Las espirales de Van Gogh

Hermann Rorschach fue un psicólogo suizo al que se le ocurrió emplear unas manchas de tinta en un papel sin sentido alguno y conseguidas de forma aleatoria como método de exploración y diagnóstico psicológico. Su famoso test consiste en la presentación de 10 láminas consecutivas invitándose al examinante a que describa lo que ve o mejor dicho a que intente construir algo con sentido en ese bosque de sombras, claroscuros, y formas más o menos difuminadas que son las laminas del test. Su fundamento teórico se basa en la capacidad de la mente humana para dotar de sentido al sinsentido, suturar lo incompleto y tratar de encontrar formas y parecidos en aquello que simplemente es una mancha arbitraria. Lo que Rorschach puso a punto en práctica fue una técnica de exploración de lo inconsciente a partir de las interpretaciones que el examinado construye. Dicha técnica se apoya en la capacidad de la mente humana para proyectar algo interno en una construcción externa de forma, color, movimiento o de sentido intencional, algo ya conocido y que fué descrito por Freud. Dicho de otra manera: el que interpreta una lámina de manchas está diciéndonos algo acerca de si mismo, de su interpretación podemos deducir algunas cosas sobre su psiquismo.

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Por ejemplo en esta lámina lo que se explora es la forma y tambien las sombras, el color negro, ¿qué es lo que vemos en esta lámina? Usualmente un cangrejo, una radiografia o un insecto, lo que determina la interpretación es o bien la forma (cangrejo) o bien el claroscuro (radiografia) o bien el negro (escarabajo). La respuesta cangrejo siempre es de un rango superior a la respuesta radiografia (que carece de forma), en este segundo caso el individuo está interpretando dirigido por su elección del claroscuro (Hd) que psiquicamente significa ansiedad. Si lo que construyó fue un insecto a partir de la apercepción del negro estamos frente a un constructo de valor intermedio entre la forma (F) y el claroscuro (Hd), estamos frente a un predominio del negro pero con cierta integración de la forma (HdF).

A partir de la exploración y validación del test de Rorschah pudimos comenzar a entender en clave psicológica lo que hacen los artistas plásticos: cuando pintan algo o a alguien están poniendo tambien en el lienzo algo de sí mismos, algo que sigue las mismas leyes que los teóricos del test de Rorschach conocen desde hace algun tiempo y que hoy podemos medir o al menos interpretar.

Si vemos está otra lamina del test de Rorschach:

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Son respuestas corrientes, «dos conejitos mirándose» o dos indios (por la pluma). Se trata de dos respuestas de distinta calidad, en la primera existe movimiento (mirándose) mientras en la segunda se apercibe al indio a través de un detalle (la pluma) y además no existe movimiento. El movimiento humano es pues una prueba de calidad psíquica.

No sucede lo mismo con el movimiento animal o el movimiento de algo inanimado como por ejemplo una fuerza de la naturaleza.

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Si en esta lámina el paciente interpreta «erupción» por ejemplo, existe movimiento pero se trata de un movimiento de una fuerza de la naturaleza, no de algo vivo y además está hablando de algo fuera de control, de una fuerza interior que se vive como alienada o amenazante.

Vincent Van Gogh tiene un doble interés para la «Nodriza de las hadas», uno es por ser el pintor que inauguró la modernidad y por tanto la hiperrealidad y por otra parte por haberse pasado media vida en manicomios. Seguramente Van Gogh padeció una melancolía muy severa (no nos es posible asegurar si se trataba de un trastorno bipolar) pero sabemos que terminó sus dias suicidándose de un tiro en el pecho, muerte finisecular para muchos melancólicos antes de que se descubriera el litio y los antidepresivos. Van Gogh murió en 1890 y dejó un cuadro a medio terminar, éste, conocido como «Trigales con cuervos».

 

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De este cuadro me llama la atención sobre todo el color: los amarillos y azules y el trazo de las lineas casi evocando el movimiento del viento. Como no, hay que interpretar tambien los pájaros negros que surcan los trigales como entidades amenazantes, de mal agüero. Malos pensamientos.

Los pájaros son símbolos de los procesos psiquicos genéricamente pues vuelan como los pensamientos y las ideas, están en movimiento pero además son formas animales, es decir no llegan al rango de lo humano y más allá de eso son negros, están pues relacionados con la muerte, las malas noticias o el infortunio.

Con todo, esa mezcla de amarillo y azul me parece el peor augurio: el amarillo es solar y brillante y el azul es lunar y nocturno, el reino de las sombras. Se podrá pensar que el amarillo es un color cálido y es cierto pero hay que hacer notar también que para suicidarse no es suficiente con estar deprimido o verlo todo envuelto en las sombras de los azules, hace falta además tener valor, tener el impulso de matarse. Este impulso siempre es brillante, solar y amarillo pues obtiene su fuerza de un deseo inconsciente, del deseo de matar pues el suicida es un homicida invertido. ¿A quien quería matar Vincent? No lo sabemos, pero lo que si sabemos es que sus padres le pusieron Vincent porque un año antes de su nacimiento murió precisamente su hermano Vincent. ¿Es demasiado arriesgado asegurar que Van Gogh mató en si mismo a la imagen seguramente idealizada que sus padres le transmitieron de su hermano Vincent el difunto?

Bueno, eso dice el psicoanálisis. Freud en «Duelo y melancolia» lo dejó escrito hace más de 100 años.

Un año antes de matarse van Gogh ya estaba rumiando el asunto, fue en Arlés mientras estaba bajo los cuidados del Dr Gachet, un homeópata bienintencionado que poco pudo hacer para evitar el desastre.

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Otra vez los amarillos y azules incluso con matices más lúgubres que en el lienzo de los trigales. Un ciprés amenazador en la parte izquierda parece querer penetrar el cielo que se adivina como una vorágine de sentimientos melancólicos, de emociones sórdidas apenas explicitadas. Todo el cielo parece una turbulencia dibujada en forma de espiral.

Lo realmente interesante de las espirales de Van Gogh es que parecen haber desaparecido en el cuadro de los trigales: ese torbellino amenazador que se manifiesta en «Noche estrellada» parece haber sido sustituido por aquellos pájaros de mal agüero, los cuervos, los que rondan a los cadáveres, los carroñeros.

Una espiral es una curva que se inicia en un punto central y que progresivamente va alejándose de él, como la vida. Una espiral es una metáfora de la vida y en otro orden de cosas una espiral es una banda de Moebius, que ahora tiene dos caras y ahora tiene tres según la torsión a la que la sometamos.Y como la espiral nunca tiene fin.

Seguramente el infierno y tambien la vida de los meláncolicos está lleno de espirales tal y como nos lo mostró el visionario William Blake

Obsérvese como en esta visión del infierno de Blake inspirada en la Divina comedia de Dante, los pecadores están condenados a circular eternamente a bordo de una espiral sin fin. Pues esa es la esencia de la espiral y de la cinta de Moebius: no tener fin.

 

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Y cuando la espiral de sufrimiento parece no tener fin, el pintor la quita de la escena.
Dejar de sufrir .