Enfermo de Borges

Casi nunca leo los prólogos de los libros pero esta vez fui vencido por la curiosidad. En la edición de «la Biblioteca del Mundo» apareció «Ficciones» de Borges nada más y nada menos que prologado por Rodriguez Zapatero nuestro actual presidente, de manera que no pude reprimir la curiosidad. Zapatero se declara enfermo de Borges y me llevé entonces una enorme sorpresa ¿Habrá leido Zapatero a Borges o tendrá un negro que le hace los prólogos? Y es que desconfiamos tanto de los políticos que no somos capaces de entrever cuanto habrá aprendido nuestro presidente de estas lecturas. Al fin y al cabo es un hombre de teatro que sabe mucho de ficciones al menos de ficciones politicas.

En efecto, Borges es el padre o al menos el «guru mayor» de eso que vino en llamarse «realismo mágico» y que es otra forma de llamar a la hiperrealidad en la literatura, esa dimensión que han explorado diversos autores y que muy probablemente se encuentra más cercana a la verdad que todos los discursos de la politica real.

Felipe Gonzalez y Jose Maria Aznar no eran hombres de teatro sino de acción: creyeron que la política era cosa de actos y no cayeron en la cuenta que la realidad de la que se ocupa la política se encuentra tan alejada y mediatizada por el simulacro que perecieron en su empeño de acción: no se conformaron con los gestos: no entendieron que -al fin y al cabo- la politica no es sino ejercer el poder que a uno le queda después del reparto que los medios y toda la industria del simulacro han decidido compartir para guardar las apariencias.

Zapatero quizá porque ha leido a Borges entendió perfectamente que la politica es parte de la parodia nacional tal y como antes su antecesor Alfonso Guerra había comenzado a comprender. Guerra era un hombre de teatro y entendió que la politica transcurre en el espacio virtual de la realidad, en el espacio de la ficción y además lo dijo con la boca llena; «Montesquieu ha muerto», claro que ni Aznar ni Felipe sabian nada de Montesquieu y terminaron devorados por su fascinación por lo real: el Gal y la guerra de Irak.

Esta fotografia terminó con el gobierno de Aznar: ¡el poder de las imágenes!

Zapatero ha entendido perfectamente de que va este juego de la política, sino un genio, al menos se nota que ha leido a Borges y sabe que los acontecimientos precisamente por su aceleración se solapan unos contra otros y hoy ya nadie recuerda que ayer se negociaba con ETA mientras que hoy se la persigue y además -y esto es lo más grave- con las mismas leyes, no hace falta cambiar nada en el Estado para que la justicia de ayer fuera complaciente con la estrategia del gobierno y hoy implacable según el viraje de la politica del ejecutivo, existe como una especie de amnistía con el pasado, una amnesia de la que todos somos cómplices y que nadie quiere evocar, ni hay memória histórica ni hay historia propiamente dicha, estamos en el espacio matricial de una pelicula de ciencia-ficción. Montesquieu ha muerto, si y nosotros nos hemos quedado sin división de poderes y sin Estado propiamente dicho, pero el poder no hay que ir a buscarlo en el ejecutivo sino en los medios, al fin y al cabo Zapatero ganó las elecciones depués de un «golpe mediático» (que le pusieron unos) y alguna que otra traición de Estado (que le dieron otros) y ha seguido jugando con ellos, sin casarse con nadie, los cínicos solo se casan con una mujer (o con un hombre) pero también de teatro.

No es que Zapatero sojuzge a los medios o los dirija, no le hace falta, simplemente se ha acoplado a su estúpida y vacía irrealidad con tal de seguir parasitándolos. Se nota que ha leido a Borges y que sabe que la democracia es un sistema que ha capturado las mentes de los ciudadanos y los ha convertido en «consumidores» que devoran lo que ven que los demás consumen. Y que no existe un sistema más totalitario que las democracias capitalistas cuando se cede el control de las conductas y de los pensamientos a cambio del control del deseo.

Lo que importa es que el sistema ruede, es decir que siga en órbita, alejado de las necesidades o las economias reales de las personas que no son otras sino el conocimiento y las ideas. Eso es lo que buscan los politicos y lo que persigue el público-consumidor, mientas haya hipotecas el sistema seguirá en órbita.

El resto sobra mientras haya excedentes, mientras que lo virtual no se desmorone o se cuelgue del todo como sucede a veces con Windows, nada está pensado para ser eterno, todo es permutable, intercambiable, reversible, mientras que haya muchos creyendo en la ficción, el sistema aguantará y este pais de pancarta y pandereta seguirá votando a Zapatero porque ha leido a Borges y porque al menos tiene un mérito : saber de qué va la política y de qué van los ciudadanos: ellos quieren seguir en órbita y comprar, comprar, comprar.

Naturalmente sin dinero, ¿Pudo el socialismo real inventar algo mejor para las clases subalternas?