Según Baudrillard el principio de simulación que gobierna toda información, incluso aquella objetiva y pía es éste:
A la vista de la irrealidad estructural de las imágenes y de su orgullosa indiferencia a la realidad, exclusivamente los más cínicos dan en el clavo de la verdad de la información cuando la utilizan como un simulacro incondicional.
Son ellos Idi Amin Dada, Bokassa, Sadam Hussein, Castro o Chavez, versátiles como buenos histéricos, ayer cocineros y mañana mercenarios, después reyezuelos, vendedores de tapices o de orinales de «las Mil y una Noches» los que juegan el eterno juego de la histeria, la copia, la ficción, simuladores profesionales que nos copian en nuestros principales vicios y que obligan a los americanos a volverse paranoicos y a profundizar en eso que se ha venido en llamar «la obligación de la democracia», unos son misioneros y otros siguen siendo mercenarios o bien se enrocan en posiciones arcaicas como Fidel Castro que seguro que hoy andará lamentándose de no haber conocido a Chavez mucho antes, de haberlo sabido hubiera permitido en Cuba una democracia formal, al fin y al cabo Chavez ha demostrado que con partidos y «libertad de prensa» y utilizando los mismo trucos legales de las democracias consolidadas puede uno instalarse en el poder de por vida. Al fin y al cabo aun tienen el petroleo.
Pensamos que son ellos los que por corruptos distorsionan la información pero no es cierto, ellos se limitan a poner de manifiesto – a través de la parodia histérica- la debilidad estructural e hiperreal de las imágenes, sobre todo de la televisión, revelan su verdad obscena y la verdad de las estructuras políticas que nos han copiado. El secreto de los subdesarrollados consiste en parodiar nuestro modelo, en ridiculizarlo hasta el paroxismo, es su particular venganza producto del resentimiento del colonizado. Nosotros los occidentales somos los únicos que aun creemos en la libertad de información y conservamos esa quimera habiéndola convertido en un derecho.
¿Podrá gobernar después de muerto?
Pues claro, igual de bien o de mal que cuando estuvo vivo, pues no hace falta estar vivo para gobernar un pais virtual y a través de instituciones irreales. El problema no es democracia o no-democracia sino existencia o inexistencia, virtualidad o realidad.
Y a Fidel Castro ya hace mucho tiempo que lo convirtieron en un lider irredento, en ese sentido ya es inmortal pero tambien ha quedado vacío de sentido politico y sobre todo de gestión. Su función es servir de modelo para otros histéricos y de antimodelo para los paranoicos.
¿Y Chavez podrá gobernar un pais como Venezuela a través de esa parodia reversible que es ser hoy comunista y mañana vendedor de petroleo?
¿Existe aún un pais llamado Venezuela?
O más profundamente:
¿Publicidad o ser humano de carne y hueso?
La comedia y lo risible están más cerca de la verdad que cualquier otro discurso, los chistes que circulan en la red sobre el paradero de este hombre son incontables, he elegido este juego que consiste precisamente en encontrarle: