¿Saben ustedes cual es la palabra mas buscada en Google?
Pues si, es esa: «sexo» y sus derivados, incluyendo cómo no «porno».
En este blog que regento la palabra que atrae más visitantes es «Sharon Stone» porque hace algun tiempo publiqué un post que titulé «Imagen o idea» y donde ponía como ejemplo una parodia que había servido para hacer una pelicula politica entre Sharon Stone y Bernad Henri Levy a propósito de la imagen pública de ambos cara a unas supuestas elecciones. El caso es que muchos de mis lectores me encuentran persiguiendo aquella imagen sin bragas de la Stone en aquel vulgar bodrío llamado «Instinto básico», supongo que casi todos se decepcionarán de no encontrar panorámicas de sin-bragas y si algunos argumentos sobre el asunto . Así son las cosas y quien no se conforma es porque no quiere, la gente quiere bragas y no ideas, las ideas sólo son buenas si venden bragas.
Después de la pornografía lo que más consulta el personal son las páginas sobre salud y asi cuando van al médico ya le llevan el informe de lo que quieren padecer. Yo por si acaso a mis pacientes siempre les pregunto ¿Y a usted qué diagnóstico le convendría?
Algunos se sienten perplejos ante mi pregunta pero lo cierto es que un poco más tarde me dan la razón porque es verdad que la gente tiene sus manías nosográficas y todos aceptan de buen grado algunos diagnósticos como la depresión (que es un item muy visitado) contrariamente a las simples somatizaciones que no tienen demasiados acólitos. Y ya lo decía Freud: que en definitiva todos nos negamos a creer que un dolorcillo, una contractura o un dolor de tripa pueda representarnos emocionalmente desde ese otro lado que llamamos inconsciente. La gente no se lo cree y por eso buscan en Internet: para cerciorarse de que lo suyo será otra cosa con otro nombre y por eso triunfan esas webs donde aseguran a los neuróticos cibernautas hipocondríacos que lo suyo no es de la mente sino del otro: del cuerpo. Uno siempre prefiere una enfermedad exótica aunque sea grave que aceptar que hizo algo mal y que el dolor es un tributo a la culpa, es un decir.
Y es que nadie quiere que le pongan la etiqueta de enfermo psiquiátrico porque eso tiene poco glamour, pero la «depre» y el «estrés» son asumibles para cualquier cibernauta que se precie.
Más interés que la psiquiatría despierta el cibersexo que es el sexo sin cópula, es decir sin tocarse, una especie de sexo de mentirijillas, un onanismo a la carta, eso sí limpio y seguro, ahora que estamos en tiempos del SIDA (nunca salimos de ellos) es un método, simple, casero y potente para manejarse en lo virtual y sin complejos, las tias buenas tienen además webcam y los tios feos recurren como siempre a la poesía tal y como Cyrano de Bergerac nos enseñó. El cuerpo siempre fue algo pesado y exponerlo provoca inhibiciones y complejos pero gracias a Internet, a los avatares y a espacios como éste, ya podemos ligar no a través de nuestro vulgar careto sino mediante ese avatar- forzudo que siempre quisimos ser. Lo malo es que hay que pagar para casi todo lo que es pecado, como siempre. Gratis alli sólo se puede elegir avatar, vestirlo (pero no desvestirlo) hablar, bailar o mandar besos, o sea que sólo lo recomiendo a los viciosos verdaderos. Es como la vida real pero pagando.
Y antes o después pasamos por la ciberfarmacia a comprar Viagras falsificados o por la ciberconsulta que es también pagando, todo antes de ir al médico, el personal lo que quiere es montárselo solo y en este caso: automedicarse como hacen todos los vergonzosos.
Para los vergonzosos profesionales, sin embargo, siempre existe el recurso al onanismo directo recurriendo, eso si, a estas vaginas que venden en latas con texturas asimilables. Todo muy ecológico y recomendable.
Y uno se pregunta cómo es posible que existan algunos sitios como este otro, que emiten pelis porno durante todo el dia y puedan sobrevivir por sí solos. Tiene que haber truco y seguramente el truco estará en las opciones cuando uno ya se ha aburrido de observar la mecánica coital y felátrica que exhiben sus actores y actrices pornoamateurs.
¿No lo adivinan? Son los mismos que venden las vaginas en lata.
Increible su inventiva.
Seguro que son españoles.