Han abandonado la heroina de los yonquis y no saben lo que es el ácido que consideran una droga repelente de gafapastas intelectuales. La choni tiene sueños y por eso trabaja como una posesa en la peluqueria donde hace horas extra, porque las chonis delgadísimas y sin culo aspiran a ponerse tetas y a siliconarse el alma si fuera necesario: hay que hacer notar que los vicentines adoran a las tias con tetas y esa es la razón que las induce al ahorro.
No hay que confundir a las chonis con las lorailos que son de una clase social más baja y que se reconocen por ser siempre rubias y con mechas y por su querencia hacia el negro, mientras las chonis ahorran para la cirugía pectoral las lorailos ya se han metido a los 16 años en hipotecas aunque siguen viviendo con parejas de hecho transgeneracionales en el pisito de su madre compartiendo baño con los hijos de su «padre» actual y con hijos de una pareja anterior de su madre y asi no se puede. Es por ello que ya se ha comprometido con el banco para los proximos 30 años: el porvenir de las lorailos es por asi decir de mejor pronóstico que las chonis que son mas fantasiosas y pretenciosas que por eso pertenecen a una clase social superior. Las lorailos no suelen ser peluqueras ni dependientas de Zara sino verduleras y existe un segmento de confusión cuando la choni es reponedora, de hecho algunos autores confunden a ambas, algo inexplicable si atendemos a las señas de identidad de ambos especímenes.
El que no se confunde en absoluto es el descriptor de estos arquetipos urbanos, Douglas Coupland, el que acuñó el termino generación X- o sea las victimas de la educación obligatoria y gratuita y de la igualdad de oportunidades-, un tipo que es medio artista multimedia y medio novelista que es en realidad sociólogo y que tiene varios libros escritos sobre el asunto emulando a Andy Warhol en sus histriónicos personajes, no por ello menos reconocibles. Recomiendo aqui «Todas las familias son psicóticas» y sobre todo «J-pod» donde describe a una nueva especie urbana: los adoradores del I-pod de Mac que han sustituido a Dios por Steve Jobs y a los sacramentos religiosos por el Emule y el I-tunes, un artilugio-fetiche que igualará -como antes hizo el móvil o el messenger- a chonis, lorailos y pretenders a falta de conocimientos de geografia, literatura o química.
Si ustedes aun no saben porque Steve Jobs ha sido elevado a los altares internáuticos no dejen de oir esta conferencia que pronunció en la universidad de Stanford. O si aun tiene alguna duda sobre qué es una choni vean esta pelea grabada en video y colgada den Youtube. El pronóstico a largo plazo de una choni se ensombrece si se llama Jessica, Sheila o Jenny.
El exhibicionismo histérico de las chonis es notorio y ha venido a sustituir a las clásicas perversiones sexuales de otra época: los viejos verdes que enseñaban la pilila debajo de la gabardina son una especie en extinción, la igualdad de oportunidades falaz que estas nuevas generaciones aprendieron en la escuela pública ha dinamitado tanto las costumbres y los gustos que estamos asistiendo ya al resurgimiento de una nueva psicopatologia a medio camino entre un deseo de ser visto, la pseudoanorexia mental y la impulsividad anómica de un mundo que ha renegado de los valores antiguos sin tener tiempo ni valor de poner otros en marcha.
Youtube es un valor refugio para todos aquellos que desean ser conocidos o reconocidos, es por ello que en China ya lo han prohibido. Pues no faltaba más…….
¡¡¡¡Chonis a la escuela, Vicentines al ejército!!!!!
Si precisamente las desigualdades son un efecto secundario de la mitología de la igualdad de oportunidades, una secuela de la educación obligatoria y gratuita, una perversión del sistema de bienestar.
¿Qué politico les dará las malas noticias? ¿Rajoy o Zapatero?
Ninguno, por eso ganará las elecciones ZP que es de hecho un Vicentin.
Y asi.
En este enlace hay una buena colección de chonis de carne y hueso que sueñan con ser modelos.
Y en este otro hay otra colección de chonis desclasadas que ya lo lograron: su sueño. Nótese el milagro de la cirugía.
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