Versiones de lo siniestro

Freud publicó en 1919, un articulo que tituló «Lo siniestro» a veces traducido también como «Lo ominoso». Indaga en él las raíces de la irrealidad o perplejidad que genera en las personas la visión o lectura de alguna obra de arte donde se mezclan aspectos de lo real junto con elementos de lo imaginario, toma de ejemplo un cuento de Hoffman conocido con el nombre de «El hombre de la arena«. Lo siniestro alude a un terror primordial que no se esconde detrás de lo fantástico sino que al contrario nos perturba o inquieta porque pertenece a lo cotidiano, a lo doméstico incluso a lo familiar. Estos relatos o cuadros son profundamente perturbadores porque simulan precisamente a la angustia en su estado más espontáneo: una mezcla de deseo y temor. Precisamente en estos cuadros de Hopper podemos ver camuflada en la soledad de sus personajes estos aspectos siniestros, inquietantes, personajes que parecen portar a cuestas una novela personal que se nos oculta en esas maletas, esos bares vacíos, esas miradas furtivas por la ventana.

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Parecen fotografías, esos instantes congelados que están contando además una historia, esos personajes de Hopper en su profunda soledad oculta en hoteles impersonales, en estaciones de ferrocarril, evocan en nosotros una extraña sensación de amarga despedida, de aislamiento ontológico, de tiempo detenido, de un suspense sobre el devenir, una amenaza inconcreta e inefable.

Como los relatos de Lovecraft, de Poe, de Dostoievsky, el cine de Buñuel o la música de Satie el arte se ha ocupado bien profundamente de los aspectos de lo siniestro que Freud describiera en el cuentista romántico Hoffman fascinado por las máquinas, la electricidad y los autómatas: aquello que parece estar vivo y sin embargo es inerte.

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almejd.jpgOtras veces lo siniestro adquiere la forma de la mascarada, de lo grotesco, de lo repugnante o lo monstruoso , la ignominia, la obscenidad o la histeria son refugios usuales de lo siniestro. ¿Quien iba a decir a los surealistas que con el paso del tiempo sus provocaciones a la sociedad bienpensante de entonces iban a desplazarse al cuerpo social desposeyendo asi a la provocación de todo su potencial de rebeldia? Hoy el disfraz, la mascara, el tatuaje o la disección de cadáveres ya no pertenecen al arte sino que han sido absorbidos por el cuerpo de aquellos ciudadanos que más allá de la rebelión lo utilizan como ornamento, otros espacios de lo siniestro como la opereta o el circo han sido ya desplazados por las nuevas formas de la perfomance.

Bellmer creó una muñeca articulada al gusto perverso de los hombres, un gusto parecido al «bricolage» pero no podia ni imaginar que la cirugia estética iba a implantarse de tal forma en lo real que sus divagaciones artisticas fueran a a quedar en un simple juego de niños.

La bestia , la genitalidad omnipotente o vacua, la fragmentación del cuerpo son temas recurrentes en el arte de la hiperrealidad pero hoy se dan cita en esa gran playa de vacaciones en que se han transformado los cuerpos individuales.

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En estos cuadros de Max Ernst podemos observar de nuevo a lo grotesco, lo monstruoso o lo abyecto en el arte.

Y en esta obra de Satie (Gnosienne nº 1) podemos degustar esa atmósfera de misterio, paradoja e inquietud que se encuentra plegada en lo siniestro.