El fantasma en la ventana

No cabe duda de que los fantasmas tienen cierta apetencia por aparecer en las ventanas o miradores como asomándose a la realidad del observador y duplicándole.

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La abuelita que posa para la fotografia es la misma abuelita que nos observa desde la ventana. Y es que los fantasmas siempre están o bien detrás de una puerta o bien detrás de una ventana, más allá de eso: pueden atravesar puertas cerradas, son como puertas o ventanas y más allá aún: ellos mismos parecen funcionar como los marcos de las puertas o ventanas.

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En este cuadro de Magritte podemos comprender qué es una puerta. Como se podrá observar la puerta tiene un marco pero este marco no se sostiene sobre un espacio acotado, cerrado, sino que funciona más como un espejo giratorio que como una puerta. Efectivamente las puertas no pueden atravesarse pero si los espejos como hacía Alicia, sobre todo los espejos que no reflejan nada como este cuadro de Magritte donde podemos ver a las claras que más que espejos -que devuelven imagenes invertidas- los espejos de Magritte son continuidades espectrales de lo mismo, hipercuerpos:

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Y toda continuidad es susceptible de ser atravesada puesto que sucede en lo imaginario, todo fantasma se soporta en lo imaginario: los fantasmas existen y hay tantos como subjetividades. En este cuadro de Hopper podemos ver a una mujer que observa a través de la ventana, no sabemos qué mira pero sabemos que está mirando algo y que en la mirada está precisamente el soporte de lo imaginario, la mujer puede estar mirando a otra persona al otro lado de la calle y haber perdido el sentido sobre quién es quién o del lugar que ocupan ambos en la ventana. Este es el sentido de transformación del que mira y también es el sentido de defenestración del que se deja caer.

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magritteventana.jpgY por eso el fantasma siempre está asomado a la ventana, pues es la ventana el marco que cierra el encuadre del cuerpo y le limita, la ventana (o la puerta) es el marco que toma prestado el fantasma para atravesarse a sí mismo. En este cuadro de Magritte podemos observar esta confusión entre marco y paisaje, entre objeto y sujeto.

dali4.jpgY en este otro de Dalí podemos ver otro fantasma asomado a la ventana, en este caso su hermana Ana Maria, un fantasma al que terminaría por desplazar la protésica Gala

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Usualmente los fantasmas suelen ser mujeres pero no me pregunten por qué.

5 comentarios en “El fantasma en la ventana

  1. Y, para que el que mira se transforme en el acto de su propio mirar, debe mirar sin ver, dicen los sabios. ¿No estará ahí una dificultad de los espejos? Espejismo viene de espejo…

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  2. […] Agosto 15th, 2007 at 5:37 pm (narrativa, personalidad, psiquiatría, mitologia, mente, antropologia) Antes de Narciso hubo el autoerotismo, la autosuficiencia erótica alrededor de esos botones y esos ojales que son los orificios: boca, ano, ojos, uretra, oídos y fosas nasales. Allí quedó aprisionada la primera sensación placentera de la que tenemos recuerdo aunque no conciencia. Un resto del Edén al que algunos vuelven atemorizados por las leyes del lenguaje que vivencian como algo aterrador, algo que desmembra el cuerpo y lo pone patas arriba. Algunos se niegan a nacer, otros a sonreir, algunos a hablar, otros a crecer y los más a envejecer. La historia ontológica del hombre es la crónica de una negativa, de una oposición a algo, una transgresión, una cancelación o una caducidad, hay algo en el lenguaje que resulta insoportable y ese algo es el otro. Por eso Narciso se pone en lugar del otro inventando una nueva agencia de si mismo, una nueva posición, una nueva tópica, el Ego en oposición al Yo, es el Ego de Narciso el que se opone al Yo, el que le permite refugiarse en un mundo dirigido hacia la autocontemplación, hacia el egocentrismo, vuelto hacia dentro como un guante del revés. Pues en el centro del otro se sitúa precisamente Narciso desengañando a todos aquellos que le convocan al goce fálico. Todas las ninfas del bosque, de las fuentes y de las cavernas serán decepcionadas y rechazadas a pesar de sus encantos, también ellos los sátiros serán evitados pues Narciso no es en esencia homoerótico sino tan solo narcisista, devoto de sí mismo. Y aun no se ha decidido por uno u otro sexo pues él mismo no está sexuado, se mantiene en la ambigüedad que le presta precisamente para ellas ese encanto de lo no accesible pues es la inaccesibilidad el misterio que las ninfas tratan de atrapar a través del coito. O los sátiros a través de la negación de la castración. Ellos y ellas se sitúan como híbridos que son entre los hombres y los dioses y se encuentran a salvo de las leyes del lenguaje pero no permitirán una ofensa de esa naturaleza, para ello cuentan con la inestimable ayuda de la diosa Afrodita diosa del Amor y de la belleza que no consentirá este tipo de desaires en un mortal. El pecado de ellas es mirar lo que no deben como Psiqué o Persefone, como Euridice, el pecado de ellos es desconocer o disimular que el falo está en ellos y que el destino del falo es penetrar la materia hueca de aquellas que no lo poseen y ser asi uno solo como Salmacia y Hermafrodito. Y mortal es Narciso aunque él no lo sabe y como mortal debe asumir las leyes no escritas de la sexuación que irremediablemente dividen al hombre entre lo que es y lo que le falta, entre lo que es y lo que desaria ser, entre lo que es y lo que el otro piensa que es. Esta disociación esencial, la Spaltung original y condición del hombre hablante no puede silenciarse o borrarse, no puede renegarse de ella al menos sin efectos secundarios. La muerte de Narciso ahogado mientras contemplaba su propia imagen en el espejo de la laguna es precisamente el castigo proporcional y simbólico que los dioses perpetrarán en su contra, mientras Eco languidece melancólica y queda en nada, sin cuerpo material que sustente a una voz que se limita a repetir lo que los demás declaman, exhibiendo su falta de subjetividad, prisionera del rechazo, mártir de la separación, Narciso se ahoga cuando atraviesa su fantasma que no era un espejo sino el agua: el marco donde se contemplaba. […]

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  3. Las ventanas son puertas translúcidas, al contrario que una puerta opaca la ventana permite ver el otro lado sin necesidad de traspasarla por eso la atracción que produce en el psique humana, sobre todo en el de la mujer. Normalmente se pintan mujeres asomadas a esos balcones que dan al exterior, la ventana permite ver el exterior desde el interior, es decir, permite ver, saborear el otro lado sin necesidad de exponerse directamente a él. Marcan la confrotación entre el mundo exterior y el mundo interior. La mujer por tradición ha estado encerrada en el hogar al cuidado de la familia pero ese mundo tan reducido la limita y la ventana refleja o representa la salida hacia la otra realidad más plural. Protegida de los peligros y de cualquier acoso de un posible depredador a la mujer se la confinaba intramuros. Hopper refleja muy bien la soledad de la mujer que busca, como vía de escape hacia una realidad más amplia, la mirada hacia el otro lado, fuera de los muros que la encierran dentro de su propio mundo. En Hopper es habitual este tema que aparece reflejado en vario de sus cuadros.

    Creo que el mundo del espejo y la representación de la puerta de Magritte es todo lo contrario, es una vuelta obsesiva hacia el propio imaginario de forma recurrente sin poder salir de él, lo mismo que el último cuadro que pones de Dalí, nada que ver con el de Gala asomada a la ventana que pienso que se encuadraría dentro de la interpretación que he hecho al principio.

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